Capítulo 11

Primero que nada quiero calmarlos un poco...a Melia no le pasará nada malo y ese suceso que digo no pasará hasta los penúltimos capítulos por lo que aún está lejos ÙwÚ la verdadera tormenta aún no a llegado...

Aquí veremos una pequeña intromisión de Zaneri, pero no se alarmen ella no hará la peor parte, pero tal vez alguien más si >:3

Elizabeth seguía abrazada a el cuerpo desnudó de meliodas, las sábanas estaban algo mojadas por lo que acababan de hacer pero eso no les importaba pues en esos momentos podía sentir esas cálidas manos por su espalda y su cabello acariciandolo levemente al mismo tiempo que seguía tarareando esa bella tonada que estaba relajando su mente y su atormentada alma la cual estaba cada vez más reparada dejando fuera el dolor que le dio saber el juego de los gemelos 

—Por favor duerme nena ya es tarde — le susurro ente contra su oído acariciando su mejilla con su pulgar y una vez termino de decir esto le beso la frente con cariño para mirarla fijamente

—Lo se solo...siento que vas a desaparecer cuando despierte — 

—Bueno si eso sucede solo estaré abajo preparando tu desayuno— dijo este con una mini sonrisa pasando sus manos por todo el glorioso cuerpo de la albina, podría durar horas solo admirándola y pasando las yemas de sus dedos por aquella palidez digna de una diosa—Te amo Elizabeth nunca te dejare—

—¿Así pase lo peor?—

—Así suceda lo peor yo nunca te abandonare — la albina no sabía si era un sueño o si aquella promesa seguiría en pie pese a las circunstancias sin embargo solo se permitió abrir su corazón a el amor que le tenia a ambos hermanos nuevamente y se aferró a el cuerpo de el más bajo sonriendo, al fin después unos minutos Elizabeth cerró los ojos dejando que el sueño la venciera y esperando poder al día siguiente ver a ambos hombres para encararlos y posiblemente llegar a una solución sin saber que justo en ese momento la familia de los hermanos estaba en camino conduciendo por la ciudad para llegar a algún lugar en el cual pasar la noche para después ir a regañar a ese par desastroso — Buenas noches cariño...—

*

Al día siguiente Elizabeth estaba metida en su bañera con las piernas a la altura de su pecho para poder abrazarlas y el rubio detrás de ella tallando su espalda con cuidado y amor, pasando cada una de las yemas de sus dedos por su pálida piel y llenando de espuma cada parte de ella, no estaban teniendo sexo ni algunos roces candentes que los llevaran a la excitacion simplemente estaban disfrutando de un baño los dos juntos en completo silencio con sus pensamientos pasando de lado como si en realidad no existiera nada más

—Meli ¿podemos ir a ver a Melia?— meliodas simplemente soltó un suspiro amargo pues la respuesta era más que obvia, no quería ver a su hermano en esos momentos, tan solo la abrazo poniendo sus brazos en el cuello de la albina para poder pegarla a su cuerpos y apenas lo logró desvió la mirada sonrojado y con sus orbes esmeraldas reluciendo de el cariño que le tenia a la mujer frente a él— S-si no quieres esta...—

—Muy bien — dijo al fin con la  voz ronca interrumpiendo  a Elizabeth y haciendo que su gruesa voz hiciera eco en el baño — Si quieres verlo esta bien te voy a acompañar pero... me pondré muy celoso— susurro lo último con la su oído sin cambiar su tono de voz poniéndole la piel de gallina a la mujer de ojos bicolores solo para rematar dándole un largo beso en el cuello succionando su piel con intensidad haciendo que ella jadeara, apenas finalizó se separó lentamente de su cuello para pasar la esponja por sus largos brazos pasando de lado sus pechos — Se que nos amas a ambos pero no podemos evitar sentirnos celosos de ambos —

—Pero Meli...— 

— Tranquila, creo que podré mirarlo a la cara después de lo sucedido pero no digo lo mismo de él— 

—¿A que te refieres?— musitó esta volteando su cara para poder mirar a los ojos a ese rubio con esmeraldas que se había robado su corazón al igual que su hermano 

—Melia en estos momentos está furioso conmigo estoy seguro que cuando me vea tratará de golpearme sin dudarlo— a decir verdad meliodas tenía un muy buen punto, aunque no hubieran convivido mucho conocía bien a el gemelo de meliodas, aquel rubio de ojos opacos se dejaba llevar mucho por su sentir, era intenso y pasional o pero por sobre otras cosas sabía bien que no le gustaban los errores o esa sensación de perder algo...justo como la había perdido a ella, sin contar que era asmático por lo que tenía tanto sus ventajas como desventajas, pero de algo estaba segura, a ambos los amaba por cómo eran 

—Es difícil a amar a dos hombres — 

—¿Que es lo que te gusta de ambos?— la repentina pregunta de meliodas la trajo de regreso a la realidad, él seguía dándole aquel baño pasando la esponja por todo su cuerpo disfrutando de el contacto pero al mismo tiempo con una mueca amarga debido a el tema de conversación que tenían entre ellos, ver esa mueca hizo que Elizabeth dudara con seriedad responder a su pregunta, si algo sabía de él es que al callarse y escuchar podía ser más peligroso que unos simples golpes

—No estoy segura que te guste este tema meliodas —

—No te negaré que si estoy celoso pero puedo con esto — murmuro levemente dejando de enjabonar su cuerpo solo para empezar a enjabonar el suyo tallando cada parte de esos músculos pálidos de Dios griego que a ella le encantaba ver en ambos hermanos, se sentía realmente una pervertida e incluso una zorra por el simple hecho de desear intensamente a dos hombres al mismo tiempo, eso le provocaba una punzada en el corazón 

—P-pues de ti me gusta que eres tierno y sensible, cuando me siento mal haces lo posible por que me sienta mejor, tu cabello es muy suave, me haces reír mucho y cuando te pones tímido haces que te desee tanto que aveces siento que no podré con ese deseo — ese comentario hizo que el rubio abriera los ojos con sorpresa y se pusiera rojo hasta las orejas desviando la mirada con una sonrisa tímida, esos actos de su parte hacían que Elizabeth lo amara más — Y de Meliá me gusta que sea apasionado e intenso, que confíe en si mismo, que me haga sentir protegida, querida, deseada, y aunque aveces da algo de miedo me encanta que me mire con esos ojos opacos — Sin duda meliodas se molestó levemente por eso pero justo cómo había dicho controlo los crecientes celos que estaban floreciendo en su pecho soltando un suave suspiro y acariciando la mejilla de su contraria llenándola de jabón un poco

—Con mayor razón terminemos este baño y vallamos con mi hermano— 

*

Ambos ya estaban caminando por la calle algo incomodos, meliodas aún tenía la sudadera de Elaine y se tapaba la cara debido a eso, Elizabeth por su parte lo tenía tomado de la mano pero la gente los miraba mal por el simple hecho de que a meliodas solo se le veían pequeños mechones de su rubio cabello y que él era de menor tamaño que ella, lo que ambos hacían solo era evitar esas miradas y seguir adelante en su camino para llegar a alguna calle sola donde ya nadie los viera, apenas consiguieron estar solos por la acera ambos soltaron suspiros de alivio relajando el cuerpo y al instante meliodas se quitó la capucha liberando su rostro lastimado, su ojo ya no estaba hinchado pero seguía morado algo negro por el moretón grande que tenía debajo y sobre este 

—Al fin ya no nos tienen en la mira— 

—Seguro el video de mi peleando con Melia ya dio la vuelta a el mundo— murmuro meliodas alzándose de hombros ante la posibilidad de que los miraran de esa forma, al fin de cuentas se pela fue tan brutal que seguro cualquiera que los mirara les tendría miedo al ver la increíble forma en la cual ambos sabían pelear como verdaderos demonios — Aún así me alegra que estemos solos un rato—

—¿Por qué ?—

—Pues me gustaría saber si...— 

—¿Meliodas?— esa voz, ambos voltearon al instante al encontrarse con cierta castaña de ojos iguales de verdes que los de los hermanos mirándolos con una sonrisa y lo que parecía emoción en sus acciones, apenas sus ojos cruzaron meliodas no supo si sostenerse con fuerza de el brazo de la albina para darse seguridad o correr y ponerse detrás de ella como el cobarde que era —meliodas!!!— no pudo reaccionar por qué aquella mujer se le aventó a los brazos para abrazarlo con una gran sonrisa en su rostro sorprendiendo aún más a la albina quien sintió como su corazón se quebraba lentamente —Dios al fin logró encontrarte quería...—

—Zaneri por favor aléjate un poco — el ligero murmullo de el rubio hijo que la castaña se separará con rapidez y lo mirará a los ojos, sus esmeraldas relucían de odio como el día anterior cuando se peleó con su hermano y por sobre otras cosas sus músculos temblaban por la rabia contenida — No tenemos nada de que hablar, no entiendo por qué me buscabas —

—Por favor meliodas se que cometí un error muy grande pero yo aún te quiero y creo que si dejamos atrás en pasado podremos...—

—No...lo que tú hiciste no voy a perdonarte lo —

—Y lo que tú me hiciste a mi es igual de horrible— para ese punto meliodas ya estaba ligeramente rojo de la ira y la vergüenza, era cierto que ambos habían cometido errores muy grandes tanto ella por acostarse con todos como él por ganarla y hacerla viral pero aún así pasara lo que pasara ese odio aún estaba en el cuerpo de el rubio — Deje os el pasado atras—

—No—

—Por favor Meli, yo seque aún me amas— susurro esta coqueta ignorando rotundamente la presencia de la peli plateada quien solo lo observaba todo perpleja, Zaneri le acariciaba la mejilla con lentitud, su pierna había subido hasta la rodilla de el rubio y cuando este parecía que iba a empujarla...alguien la alejó con rapidez de su cuerpo, Elizabeth la había tomado de los hombros empujándola levemente hacia atrás separando su plano cuerpo de el de meliodas y rápidamente abrazó a su chico haciendo que su cara quedara entre sus voluptuosos senos 

—Lo siento querida él ya tiene novia — la sonrisa orgullosa de Elizabeth era tanta que la castaña se puso roja de la ira debido a lo que sus ojos veían, desde cómo él cerraba los ojos relajando el cuerpo disfrutando de estar entre los senos de aquella mujer desde ella solo sonriéndole con cariño y acariciando sus cabellos rubios con cariño— Perdiste tu oportunidad —

—P-pero...—

—Por favor no hagas esto más difícil Zaneri, amo a Elizabeth así que mejor quedemos como viejos conocidos — la de ojos esmeraldas solo suspiro pesadamente desviando la mirada con algo de tristeza y acto seguido se hizo a un lado evitando mirar cómo la albina seguía sin apartar a a meliodas de su cuerpo apresar de que ya estaban caminando, tenía razón, que idiota fue al pensar que él la habría perdona así como así de todas formas ambos cometieron errores y para ese punto ya era algo irreversible 

—¿De verdad seguimos siendo pareja?— pregunto meliodas en medio ataque se ansiedad clavando los dedos en la suave tela de la ropa de la albina la cual se quedo callada al recordar su palabra con exactitud 

—B-bueno yo...—

*

Después de unos cuantos besos apasionados que se dieron ambos en un callejón debido a que meliodas entró en ansiedad al fin estaban frente a la casa de ban con el rubio sudando frío, temblando levemente  y pegado a más no poder a el cuerpo de su bella dama, tenía mucho miedo sentía que estaba por tener otro ataque de ansiedad más de solo ver a su hermano mientras que la albina contenía las ganas de tocar fuertemente 

—¿Meli? ¿Seguro que no prefieres esperarme?—  

—N-no nena tranquila— susurro este estirando su brazo para presionar suavemente el botón blanco de el yo,haré dejando que aquel sonido inundara sus oídos al instante tensando sus cuerpos, luego de aquel silencio fue como una espera eterna de 3000 años pues solo escuchaban los pasos de alguien adentro, murmuros, bufidos y gruñidos de molestia pues al parecer interrumpieron el sueño de alguien, los pasos se acercaban cada vez más como si trayendo la venida de ese ser tan esperado y cuando al fin la puerta se abrió dejó ver a el otro rubio quien se quedó perplejo al ver a la pareja frente a él 

—Hola mel...— Melia casi de va para atrás al ver la hermosa sonrisa de la albina y ese saludo Yam cálido que le aceleró el corazón y la respiración, estaba tan agitado que poco a poco empezó a sentir como el aire no le pasaba a los pulmones con ese tan conocido dolor en el pecho que le impedía estarse tranquilo, era un ataque de asma, tan solo se sujetó con fuerza de la puerta pasando su mirada hacia su hermano frunciendo el ceño 

—¿Donde está tu inhalador?— Melia solo señaló a el interior de la casa de su amigo en uno de los sillones cercanos y apenas lo hizo meliodas entró corriendo para tomar aquel objeto azul entre sus manos yendo con rapidez de regreso a su hermano menor, lo tomo de los hombros para que el de ojos opacos lo mirara fijamente y al instante le ayudo a ponerlo entre sus manos y luego en su boca, vasto de un ligero apretón por parte de aquel botón para que el aire al fin le llegara hasta sus pulmones haciendo que cayera medio desmallado en brazos de su hermano el cual solo lo abrazó con fuerza sintiendo como le daba un pequeño ataque de ansiedad — Lo lamento hermano... entiendo que fue mi culpa todo lo que pasó — eso fue lo primero que salió de los labios de meliodas quien se separó de el abrazo para ver con sinceridad  asúmenos por pocos minutos y le extendió la mano a la albina para que pasara 

—¿Que hacen aquí?— respondió Melia apenas logró que su respiración se normalizara y el aire entrara libremente a sus pulmones de forma se sentó en uno de los amplios sillones de la casa de su amigo mirando con rencor a su hermano y temblando cada que los ojos de Elizabeth deslumbraban al chocar con los suyos — Pregunta equivocada ¿Que mierda hace él aquí?— dijo este señalando a su gemelo el cual solo desvió la mirada y se pegó un poco al cuerpo de la albina 

— Yo solo quería disculparme y un "Gracias hermano por mi inhalador" sería de ayuda — respondió este con sarcasmo al no recibir al menos un Gracias por haber ido por aquel pequeño aparatado vital en la vida de Melia, el de ojos opacos simplemente bufo molesto y desvió la mirada, al parecer definitivamente había perdido ese cariño por su hermano — Te dejo con Eli ¿si?— Melia no respondió simplemente evitó hacer contacto visual con meliodas el cual suspiró al verse completamente ignorado sonriendo levemente, ya sabía que eso sucedería no debió haberse dado esperanzas, tan solo se volteó levemente para darle un beso en la mejilla a Elizabeth sintiendo como su hermano apretaba los puños y se levantó de su asiento dispuesto a marcharse, había llevado a la albina a donde estaba Melia eso era lo importante 

—No Meli espera, dijimos que hablaríamos los tres de lo qué pasó — el débil agarre sobre su muñeca hizo que el corazón de ambos empezara a palpitar con gran velocidad, uno debido a el contacto sobre su mano el otro por la dulce voz de aquel ángel de el cual se había enamorado, cómo en un trance Melia se acercó lentamente hacia la albina solo para posar dos de sus dedos sobre su barbilla obligándola a mirarlo admirando aquellas superficies rozadas que anhelaba escuchar decir su nombre, no pudo soportar más el impulso, tan solo se acercó lo suficiente como para poder unir sus labios cerrando sus ojos verdes opacos en el acto y haciendo que Elizabeth diera un saltito por la impresión sin embargo no pudo engañar a su corazón

 Sin soltar la muñeca de meliodas ella correspondió aquel beso con cariño sintiendo como algunas lágrimas bajaban por las mejillas de Meliá el cual sonreía en medio de ese beso, podía entender la razón perfectamente, todo ese tiempo solo lo besaba por que ella creía que era meliodas e incluso tuvieron sexo por que pensaba que era meliodas sin embargo el simple hecho de que ahora podía hablarle, besarla y tocarla siendo él mismo lo tenía lleno de felicidad, meliodas solo soltó un suspiro amargo debido a lo que veía pero aún así no interrumpió, desvió la mirada con una sonrisa como si fuera el amigo de los novios que se esconden y se quedo ahí hasta que terminaron 

Era obvio que Melia no quería dejarla ir pues al mismo tiempo que se separó de sus labios la abrazó con fuerza metiendo su cara entre sus seno al mismo tiempo Elizabeth tiro de meliodas para que él hundiera la cara en el vértice entre su hombro y su cuello inhalando ese delicioso olor afrodisíaco que hizo que relajara el cuerpo y olvidara la tensión de aquel beso presenciado 

—Ne desisto que me expliquen todo, de no ser así no podremos llegar a un acuerdo— susurro Elizabeth acariciando la espalda de meliodas y los cabellos rubios de Melia con sumo cuidado, estaba claro los sentimientos de ella por ambos  pero aún quedaba la incógnita de los de ellos, ¿de verdad era amorro solo era atracción hacia su cuerpo?— Así que por favor — 

—Meliodas tiene la culpa...—

—¿¡Que!?— ambos se separaron al mismo tiempo solo para verse fijamente, Meliá reía sin control al ver la cara de conducción de su hermano el cual se ponía a los pocos segundo rojo de la ira que empezó a sentir debido a que la declaratoria, aceptaba que él tenía parte de la culpa pero su hermano tenía la misma culpa que él — Oye tú también eres culpable — 

— No fue mi culpa haberme enamorado de la diosa de mi hermano —

—Bueno en realidad si es tuya cariño— musito Elizabeth con una mini sonrisa sin dejar de acariciar los cabello de Melia el cual solo hizo un puchero adorable al ver las risas de su hermano dirigidas hacia él y la mirada de la albina quien a decir verdad tenía razón, pudo haberse fijado en todas, pero no, apenas la miro se la quiso para él mientras desgraciadamente meliodas igual 

—Nishishishi ¿lo vez? Tienes la misma culpa que yo— 

—Tú hermano tiene razón —

—¿De que lado estás?—pregunto el regañado hacia la mujer de su vida quien solo sonrió levemente y negó con la cabeza haciendo espacio suficiente para que ambos se sentaran a sus costados quedando meliodas de su lado derecho y Melia de el izquierdo completamente feliz de que por ahora sus dos hombres no se habían lanzado a la guerra como el día anterior 

—No estoy de ningún lado pero tienes que aceptar que fue error tuyo así como de meliodas — Melia solo desvió la mirada y se cruzó de brazos enojado, no iba a aceptar que cometió un errro más que nada por que a él no le gusta tener errores y cada que su hermano gemelo los aceptaba se le hacía patético 

—Vamos hermanito solo dile la verdad, ambos tuvimos la culpa— 

—Bien yo también tuve la culpa pero ahora que ella sabe la verdad a llegado el momento meliodas...— el contrario palideció al instante abrazando de el brazo a la albina completamente asustado pues bastaba una mirada de esos ojos esmeralda opacaos para saber a loq une su hermano se refería, al fin de cuentas eran gemelos y ambos se conocían más que nada en ese mundo, o pasó mucho hasta que el segundo rubio se dirigió a la diosa que le había romadizó el corazón y al tomo de la mano para mirarla intensamente con esos orbes opacos casi negro como de demonio — ¿A cual de los dos eliges? Si meliodas ya te contó nuestro juego debes de saber que llegado el momento ibas a escoger a solo uno...pues llego el momento cariño— en ese momento a Elizabeth se le fue la respiración, no había de otra, debía de escoger a solo un hermano 

Y hasta aquí el capítulo Trejo reportándose desde media clase de español después de la regañada de el sábado por los profesores XD

En final si les ha gustado voten y comenten aunque ya saben que adoro leer sus comentarios más que nada

¿Que les pareció? ¿Creen que Elizabeth sea capaz de escoger a uno? ¿A quien escogerá?

Pues solo yo tengo esas respuestas >:3, sin más que decir nos veremos después ÙwÚ 

Meliodas (wey es muy tierno >v<)

Melia (jaja que chistoso como la abraza) 

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