I: ¿Quién dices que eres?
Eliette veía de forma alternada a su madre y al hombre rubio a su lado, ambos con sonrisas nerviosas; a un lado de ella, su hermano Jay, estaba igual de desconcertado.
—Se que puede parecer extraño y que nunca lo mencioné, pero... —Blair, la madre de ambos chicos, era un manojo de nervios. Su siempre bien peinado cabello negro era una maraña mal peinada y su ropa estaba un poco arrugada por estarla apretando.
El hombre rubio al verla tan nerviosa decidió intervenir.
—Blair y yo estuvimos hablando, si yo hubiera tenido conciencia de su existencia, les aseguro que las cosas serían diferentes, pero es algo que quiero arreglar.
—No nos vamos a ir contigo —Fue la respuesta rápida de Eliette—, no te conocemos para nada.
Blair sonrió con nerviosismo.
—No querida, lo que Jude quiere decir es que...vamos a casarnos y les dará su apellido, como siempre debió de ser.
(...)
Después de esa incómoda e informativa charla con su madre y su supuesto padre, Eliette y Jay comenzaron a empacar sus pocas pertenencias en una roída maleta.
—¿Por qué nos tenemos que ir? Como si a ese señor le hubiéramos importando algo en estos dieciséis años —Jay no era feliz y no tanto por mudarse—, seguro es por alguna herencia o algo así ¿cómo nos dijo que se llamaba?
—Jude Hertford.
Jay no perdió tiempo y comenzó a buscar el nombre de su supuesto padre.
—No jodas...
—¿Qué? ¿Que encontraste? —Eliette dejó de empacar para acercarse a su hermano— ¿Es un mafioso?
—Ojalá ¡Esta nadando en dinero! Escucha esto: "Hertford es un destacado filántropo, empresario y un pilar para la comunidad" "Hertford nombrando como el "empresario del año" "Jude Hertford dona millones para un ala completamente nueva para el hospital general" y eso es solo una parte.
—Eso es bueno ¿no? No es un mafioso ni mala persona...mamá no se fijaría en alguien así ¿no?
Jay ve a Eliette con reproche.
—Está bien, no me veas así, trato de ver el lado positivo.
—¡No hay lado positivo!
—¿Tendremos un cuarto para cada uno? —Jay le tiro una almohada a Eliette y continuo empacando, Eli continuó hablando.
—Y para variar me gustaría que dejaran de vernos feo cada que salimos del barrio creyendo que somos malandros.
Jay terminó de empacar y se giró a su hermana.
—¿Tú realmente crees que esos riquillos van a vernos como sus iguales solo porque ahora tenemos un papá con dinero? ¡Ja!
Eliette no supo que responder.
(...)
Salir del barrio no fue difícil, ninguno de ellos tenía amigos ni personas que fueran a extrañar; lo único que Jay, Eliette y Blair extrañarían serían los recuerdos familiares que pasaron en esa pequeña casa.
Eliette vio la gran camioneta de su padre estacionada fuera del barrio, lo cual era una sabia decisión, pero eso no logró evitar que Blair y sus hijos no se sintieran intimidados.
—¿Dónde ponemos las cosas? —Eliette se dirigió a su papá con timidez, era la primera vez que le hablaba directamente desde que su madre se lo presentó.
—¡Oh! No se preocupen —Le quita la maleta con gentileza— ¿Es todo lo que traen?
Jay suelta un bufido.
—No es como si tuviéramos muchas cosas —dice el chico de forma mordaz antes de ser callado por su madre.
Jude tuvo la decencia de ponerse rojo y no mencionar nada más. El hombre era consciente de que a su hijo menor no le caía bien. Después de asegurar la maleta de los chicos y la de Blair, ayudó a la mujer a subir a la camioneta.
Jay subió solo, era igual de alto que su padre después de todo y Eliette...
La chica comenzó a analizar cómo subir a ese enorme auto cuando dos manos la tomaron de la cintura para subirla.
—¡Eh! —Eliette se sintió avergonzada al ser cargada como una niña pequeña ¡No era su culpa ser tan pequeña!
Blair soltó una pequeña risa y Jay una carcajada, logrando que Jude se sintiera avergonzado y Eliette se enojara.
—Era más fácil y rápido así...lo siento —Se excusó el hombre y fue tan amable que Eli sintió vergüenza de querer desquitarse con él.
—No hay problema, gracias —Eli le sonrió a Jude y pudo jurar que casi llora de gusto ¿tan nervioso estaba en presencia de dos adolescentes? ¿O era por su madre?
Salvo esa interacción, el viaje fue tranquilo; Jay escuchaba música, Blair y Jude hablaban en pequeños susurros y Eliette veía por la ventana pensando en cómo sería su nuevo hogar hasta que vio que entraban a un barrio muy exclusivo.
—Mamá ¿a dónde vamos? —Eli pensaba que viviría en algún barrio de clase media o algo así, no un condominio donde solo las personas más ricas de la ciudad podían vivir.
—A la casa de tu padre, cariño. —Se notaba que ella tampoco estaba muy segura de vivir en un lugar tan diferente a donde vivían antes, pero tampoco quería herir los sentimientos del hombre al que amaba, algo que a Jay le importaba muy poco.
—¿No podemos vivir en otro lado? —Las miradas que le dedicaron Eliette y Blair fueron suficientes para callarlo, pero el daño ya estaba hecho.
—Bueno...podríamos... —Jude trataba tanto de agradarle a sus hijos que haría lo que fuera por ellos hasta irse de su propia casa.
—Jay, VAMOS a vivir con tu padre, tanto como si te gusta como sino y si tienes algún problema puedes decírmelo claramente. —Blair no era una mujer que se fuera por las ramas y si su hijo tenía algún problema con su decisión era mejor que lo dijera de una vez.
Eliette no se metió, Jay se había ganado esa contestación a pulso, si bien no conocían del todo a Jude, él no había hecho otra cosa más que portarse bien con ellos, pese a las groserías de su hermano.
—Llegamos. —Anunció Jude después de un rato en silencio y comenzó a bajarse para ayudar a Blair. Eliette, para ya no se sentirse avergonzada, se subió a la espalda de su hermano para bajarse del auto y como Jay seguía mal humorado, ni replicó.
—Bienvenidos a su nuevo hogar. —Les sonrió Jude mientras abría la puerta a su nuevo hogar.
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