capítulo cinco

CAPÍTULO CINCO. LASCIVIA


— Me fascina cada rincón de tu cuerpo,
Brianna. — Jude abrazaba la piel de su
terapeuta, colocando sus brazos por debajo
de su camiseta sobre su pecho y masajeando
éstos con dulzura y delicadeza.

Besó su erizada piel, dejando un rastro de besos cálidos por todo su cuello acompañados de leves gruñidos mientras continuaba acariciando su busto.

Brianna, envuelta por la sed de lujuria y cometiendo un acto para nada convencional, fue levantando poco a poco la camiseta de Jude, dejando su marcado pecho y abdominales al descubierto, mientras él deslizaba una de las tiras de su camiseta de tirantes con delicadeza, hasta dejarla completamente vulnerable a sus ojos.

— Suplícame morena. — aclamaba, penetrándola con sus ojos tan oscuros como la noche.

Su corazón bombeaba sangre a gran velocidad, podía notarlo con tan sólo tocar su pecho y acariciar su corazón. La situación se había desbordado por completo pero a ninguno de los dos parecía importarle en absoluto.

— Jude~ — Brianna sucumbía a las órdenes del moreno, llenándolo de placer con tan sólo escuchar su nombre ser pronunciado por sus delicados labios.

Jude sonrió como respuesta, agarrando sus muslos y colocándolos al rededor de su cintura, envolviéndolo con fuerza.

— Esta noche quiero devorarte, hacerte mía hasta el último rincón de tu cuerpo. — suspiraba contra su cuello, pudiendo sentir el agarre de sus piernas intensificarse por momentos.

Tomó su cintura con desesperación sin despegar sus labios de los suyos y la guió hasta el bordillo de la mesa metálica que se encontraba en el centro de la habitación, sentándola encima.

Acto seguido, comenzó a desabrochar los botones de su pantalón, bajándoselos hasta los pies y tirándolos hacia un lado. Bajó su tanga de
encaje con cuidado por sus piernas y retiró
éste con rapidez. Brianna abrió sus piernas instintivamente, dejándose llevar por la
creciente tensión del momento mientras observaba atentamente al moreno con una sonrisa envuelta de lujuria y deseo.

Jude tomó un hielo del vaso de agua que
se encontraba sobre la mesa y lo posó cuidadosamente sobre el abdomen de la fémina.
Restregó el frío hielo por todo su torso, dejando un recorrido de agua derritiéndose sobre su cuerpo hasta llegar a sus muslos. Trazó finas líneas sobre éstos, provocando leves suspiros
en Brianna. Llegó hasta su feminidad, rodeándola y sintiendo cómo la desesperación de la morena aumentaba con el roce gélido sobre su piel.

Brianna jadeó como respuesta, agarrando los rizos de su cabello con fuerza como pudo y atrayéndolo más hacia ella, temblando con su toque.

Jude continuó restregando el hielo sobre su feminidad, de arriba abajo, dejándolo todo mojado a su paso mientras observaba victorioso cómo la terapeuta enderezaba su espalda, retorciéndose de placer.

Un minuto después, lo tiró al suelo, introduciendo su lengua sin previo aviso en su interior y saboreando cada parte de su piel, disfrutando su cuerpo hasta el último rincón
por descubrir.

— Eres un tesoro perdido para mí, querida. — Brianna suspiraba, sus labios no eran capaces
de formular una frase completa, tan sólo pequeños gemidos y débiles suspiros salían
de su boca con cuidado de no hacer mucho ruido para que no fueran descubiertos.

Jude lamía y relamía, introduciendo a su vez dos de sus dedos al mismo tiempo que comía su fruta prohibida.

Brianna sabía que lo que hacía estaba fuera
de sus principios y moralidad. Ella era su psiquiatra y Jude su paciente.

En cambio, allí se encontraba, postrada ante lo que era su mayor tentación, el árbol del edén convertido en un hombre de cabello rizado, tez morena y ojos negros.

— Jude, no pares, por favor. — Brianna se encontraba totalmente fuera de sí. Su alma había abandonado su cuerpo en el momento que
Jude hizo contacto con su piel.

Se avergonzaba de ella misma por haber caído
tan rápido en los encantos del sociópata. Sin embargo, llevaba mucho tiempo conteniéndose las ganas de ser tocada por él, deseándolo hasta en sueños que se convirtieron en sus más dulces pesadillas.

— ¿No quieres que pare, morena? Se te ve tan bien, suplicando por mí, tan ingenua y frágil, como una rosa blanca. Reza por mí, te lo ruego. — aclamaba su paciente.

Brianna era su musa, su tesoro perdido en medio del desierto, la luz de su oscuridad. Aunque odiase admitirlo, ella completaba cada parte de su ser como un maldito rompecabezas y aunque sabía que lo que estaba haciendo no era del todo ético, su deseo por hacerla de su propiedad sobrepasaba todos sus límites.

Aquella mujer era su completa perdición.

Jude se levantó, directo hacia su clavícula, dejando leves mordiscos mientras continuaba introduciendo sus dedos con rapidez. Acercó éstos a su boca, escupiendo sobre su mano y volviéndolos a introducir, lo suficientemente húmedos para saciar a su víctima.

Devoraba su cuello con pasión, dejando
fuertes lamidas sobre éste y agarrándolo con desesperación, marcando a la que era su presa.

Brianna jadeó por última vez, llegando al tan
ansiado y prohibido clímax.

— Joder. — maldijo para sus adentros mientras apretaba sus párpados con fuerza y mordía su lengua con cuidado de no levantar la voz, dejándose llevar por la intensa ola de calor que recorría todo su cuerpo, producto del placer.

— Cómo me pone cuando gimes así. — jadeó agitado, limpiándose los labios húmedos por el líquido de su feminidad.

Jude no había recibido respuesta alguna, pues la morena continuaba en un largo trance del que le era imposible salir. Su cuerpo y mente se habían fundido de placer y sus sentidos no reaccionaban.

Respirando con exasperación, se levantó como pudo de la mesa con los muslos humedecidos
por su reciente orgasmo. Su estado era completamente vulnerable a los ojos del moreno.

La tenía justo donde y como quería. Había soñado con este momento en tantas ocasiones en su retorcida cabeza que contemplarla de esa manera tan expuesta ante él, hacía crecer su deseo por querer hacerla de su propiedad de una vez por todas.

— Tu piel es mi veneno favorito.


escribir este capítulo me ha hecho sentir cosas,
en fin, creo que mis bragas se fueron volando a islandia y todavía no han regresado. espero que
lo hayáis disfrutado, besazos de kats!

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