»Especial III. Familia«

Yoichi despertó tan solo un par de horas después de haberse desmayado por el esfuerzo físico y mental del parto. Abrió de poco a poco sus párpados para acostumbrarse a la luz del lugar, dándose cuenta que se encuentra en un lugar diferente. Con otra bata, recostado en cama donde el cuarto es más pequeño.

Al bajar un poco su mirada se percata que aquella enorme panza que tuvo durante meses, ya no está. Se había acostumbrado tanto y ahora se siente un poco raro poder visualizar al fin sus pies.

Cómo si su mente hubiera reaccionado algo tarde, empieza a ver a los lados en busca de alguien que le diga dónde está su bebé, lo último que recuerda antes de caer inconsciente es haber escuchado el llanto del recién nacido. Se siente tan ansioso como algo nervioso por tenerlo entre sus brazos, cargarlo y verlo.

—Me habías preocupado cuando te desmayaste.

Kaiser entró al cuarto llamando la atención de su adormilado esposo. Detrás de él una enfermera que le ayudó abrir la puerta puesto sus dos brazos están muy ocupados cargando con sumo cuidado y delicadeza "algo" en vuelto en mantas. Luego de escuchar las indicaciones de está, la profesional en enfermería se retiró diciéndole algo en alemán y dejando solo a los padres.

El azabache miró como el contrario se aproximó a él hasta tomar asiento en un sofá cerca de la cama, admirando como Michael carga a su bebé dormido y ya limpio. La imagen es enternecedora a sus ojos, sus manos cosquillean ansiosas por cargarlo.

—Parir un bebé es tan agotador y exhausto como la primera vez que evolucioné con mi consciencia espacial. Más física que mentalmente.— se excusó el Omega por el señalamiento de su desmayo.

Por un momento creyó que no lo lograría, que realmente acudiría al final con la cesárea. Pero al menos puede respirar aliviado de que todo ya acabo y las cosas resultaron bastante bien al menos.

Esta claro que no quiere volver a pasar por eso otra vez, aunque ni él mismo puede prometerlo.

—Debes tener razón.— suspira y sonríe agradecido.—Nuestra bebé es hermosa, una linda niña.

Michael le entrega a la bebé en brazos del Omega, esté por fin se le es revelado el sexo, se emociona mucho al tenerla y poder observala con lujo de detalle.

Claramente tiene un poco de miedo, es tan pequeña y frágil que teme hacerle el más mínimo daño. Es muy cuidadoso y al tenerla por fin en sus brazos, la acerca a su pecho. Por instinto la olfatea un poco. Ella todavía no tiene su aroma propio, ahora mismo huele a agua oxigenada, suero y muy levemente el aroma de su padre Alpha que hasta hace poco la estuvo cargando.

La pequeña tiene sus dos manitas en forma de puño, cerradas. Tal como el alemán dijo, es hermosa. No es un genio para darse cuenta que, tomó los rasgos de se papá Alpha, y el escaso cabello que posee, es rubio. Claro y bonito.

—Se parece mucho a ti. — comenta Yoichi con cierta gracia. Es ahora que piensa con cierta ironía en la frase de "te tuve nueve meses en mí para que al final te parezcas demasiado al otro."

—Es obvio que al ser mi hija, tuvo que salir tan hermosa como yo. — añade con ese tono engreído y coqueto, orgulloso.

Es casi como tener una versión de Kaiser muy pequeña, tierna, silenciosa y por supuesto, en niña. Internamente se pregunta si su comportamiento y personalidad será igual a la de él.

—¿Cuál será su nombre?— interroga el alemán.

Ambos habían dado propuestas diferentes, es obvio que cada quien se fue por nombres con significados increíbles y bonitos acordé a sus raíces.

—Puedes tomar esa decisión.

—¿De verdad?

Yoichi asiente. Si la niña hubiera nacido con rasgos más orientales que europeos, tal vez él mismo le da el nombre, pero cree que le quedará mucho mejor el que le dé su esposo, además que esté realmente hizo una lista de nombres, tanto de niño y niña, mucho antes que él, por lo que quiere darle ese gusto a su pareja.

—Quiero que adores todo de nuestra hija, hasta su nombre.

—Yo ya la adoro, incluso antes de nacer la amé. La adoro tanto como a ti. — le sonríe con amor y aprecio.

El azabache se sonrojo, realmente su esposo dice cosas muy cursis que le llegan al corazón.

—No puedo evitarme preguntar si realmente yo di a luz a esta hermosa y tan pequeña criatura. — la mira fijamente, ya quiere verla abrir sus pequeños ojitos, luego verla gatear, sus primeros pasos y escucharla decir su primera palabra.

—Lo hiciste, yo lo vi.— soltó, aunque se traumo un poco al presenciar la escena. La sangre y la desesperación como dolor de su esposo en dicha situación, realmente parecía una película de terror, con un desenlace feliz.—Con respecto a su nombre, quiero ponerle Roselyn.

—Es perfecto, suena identifico a rosa en inglés, de cariño podemos decirle Rose.— añade emocionado.

—Es una bella rosa.

No cabe duda que es el nombre perfecto para su hija, ambos lo adoran y están de acuerdo.

Π Ω μ

Cómo es de esperarse, para el siguiente día por la tarde los padres de Yoichi ya se encontraban en el hospital para ver a su hijo y recibir al pequeño miembro de la familia. Realmente nada los detuvo, ni la edad o el tiempo para estar ahí, mandándole muchos mensajes y llamadas a su yerno para que los guiará durante su camino, les dijera en qué hospital está y lo pusieron en altavoz para que hablara en alemán con el taxista que los llevó hasta el mismo hospital con nombre "muy raro y largo" como para pronunciar. 

Al igual que los propios padres de la niña, quedaron encantados al conocerla, a pesar de que no tenga mucho parecido a su hijo. Aún así, esperan seguir viviendo para verla crecer, que sea toda una señorita bella y encantadora.

Π Ω μ

Cuando por fin Yoichi junto a su bebé pudieron salir del hospital camino a casa en compañía de sus padres—Kaiser bendice haberse comprado una camioneta grande para que todos puedan entrar—. También se dio la oportunidad de que los padres del Omega conozcan por fin la casa de la pareja, notando que hay mucha seguridad y vigilancia en el exterior. Desde cámaras que dan a la calle hasta por el jardín, además de los guardias que vigilan en cierto horario los alrededores de la gran casa de dos plantas. 

Estuvieron algunas horas más hablando durante la cena, los señores Isagi se quedaron a dormir en una de las tantas habitaciones que tienen, específicamente la que se encuentra en la primera planta para que así no estén subiendo y bajando escaleras.

Alrededor de las once y media de la noche, la pareja ya se encuentra en su recámara cambiándose, dándose un baño por turnos. Yoichi siendo el primero en acostarse junto a su bebé, a la cuál hace poco le dio leche de su pecho porque está lloraba sedienta, una experiencia nueva pero linda.

A pesar de que el japonés se nota muy cansado, esté sigue despierto admirando a su hija. Cómo si no quisiera perder ningún detalle de ella, como si también le preocupara perderla de vista a pesar de que está descansa profundamente dormida.

—Estas aún muy cansado cariño, necesitas dormir.

—Tengo miedo de cerrar los ojos, y que al abrirlos ella ya no esté. No puedo dejar de vigilar, tengo miedo que le suceda algo. — admite Yoichi. La cama matrimonial es realmente grande, tiene algunas almohadas del otro lado de la bebé para que no se caiga por si se da vueltas.

Aunque en su interior sabe que ella todavía no tiene la fuerza para siquiera moverse por si misma de la posición donde está, de cualquier forma quiere tenerla protegida y segura.

—Yo la estaré cuidando, no te preocupes. Estaré despierto un buen rato, cuando vaya a dormir la moveré con cuidado hasta su cuna, me aseguraré que esté bien y luego me dormiré.— le asegura para mantener tranquilo a su esposo y que pueda dormir. Se nota la preocupación en la mirada del nipón, quiere hacerlo todo, pero se le olvida que en el cuidado de un bebé se hacen cargo los dos padres, no solo uno.—Por cualquier cosa estará cerca de nosotros, a cualquier mínimo ruido me levantaré. — añade. Él no tiene el sueño pesado, así que si la bebé llora aunque sea muy bajo, él se despertará al instante.

El Omega al escuchar atentamente las palabras de su Alpha, lo tranquilizan bastante y se nota visiblemente encariñado ante lo atento y dispuesto que se comporta Kaiser.

—¿Por qué eres tan perfecto, Michael?— pregunta, y aunque Kaiser quería responder con algún tipo de broma o fanfarroneando, Yoichi no le permite y sigue hablando.— Es imposible que alguien tan lindo como tú este conmigo. ¿No tienes algún defecto?— frunce el ceño con "envidia".

—Mi único defecto es no haber sabido coquetear bien contigo cuando nos conocimos. — responde con gracia al recordar aquello. Al menos cree o considera que actualmente ya es mejor ligando, casi a diario lo hace con Yoichi, con la excusa de enamorarlo todos los días y jamás piense en el divorcio con él.

Al Omega le causa mucha risa y ternura aquello. A lado de Michael se siente amado, que nunca estará solo.

—Realmente eras todo un tonto y ególatra.

—Pero ahora soy tu esposo y el papá de nuestra cachorra.— le recuerda presumiendo el anillo que los tiene unidos formalmente. Le besa en sus labios con mucho afecto, repitiendo que él vigilará a la bebé, además que no tiene de que preocuparse porque los bebés realmente duermen muchas horas al día, así que duda que ande inquieta.— Buenas noches, cariño.

Yoichi cierra los ojos apenas se acomoda en la cama con cuidado, miró a su hija una última vez y a su esposo, puede suspirar tranquilo y en paz y en pocos minutos concilia el sueño.

Se quedó dormido en un ambiente cómodo y familiar, agradeciendo entre sueños la felicidad y el amor que hay en su nueva familia.

Soñó que jugaba una vez más al fútbol, la copa del mundo. Su esposo e hija apoyándolo en asientos de primera fila.

Π Ω μ

Michael y Yoichi tienen los orbes de color azul, pero algo que los diferencia es la tonalidad. Mientras que el alemán los tiene de un azul tan claro como el inmenso cielo en un día soleado, el japonés los tiene de un azul oscuro como las profundidades del océano o como cuando la noche cae en el cielo estrellado.

La pequeña Roselyn es de tes clara y rubia como su papá Alpha, pero tiene el azul oscuro en sus ojos como el Omega que le dio a luz.

Cuando la pequeña Roselyn cumplió dos años, Yoichi pudo regresar a jugar teniendo que flexionar sus horarios con los de su esposo para que alguno de los pudiera cuidarla en todo momento y no dejárselo completamente a las mujeres del servicio o a los guardias.

La rutina resultó bastante bien y lograron acoplarse rápidamente sin casi muchos inconvenientes.

A pesar de que aún es muy pequeña, es demasiado imperativa y con tanta energía que sus padres tratan de gastarla metiéndola en diferentes clubs de deporte desde temprana edad, lo cuál le ha generado muchas habilidades físicas y una gran resistencia y pulso a su tan corta edad, además a ella parece gustarle y divertirse mucho.

Práctica deportes como; natación, fútbol, taekwondo y uno que últimamente le ha agarrado mucho cariño y pasión por como le luce el uniforme y la herramienta que utiliza, la esgrima. Le parece elegante, bello y un poco complejo.

En cuanto su actitud y personalidad, apenas está creciendo así que se sigue formando, pero con el paso del tiempo y de las propias palabras de su papá Yoichi, asegura firmemente que se parece en gran parte a su papá Michael en ese aspecto, solo qué más infantil y sin tener ese sentido del egoísmo.

Cuando asistía al jardín de niños a la edad entre sus cuatro y cinco años, su maestra les pregunto a los niños como una actividad integral y creativa del grupo, quién de sus dos papás les consiente más y cuál es un poco estricto con ellos, además de hacer un dibujo de ellos en una hoja blanca con crayones de colores.

La pequeña los dibujo a ambos, destacando el color teñido adul del pelo rubio de Michael y sus tatuajes, algo que quiso destacar es como en el jardín hay balones de fútbol, debido a que sus papás juegan mucho con ella a dicho deporte.

En el jardín de niño solo el director y la profesora a cargo del grupo donde está Roselyn saben quiénes son los padres de ella, el resto de compañeros y padres de éstos no. Incluso cuando los medios dieron a conocer sobre el embarazo del Omega— ya que se le notaba bastante en aquel entonces—, y sobre que resultó que había dado a luz una niña, debido a ciertas políticas entre periodistas y televisoras que no pueden fotografiar ni transmitir imágenes ni videos de un menor de edad sin el consentimiento de los padres, por lo que nadie ajeno a la familia sabe cómo luce la pequeña ni su nombre. Y el apellido Kaiser es medio común en el Alemania.

Aunque Michael es fan de fotografiar objetos que le resultan interesantes y bellos, desde plantas, animales y de vez en cuando incluso sube fotos de él junto a su esposo que lucen fantásticas, para presumir le al mundo lo bonito y encantador que es su pareja, se reserva demasiado con su hija. Incluso aunque sus fans le pidan fotos de ella, él ignora.

Es obvio que en algún momento los medios y la gente la conocerán, como también en algún momento en que Yoichi y su hija vayan a ver en vivo en los mejores asientos algún partido de Kaiser o viceversa, será muy obvio quien es. Pero por ahora, aquello todavía no ocurrirá. Lo habló con su esposo y ambos consideran que es mejor que ella haga verdaderas amistades en el colegio por ser ella misma y no por sus padres, ni que tampoco sus compañeros la hostiguen o quieran pedir información de ellos por medio de Roselyn.

Por lo que muchas veces quién la lleva al colegio a pie y traen de vuelta—ya que tampoco les queda para nada lejos—, es alguna de las mujeres del servicio. Para recoger calificaciones avisan de ante mano que no podrán y se las envían por correo o medios digitales—ya hablaron con el director los motivos razonables del porqué, obviamente el señor no tuvo ninguna queja —.

Además ella no es indiscreta o de momento no decía nada a sus compañeros y amigos sobre sus padres. Solo aclaraba que tienen un trabajo super genial y secreto. Aunque a veces lo difícil llegaba cuando se hacían algún festival o cierto día al año conmemorativo dónde el colegio pide la asistencia de alguno o ambos padres junto a la de su hijo para que celebren junto al menor en el colegio.

Pero ella entiende la situación de porque sus padres no podían asistir, y siempre se lo recompensa en casa, especialmente los fines de semana.

Cuando la pequeña Roselyn, a la edad de seis años, algunos pares de semanas después de haber ingresado a su primer año de colegio (primaria), es que su papá Yoichi se enteró luego de haberse sentido mareado, con nauseas y hacerse la prueba, que está embarazado. Fue algo que no le sorprendió demasiado ya que si recuerda que él y su pareja se descuidaron despreocupadamente estos últimos meses, cuando quiso saber cuánto tiempo llevaba, se enteró que ya tenía hasta ocho semanas de gestación.

Al hablarlo con su esposo, decidieron tener al nuevo bebé. Una noticia que le contaron a su hija y está se puso muy contenta como ansiosa, ya que sus demás compañeros siempre hablaban de sus hermanos y ella no tenía uno, pero pronto podría presumir de ello.

Cuando Yoichi cumplió al quinto mes de embarazo, es que les llegó otra sorpresa verdaderamente impactante.

Las palabras del doctor fueron:

"Muchas felicidades, son gemelos."

Roselyn no solo tendría un hermanito, sino dos.

Yoichi no solo estaría embarazado de un bebé, sino un par.

Aunque la noticia causo euforia, conmoción y gran sorpresa, también un poco de miedo en la pareja de esposos. Después de todo, el embarazo múltiple es más riesgoso y delicado para quien dará a luz.

En esta ocasión, es más que obvio y razonable que Yoichi tendrá cesárea. Aunque por otro lado, realmente le emociona tener más bebés, aunque sigue siendo realmente inesperado e increíble que dé gemelos, nunca se lo esperó.

—Papá, ¿Cuándo conoceré a mis hermanitos?— le pregunto su pequeña hija de todavía seis años, despejando su vista del televisor.

La familia de tres pasan un momento juntos en la sala de TV, observando alguna película apta para todo público.

A pesar de que la pregunta fue más dirigida al Omega, Michael quien comía de un plato lleno de palomitas de maíz, le respondió con seguridad:

—¿Esta segura que puedes ayudarnos con dos niños?

—¡Por supuesto!— contestó frunciendo sus labios indignada por qué su papá no confíe en ella.— Seré la mejor hermana mayor que tengan.— añadió con aires de grandeza mientras movía su largo cabello rubio de un lado a otro.

Yoichi río ante esto, ya que le recordó a su esposo cuando a veces presume sobre sus triunfos o como humilla a otros jugadores, o también cuando una vez hace aproximadamente un año, se cortó su cabello.

Puede recordar que, casi no lo reconoció en seguida debido al nuevo corte, extraño esas mechas tan largas y delgadas que tanto él como su hija adoran jalarle para molestarlo un poco. Aunque fue una imagen diferente, un look completamente nuevo y sensual, le daba esa imagen de señor treintañero y muy serio.

Solo tuvo este look por una larga temporada hasta que su cabello volvió a crecer rápidamente, y regreso al que su familia tanta ama.

—Puede que conozcas a tus hermanos en un par de semanas, no falta mucho tiempo para que los conozcas.— contesta el nipón calculando cuando tiempo le queda, sonriéndole entre pequeñas risas.

A diferencia de su primer embarazo donde en su vientre cargaba a su linda cachorra Roselyn, está vez su pansa es muy enorme. No sabe si porque ya no es primerizo o porque precisamente está cargando dos bebés, al doctor le dijo que es normal que el tamaño le dé miedo y tenga aún más complicaciones que su primer embarazo, pero con los cuidados correctos y señalados por el urólogo, todo saldrá bien.

—Papá, no entiendo porque estás tan gordo. — dijo sin rodeos su hija, obviamente en su inocencia de no saber lo que es un embarazo como tal o que ahí están sus hermanos.

Aquello avergonzó al Omega, que le digan gordo aunque sea de cariño, le afecta un poco.

—Yoichi ha comido bastante, pero en un tiempo esa pansa que ves, desaparecerá por arte de magia.— explica brevemente con cierto tono gracioso.

—Kaiser, no ayudas. — le regaño su pareja. —Cambiemos de tema, ¿Qué crean que sean los gemelos?¿Otro par de hermosas niñas, o por fin tendremos varones?— cuestiona con intriga.

La familia en medio de su maratón de películas nocturno, se pone pensativa.

Esta vez ninguno de los padres tiene preferencia por el sexo de los bebés. Si son dos niñas o dos niños, no importa, ellos de igual manera les dará mucho amor y cuidado, además que su hija se comprometió a que igual ayudará a cuidar a sus hermanitos.

Solo sabrán el sexo de los bebés hasta el día que nazcan.

Por mientras deben aprovechar que pueden dormir medianamente bien por las noches, ya que cuando los nuevos integrantes de la familia lleguen, no habrá descanso por un largo tiempo.

Π Ω μ

Cuando los dos bebés nacieron, Yoichi tenía tan solo treinta y siete años. Aunque tampoco quisieron saber el sexo de los gemelos, en el momento que nacieron, resultaron ser nada más y nada menos, que mellizos. Un niño y otra niña para la familia.

Ambos de pelo oscuro como su papá Omega, y de orbes azul claro como el Alpha. Lo curioso es, que a pesar de ser mellizos pero tener muchas características físicas identificas y que la única "diferencia" que los distingue a ambos debería ser su sexo, una niña y un niño, en realidad hay algo más.

Sus rasgos en el rostro, que de lejos se puede notar que son de dos mundos distintos. Mientras que el hijo varón salió con rasgos como los de su hermana mayor Roselyn y su papá Michael, o sea, rasgos faciales alemanes, la melliza femenina tiene nariz respingona, sus ojos rasgados y es de tes ligeramente bronceada, toda una bebé japonesa identica a su papá Omega, a Yoichi.

A pesar de que los mellizos tenga el pelo tan oscuro como el carbón y labios tan delgados como pequeños, uno posee facciones alemanas y el otro japonesas.

Π Ω μ

La fiesta de cumpleaños número once de Roselyn fue grande, además que está vez viajaron hasta Japón para festejarla junto a sus abuelos.

Después de muchísimo tiempo, los amigos Yoichi se reunieron para festejar con él, la mayoría ya casados y con hijos también de casi la edad de Roselyn.

Sacaron una foto familiar, ella en medio junto al pastel de chocolate de dos pisos, con un vestido azul precioso llena de detalles como rosas lilas, su perfecto cabello lacio y rubio trenzado de forma de chongo que hace alusión a una flor. Detrás de ella abrazados están sus padres, cada un cargando a uno de los mellizos de cuatro años, vestidos con pequeñas yukatas como sandalias que les quedan adorables y hermosos.


Akira y Aoi son los nombres de los mellizos. De momento son calmados y no destruyen nada a su paso, son muy apegados a su hermana mayor.

Los cinco forman su propio hogar, una familia.




(3/3)

Π Ω μ


Palabras: 3,708
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: sábado 25 de febrero del 2023
Fandom: BlueLock
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Ahora sí, definitivamente hemos acabado con esta historia!
Cómo se dieron cuenta estos especiales no no traen drama, solo fue el gusto de escribirlos porque si quería escribir "m-preg".
Quería terminar este fic antes de desaparecer me por wattpad en los siguientes días ~

•Mini curiosidades:
Nombre de los niños:
•Aoi: azulada
•Akira: (nombre unisex) brillante.
•Roselyn: (el mismo Kaiser lo dijo) la bella rosa.

Ahora sí me retiro con este final feliz y nos veremos en futuros proyectos!
Gracias por haber leído hasta aquí<3

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