🝮6.
El primer lugar a dónde fueron es una especie de puesto callejero y tradicional de esa zona de la ciudad. Un ambiente bastante familiar y humilde. Llegaron puntual así que aún no hay suficiente gente, por lo que agarraron los pocos asientos que hay cerca de donde está la comida mientras Isagi pide la orden.
Pidió pescado con carne y salchicha a la parrilla, junto a una importante especie picante que muchos lo confunden con algún tipo de mayonesa o aderezo.
—¿Qué es esto?— preguntó curioso el rubio. Antes de que Isagi le contestará, lo pensó por un momento fijándose en la textura del condimento. Después se acordó que en uno de sus viajes a un país de norteamerica había algo similar y muy delicioso. —¿Guacamole?
—¡Así es!— afirmó y sonrió con malicia intentando no reír por la ingenuidad del aleman.— Es guacamole.
—¿Dónde están los 'nachos' para acompañar?— pregunto ya que recuerda que el lugar donde lo comió tenía una clase de masa tostadas, pequeñas y crujientes. O en su defectivo se le echaba directamente al 'taco', es lo que recuerda de su viaje.—¿Y porque me estás grabando?
En algún momento Yoichi saco su celular para evidenciarlo. Obviamente esté quiere grabar su reacción cuando lo pruebe, no hay forma de que un turista le agrade siquiera un poco el sabor, especialmente si no está acostumbrado al picante.
—Porque pienso que eres demasiado atractivo y quiero recordar este momento por siempre.— se excusó el nipón, sonó ridículo y poco creíble, pero conociendo lo creído que es el contrario hay posibilidades de que si se lo crea.
—Eso sonó demasiado sospechoso. — miró de nuevo aquello color verde, incluso le sirvieron muy poca cantidad.
Igualmente lo probó, tampoco cree que sea veneno.
Michael Kaiser aprendió esa noche que siempre debe andar con mucho cuidado cuando prueba comida de otros país. Esperaba un sabor salado, ácido o en su defecto dulce. Solo podía escuchar las risas de Isagi de fondo grabándolo con su celular mientras esté bebía mucha agua para calmar ese mal sabor de boca, intenso e irritante. El japonés es más malicioso de lo que imaginó.
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Fueron a un templo y al puente cerca de algún río para disfrutar de la vista y la flora originaria de Japón. Directamente no entraron tan a fondo al templo, pero Kaiser pudo observar a muchos japoneses con vestimenta diferente pero que identifica mucho a la cultura de ese país. Isagi le explicó que son yukatas y algunos otros son kimonos. Kaiser no encontró mucha diferencia entre estos conjuntos de ropa elegantes y tradicionales. Pero si pensó en lo bonito e interesante que se vería Isagi usándolos, pero este solo se excusó que los usaría en eventos muy importantes saliendo ya sea con la familia o amigos.
Después de un largo rato caminando y hablando tanto de trivialidades cómo sobre sus próximos eventos a ir para ganar alguna copa, Isagi se detuvo al mirar no tan de lejos una cancha de fútbol donde juegan algunos chicos. El fútbol callejero sin reglas estrictas, ni árbitro y con cierta libertad en las jugadas.
Se fueron acercando más y más hasta que Isagi no resistió el llevar más de un día sin tocar el balón que miró a Kaiser con una mirada fija e insistente, el Alpha no entendía hasta que el nipón se lo propuso verbalmente:
—Vamos a jugar con ellos.
—Subestimas mi paciencia con los niños. — se quejó no muy seguro de querer hacerlo.
—En realidad son adolescentes, no niños. — le corrigió. Puede que los haya confundido por la estatura.
—¿Qué hay si te reconocen?
—Tu ya llamas mucho la atención. No seas amargado. — soltó encogido de hombros, igual muy seguro de que no lo reconozcan con el cubre bocas y la gorra. Pero a Michael si se lo quedarán viendo tanto por su estatura y por sus rasgos faciales.
—Esta bien, pero jugaré en el equipo contrario y te venceré. — sonrió burlón.
—¿Tan confiado?— bufo, hace unos instantes dudaba de querer jugar al fútbol callejero y ahora hasta alardea de ganarle.— Solo no seas tan duro, o sospecharan que eres un jugador profesional de talla mundial. — le aconsejó.
—¿Apostamos?
—¿Qué quieres apostar?— pregunto interesado.
Kaiser hizo una señal como si estuviera pensándolo detenidamente, no tardó tanto porque de inmediato le dio una respuesta.
—Si tú me ganas, lo que quieras de mí y que me sea humanamente posible cumplir.
—¿Y si tú ganas?— se cruzó de brazos apenas prestándole atención a lo que sea que le pida, pensando mejor que le puede pedir él a Kaiser.
—¿Qué tal un beso?— mencionó a lo que despertó la atención de Isagi.
—¿Dónde quieres que te bese?
—En mi pie no ha de ser, tienes fetiches raros.
—No es verdad.
—Ya debes saber en donde.
—Por como me lo dices, parece que me estás amenazando. Pareces un pervertido.
Los dos se acercaron al grupo de adolescentes para pedirles que les inviten a jugar por lo menos unos cincuenta minutos. No necesitan más tiempo.
—Isagi Yoichi, te voy a devorar.— le dijo Kaiser con determinación.
No usan ropas formales, hasta cierto punto tienen cierta libertad para movilizarse por como van vestidos.
—Me gustaría ver qué lo intentes. — le respondió Isagi retador.
—No estoy hablando del fútbol. — murmuró.
Isagi lo alcanzó a escuchar y se distrajo por esas palabras. Quizás se distrajo demasiado.
De cualquier forma, es muy entretenido y divertido jugar en equipo. Ambos se mantuvieron al margen para no destacar demasiado, al menos durante los primeros quince minutos.
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Otro gol marcó hacia el equipo donde juega Michael Kaiser. Pero lo interesante es que el tiempo ya acabó.
Isagi maldijo ya que se empezaba a divertir además de que ya estaba por comenzar a jugar enserio. Durante un buen rato estuvo pensando en las palabras de Kaiser y observándolo detenidamente mientras jugaban en un entorno completamente diferente a lo usual, lo cuál causó que Isagi no diera todo de sí.
Ambos se despidieron y el nipón se quitó el cubre bocas para tirarlo y ponerse otro, son de esos desechables. Fue un martirio usarlo mientras jugaba.
—¿Estabas jugando enserio conmigo o tanto quieres que te besé?— se acercó a preguntarle Kaiser ya que terminaron su tiempo. A pesar de que no hicieron mucho esfuerzo y jugaron tan poco tiempo, eso no quita el sudor en sus cuerpos.
—¿Cómo dices?— exclamó Isagi indignado.
—Perdiste. Tu equipo apenas metió tres goles y el mío cuatro.
—Eso fue porque...— suspiró, no tiene ninguna excusa buena.—Me distraje, lo siento. Además solo fue un gol de diferencia, tampoco exageres. — se quejó. Tampoco es como si hubieran perdido por goleada, eso sí le hubiese dado vergüenza.
—¿En qué tanto estabas pensando?
—No importa,— se negó a revelarlo.—
perdí contra ti y debo aceptarlo.
Ambos tomaron un taxi debido a que ya tienen las piernas cansadas, habían caminando mucho esa noche y aparte ese pequeño partido que si bien fue muy corto, se sintió más como un 1 vs 1 y eso les agotó, todavía más porque antes no hicieron algún verdadero calentamiento para acostumbrar a los músculos de sus piernas.
Isagi pidió un taxi por una app, tenían pensando compartirlo, así que mientras esperaban unos doce minutos para que llegara a ese punto de encuentro, se quedaron en un breve silencio hasta que Kaiser habló.
—Yoichi.
—Aun no me acostumbro a que me hables por mi nombre solamente.— admitió, se le hace todavía raro escucharlo.—¿Qué pasa?
—Cierra los ojos.
—¿No harás nada pervertido, cierto?
—¿Quieres tener los ojos abiertos mientras te beso?
A Isagi casi se le olvida que si perdía, cosa la que sí sucedió, él debía dejarse o darle un beso al otro.
—Demonios.— suspira. Realmente no se siente tan nervioso, su primer beso tampoco es y además que se trata de Kaiser. Lo peor que le pude hacer es morderle para asustarlo.—Pero hazlo rápido.
Cerró los ojos de inmediato y levemente junto sus labios. Pasaron algunos segundos haciendo sentir a Isagi cómo estúpido e impaciente ya que creía que se estaba tardando para ser solo un beso, hasta que sintió la respiración del otro sobre sus labios es que comenzó a sentirse ansioso pero mantuvo siempre la postura y calma para que no se note que está nervioso.
Sintió cosquillas en su cuerpo ante el tacto húmedo sobre sus labios, la lengua de Kaiser dio una lamida lo cual le hizo bajar la guardia, abriendo la boca para quejarse por ello hasta que el Alpha aprovechó inmediatamente ésto para besarlo adentrando su lengua en la cavidad del contrario, tomando por sorpresa a Isagi así como un leve jadeo se le escapó.
Incluso aunque pasaron diez segundos, Michael Kaiser no se detuvo. El japonés sintió como una de las manos del contrario tomaban su mentón para mantenerlo en una posición firme hacia arriba, y la otra se deslizó hasta su cintura para atraerlo hacía él apretando levemente sobre está.
Yoichi con la intención de apartarlo puso sus manos en el pecho del contrario empujando levemente, no agarro más impulso ya que Kaiser aumento el ritmo del beso moviendo sus labios con frenesí contra los suyos que aún son inexpertos en esto. La lengua del alemán se fue devorando a la contraria haciendo que el calor en el nipón subiera hasta sus mejillas intensamente y descendiera hacia el pecho, como más abajo.
Sentía los largos dedos de Kaiser juguetear con algunos mechones de su cabello, la otra mano no lo soltaba, en un momento las piernas de Isagi empezaron a temblar hasta casi caer sino fuera porque aún tiene resistencia y Kaiser lo sostiene fuerte. El beso del Alpha es demandante, profundo y húmedo. El rubio no le tuvo compasión alguna, hizo suyo esos labios suaves y torpes. Para Isagi jamás había visto un beso de esa magnitud, ni siquiera entre sus padres o entre otras parejas de su entorno. ¿Así son los alemanes de intensos y afectivos con el beso? Es demasiado, no sabe si puede manejarlo.
En ese momento su pecho se sintió tan caliente y vivo, algo dentro de él se quiso entregar a Michael Kaiser, pero Yoichi Isagi razonó y resistió para no caer en esa peligrosa tentación solo por un maldito beso.
Larga, húmeda y busca dominar. Descripción perfecta de la lengua del Alpha en su boca. Realmente le hizo un desastre.
Yoichi apenas pudo respirar cuando esté se alejó de él por fin, preguntándose con la mente un poco dispersa y confundida, ¿Cuánto duró el beso exactamente? En algún punto parecía ser infinito, que nunca iba a cesar y Kaiser no se iba a contener sino fuera porque están en un lugar público con coches pasar en la calle.
Jadea, busca regular su respiración sin siquiera ver fijamente al Alpha quién todavía no lo ha apartado de él ni un centímetro. Sus labios lo bastante húmedos y todavía tiene muy presente la lengua del otro en la suya, esa sensación pesada y húmeda persiste en su interior.
Ninguno dice nada por algunos segundos más, Kaiser mira detenidamente el rostro del nipón sonrojado con sus labios entreabiertos y húmedos por el reciente beso, el como regula su respiración y lo cerca que está de él.
En cualquier momento parece que se va a caer si lo suelta, o también está el hecho de que no lo quiere soltar, quiere que permanezca junto a él mucho rato más.
El Omega se ve algo perdido entre sus pensamientos, casi parece pasmado por la intensidad de aquel beso. Lo peor es que no solo fue el beso, sino la lucha de feromonas que hubo a su alrededor y se extendió. No cualquiera podría soportarlas. Ahora está un poco más calmado.
—El taxi está por venir...¿Quieres que te acompañe hasta tu departamento?
Isagi asintió sin decir mucho más, quizás aún esté avergonzado por lo reciente. Sea lo que sea, aquel beso piensa que ha sido un detonante.
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Palabras: 1,998
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: sábado 24 de diciembre del 2022
Fandom: BlueLock
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Estuvo intenso el último capítulo de la temporada. De por sí me dolió cuando Nagi dejó a Reo en el manga, verlo otra vez en el manga igual fue triste.
No es broma cuando digo que tengo ganas más fanfics de esta shipp, también de Isagi x Rin, Isagi x Bachira, etcétera.
Gente me imaginé el juego de calamar al estilo BlueLock (obviamente gay), estaría perro.
Obviamente no publicaré nada de momento, primero quiero terminar este fic porque ya tengo muchos otros de otros fandoms abandonados XD.
En fin, nos veremos pronto! Creo...
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