🝮4.

Isagi Yoichi despierta en la madrugada, alrededor de las dos. Lo hace ya que tiene mucha sed, por lo que con cierta flojera, un poco somnoliento se levanta para dirigirse hacia la cocina y servirse un vaso de agua tibia, encendiendo la luz del pasillo para no caerse.

Regresa a su habitación sin tener la mente muy clara. Se pregunta la hora y empieza a buscar su celular por la habitación, no lo encuentra incluso luego de haber encendido la luz de está lo que le genera confusión y extrañes, es imposible que lo haya perdido y su celular lo lleva prácticamente a todos lados, solo lo suelta cuando va al baño, a dormir y en entrenamientos.

Es entonces que algo hace click en su cabeza, todas las piezas de su cerebro juntándose, es que por fin recuerda la noche pasada donde se quedó dormido en el sofá a una hora posiblemente temprana, por lo que es muy probable que su celular lo haya dejado en la sala, pero más desconcertante aún, es que se quedó dormido estando a solas con un Alpha, y no cualquiera, sino hablamos del mismo sujeto que más que un amigo, aún existe cierta enemistad entre ellos dos. No está seguro que esté se haya ido a su casa o mejor dicho en el hotel donde se esté quedando, sus sospechas de que esté siga en su departamento son grandes. Pero debe admitir que se siente aliviado de no haberlo encontrado durmiendo con él en la misma cama.

Hubiese sido una escena muy comprometedora.

Apresurado decide dirigirse a la sala ya no solo en busca de su celular.  Piensa que aún tiene la misma pijama de ayer intacta, quiere creer que el Alpha no se aprovechó de él, también recuerda haberse quedado dormido en el sofá, ¿Acaso Kaiser lo trajo desde el sofá de la sala hasta su cuarto? Suena bastante difícil de pensar siquiera. No queda con la personalidad del rubio que bien cree conocer.

—Casi me asuste...— jadea sorprendido al ver qué en el sofá de tres compartimos descansa alguien, no enciende la luz pero la del pasillo llega hasta ahí un poco.

Lo mira por unos segundos con una expresión entre calmada, pensativa y curiosa. Lo ve tan relajado y con una expresión natural que no parece un mal sujeto. A final Kaiser se quedó a dormir en el sofá, aunque piensa que debe ser muy incómodo para el más alto, aparte que ese cambio de ropa que le prestó tampoco le abriga lo suficiente.

Suspira y decide ir rápidamente por alguna sábana para cubrirlo al menos del frío. Se siente como el amigo protector que cuida de sus demás amigos cuando estos se quedan a dormir a su casa. Pero también no se siente tan cómodo pensando en Kaiser cómo en algún amigo, todavía no.

Regresa a su dormitorio apenas encuentra su celular reposando en una mesita y vuelve a dormir, no tarda tanto en caer dormido aunque no dejaba de pensar en las acciones de Kaiser, en que esté si debió cargarlo como costal de papa—ya que duda que esté haya tenido delicadeza con él al cargarlo—, hasta llevarlo a su cama, pensar en ello lo avergüenza un poco.

Entre sus sueños; hay uno que recuerda casi con detalle, es él escapando de varias enredaderas con espinas que lo están envolviendo y desnudando. Lo más extraño de su sueño es que comienza a vomitar flores azules.

Al despertar de su sueño agitado, ve la hora en su celular. Son las siete de la mañana.

🌺🌺🌺

Isagi se dirigió hacia la cocina, comedor, entrada y el cuarto de lavado, no encontró a Kaiser lo cuál le extraño un poco. ¿Acaso se habrá ido apenas amaneció sin siquiera avisarle?

Sin embargo, la ropa con la que vino el rubio ayer seguía en el cuarto de lavado por lo que duda que esté se haya ido sin más. Aún le queda una habitación por revisar.

El baño.

En dirección a esté, la puerta está cerrada. Suspira, al menos sabe dónde está. Apenas se da media vuelta para ir a la cocina a preparar el desayuno, escucha la puerta abrirse detrás suyo, por lo que por reflejo se voltea con calma hasta observar la manera en como sale vestido el rubio.

—Necesitaba un buen baño.— habló primero ante la mirada pasmada del nipón.—No quise levantarte así que agarre una de las toallas que tenias por ahí.

Isagi no supo que decir por algunos segundos. El Alpha frente a él, a unos escasos centímetros de distancia solo trae una de sus toallas que enrollan su cintura, rodean está y le llega hasta por unas escasas pulgadas encima de la rodilla. Sus ojos difícilmente despegaron la mirada del físico del alemán, las proporciones de su cuerpo anchas, gruesas y fuertes. No le tiene envidia ya que él igual está bien ejercitado y no es ningún flacucho, pero aún así se nota la diferencia entre ambos cuerpos.

Pero lo que más le pone nervioso y le da ansiedad pensar al Omega, es que el amarre de esa toalla del Alpha se ve un poco débil y en cualquier momento puede aflojarse y caer al suelo mientras están así, en cualquier momento los accidentes ocurren.

Con la expresión más neutral y tranquila de autocontrol que puede tener, desvió la mirada como si poco le importará le media desnudez del otro. No sabe porque se pone así por alguien de quién no siente atracción, realmente no es la primera vez que ve a alguien semi-desnudo. En las duchas le ha tocado bañarse con sus otros compañeros, aunque corría algún riesgo por su segundo género, tampoco se sentía en peligro debido a que siempre han sido betas sus compañeros con los que les ha tocado ser parte de sus equipos, a excepción de Rin Itoshi y Nagi. Pero con ellos jamás le tocó compartir cuarto de baño.

—¿Estás completamente desnudo o tienes ropa interior allá abajo?— pregunto aparentando desinterés.

Escuchó una risilla burlona, corta pero sonora. Lo miró con el ceño fruncido, Kaiser ni se inmutó.

—¿Quieres averiguarlo?

Yoichi se ruborizo por unos instantes, lo miró incrédulo mientras pensaba que el contrario solo lo hace para molestar y que así es él, por lo que no debe tomar ese tipo de comentarios o provocaciones enserio.

Sin embargo, en vez de ignorarlo o contestarle de manera honesta y cortante, prefirió seguirle un poco el juego para aparentar que sus bromas no le afectan.

—No eres mi tipo, Kaiser.

—Oh~, ¿Qué clase de hombres son tu tipo?— preguntó sonriéndole, mientras avanzaba hacia él y esté retrocedió hacia atrás.

Isagi no avanzó mucho puesto su espalda choco con la pared, regreso su mirada a Kaiser quién reducía el espacio entre los dos. Después colocó sus manos a sus costados por encima de los hombros del azabache, apoyando sus manos en la pared acorralando lo. La escena es un tanto comprometedora, pero el nipón se lo tomó con calma y siguió bromeando con él. Decir palabras con las que nunca se atrevería a decirle a Rin, quizás por vergüenza, falta de confianza y poca valentía, pero le resulta algo entretenido.

—Los que consiguen hacerme venir.— le miró retador, incluso sonriendo de forma desvergonzada, para demostrarle que no se siente nada intimidado por su estatura, tamaño o porque es un Alpha.

En cualquier momento el rubio podría soltar sus feromonas y asfixiarlo con estás o dejarlo atontado el suficiente tiempo hasta el punto de no resistirse a él ni pelear, podría hacerlo y le costaría mucho resistirse. Sin embargo, Kaiser puede que tal vez lo haya pensando de igual forma, pero aún así, no lo hizo.

No al menos está vez, solo sonrió con más simpatía y queriendo seguir las palabras tan provocadoras del Omega. El alemán nunca espero que el azabache fuese así de seductor y le hablará de esa forma, especialmente considerando que están ellos dos solos en un lugar privado, dónde uno está completamente desnudo pero cargando solamente una toalla que apenas le cubre lo de abajo, aparte de que lo tiene bien acorralado contra la pared y poco espacio entre ambos cuerpos, lo hace más tentador.

Ese tipo de valor y descaro, le pareció aún más atractivo y encantador al Alpha, no se lo espero pero para nada le desagrada, tampoco le molesta. Conocer ese lado de Isagi Yoichi en el fondo le parece tan interesante como le excita.

—Que encantador.— soltó como si fuese un cumplido. Isagi lo miró con desdén y encogido de hombros. No le tiene miedo, ni siquiera parece estar nervioso por la situación o lo disimula bastante bien. Quizás para el Omega todo es un juego de Kaiser y confía que esté no le hará nada.—Soy esa clase de hombres que te haría venir usando le lengua. — sonrió entrecerrando sus ojos y lamiendo seductoramente su labio superior.

—En tus sueños más húmedos.— contestó en forma de burla, cruzándose de brazos sin perder la calma.

—Humedo el desastre que puedo dejarte. — respondió de inmediato mirándolo lentamente hacia abajo.

Esta vez Isagi se quedó sin que decir por unos segundos, aparte de estático ya que el mayor se escucha o suena bastante enserio con lo que dice que ahora sí le asusto un poco por lo que se logró poner nervioso, hasta el grado de ruborizarse.

—Mejor iré a preparar el desayuno.— aclaró para apartarlo de un empujón no tan brusco y salirse de ese pequeño espacio donde lo traía acorralado.—Y ponte ropa si quieres que también prepare el tuyo.— le advirtió endureciendo sus gestos, al menos así no se daría cuenta que hace casi nada se ruborizo por él.

Kaiser no dijo nada al respecto y solo sonrió como tonto, con las manos hacia atrás y dirigiéndose al cuarto de lavado que queda hasta el final del pasillo. Yoichi suspiró más tranquilo, fue directo a la cocina para concentrarse en otra cosa pensando en que preparar y no en la "suerte" que tuvo de que no ocurriera ningún tipo de accidente con esa toalla que apenas cubre la hombría del alemán.

Mientras con Kaiser, esté agarra su ropa sacándola del tendedero y empieza a ponérsela, manteniendo la mente fría a diferencia de hace unos instantes donde realmente estuvo en un latente peligro.

Esa clase de peligro de que su entrepierna comenzará a calentarse ante el tentador escenario de haber tenido a Yoichi a solas, sin escapatoria entre la pared y su cuerpo grande, además de seduciendo con esas palabras de doble sentido. Esos fueron aquellos de sus pensamientos que tuvo que reprimir mientras controlaba sus feromonas y agradecía que Isagi igual estuviera tan calmado para no desprende el suyo propio, no cabe duda que eso si le hubiera vuelta loco.

Debe admitir para sus adentros qué si le gustaría oler el aroma natural del Omega más de cerca y fuerte. Sería todo un deleite para él.

🌺🌺🌺

Durante el desayuno, se fluye una conversación entre los dos haciendo como si nada hubiera pasado hace varios minutos atrás. Quieren cortar todo tipo de tensión que puede albergarse en el ambiente como silencios incómodos, miradas nerviosas y comentarios sin sentido.

—Por cierto, ¿Por qué siempre me llamas por mí apellido y no por mi nombre?— pregunta con bastante curiosidad el rubio prestando atención al anfitrión que seguía pensando un poco en lo de hace rato.

Solo un poco.

—Tu también haces lo mismo. — contestó luego de haber masticado y tragado una porción de sus waffles.

—Pense que Isagi era tu nombre, no tu apellido. — explicó brevemente. Tiene mucho que aprender de la cultura japonesa y las formalidades, entre tantas cosas más. Pero le es muy curiosa e interesante.—Tus amigos y compañeros igual se dirigían a ti de esa forma, así que pensé que era bastante normal.

Isagi comprende a qué se refiere. Sabe que para extranjeros es más común y normal hablarse tranquilamente y sin mucho problema por su nombre, incluso entre personas que apenas se acaban de conocer o vecinos.

Tomó un largo trago de su jugo de manzana para proseguir a explicarle. Le es igual bastante entretenido hablarle de estás cosas a alguien más, comentarle de estás cosas de su cultura a un extranjero es agradable. Además que agradece que Kaiser pregunté y opine con respeto, aparte de prestarle suma atención y verse interesado. Es algo que nunca se esperó que podría venir de aquel Alpha engreído con complejo de emperador.

—En Japón es costumbre dirigirte a alguien por su apellido, en forma de respeto. Solo te diriges a esa persona por su primer nombre en tres situaciones o tipo de relación.— hace una breve pausa, tomando un último bocado de su waffle.—La primera que sean familia cercana como abuelos, padres y hermanos, la segunda que sean amigos muy cercanos.

—¿Y la tercera?

—Que sea tu pareja, novio o esposo.— contestó mientras pensaba en quienes se dirigen a él por su nombre aparte de sus padres. Solo muy contados amigos que considera casi sus hermanos.—Dirígete a una persona por su nombre debe ser algo muy especial e íntimo, valioso. El apellido es respetado pero también es para marcar que hay algo de distancia entre los individuos, que no existe tanta cercanía entre una persona y la otra. Incluso tenemos sufijos que se agregan al nombre y apellido.— concluyó con su explicación.

—Yo vi eso en el anime.— habló con cierta emoción, casi se sentía como un adolescente hablando de sus gustos escondidos con alguien de confianza. Hizo algo de memoria para recordar aquella palabra o concepto de los sufijos del que habla el contrario.—
Son los llamados honoríficos, ¿Cierto?

—Asi es. — sonrió algo asombrado pero con gracia.

Nunca se imaginó que Kaiser viera anime hasta el punto de recordar o saber lo de los honoríficos. Lo que le causa gracia es como se expresa el mayor, casi parece un adolescente hablando en la escuela con sus compañeros sobre algún anime.

Es raro pero curioso.

—Ya que sabes esto, por eso siempre me dirigo a ti por tu apellido.

—Prefiero que te dirijas a mi como Michael. — impuso insistente. Isagi lo miró incrédulo.

—¿No entendiste nada de lo que explique? No somos tan cercanos para que yo me dirigía a ti por tu nombre.

El contrario hizo un mueca de descontento.

—¿Cómo podemos ser así de cercanos?

—¿Por qué de repente muestras tanto interés en mi? Se supone que te caigo mal y viceversa.

—¿Cuándo yo dije eso?— formuló ofendido.— Tú eres el que me dijo que quería matarme. — le recordó, añadiendo:—Pero eso fue en el pasado,¿No?

—Precisamente por eso, fue algo infantil de mi parte, aún tenía dieciséis y no debí tomarme tan personal  esa vez que arruinaste un gol que iba a ser perfecto y se convirtió en un pase.— suspiro al recordar aquel frustrante momento. En aquel momento había jurado odiar a Kaiser, pero esté regresó y ahora parecer querer acercarse a él. No sabe cuáles son sus verdaderas intenciones, le es difícil descifrar las.—Incluso cada vez que lo pienso, me divido entre sentir rencor o hacer las paces contigo.

—Entonces hagamos las pases. 

Kaiser le miró serio, Isagi solo asintió sin negarse e intranquilo cómo ansioso por la mirada del rubio.

—¿Nos estrechamos las manos o quieres hablar de algo más?— propuso, pero para otra sorpresa el contrario acercó su mano hacia su rostro repentinamente.

Sintió el toque del dedo pulgar acariciar su mejilla y rozar sus labios, acciones que lo puso nervioso más no la apartó.

—¿Qué se supone que haces?— soltó a la defensiva. El contrario volvió a sonreír, pulso su dedo entre sus labios suavemente mientras que el resto posaba en su mejilla.—Si me metes el dedo te voy a morder. — le advirtió.

Kaiser rió por sus palabras de manera casi contagiosa, Yoichi tardó un poco en darse cuenta en el doble sentido que pueden tener sus palabras, pero en realidad también cree que es el alemán el que tiene la mente más sucia, impura y degenerada. Esté por fin aparta su mano de su rostro y puede respirar en paz.

—Siempre que te miro de cerca, me doy cuenta que no eres nada feo.— confesó, dejando al nipón perplejo.— Tomando en cuenta que no me parecen atractivos los asiáticos.

—¿Gracias?— pronunció no tan seguro. Aquello fue una forma tan rara de que le halaguen o le digan bonito, pero viniendo de Kaiser tampoco le sorprende tanto.

Al terminar de desayunar y lavar los trates, Isagi acompaño a Kaiser hasta el pasillo de afuera. Si los ven juntos en la primera planta cerca de la entrada del edificio, empezarían los chismes, rumores o tal vez solo esté exagerando las cosas.

Sabe que cuando uno es famoso en cualquier medio ya sea el cine, la música, el arte, la cocina o el deporte, habrán fans y haters, personas creando chismes y rumores ya sean verdaderos o falsos, se vuelve más difícil mantener en secreto tus relaciones y nuevas amistades.

Cuando apenas iba a salir de su departamento, tomando su celular se sintió frustrado al recordar lo de su cita cancelada el día de ayer. Además de que ninguno de sus amigos tendrá tiempo libre para juntarse y divertirse hasta varios dias más. Se siente tan aburrido y solo, ama el fútbol pero también quiere salir con alguien a divertirse un poco.

Cuando alguno de sus amigos está libre luego se encuentra muy ocupado, sus horarios y la agenda chocan tanto que es difícil mantenerse comunicados a veces. Solo por medio de mensajes y chat grupales pueden hablar regularmente.

Puede ser que sea egoísta por querer algo de atención y que pasen el tiempo con él, aún es joven y quiere salir mucho antes de envejecer o de casarse.

Pero difícilmente se ve casándose, y si lo hace quizás hasta los treinta y tantos años, cuando esté por retirarse. En estos momentos de su carrera no puede permitirse tener ese tipo de compromisos tan serios que succionen su tiempo.

—Por cierto...— reúne valor intentando sonar desinteresado, acercándose a Kaiser mientras salen de su departamento.—¿Tienes algo que hacer está noche?

El Alpha lo mira detenidamente. Es un poco gracioso considerando que tiene que bajar la mirada para conectar con los orbes azules del Omega, el japonés le llega en estatura hasta por debajo de los hombros. 

—¿Me estás invitando a salir?— preguntó a pesar de que la respuesta es algo obvia, lo hace para molestar un poco.

—Si.— responde sin dudarlo ni pena. Kaiser lo mira en silencio. Pensó que sería algo tímido o penoso con este tipo de cosas, cada vez le asombra más.—Solo tengo entrenamiento pero en la noche estaré solo y muy aburrido, ya que no tengo ningún partido programado hasta dentro de varias semanas más, así que estoy un poco libre por los siguientes días.

—No me quedaré mucho tiempo aquí en Japón.— revela torciendo ligeramente sus labios.

Seriamente se pone a pensar si Isagi se iría con él a Alemania por tiempo indefinido y viajando cuando sea necesario. Pero está consiente que al igual que él, al japonés le apasiona como le obsesiona tanto el fútbol. No dejaría su carrera solo porque él se lo pida, incluso aunque fuesen algo más que amigos. Aún así, Michael se arriesgo y viajó hasta allí porque no se rinde, porque es tan egoísta y egocéntrico que está tan confiado de que puede convertir al Omega en su amante, a pesar de saber lo difícil que sería conquistarlo.

Llevárselo solo a la cama no le es suficiente, no estará satisfecho. Quiere devorarlo por completo, no solo su cuerpo, también su corazón y monopolizar su mente. Es enfermizo y bastante cuestionable, pero no le debe explicaciones a nadie ni nunca se ha creído un santo o fiel servidor de Dios para fingir ser una buena persona. Solo es un ser humano que puede caer en sus más bajos instintos y deseos, pero a la vez es un prodigio en el fútbol desde muy joven.
 

Por la mirada de Isagi esté sigue esperando una respuesta, una confirmación o un rechazo, en el fondo Kaiser creyó estúpidamente que le suplicaría porque se quedará más tiempo, pero sería ridículo como increíble pensar que haría eso cuando apenas hicieron las "paces" de alguna forma peculiar y están comenzando a llevarse más o menos bien. O por lo menos a tolerar se de la mejor forma.

—Pero está noche estoy libre.¿Quieres que venga por ti o nos vemos en algún lado?— aceptó la oferta de salir con él.

—Puedes venir por mi, pero no vengas hasta mi piso, solo espera en el parque cercano al edificio. ¿Lo ubicas?— le indicó.

El mayor hizo memoria, cuando vino en taxi el día de ayer, si recuerda haber visto aquel parque cerca de la zona. Bastante grande y bonito, aunque tampoco lo vio con mucha gente por esas horas.

—Si, lo recuerdo.

Isagi lo siguió hasta el ascensor para bajar al primer piso. La conversión entre los dos continúo fluyendo.

—Por cierto, ¿No te has perdido aquí?— preguntó curioso. De por sí cualquier japonés que no conozca bien la ciudad se perdería, no quiere imaginar de alguien de otro continente que rara vez viene de visita pero siempre acompañado.

—La gente es muy amable y paciente con los turistas. Aunque por otro lado, la única dirección que conozco es la tuya y la del hotel donde me hospedo.— mencionó encogido de hombros, sin perder de vista las expresiones y ademanes que el nipón hace al hablar.

Es diferente a cualquier otra persona con la que haya salido en el pasado. No es se insinúa pero tampoco es tímido con él, eso le gusta.

—Si necesitas un tour por la ciudad. Pero si te irás pronto quizás ya no tengas tanto tiempo.

—¿A dónde saldremos?— cuestionó con interés por saber a dónde lo llevaría Isagi.

—Te sorprenderé.— se negó a decirle.—No te llevaré al cine, eso es muy típico y aburrido.— aclaró. Si quiere ver películas con pocas personas puede hacerlo en su propio departamento.—  Iremos a otros lugares más amplios y bonitos para que te lleves una buena imagen de Japón. —le explicó, empezando a formular ideas de a qué sitios ir con él.

El ascensor se volvió abrir y salieron, caminaron un poco hasta la entrada/salida del edificio. Alrededor en la gran recepción había tanto personal que trabaja ahí, como otros huéspedes más entretenidos en su celulares o en ellos mismos, pero aún así hubieron varias miradas que se posaron en ellos.

Michael se despidió con una risita burlona y salió del edificio, no le será difícil conseguir taxi en poco tiempo.

Yoichi regresó por el ascensor, sintiendo que aún se lo quedaban viendo. Esta acostumbrado al ser bastante popular en los medios sociales y redes por el fútbol, pero estás miradas son un poco diferentes.

Presionó los botones hacia su piso, mientras esperaba es que al fin se dió cuenta que todo este tiempo salió de su departamento y bajo con la pijama puesta.

Ahora entiende las miradas poco disimuladas hacia él y porque Kaiser se rió burlón al final e insistió en que no lo acompañará en tomar el taxi hasta afuera.

Aquello había sido vergonzoso, pero al menos su pijama era bastante neutral y no de esas graciosas que llaman más la atención, que por supuesto si tiene.

Tiene que cambiarse para el entrenamiento.

Con un deje de esperanza revisar su celular, observa que no tiene ningún mensaje o llamada pérdida de Itoshi. ¿Acaso habrá perdido el interés en él luego de estos meses saliendo?

No han llegado más lejos que tomarse de la mano y abrazarse, ni siquiera se han besado en la mejilla. Tal vez la química que alguna vez existió entre ellos dos se ha esfumado.

No evita sentir coraje puesto al menos le hubiese gustado que el otro le explicará el porque y no sencillamente lo ignore de un día para otro dejando que la ansiedad lo invada sin saber que habrá ocurrido.

Sabe que no ha pasado mucho tiempo desde que recibió un mensaje de él, solo que ahora está algo paranoico. Especialmente porque sigue enojado porque le cancelaran su cita, aún le cuesta superarlo pero sabe que eventualmente lo hará.

🌺🌺🌺

A las seis de la tarde Isagi había salido de su entrenamiento, en mucho menos de media hora ya había llegado al edificio donde vive con su motocicleta y se arregló para cuando se reúna con Kaiser y ambos salieran juntos. Suena extraño el siquiera pensar que los dos saldrán a algún lugar como si fuesen amigos cercanos, pero está sucediendo. Ni siquiera comió tanto más que barras energéticas y agua de almendras durante los descansos de su entrenamiento, puesto tiene planes para que también coman afuera, en algún buen sitio que encuentren. Quiere darse el gusto de comer comida callejera, deliciosa y grasosa. Igual puede perder grasa haciendo ejercicio, no le hará mal y tampoco comerá en exceso.

Exactamente a las siete y quince de la noche salió del edificio en camino al parque donde es su punto de encuentro, va a buen tiempo. Le dijo que se verían alrededor de las siete y media ahí, además que calcula que en diez minutos llegará allá sin problema. Viste con ropa de marca pero tampoco demasiado lujosa o llamativa para no atraer la atención de otras persona. Es cómoda, nada tan formal y resalta que si sabe un poco de moda.

Con calma y sin prisa, no avanzó mucho ya que en la entrada del edificio una silueta alta y abrigada se le acercó impidiendo que siguiera avanzando, parándose frente a él.

Yoichi jadeo sorprendido.

—Buenas noches, Isagi.— le saludo con su expresión seria y mirándolo fijamente. Sus manos se mueve un poco ansiosas, pensativo si sería bueno tomarle las manos al Omega.—
Se que no te avise que vendría, pero...— intentó explicar, siendo interrumpido por el más pequeño.

—¿Qué haces aquí?— soltó con brusquedad e incrédulo, sorprendiendo al contrario por ese repentino tono. Isagi midió su tono y se dio cuenta de lo mal que se escuchó.—Es decir,— se aclaró la voz para corregirse, intentando relajarse y sonreírle más amable aparte de disculparse.— dijiste que estarías muy ocupado en un partido, fuera del país.

Itoshi se disculpó, para proseguir a explicar lo que sucedió.

—Llegue apenas al medio día a la ciudad. Vine lo más rápido que pude para poder hablar contigo, apenas llegué aquí, quise verte. El partido se pospuso hasta nuevo aviso por problemas con el equipo rival. Pensé rápidamente en visitarte y disculparme personalmente por haber cancelado nuestra cita de ayer, no haberte mandado siquiera algún mensaje en más de un día entero y pedirte si, no estás muy ocupado está noche, salgamos hoy. — pidió sonriendo le levemente. Agregando ansioso:— Ahora mismo.

Isagi vuelve a jadear sin saber que decir por unos segundos. Por la mañana tal vez le hubiese encantado está oferta, pero ya se comprometió con Kaiser en salir con él está noche, y están a unos pares de minutos de reunirse.

—Itoshi... Aunque me encantaría salir contigo, hoy ya no puedo. Ya tengo planes está noche y no los puedo cancelar. — le comentó serio, siente un pequeño de javú. No se arrepiente de su decisión.

Recuerda cuando en BlueLock hizo equipo con Bachira, les faltaba uno. Nagi quién estaba con Reo, le ofreció a él unirse a su equipo, pero Isagi lo rechazo porque ya había escogido primero a Bachira y no podía hacerle algo tan feo como abandonarlo.

—Lo comprendo, está bien. — asiente sin algún deje de molestia.—Supongo que nuestra cita puede esperar un poco más.

—Gracias por entenderlo.— suspiro, al menos las cosas entre los dos parecen estar más tranquilas y menos tensas. Aunque en el fondo aún se siente enojado por qué lo haya ignorado por más de un día, pero debe comprender que fue por trabajo y no es realmente culpa de Rin.—Mañana podemos hablarlo.— añadió esperando su respuesta.

—Por supuesto. —asiente.—Antes de que te vayas...— se acercó más a él y se inclinó hasta que sus rostros estuvieran casi a la par.

—¿Qué sucede?— preguntó repentinamente intrigado por dicho acercamiento.

No alcanzo a decir nada más, sus labios fueron sellados por los del contrario. Isagi no podía creer que Rin haya dado el siguiente paso, que haya tomado esa iniciativa y lo esté besando.

Se siente extraño, sus labios hacen cosquillas y siente calidez, pero...

No se sintió tan emocionado y enamorado como le hubiese gustado.

La esencia a menta y pino invade sus sentidos, es el aroma intenso del contrario, potente y encantador. Es el aroma de Alpha de Rin Itoshi.

Realmente lo está besando.

@_TongJun_

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Palabras: 4,804
Fecha de publicación: Viernes 16 de diciembre del 2022
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: BlueLock
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Es el capítulo más largo del fic (hasta ahora) que les he escrito. La verdad siempre he tratado de mantenerme con capítulos no tan largos para que la historia se más llevadera de leer y no se hostiguen con este tipo de extensión en los caps.
Mañana sábado suben otro cap del anime, dicen que es muy probable que ya salga RIN!
Ufff, la que se va liar 😁
En un futuro, cuando termine este fic quiero escribir ahora sí un shipp de Isagi x Rin puramente, y otro con Kaiser pero de temática muy diferente.
Quizás para 2023😅

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