Prefacio

Repitieron la instrucción dos veces, tres, cuatro... tantas que Louis terminó por quitarse el pequeño audífono. No necesitaba escuchar más que el procedimiento debía seguir, no era un inútil, y jamás lo trataron como uno hasta que su hermana se dejó capturar.

— A01 listo para entrar —anunció el eusol a su lado.

Los cuatro miembros del equipo activaron sus cascos. Los rostros de ojos azules y mandibulas perfectamente cuadradas quedaron ocultos bajo metal y vidrio; Louis parpadeó dos veces cuando su visión se oscureció por el visor, la tensión se acumuló en sus manos y tomó la rander de su espalda unos segundos después de sus compañeros.

El casco del eusol encargado de tumbar la puerta anunciaba que era C-002. El sonido del metal al tocar el suelo lo hizo dar un paso hacia atrás, B-012 se giró para mirarlo. Desconfiaban de él.

Louis se mantuvo firme en la nueva posición que había obtenido, un pie hacia atrás y otro al frente, dejó que el índice se ubicara en el gatillo y movió la cabeza un poco hacia el frente al tiempo que el resto entraba.

Su respiración se hizo más pesada al tiempo A01 avanzaba por el apartamento. Las paredes blancas estaban llenas de imágenes impresas que recordaban a los tiempo antes de Las Tres Guerras, el piso estaba sucio, manchado no solo de bebidas y comida y los típicos signos de que alguien vivía allí, sino también sangre.

Demasiada sangre.

Louis rezó a algún dios inexistente, necesitaba que Sofía estuviese bien.

—R02 estará esperando por el objetivo a dos cuadras —. La voz mecánica de C-002 lo aturdió al principio, demasiado fuerte ante el silencio que abrumaba el lugar —. A08 es el encargado de hacer la entrega, B-012 lo vigilará todo el tiempo.

Un centinela. Louis evitó hacer cualquier sonido. Estaba a prueba, aunque nadie quisiera admitirlo; era un soldado de elite puesto a prueba por las acciones de su hermana. En cualquier otro caso el parentesco sería lo de menos, como ciudadanos de la cúpula están adoctrinados a cumplir al concejo, al Regente.

Pero ellos eran Red, y aunque su familia pertenecía al concejo, jamás confiarían en su palabra.

—Sensores activados.

Tomó la orden de inmediato, Louis alzó una mano y la visión de calor se activó. Su corazón se detuvo por un milisegundo, en la habitación del pasillo a la izquierda se mostraba un pequeño cuerpo acurrucado en una esquina.

C-002 apuntó en la dirección de la única persona en el lugar que parecía estar acorde a la descripción dada: una niña de siete años.

El paso cambió, trotaban en dirección al cuarto. La respiración de Louis se hizo más ligera, controlable, el agarre de la rander mucho más fuerte.

B-012 abrió la puerta que los separaba. Todas las armas se alzaron, listas para disparar.

Louis dejó que avanzaran, entraran y revisaran toda la habitación en caso de que alguien pudiera estar engañando los sensores antes de a la niña.

—¡No! ¡Suéltame! ¡¿Dónde está Raphael?!

Sofía gritó mientras los eusol la arrastraban del armario. El pulso se le aceleró, la cabeza empezó a martillarle; era como ese día bajo la lluvia, en el bar, con tantos amigos al frente y los disparos que dio obligado.

A08 jamás sería capaz de incumplir una orden, pero él no era solo un soldado.

C-013 estaba justo a su lado, con toda la concentración puesta en la niña de cabellos claros que pataleaba en brazos de dos eusol.

No lo pensó, la rander ya estaba en posición, fue solo apuntar. Todo iba a estar bien, eran tres, solo uno más que pertencía a su grupo de elite.

El primer disparo fue para C-002, la bala atravesó el casco. Sofía soltó un grito cuando sus pies chocaron con el suelo. Louis se giró, golpeó a C-013 en el abdomen con la parte trasera del arma, luego golpeó el visor y antes de que se pudiera estabilizar presionó el gatillo.

—R02 tenemos un proble...

Los pies de Louis se movieron sin hacer mayor uido contra el piso, B-012 detuvo el puñetazo que iba contra el visor y soltó a Sofía del todo antes de golpear a Louis en un costado. No se inmutó, Louis devolvió el puñetazo antes de agacharse y sacar una vieja navaja revestida en luminium.

El filo perforó el traje sin encontrar resistencia, la carne cedió y B-012 cayó al piso.

A01 disparó una vez. Louis se giró incapaz de sentir el dolor. A08 disparó tres veces a su mentor.

Sofía seguía gritando.

—Vámonos —dijo.

Alzó el visor por un segundo de forma que su sobrina pudiera verle el rostro. Sofía tomó la mano que le tendía, con lágrimas en los ojos y manos temblorosas.

—¿Mamá? —preguntó.

—Te extraña —susurró mientras la alzaba —. Te prometo que volverás a verla.  

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