🎭༺ «DEVIL SIDE» ⋄ ๋࣭ 🎬⭑ ⸱⌇
▰▰▰ Just gonna stand there and hear me cry?
Well, that's alright, because I love the way you lie ❧

📌 ‧₊˚⋆≽ prólogo ♪
❪▲▼▲▼❫
☇ . . . . - ̗̀love the way you lie⊰🎲

6 de julio, 2017

Lo ridículo de mi accionar es sorprendente, pero sorprendentemente predecible.

Tal vez debí hacer esto desde el primer momento, escuchar a la única voz de la razón que una vez conocí y desnudar mi corazón para verter todas mis caóticas emociones en una hoja de papel, esperando que la respuesta a la pregunta que no me he formulado aparezca para solucionar todo lo que hice y cambiar el camino que mis propios pasos trazaron; pero sé que no es tan fácil, que aunque una resolución milagrosa hiciera aparición, no la tomaría y seguiría nadando en el fango que vertí sobre el estanque en el que se ha convertido mi vida. Después de todo... ¿Cómo se le puede hacer entender al corazón lo que la mente ignora cuando el egoísmo es más fuerte que la razón, y cuando el mundo ha agotado todos sus intentos de salvar un alma cuyo destino está condenado?

No existen intermedios en una vida donde lo peor siempre se encuentra atado como sombra a mi cuello y donde las palabras, tan afiladas como cuchillas, se dedican a herir a un maltratado corazón mientras que las caricias son especialistas en enmendar errores que el mundo no debería perdonar.

Dolía y quemaba.

Sabía que aquellos cristales rotos no debieron ser recogidos pues, incluso así, existía la posibilidad de que saliera herida en el proceso y la idea de reparar lo destruído hizo eco en mi oído como si una dulce maldición se hallara cantando muy suavemente y con un timbre tentador.

Finalmente, cedí y aquello significó la firma de nuestro contrato.

No importaba cuán bajo cayera, mi corazón siempre se aferró a la idea de amarte y mi mente inventaba escenarios donde tu accionar era una muestra del afecto que decías profesarme, donde la risa no significaba una burla y el desprecio, una manera de protegerte del mundo.

Sé que mi cordura parece inexistente y que solo sale a flote cuando el dolor se evidencia con cicatrices, desencadenando feroces batallas que, en más de una ocasión, terminaron con la promesa de que aquella sería la última vez y que nunca más tendríamos que vernos el uno al otro.

Qué pobres e ilusos nos veíamos, atacándonos con palabras pero anhelando que nuestros cuerpos se estrellasen en una inexistente resolución del conflicto principal que nunca dejó opacar al intento de relación que intentamos sobrellevar.

Ambos sabíamos que lo que salían de nuestros labios eran mentiras, pues no importaba la magnitud de la discusión, siempre decidíamos regresar a aquella danza fúnebre, donde la moral opta por irse y los pequeños momentos eclipsan las grandes problemáticas que conforman nuestra desdichada relación. Pero está bien, siempre ha estado bien, porque me convencí de que mientras te mantuvieras a mi lado, nada me podía faltar. No importaba cuantas veces me lastimaras ni cuantas veces juré olvidar lo que nos ataba, ambos estábamos destinados a siempre regresar y a hundirnos mutuamente en un final donde la luz se ha extinto y la causa fuimos nosotros.

Nuestra vida era contradictoria y enfermiza; y, aún así, no me importaba cuantas lágrimas derramara ni cuantas heridas tuviera en mi interior, porque estaba tan rota que a pesar de estar consciente sobre lo dañino de lo "nuestro", elegía quedarme, elegía retornar y disfrutar de ti, elegía creer aquella mentira de no volver a dañarme, elegía quemarme en una realidad donde la única felicidad que encontraba estaba atada a quien la extinguía por completo.

«Di que me amas y siempre volveré a ti».

Sé que yo misma marqué mi condena, pero tú fuiste quien inició el ritual donde ambos protagonizaríamos un ruin intercambio destinado a cumplir con nuestros tan ansiados y recónditos deseos.

«Entonces entreténme».

Y eso hice. ¿Acaso no fue suficiente? ¿Qué es lo que necesitas para mirarme como yo te miro y abrazarme sin que el frío sea lo único que sienta?

Hace unos días me preguntaron si no estaba cansada, me preguntaron por qué no huía de aquí y qué era lo que me mantenía atada a una persona que solo busca su propia diversión a costa de mi sufrimiento. Solo pude responder que por más doloroso que sea el vivir junto a ti, prefería sentir cómo me quemaba y disfrutar de los efímeros momentos donde me creo aquella despiadada mentira sobre amarme tanto cómo yo te amo, costase lo que costase y sin reparar en los sacrificios que tuve que hacer para que nuestra obra teatral no llegase a su necesitado final. Y ahora no hay marcha atrás, no cuando por mis manos corre la sangre de quien antes fue la persona que pudo sacarme de este pozo sin fondo y de quien, una vez, dijo admirar mi fortaleza que, con el pasar de los años, se quebró por completo.

Si alguien escuchara las disculpas que salen de mis labios entre gritos y lastimeros sonidos, estoy segura de que no lo creerían, que pensarían que la locura finalmente se apoderó de mí; pero la verdad es que el remordimiento no ha parado de carcomer mi ser y solo se apacigua cuando los helados brazos del dios de la muerte se ciñen sobre mí, intentando extinguir toda culpa enfocada en aquella chica que a pesar de haber significado tanto para mí, no dudé en pisar el acelerador y terminar con el brillante futuro que le esperaba.

Tal vez, si hubiera conocido a quien tanto mencionaba con fervor, mi vida no sería como lo es ahora y me encontraría resplandeciendo a su lado, porque ella era la luz más pura que había conocido y la única mano honesta que pudo ayudarme, pero que opté por no escoger.

Solo espero que, en alguna otra realidad, las líneas que significan mi destino nunca se crucen con las de ella, porque así como Shuji extinguió la luz que antes poseí, yo fui la causante del deceso de la estrella más brillante que pudo existir.

«Lo siento, querida. Pero ya no hay marcha atrás».

Donde sea que esté, espero que no se preocupe, porque esta vez no hay nadie que me detenga y mis crisis se vuelven cada vez más frecuentes e incontrolables. Sé que antes de que me dé cuenta, le acompañaré en el viaje que significa lo desconocido después de la vida; pero, lo más triste de todo, es que aún así nunca podré volver a verla, porque ella irá a un lugar donde la pureza destaca y donde los corazones bondadosos se reúnen; mientras que yo me sumergiré en el mar destinado a la escoria de la raza humana que prefirió corromperse por perseguir los egoístas deseos de un corazón ensombrecido.

Una idea cruzó por mi mente y no pude evitar sonreír a pesar de tener mis ojos empapados, demostrando que mi cordura ya ha dejado mi cuerpo desde hace mucho tiempo y que lo que debería asustarme, solo logra calmar mi turbulento corazón y aminorar las aceleradas respiraciones que pudieron desembocar en uno de mis tantos ataques que volvieron a aparecer.

«Shuji, ¿me amarás de verdad cuando nos veamos en el infierno?»

Editado: 17/08/2022