XIV. Anticipación.
Ajá, dos capítulos en dos días. ¿No me habíais creído verdad?
Pues aquí está 💜
(Leed la nota final <3 )
.
Respiraba con rapidez, segura de que mi corazón se detendría de un momento a otro. Las voces que traspasaban el pequeño cubículo donde me encontraba escondida con Jack se escuchaban perfectamente claras.
Eran ellas, lo sabía, las reconocería en cualquier lugar. Tomé una bocanada de aire, intentando inútilmente calmar los nervios que en ese momento se había apoderado por completo de mi cuerpo. Necesitaba calmarme, después de todo, había conseguido esconderme a tiempo, no me habían visto.
Un tirón en mi mano hizo que volviera a centrarme en donde estaba. Mi rostro ascendió, topándose con la cara confundida de Jack. Tenía una ceja alzada, y aunque sus ojos parecían transmitir enfado, había un pequeño brillo de curiosidad mezclada con diversión. Entonces su mirada bajo aún más, la seguí dándome cuenta de que aun sostenía su brazo.
Lo solté enseguida como si quemara.
No dije nada mientras intentaba mirar a cualquier sitio menos a él. Se cruzó de brazos arrugando el ceño. Veo que abre la boca dispuesto a hablar y mi miedo hace que eleve mi mano a toda velocidad y cubra su boca con ella. Me mira sin entender nada. Con mi mano libre llevé uno de mis dedos hasta mis labios, pidiéndole que guardara silencio. No se movió, noté su respiración en el torso de mi mano, haciéndome cosquillas.
Nuestras miradas se encontraron y me pulso se disparó de golpe. Dio un paso bajando su vista. No me molesté en intentar mantener a raya mis emociones, incluso yo sabía que iba a ser imposible en ese tipo de circunstancia. Si alguien preguntaba en ese mismo momento porque me encontraba en aquella situación, ni siquiera me acordaría. Finalmente, Jack se movió, cogiéndome de la muñeca para apartar mi mano de su boca.
- Realmente tengo curiosidad de porque nos encontramos en esta clase de situación. - masculló cerca de mi rostro. - La primera opción que se me ocurre es que quisieras estar apretujada conmigo en un espacio pequeño.
- Y un cuerno. – repliqué con rapidez.
- Lo cual solo tendrías que haber pedido. – se acercó un paso más a mi acortando aún más la poca distancia que nos separaba. – Hubiera accedido, no me tendrías que haber arrastrado.
Sus palabras rozaron mi piel, haciendo que un sentimiento irreconocible se apoderara de mí. Tomé aire olvidando por completo porque estábamos ahí, ni siquiera las voces al otro lado de la puerta llegaban hasta mis oídos. Lo único en lo que mi mente podía concentrarse era en la cercanía de su rostro y el toque de su mano, el cual iba dejando un rastro de pequeñas descargas en aquellas zonas de piel donde sentía su calor.
- O bien... - su susurro continuó torturándome mientras hablaba. – conoces a quien sea que ha entrado y te estas escondiendo como un conejillo asustado.
Cuando pude analizar las palabras que acababa de decir mi mente por fin volvió a la realidad. Estaba en un baño, escondida, con el psicópata derriba puertas de mi vecino, escondiéndome de dos personas que en el fondo no tenía por qué hacerlo. No yo desde luego. Me erguí notando el peso de la mirada de Jack sobre mí.
- No sabes nada. – acabé soltando.
No respondió, simplemente se limitó a observarme. Las voces provenientes de fuera se escuchaban cada vez más alto por lo que en ese momento entendíamos perfectamente de lo que estaban hablando.
Desgraciadamente.
- Oye, ¿la viste verdad? – aquella era la voz de Tatiana.
- ¿A quién? – y esa era Anne.
Tania y Anne. Las conocía bien, demasiado bien. Habíamos crecido juntas, en el mismo pueblo pequeño al norte de Inglaterra. Fuimos al mismo colegio, al mismo instituto; el lugar no era demasiado grande por lo que todo el mundo se conocía. Había oído mas de una vez decir que el lugar era como una gran familia.
Ellas se habían quedado viviendo en aquel lugar igual que la mayoría. Sasha y yo fuimos de las pocas que nos fuimos de allí. Yo apenas me fui hace dos años, mientras Sasha tuvo la suerte de irse cuando tenía diecinueve.
La gran pregunta que me rondaba es que demonios hacían en la fiesta de Vincent. ¿Aún mantenía contacto con las personas de allí? Por lo que sabía toda la familia de él y Sasha vivían en otra ciudad. Era extraño. Pero lo que más me preocupaba en realidad, era que si Tatiana y Anne habían venido, incluso la había visto a ella... ¿A quién más podría haber invitado?
- ¿No te acuerdas? Estaba junto a Sasha... ¿Cómo era su nombre?
- Oh, no te referirás... ¿Kayla Baker? – mi corazón se detuvo. - ¿La exnovia de Simon? ¿Qué hace aquí? Pensé que se había mudado a otro país.
"No, no, no. Esto no puede estar sucediendo."
- Parece que no, seguramente estará buscando otra víctima.
Cerré los ojos, como si aquello fuera un simple mal sueño del que pudiera despertar, a la vez que trataba de controlar la ira que me estaba invadiendo en ese mismo instante.
- ¿De qué hablas?
- ¿Acaso no sabes por qué Simon cortó con ella?
- Pensé que... - su tono bajó, pero no lo suficiente para que dejásemos de oír lo que decía. – Bueno, él dijo que era muy... frívola.
Se podría dar muchos sentidos a lo último que dijo, si no fuera por el tono que empleó. Apreté los labios con fuerza.
- Ya, pobre Simon... - "¿Pobre Simon? Tiene que ser una broma." - Imagina, estaba con él por el interés y ni siquiera se acostaban.
- Simon me contó que lo hicieron una vez, pero que fue como hacerlo con un muerto. Dos años duraron y me parece demasiado.
A mí sí que me parecía demasiado. Demasiado lo que estaba aguantando por no ir y estampar sus caras contra el espejo del baño.
- Entonces... ¿Lo de la apuesta es verdad?
¿Apuesta? ¿De que hablaban ahora? A pesar de mi ira no pude evitar escuchar con más atención.
- ¿Cuál?
- Los chicos apostaron cuanto tiempo estaría sola siendo tan... frívola. Algunos apostaron unos meses. – soltó una pequeña risa. - Simon apostó que se quedaría sola por lo menos tres años.
- En realidad, ¿no va por mal camino no? Ha pasado más de año y medio. Estoy segura de que ganará la apuesta.
Llegados a ese punto ya ni siquiera podía pensar con claridad. Entre el enfado y la vergüenza que sentía mi mente estaba completamente bloqueada, lo mismo que mi cuerpo. El nudo de mi garganta se había agravado a medida que pasaba la conversación. Había pegados las manos a mi cuerpo intentando controlar los temblores de rabia que sentía.
Quería llorar, quería gritar. Quería golpear a las personas que había detrás de aquella maldita puerta. Quería matar a quien inventó a esa estúpida apuesta. Pero sobretodo, lo que más quería era poder esconderme en un agujero bajo tierra en ese momento y no salir en años.
- Kay...
Aquella voz suave me sobresaltó. Elevé mi rostro encontrándome con la mirada atenta de Jack. Tenía que reconocer que oír mi nombre en sus labios fue extraño, me aterró y me asustó de una manera que no podía llegar a explicar.
- Kay, ¿estás bien?
Inspiré hondo, dejando que esta vez su voz entrara por mis oídos. Fue como magia. Su voz hizo que olvidara por un segundo todo lo que me rodeaba. Mis ojos bajaron deteniéndose en sus labios, solo unos segundos antes de volver a sus ojos para ver un desconocido resplandor surgir en ellos. Al final conseguí volver un poco a la realidad, fue cuando me fijé mejor en él.
Tenía las manos metidas en los bolsillos, con una postura que denotaba sumo desinterés, como si todo lo que acabáramos de escuchar no le importara lo más mínimo. En parte me sentí algo aliviada, aunque otra parte de mí no pudo evitar sentirse abochornada. En ese momento sus ojos voltearon hacia la puerta que nos separaba del exterior y entonces, su mirada volvió a mí. Aquel brillo volvió a aparecer haciendo sacudir por completo mi interior.
Dio un paso. Yo retrocedí.
No dejé de hacerlo hasta que sentí la pared pegada a mi espalda. Si entender lo que pretendía exactamente vi como subía una mano hasta mí. Me quedé estática, sin saber qué demonios hacer, fue como si mi cuerpo se hubiera congelado y no pudiera moverse ni siquiera un centímetro. Sentí entonces su mano en mi pelo y mi elaborado moño fue desecho en unos segundos, haciendo que mi cabello cayera sin control.
- ¿Qué...?
No pude terminar de hablar, con su mano libre alzó mi barbilla y posó su pulgar en mis labios. Mi corazón estuvo a punto de explotar, mi pulsó recorrió mi sangre sin control y mis piernas casi me dejan caer. Sentir aquel roce hizo que por unos segundos perdiera por completo la cordura; si en ese momento me hubieran preguntado cuanto era dos más dos, solo hubiera podido pensar el Jack y el tacto de su piel en mis labios. Un extraño cosquilleo se extendió por mi boca, por mi cuerpo, por todo mi ser.
Anticipación.
Como si esperara algo.
El no dejó de observarme en ningún momento, o por lo menos, sus ojos no abandonaron mi boca en todo ese tiempo. En eso su dedo se movió recorriendo mi labio inferior con suma lentitud. ¿Qué hice yo? Intentar por todos los medios no dejar que mi corazón se saliera de mi pecho. Creedme, no fue fácil.
Recorrió mi labio varias veces, las mismas veces que mis piernas amenazaron con dejarme caer. De repente sentí la necesidad imperiosa y absurda de que quitara sus manos y acercara su boca hasta la mía. Me había vuelto estúpida, porque en ese momento en lo único que podía pensar era en las ganas locas que tenía de que me besara. Levantó su mano y entonces me percaté el color rojizo en sus dejos.
"Me ha arruinado el labial"
Aunque la mayor parte de mi se estaba centrando en recordar como respirar, otra, bastante pequeña, aún conservaba un poco de cordura. ¿Qué estaba ocurriendo? Pero ni siquiera pude pensar en ello, me quedé sin voz propia cuando inesperadamente vi cómo pasó esta vez sus dedos por sus labios y aquel color rojo se quedó en ellos.
El aire dejó de entrar a mis pulmones.
"Respira, no es tan difícil. Kay espabila"
Si en ese momento mi corazón aún no había perforado mi pecho y salido corriendo, era simplemente un milagro.
No me moví, en todo ese tiempo ni siquiera estaba segura de sí había siquiera pestañeado. Era como si mi cuerpo ya no tuviera defensa alguna, como si no pudiera controlarlo. Cuando sus ojos por fin volvieron a conectar con los míos todas las emociones formaron un torbellino en mi interior. Sin embargo, antes de sopesar todo lo que sentía o dejaba de sentir, Jack me cogió de la muñeca.
No podía imaginar que tramaba esta vez. Simplemente no podía sospechar que después de sonreírme de manera segura, iba a abrir la puerta y arrastrarme con él hacia fuera.
No, desde luego fue algo inimaginable.
.
⚡
La tormenta continuara.
Representación gráfica de vosotros ahora mismo: (Seguid leyendo)
(Ya, soy un poco cruel. AJAJAJA )
Uoh, dos capítulos en dos días. ¿Qué os parece? ❗ Si me dejáis mas comentarios y opiniones lo haré más seguido
#Vivaelchantaje
Y antes de que digáis nada...
LO SE.
Os dije que este seria EL capitulo. Es sin duda uno de mis favoritos de la novela. Se que querréis matar, ya se, ya se. ¿como puede acabar así? ¿Y como es que no ocurre nada mas? Ea ea, lo se.
Solo os puedo decir que a partir de aquí empieza lo bueno. Para nosotros. Para la pobre Kay creo que será un milagro que llegué viva al final 🙄
⚠ En mi instagram subo futuros momentos de Jack y Kay (maryheartfilia_)
Pd: Me encanta leeros <3
#ComentaoJacktederribalapuerta
#Noseasfantasmita
#RecemosporelcorazondeKay
#Kaynomuerasaun
#QueremosaunJackdevecino
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top