Capítulo 9 ✔
-¡Niña! -La voz del drow hizo eco en las paredes rocosas de la habitación mientras le sujetaba la barbilla para obligarla a mirarlo a los ojos-. ¿Ves el tatuaje que tengo en el hombro? -Él la soltó antes de continuar-. Ese diseño marcará tu piel una vez termine contigo.
Hacerse un tatuaje no era lo que ella tenía en mente cuando le rogó que la marcara, pero el salvajismo y la intensidad con la cual su voz vibró, la hizo permanecer callada. Observó el hombro derecho del drow donde se podía ver una estilizada balanza de un negro tan brillante que parecía brillar sobre la oscura piel. A diferencia de otras representaciones donde ya se medía algo, ésta se hallaba vacía aunque completamente nivelada; como si quisiera significar que el propio Itagar servía de balance para algo en particular.
-¿Tiene algún significado? -le preguntó, trazando el tatuaje con la punta de su dedo.
-Que soy la justicia de Loth -respondió él, solemne, sin añadir nada más sobre quién o qué había sido en el pasado.
La marca de un elfo oscuro era única para cada individuo. Otorgada por la Gran Sacerdotisa, quien la creaba luego de oír a la diosa susurrar una palabra en su oído, cuando los bebés recién nacidos eran presentados a la Señora de los Ojos Brillantes. Esta marca luego crecía y se amoldaba al cuerpo según el pequeño drow se desarrollaba e incluso luego de la adultez continuaba cambiando para adaptarse a la constitución de su portador.
La suya había resistido incontables torturas en el pasado y hasta...
Sacudiendo los malos recuerdos fuera de su cabeza, Itagar se echó a la jovencita sobre su hombro como si fuera un saco de comida y salió del agua, dirigiéndose con paso firme hacia la cama que se hallaba envuelta en penumbra. El rectángulo de piedra con pieles cubriéndolo a modo de colchón no sería muy cómodo para ella, pero era mejor que nada.
-¡Itagar, bájame, por favor! ¡Yo puedo caminar!
Él ignoró sus gritos hasta que la depositó sobre la cama. Acarició su rostro en forma de corazón y luego se inclinó sobre ella para susurrarle al oído algo que la dejó sorprendida.
-¿Es tu...? -preguntó ella con los ojos como dos faroles azules.
El elfo sólo se limitó a asentir.
-Es hermoso -declaró, tanteando en la oscuridad para tratar de acariciarle el rostro a su compañero-. ¿Qué significa?
-Aquel que la noche oculta -le respondió y un momento después, unas esferas flotantes de diversos colores aparecieron, iluminando todo a su alrededor-. No es para nada hermoso, como tú dices, es el nombre de un asesino.
Ella chasqueó la lengua antes de besarlo mientras deslizaba sus uñas por la espalda de él.
-Parecías muy celoso de tu nombre verdadero. ¿Qué te hizo cambiar de parecer?
-Seremos uno dentro de muy poco. Quería que lo supieras de mis labios no porque el proceso de marcarte te lo dijera -susurró, introduciendo dos dedos dentro de ella y moviéndolos con un ritmo rápido hasta que Adara gimió fuerte, arqueando su espalda para ofrecérsele por completo. Sus ojos cromados se tintaron de rojo un momento antes que retirara los dedos, mojados en los fluidos de ambos, y los forzara dentro de la boca de ella-. Aún queda de mi semilla en ti - gruñó, sintiendo como le chupaban los dedos con una lentitud casi desesperante hasta que ya no quedaba más líquido pegajoso en ellos.
-Pero yo quiero más -La chica le rodeó el cuello con sus brazos mientras sus labios se apoderaron de los de él en un beso que se tornó feroz en cuestión de segundos. Manos recorrieron espaldas, caderas, nalgas hasta que la necesidad de unir sus cuerpos una segunda vez los consumió por completo, haciendo que Adara halara al elfo para que la cubriera con su ardiente cuerpo sobre la cama de roca.
Él la penetró de una embestida, arrancando sonidos lujuriosos de ambos, antes de comenzar su brusco, pero poderoso baile. Cada estocada generaba más gemidos, suspiros o sollozos de placer mientras una amplia espalda masculina era arañada y unas caderas femeninas eran sujetadas fuertemente con la esperanza de dejar leves moretones en la tersa piel.
La pequeña humana lo volvía loco. Cada una de sus sonrisas pícaras lo endurecían de deseo y el estar en su interior sólo lograba que deseara hacer lo mismo cada noche por el resto de sus días.
La convencería, incluso iría tan lejos como para hechizarla si ella insistía en irse. Haría cualquier cosa para mantenerla a su lado pues esa jovencita de cabellos azules con raíces negras que se retorcía de placer bajo su cuerpo, era su segundo colmillo de la araña. Esa persona por la que él daría su vida para protegerla. Esa persona por la que él estaría dispuesto a soportar un infierno con tal de verla sonreír. Esa persona que lo hizo volver a sentir.
-Adara.
Ella no le respondió, sólo continuó aferrándose a él como si fuera lo único que la mantenía con vida.
-¡Adara! -exclamó, retirando su miembro de ella y sujetándole el rostro para que lo atendiera. Aquellas hermosas aguamarinas lentamente volvieron a enfocar antes de que su dueña protestara.
-Nooo. Vuelve a metérmelo que estaba a punto de...
-No puedes venirte a menos que te de permiso -Ella puso cara de querer protestar, pero él se adelantó, acallándola-. Mi marca no se adherirá a tu piel a menos que alcancemos el orgasmo juntos.
La chica suspiró en derrota y, con el gesto torcido, asintió.
-Está bien, trataré de no venirme antes que tú. ¿Pero dónde me aparecerá ese tatuaje?
-En donde yo desee -respondió el drow con los ojos brillando rojo de nuevo mientras volvía a penetrarla hondo y brusco; justo como a él le gustaba.
****************
N/A: ¿Qué les pareció? Siempre es bueno oír opiniones honestas ;)
Ya que la segunda ronda de sexo de Itagar y Adara se quedó a mitad, y aún quedan días para que se termine la semana, es POSIBLE que pueda completar el capítulo 10 para el domingo. No les prometo nada, pero es una posibilidad. Hasta luego 😙😙
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top