Capítulo 34 ✔
Mirándolo como si le hubiera nacido otra cabeza sobre sus hombros, la muchacha se dejó conducir hasta la sala, donde tomaron asiento en el sofá que él usaba para dormir. La brecha entre ellos, que su colmillo se empeñó en dejar, nunca se sintió más grande.
Con un suspiro, él se giró hacia ella y le tomó la mano, removiendo la barrera que impedía el flujo de los sentimientos entre ambos hasta reconectar sus almas por completo. Al infierno con ser paciente, él necesitaba que Adara, su segundo colmillo de la araña, su alma gemela, su esposa, percibiera la profundidad de sus sentimientos por ella. Decir que la amaba se quedaba corto en comparación. Ella era como el aire en sus pulmones o la luz de luna cuando tocaba su piel. Ella se había convertido en su razón para existir y nada podría cambiar eso jamás.
Aquellos hermosos zafiros que tanto amaba se agrandaron, tornándose vidriosos y un mar salado se acumuló en sus bordes. Sus suculentos labios se entreabrieron, emitiendo un sonido de sorpresa al inhalar aire de golpe antes que aquellos dedos de terciopelo apretaran los suyos de vuelta.
—¿Qué es esto? —murmuró su sar’gek casi sin aliento.
—Mis sentimientos por ti, Adara.
Sin previo aviso, la chica se lanzó sobre él, tumbándolo sobre el sofá y posando los labios contra los suyos. Suave, sin apuro, pero con una chispa que se metió bajo su piel, electrificando cada nervio de su cuerpo, Adara se apoderó de su boca con la sensualidad de una súcubo. Itagar gimió, abriendo su boca y deslizando su mano derecha hasta la nuca de ella para luego hundir sus dedos entre las hebras azules. Ella sonrió en el beso antes de rozar su lengua sobre la de él como dos amantes acariciándose y subió las manos por los lados de su rostro hasta enredar los dedos en su blanca cabellera.
Otro gemido escapó de la garganta del elfo. No solo era su deseo, podía sentir el de su sar’gek mezclándose y avivando las llamas que lo quemaban siempre que posaba los ojos sobre ella.
Esta vez se rehusaba a advertirle que lo estaba llevando al límite. Sin importar las consecuencias que tuvieran que superar si terminaban teniendo sexo, no abriría su boca para detenerla como lo hizo anteriormente. Que su alma terminara en el reino de Hela, pero necesitaba poseer a su duendecilla aunque luego se enojara con él por haberse aprovechado del momento.
Adara sabe que no soy un santo y nunca he pretendido serlo.
Con un gruñido, Itagar se inclinó hacia al frente, logrando que ella quedara sentada sobre su regazo mientras liberaba aquellos labios de cherry para llenar de besos el cuello de su duendecilla. Un quejido seguido de dedos clavándose casi dolorosamente en su hombro fue su señal para continuar. Sus manos no esperaron un segundo más, ansiosas de deslizarse bajo la blusa de encaje negro que llevaba puesta Adara. Sin embargo, no contento con solo tocar la sedosa piel bajo sus dedos, comenzó a levantar el borde de la blusa cuando una corriente fría descendió por su espalda, congelando sus movimientos de inmediato.
La imagen de unas manos grises subiendo por los muslos de su colmillo irrumpió en su cabeza, provocando que su estómago se revolcara mientras su presión sanguínea aumentaba al compás de la furia que lo invadía. Luego de un momento de contemplación, se dio cuenta que la ardiente furia sí provenía de su corazón, pero el asco en respuesta a lo que había visto no, esa sensación le pertenecía a su sar’gek.
—Perdón —susurró Adara con lágrimas sin derramar manifestándose en su voz.
Culpa, enojo y dolor llegaron hasta él en ondas que amenazaron con ahogarlo en un mar de angustia. Sin embargo, con gran esfuerzo, se concentró en apartar las emociones de ella hasta que éstas se volvieron un leve ruido de estática a sus espaldas y sus brazos recobraron la fuerza para envolverle la cintura con rapidez, atrayéndola hacia la calidez de su pecho.
—No, no llores —susurró con la voz áspera y llena de emoción—. No te sientas culpable por algo que yo causé. No debí llevarlo más allá de besos y caricias, pero es que…
—Lo sé —respondió ella de igual manera, hundiendo su rostro en la curvatura del cuello de su drow mientras sus manos se aferraban a aquella amplia espalda—. Aunque aún no entiendo cómo ni por qué, siento tu deseo como una pequeña llama que se niega a morir en el fondo de mi estómago. No tengo idea de cómo lo soportas.
Itagar juntó sus frentes sin apartar la mirada de unos ojos tan azules que imitaban el mismo océano y sus dedos apenas rozaron la mejilla de su chica en una caricia que esperaba reflejara todo el amor en su corazón.
—Con mucha, pero muchísima fuerza de voluntad.
Ella lo abrazó incluso con más fuerza, posando un casto beso sobre la curvatura del cuello de él y se ganó un estremecimiento en respuesta. Ninguno de los dos dijo nada más, solo disfrutaron del momento, sintiendo la calidez del otro mientras sus emociones fluían entre ambos como el vaivén del océano. Por fin, podían disfrutar del contacto de sus cuerpos sin que Adara se alterara; todo debido a que ahora su duendecilla podía percibir la verdadera profundidad del amor que él sentía por ella. Por eso, a pesar de que él permanecía con su verdadera apariencia, ella se sentía lo suficientemente segura como para permitirle tocarla.
Así, perdidos en un capullo de amor y seguridad, el silencio se extendió por lo que pareció una eternidad… una perfecta eternidad.
—¿Por qué estamos sintiendo las emociones del otro, Itagar? —preguntó Adara luego de un largo rato. No quería salir de los brazos de su elfo jamás, pero su curiosidad había terminado por ganarle la partida.
—¿Recuerdas cuando me pediste que te marcara?
Ella asintió, acurrucándose más entre sus brazos.
—Ese tatuaje que tienes en tu vagina, y que me muero por ver otra vez —le susurró en el oído, logrando que su chiquilla se removiera sobre su falda y lanzara un suspiro acalorado—, significa más de lo que crees. Mi marca es el equivalente de un anillo de bodas para los humanos.
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N/A: Disculpen que el capítulo salió más relleno que la conversación que prometí, pero los personajes me tiraron el guión por la ventana y se inventaron uno nuevo 🤦🏻🤷. Por fin un capítulo que tiene canción y qué bien le cae "Aquí estoy yo"!! Por otro lado, la imagen en la de la multimedia fue la inspiración para la escenita que leyeron 💖💖😍. Besos! Y no olviden decirme qué les pareció 😋😝.
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