Capítulo 10 ✔

Gemidos hicieron eco en el cuarto de Itagar una vez más. Había perdido la cuenta así que no estaba seguro de si era la quinta o la decimoctava. El punto era que ambos estaban disfrutando de su encuentro y eso era lo único que importaba.

Le agarró un seno para jugar con su pezón antes de cubrirlo con su boca y morderlo; para nada suave, pero tampoco demasiado fuerte que fuera a arrancarle un grito de dolor a la pobre humana. Ella respondió aferrándose con más fuerza a sus caderas, haciendo que él llegara más hondo dentro de ella y llenando la habitación de sonidos pasionales nuevamente.

—Por favor... ya n-no puedo... m-más —rogó Adara casi sin aliento a la vez que hundía sus uñas en las caderas de él.

Itagar gruñó y comenzó a embestir su cuerpo con rápidas, pero vigorosas estocadas que la hicieron cerrar sus puños alrededor de las pieles que cubrían la cama. Sin aminorar su ritmo, tocó la depilada piel sobre la vagina dejando allí un pequeño círculo que brillaba verde. Ese sería el lugar donde Adara portaría su marca permanente, la cual se proyectaría en su hombro derecho siempre que estuviera en presencia de otros elfos.

Pero aquella que adornaría su piel sólo deseaba verla él y nadie más. Por ese motivo había escogido un lugar tan íntimo, para que únicamente aquel que tuviera sexo con ella viera el tatuaje. Y él planeaba ser su único amante de ahora en adelante.

—Itagar.

—Déjate ir, sar'gek —susurró entre dientes tratando de controlar su deseo hasta que la sintiera apretarlo—. Ya es hora —dijo apresurando sus estocadas.

—Yis L'Itagar Gamel'le —gritó ella mientras su orgasmo blanqueaba su mente, permitiéndole sentir sólo oleada tras oleada de placer y su compañero vaciándose tan hondo dentro de su vagina que parecía estar rozando su útero.

Arcos, chispas y flechazos de magia inundaron los ojos del drow con una fiesta de llamativos colores a la vez que percibía como una pequeña porción de su ser abandonaba su cuerpo para entrar en su duendecilla. El círculo verde sobre la piel de ella brilló con mayor intensidad mientras cambiaba, tomando la forma estilizada de su balanza y tornándose tan negro como el suyo. Sin embargo, al Adara ser blanca, la marca parecía más un diseño falso adherido a su piel en vez de un verdadero tatuaje. Lucía gracioso en su pequeña humana.

La joven bajo su cuerpo suspiró, cerrando los ojos con evidente agotamiento, y él tomó ese gesto como su señal para dejarla descansar. Al mismo tiempo su bestia interior se encadenó de nuevo ella solita pues ya había cumplido con su cometido, devolviéndole el control del cuerpo para que él lidiara con las consecuencias.

—No me obligues a irme —murmuró la joven una vez el calor corporal del elfo la abandonó—. Quiero quedarme contigo —susurró otra vez sin abrir los ojos, se giró boca abajo y usó sus brazos como almohada antes de dejarse vencer por el sueño.

El drow exhaló amargamente y se pasó una mano por el cabello mientras se dirigía a la cascada para bajarse la temperatura.

—Maldita oscuridad —gruñó al entrar al agua, odiándose a sí mismo por no mantener a su bestia controlada.

¿Y ahora qué haría?

En menos de una noche su vida se había convertido de difícil a imposible.

La luna ya estaba casi llegando a su cénit cuando el eco de unos gritos de pasión llegaron a los oídos de Reiner, haciendo que se detuviera a mitad de su ronda. Su compañero continuó unos pasos más adelante, pero al no percibirlo a su lado se detuvo a mirar por encima de su hombro.

—¿Reiner? —preguntó el drow de piel gris con una mueca en su rostro—. Ya es bastante malo que estemos en la superficie. ¿Ahora también te detienes a admirar el estúpido paisaje que estamos cansados de ver?

Los ojos claros del rubio se tornaron tan fríos como dagas.

—Si que serás imbécil. ¡Yo no estoy admirando el maldito paisaje! ¿Acaso no escuchaste el grito?

Sheif lo miró como si le hubiese crecido otra cabeza.

—Yo no oí nada, pero de seguro debió ser algún animal.

El rubio de tez morada sonrió de una forma que hizo retroceder dos pasos a su descerebrado compañero. Algunas veces se preguntaba cómo era que el idiota había logrado entrar a la guardia de la Gran Sacerdotisa. Seguramente pagó su entrada con sexo y sangre.

—El grito que oí era femenino y venía de la prisión de nuestro querido general.

—Pero...

—El desgraciado debe estar protegiendo al nuevo sacrificio —Luego de un corto silencio se dirigió a Sheif—. La Gran Sacerdotisa debe saber de esto. Ve y dile que hay una mujer compartiendo lecho con Itagar en su prisión; eso debería traerla aquí de inmediato.

Itagar recién había conjurado sus ropas de vuelta a su cuerpo cuando sintió la magia que sellaba su cárcel romperse, permitiendo la entrada a una presencia que no había percibido en siglos. No desde que lo declaró un traidor y encerró en aquellas cavernas.

Frío descendió por su columna vertebral, helándole la sangre en sus venas. Tenía que encontrar una manera de que Adara llegara a la superficie y huyera lejos, aunque fuera sin él. Era preferible que anduviera perdida sobre Svartálfaheim a que sus pares la atraparan y arrastraran hasta la Ciudad Oscura como su prisionera.

Corriendo a la cama de piedra, sacudió a la muchacha tratando de despertarla.

—Adara, despierta, sar'gek —Sin embargo, ella tan solo murmuró un "sueño" y se giró hacia el otro lado, ignorando su llamado.

Muy bien, si la araña no quería ir a su tela, entonces la tela iría a la araña.

Murmurando un hechizo, que hizo aparecer su bolsa de comida amarrada a la espalda de Adara y también la vistió, el drow tomó a su humana en brazos para luego encaminarse hacia el túnel que lo sacaría de aquella cámara. No bien dio un par de pasos, la figura de una mujer apareció en medio de su camino, deteniéndolo de inmediato.

—Hola, Yis L'Itagar Gamel'le. ¿Puedo preguntar a dónde llevas esa cosa, mi amor?

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N/A: Ahora entramos a la parte de acción, sangre y luchas mágicas. ¿Qué piensan sucederá ahora con nuestra parejita ya que han sido descubiertos? Sea cual sean sus teorías deberán esperar para confirmarlas pues el próximo capítulo estará disponible un día entre el 12 y el 18 de febrero. Aún no sé exactamente cuando. Oh y arriba, en la multimedia, verán el tatuaje que identifica a Itagar 😁

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