Se rumorea que es amor

Y su sonrisa deslumbrante adornan firmemente aquellas dos tazas de café que suplantaban sus ojos.
Nadie me preparó para el amor, ni para el miedo que a su llegada había de sentir.
Cuando su mente era la causante de mis sonrisa, y mis palabras creadoras de su alegría el mundo seguramente no podría ser mejor.
Amo escucharla reír, amo hacerla feliz. Amo como me da ganas de vivir.

El muerto Enmanuell.

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