Cap. 5 Otra vez no...
Colette
Llegué a la cafetería de nuevo, pero me quedé viendo a Selenna charlar con Edgar, no los quise interrumpir y caminé despacio para no llamar la atención.
- Y mañana, visitaré a mi abuelita al hospital, porque está algo malita... -dijo ella triste, pero se alegró al verme- ¡mami!
- Jump... Ya llegaste... -susurró Edgar y me senté junto a Selenna.
- Sí, ¿no necesita algo, señor? -pregunté enseñando mi tablet.
- Por ahora no, de hecho... Me comentó Selenna que tú querías ir a ver a tu madre, pero no podías -asentí con duda- puedes ir si quieres, iré a la casa de mi madre hoy...
- ¿Seguro que no quiere nada más? -él asintió también- entonces nos vemos mañana, despídete Selenna -ella de pronto se abalanzó sobre él dándole un abrazo y Edgar quedó totalmente sorprendido así como yo.
- Me divertí mucho contigo... -dijo ella separándose- ¡espero que nos volvamos a ver! -me tomó la mano y Edgar sonrió de lado.
- Yo también quiero eso, chica -Selenna le sonrió de oreja a oreja dejando que se le vean sus colmillos.
Dejamos atrás la cafetería y decidí que fuéramos de inmediato con mi mamá. Pasé por la floristería y compré unos lirios, los favoritos de mamá.
Caminábamos hacia el hospital cuando me hallé con una escena que realmente no me quería encontrar.
Me quedé petrificada, no sabía qué hacer... ¿De nuevo? ¿Por qué a mí?
- Mami... -dijo Selenna apretándome la mano y jalándome- vamos a ver a abuelita... ¿Por qué no vienes?
- Selenna... -susurré y como mi vista estaba fija en la escena, ella buscó lo que miraba.
- ¿Qué es lo qué miras mami...? -se estiró y luego abrió los ojos exageradamente- ¡¿cómo se atrevió?!
- Vámonos Selenna... No tenemos nada que hacer aquí...
- ¡No! -gritó y me soltó. Corrió hasta "ellos" y yo fui detrás de ella para detenerla, pero ya era demasiado tarde- ¡malo! -le gritó- ¡ambos son malos!
- ¿Ah...? ¿Y ésta niña? -preguntó la mujer- ¿Spike quién es ella? -el mencionado se puso nervioso y es ahí donde yo entro en escena.
- Es mi hija -digo y me miran los dos- vámonos Selenna...
- Por favor mami... -decía ella aburrida- tú viste que Spike se estaba besando con ella ¡y Spike es tu novio! Abuelita dice que eso está muy mal.
- ¿Novio? ¿Ella es tu novia? -dijo ella sorprendida.
- Bea, puedo explicarlo... -dijo Spike nervioso.
- ¿A ella le explicas? -repliqué- ¿qué hay de mí? Pensé que éramos felices juntos...
- Basta Colette, escucha, -Spike suspiró- te quiero y me agradas, pero eres muy... Muy... Asfixiante y no te amo, como lo siento... Pero no te amo... Yo amo a Bea... -la chica sonrió, aunque yo me estaba acabando.
- Spike... -mumuró Bea- yo también te amo -lo abrazó y se espinó, sin embargo no se separaba.
- ¡Pues quédate con ella! ¡No me importa lo que hagas en toda tu asquerosa vida! -le tomé de nuevo de la mano a mi hija- ah, por cierto, no malinterpretes a mi hija, ella no es hija de una planta, o sea cómo lo va a ser... Nunca tendría una hija con una planta -les dimos la espalda y caminamos firme.
En pleno camino, empecé a llorar, pero en silencio para que Selenna no se diera cuenta. Auque creo que sí lo hizo.
Llegamos al hospital y mamá descansaba, me vio llorar y le expliqué lo que pasó. Estaba a punto de enojarse, pero le dije que no lo hiciera porque acababa de terminar con Spike.
Además, que ella está muy delicada como para poder preocuparse de cosas que no valen la pena.
- Ja... Yo sabía que ese cactus no era bueno para ti.. -dijo de brazos cruzados.
- Para ti nadie es bueno para mí... -dije entre sollozos y ella me acariciaba el cabello para tranquilizarme- llevábamos 6 meses juntos... Pensé que me amaba y no era cierto...
- ¡Bah! -exclamó molesta- ya déjalo atrás, piensa en esto: eres una mujer muy bella y muchos hombres caerán a tus pies. Te lo aseguro, hija... ¿Verdad nena? -le preguntó a Selenna.
- Sí, mami. Ya no quiero a Spike, y tú deberías hacer lo mismo -dijo la niña con su semblante serio- ¡además, aún nos queda Edgar!
- ¡¿Edgar?! -exclamamos mi mamá y yo al unísono.
- Sí, yo creo que te gusta mami y no lo quieres admitir -aseguró con sus brazos cruzados.
- ¿Edgar? ¿Conmigo? Por favor...
- A Edgar parece que le gustas...
- ¡No! Edgar es un egocéntrico que no es capaz de pensar en alguien más que en sí mismo.... ¡Ahg! Además, ¿para qué te hago caso a ti? Eres una niña aún...
- Pero en la película de Enredados Eugine y Rapunzel al principio no se querían, ¡luego sí! ¿Por qué tendría que ser diferente con ustedes dos? :D!?
- Ay... -dije suspirando y rodé los ojos.
El simple hecho que mi hija piense que pasa algo entre Edgar y yo me causa repulsión, quiero decir, él es un idiota en varios sentidos y es mi jefe.
No rodeamos más el tema y seguimos con la visita, al otro día, Edgar llegó alterado y puso de golpe su teléfono en mi escritorio.
- Mira esto -su rostro mostraba preocupación, por lo que supe que era urgente.
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