Cap. 29 Final 1/2
Edgar
- No pienso dejarte aquí -dijo Colt cruzando sus brazos.
- Pues vas a tener que hacerlo, no saldré. Punto y final.
- Debemos ir de fiesta, ¿hace cuánto no vamos? Déjame pensar... ¡Ah, claro! Desde que te divorciaste, que fue... Déjame ver el calendario... ¡Casi un año!
- ¿Y?
- Vamos de fiesta, te la pasarás genial y olvidarás todas tus penas. Incluida a esa secretaria tuya... -gruñí por su comentario.
- No es no.
- Verás que te divertirás y lo vas a disfrutar mucho. Piénsalo y si terminas decidiéndote... Te dejaré la dirección del local en donde me encontraré -me envió por mensaje la dirección y con eso se marchó.
Suspiré y mi mirada fue directa al ex escritorio de Colette. Luego vi la dirección en mi celular y pensé que tal vez sería mejor salir de la rutina y difrutar que no tenía otra cosa que hacer. Sin embargo, mi pensamiento cambió al ver la fecha que era: 10 de enero, justo el día de mañana sería el cumpleaños de Selenna y lo sabía bien porque lo repitió muchas veces. Pensé que la navidad la pasaría junto a Colette, pero llegó el momento que llegó su carta de renuncia y no se hizo lo que me imaginaba.
11 de enero...
Planeaba llevarla de paseo ese día a cualquier parte que ella deseara. Cosa que no era rara para los dos, sin embargo, ese día sería especial para ella. Extraño demasiado a esa niña y no lo voy a negar. Y a Colette... Colette... Colette...
Gruñí sintiendo un tipo de nudo en mi estómago. Leí el mensaje de Colt en el que me daba la dirección donde sería la fiesta y suspiré rindiendome.
- Veamos si es cierto que olvidaré a Colette... -murmuré para mí mismo.
(...)
No había mucho que decir de ese local, solamente era uno más de muchos y la fiesta, ¿pues porqué mentir? Sí estaba increíble. La música me gustaba, las personas reían y otras bebían sin que hubiera problema. Colt me dijo que vio a "una belleza" y que debía hablarle por lo que me quedé solo bebiendo en la barra con el cantinero atendiendo a otros. Pese a que me gustara la fiesta, me desagradaba no poder disfrutarla como se debía porque recordaba los momentos que pasé con Colette y ese nudo que atravesaba mi estómago volvía junto un dolor de cabeza muy molesto.
- ¿Corazón roto? -me dijo una voz femenina que reconocí al instante y rodé los ojos. Ella se sentó a mi lado y yo no dije nada- siento que no soy muy bienvenida.
- No, claro que lo eres, es solo que... No estoy de humor para discutir contigo, Bibi. Además tú fuiste la que quisiste dejar de verme.
- Sé lo que se siente -continuó ignorando lo que le dije- pensar que estás enamorado y que de pronto abras los ojos dándole la razón a tu madre de tantas advertencias -dijo riendo y seguí sin responder- ¿me vas a ignorar toda la noche o vas a ir a hablarle? -la miré de reojo frunciendo mi ceño.
- ¿Y ahora de quién me estás hablando?
- ¿Qué no es obvio? Mi amiga y tu cómplice de locuras -seguí sin entender muy bien y lo mostré con mi gesto de confusión- hablo de Colette, idiota.
- ¿Colette...? ¿Cómo sabes que...?
- Digamos que sé todo lo que ocurrió entre los dos porque un pajarito me lo contó. Y de casualidad la invité a esta fiesta junto con su mejor amiga y no contaba conque te aparecieras.
- ¿No estás molesta con ella por lo que tuvimos?
- Nah... Mejor dicho me da lástima por lo único que se consiguió. De todo el mundo te tuvo que escoger a ti, fuiste suertudo y ella un poquis tonta -me guiñó el ojo y se marchó de ahí.
Lástima por lo único que consiguió...
Eres suertudo...
Ella un poquis tonta...
De todo el mundo te tuvo que escoger...
¿De verdad fui tan malo? ¿Por eso me describía así? Por obvias razones ella me describía con tal facilidad en su escrito. Esa vez, cuando ella se fue llorando, supe de inmediato que se había dado cuenta de lo que leía y eso me confirmó que ella había sido quien había escrito ese libro. No quise ir a buscarla porque sentía que se merecía sufrir un poco, pronto me arrepentí y quise ir a hablarle para que volviera a mi lado... Pero esa idea se esfumó de mi cabeza cuando recordé lo mucho que decía que me odiaba y que no quería verme y quería renunciar, que solo por Selenna seguía trabajando de pie.
Me puse de pie y caminé por todo el local buscando si veía a lo lejos una vez más a Colette.
De verdad la amaba y que todo eso me llegara se sintió como si me dieran un fuerte golpe de realidad en la cara. Me dijo todas mis verdades y no lo quise admitir por mi orgullo. Un día le la razón y comprendí su enojo en mi contra. Después de todo, yo no era santo de su adoración desde un inicio porque no era... Digamos... Amable. Aunque por más que lo pensara y rebuscara la manera de ir y decirle que sabía que me odiaba por ser tal y como soy, pero que la amaba y si bien no podría cambiar el pasado podría tratar mejorar el presente y ser otra persona en un futuro.
La vi, y estaba hablando con esa su amiga Shelly y Bibi también hablaba y reía con ella. Los gestos de sonrisa de Colette eran medio forzados y eso gustaba pero al final... ¿Quién era yo para decirle que no lo haga? Bajé la mirada y continué caminando, pero de pronto me choqué con alguien quien llevaba unas bebidas en sus manos y al chocarnos todas cayeron al piso. Regresé la mirada para ver quién era y me sorprendió ver a Sandy ahí parado.
- ¡¿Qué te pasa?! -me gritó limpiando las pocas gotas que le cayeron a su ropa.
- Lo lamento... -me limité a decirle.
- Hey... -dijo al reconocerme- tú eres... ¡Eres quien me arrebató a Bibi!
- Am... ¿No? O sea, tú solito fuiste al no decirle que tenías una hija de cinco años.
- Tiene seis.
- Hasta que sea mañana los tendrá, de lo contrario no.
- Me quitaste a mi prometida y a mi exesposa, no pienso que te lleves también a mi hija también contigo. Lo único que habla es de ti y de cómo empezaste a salir con Colette.
- Perdiste a las primeras dos por tu cuenta, la última creo que lo harás si sigues comportándote así. Disfruta que tienes a tu lado a la más maravillosa niña y la tuviste con la chica de mis sueños -él sonrió con cinismo mientras que yo le daba la espalda para marcharme.
- ¿De verdad te hice eso? ¡Ja! Y yo qué creí que mandarte ese archivo con el libro de Colette era suficiente para acabar con su trabajo. ¡Ahora disfruto mucho más verte sufrir a ti también! ¿Quién lo diría? La venganza se complementa siempre a su tiempo -me detuve en corto.
- ¿Tú me lo enviaste?
- No creíste que Colette lo hizo, ¿verdad? Si así es, pues eres más inepto de lo que creía... -ni siquiera lo dejé continuar porque le di un golpe en el estómago sacándole todo el aire.
- ¡Acabaste con mi vida y la hiciste un infierno! -exclamé y cayó al suelo para recuperar el aire. Logró reír y seguir hablando:
- Lo que... Me dices es hasta música para mis oídos... -decía con mucha burla y ahí mismo en el piso le di unas patadas y mucha gente nos rodeó para vernos. Lo peor de todo y que más me molestó es que no se defendía, solo se reía.
- ¡¿Edgar?! -exclamó la voz de Colette haciendo que mis golpes pararan y la viera con mis ojos bien abiertos- ¡Te están grabando! ¿Qué haces...?
- ¿Grabando? -murmuré y vi los celulares apuntando en dirección a nuestra pelea y me di cuenta que ella tenía razón y al ser una cara famosa no sería bien recibido en los medios. Creo que la adrenalina del momento no me hizo pensar muy bien lo que hacía.
- ¡Dale otra más y te largas! -me gritó Bibi a lo lejos junto a Shelly que se reía a carcajadas señalando a Sandy. Le di una patada más a Sandy en el estómago y salí corriendo pasando al lado de Shelly, Bibi y Colette. Ésta última tomándola de la mano y casi arrastrándola a que me siguiera. Corrimos juntos un buen rato mientras que ella me decía que parara o que fuera más lento, pero la ignoré y seguí adelante hasta estar lo suficientemente alejado de la fiesta.
- ¡¿Qué te sucede ahora?! -me gritó ella quitando su mano bruscamente de la mía- t-te grabaron... Eso será una locura para los medios de comunicación, te criticarán y Sandy podrá levantar una demanda en tu contra y hacerce millonario como si nada. ¡Tu carrera se va a acabar con esto! ¿En qué pensabas...? Por mi culpa ahora estás acabado, nunca debí venir a esta fiesta y dejar cuidando a Selenna con mi mamá, debí decirle a Sandy que saldría y él debió hacerse cargo de mi hija para que nunca se encontrara contigo.
- ¿Puedes parar de culparte a ti misma?
- ¡¿Cómo quieres que no lo haga?! Todo tiene que ver conmigo...
- Eso no es cierto, así que silencio -no la dejé hablar porque puse mis labios contra los suyos. Beso que no tardó en corresponder, nos quedamos así un buen rato sabiendo bien que los dos nos necesitábamos el uno del otro.
A veces se cometen errores, ¿pero vale la pena recordarlos en el presente?
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