Cap. 26 Custodia
Colette
- ¡Mamá! ¿Has visto mi laptop? -grité desde mi habitación mientras buscaba debajo de mi cama.
- ¡Colette! ¡Ven a ver esto! -gritó también ella alterada y fui de inmediato a ver lo que sucedía. Llegué hasta la puerta trasera y me mostró que el cerrojo había sido forzado y arruinado. Nos vimos la una a la otra con cierto miedo- ¿crees que hayan robado mientras nos fuimos?
- No lo sé, pero mi laptop no está por ningún lado...
- Para la próxima hay que poner una tranca.
Al día siguiente...
Al despertar quise llamar a Edgar, sin embargo no me contestó y eso me preocupó. De quien sí recibí varios mensajes fue de Sandy, una sorpresa total para mí, ya que nunca lo hace y es lo que ambos preferimos.
Sandy
Colette, tenemos que hablar.
Ese era el mensaje que se repitió varias veces. No le tomé mucho asunto, no tenía nada que hablar con él ni él conmigo y este tipo de situaciones suelo ignorarlas. Más aún ahora que se arruinó su boda.
Me fui temprano al trabajo, dejé como siempre a Selenna en el autobús escolar y me despedí de mi madre. Todo iba como siempre, sin embargo, fue distinto cuando me encontré con Edgar en su oficina viendo una laptop que creo tenía en su hogar. Nunca la traía a casa y se me hizo raro. Leía algo tan distraídamente que ni siquiera notó que había llegado. Tosí para llamar su atención y se llegó a alterar cuando me vio. Hizo un gesto que no pude descifrar muy bien y miró hacia otro lado.
- Hola, perdón si te asusté. Ayer nos sucedió a mi madre y a mí una cosa que nos dejó con cierto temor - le conté con una sonrisa en mis labios.
- Oh... ¿Y qué pasó? -dijo para aclarar su garganta porque se oía ciertamente un poco desafinada. Lo miré sin entender en lo más mínimo su actitud desconcertante y me atreví a preguntar:
- ¿Qué ves en la computadora?
- Ah... Es... -carraspeó- no es nada, no es nada... -estuve a punto de decir algo más, sin embargo no pude porque también llegó Byron sonriendo muy alegremente.
- ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que me agradas, Edgar? -dijo apenas entró.
- Solo lo dices cuando suceden situaciones buenas -respondió Edgar.
- Pues tu último álbum a sido un éxito gracias a la canción en la que participaste con Selenna. Por cierto, Colette -me miró- empezarán a llegarte las regalías que están en el contrato.
- Vaya, gracias -dije con sinceridad.
- Y con respecto a mi último contrato, Edgar... Creo que merezco más sueldo del que recibo -continuó Byron y Edgar rodó los ojos cansado. Cabe destacar que su aspecto no era de los mejores este día, era como si no hubiera dormido bien.
- Lo hablaremos más tarde...
- Siempre dices lo mismo y me evitas a toda costa luego -Edgar suspiró.
- Vamos afuera entonces -Byron salió con una sonrisa más grande que cuando entró y Edgar fue detrás de él, pero lo detuve tomando su bufanda despacio sin mucha brusquedad- ¿necesitas algo?
- Sí y creo que eres el único que me lo puede dar en este momento -sentí que mi cara se volvía roja al pronunciar esas palabras y me mordí el labio inferior- ¿no hay beso de buenos días? -él también se sonrojó, pero en vez de sonreírme como siempre, bajó la mirada y no dijo nada solo para dejarme ahí parada bastante confundida.
Me hizo sentir mal, pensé que podría estar molesto conmigo o que quizá no había tenido buena noche como ya había considerado antes. Luego mi mirada se dirigió a la laptop de Edgar.
¿Tendrá algo que ver?
Me lo pensé varias veces antes de hacerlo, pero la curiosidad me invadió y fui hasta su escritorio para ver lo que veía tanto. Leí un párrafo pequeño que decía lo siguiente:
¿Adivinas cómo se siente trabajar con uno de tus cantantes favoritos de adolescentes? Yo te lo resumo en tres palabras: es un infierno.
Me asusté mucho al leer eso recordando que había escrito algo muy parecido a mi antiguo borrador de libro.
¿Qué digo parecido? ¡Estaba totalmente igual!
Seguí leyendo:
Edgar Thomas es como un adolescente sin límites, no lo digo de la forma atractiva, me refiero a lo imprudente y mimado que es... ¡Si su madre lo hubiese educado bien por lo menos sería como mínimo educado!
Mi corazón se detuvo por un segundo y sentí un nudo en mi garganta. Era nada más y nada menos que lo que yo había escrito y que había dejado meses atrás. Cada texto, párrafo, oración, palabra y sílaba era escrita por mí. No tenía la menor idea de cómo Edgar lo había conseguido y me dolía ver todas las cosas horribles que llegué a decir de él.
De todo lo que podría leer en el mundo, ¿tuvo que leer esto? Eso explica su comportamiento raro y que no haya querido besarme. ¡Me odia! ¿Y cómo no hacerlo? Si yo encontrara un diario de él en el que dice cosas espantosas de mí, yo también lo detestaría. Esto es mucho peor que pensar en que lo haya engañado con algún otro novio. Igualmente, ha sido un engaño de mi parte no haberle comentado nada al respecto de este libro. ¡Ahora la hipócrita soy yo!
Lágrimas invadieron mis ojos y una comezón en mi nariz surgió. Cerré con fuerza la laptop y tenía que desatar mi furia conmigo misma de alguna manera y no la hallaba. Rompí en llanto sin más. Salí corriendo pasando al lado de Edgar y Byron, pero no los escuché cuando gritaban mi nombre y llegué hasta mi casa en autobús. Mi madre me escuchó llegar, le sorprendió verme tan temprano y no logró preguntar lo que me pasaba porque tocaron la puerta de mi casa y ya que estaba cerca, fui a abrir y me topé con el rostro de Sandy.
- ¿Por qué no contestas mis mensajes? -fue lo primero que me preguntó.
- ¿Tengo que hacerlo por obligación? -pregunté limpiando mis lágrimas y lo miré más con enojo que con tristeza.
- Ahora sí debes -rodé mis ojos.
- ¿Qué quieres? Y más te vale que sea interesante o llamaré a mi madre para que se encargue de echarte.
- Acabaste con mi vida cuando llegaste a mi boda con Bibi, por esa actitud no creo que seas una buena madre -abrí mis ojos de par en par.
- ¿Qué me quieres decir con eso?
- Colette, nunca quise interferir entre Selenna y tú, pero... -suspiró y luego me vio con su ceño fruncido- quiero la custodia de Selenna. Soy su padre y tengo todo el derecho.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top