Cap. 23 ¡¿La última?!

Muy bien, lectores y lectoras... Yo adoro el personaje de Selenna, ustedes la adoran... ¿No es así? El que no la adora que levante la mano... *Individuo X levanta la mano* *sacó escopeta y le disparo* ¿Alguien más...? :) ¿No? ¡Muy bien! Empecemos con este cap en el que Selenna lo narra.
ATT. LadyLectura

Selenna
- ¡¿Quién es tu cita?! -exclamó mi abuelita cuando mi mamá y ella hablaron.

- Mamá, no te lo voy a decir aún... -fue la respuesta de mi mami.

- ¿ES EDGAR? -exclamé emocionada.

- Selenna, no entres en conversaciones de adultos -me crucé de brazos por el regaño de mi mamá.

- No, no, no... -siguió mi abuelita- la niña tiene razón, Colette, ¿estás saliendo con tu jefe?

- ¡Se cumplió nuestra historia! -volví a decir.

- No puedo creer que estés saliendo con un imbécil como ese.

- ¡No es Edgar! ¿Está bien? Para que estés contenta, mamá... No es Edgar.

- ¡Te estás contradiciendo! ¿Es o no es Edgar?

- ¡No lo es!

- ¡No te creo!

- ¡Mamá!

- ¡No me grites, niña malcriada!

- ¡Selenna! -dijeron ambas y me miraron con su ceño fruncido.

¿Y ahora qué hice para que me miren a mí?

- Vete a hacer tus tareas afuera de la habitación -dijo mi mami- la abuelita y yo tendremos una conversación de adultos.

- Am... ¡Ok! -salí corriendo de ahí con mi mochila y, aunque no tenía tarea, se me iba a ocurrir algo para hacer.

Saqué uno de mis cuadernos y empecé a dibujar cosas en las últimas páginas, una vez vi a una niña hacerlo, y yo dije: ¡Lo haré también! Dibujaba mi casa y un árbol a su lado, cuando de pronto pasó frente a mí un niño que veía lo que dibujaba. Era de ojos azules bien grandes y con muchas pecas por toda su cara.

- ¡Hola! -dije para que se diera cuenta que ya había notado que veía mi dibujo. Su rostro se puso roja y me pareció que era muy tímido- me llamo Selenna, ¿y tú?

- R-rubin... -contestó aún con pena.

- ¿Robin?

- No, Rubin.

- Ja, nunca lo había escuchado... -dije pensativa.

- Significa "hijo" o eso es lo que mi mamá dice.

- ¿Y cuántos años tienes, Rubin? Yo tengo 5.

- 6... 6 años -asentí.

- ¡Genial! -me puse de pie- estoy aquí porque mi abuela está malita, ¿qué hay de ti?

- Papá me dijo que era porque tendré un hermanito y que por eso mamá necesita atención en el hospital.

- ¡Guau! ¡Yo quisiera tener un hermanito también!

- Dile a tu mamá y a tu papá, de seguro tendrás uno pronto.

- ¿Y si... Mi papá no vive en la misma casa que mi mami y yo?

- ¿Así? ¿Por qué no está con ustedes?

- No sé, mi mami dice que es tema de adultos, siempre que no quiere que sepa lo que pasa me dice eso. A veces me visita, otras veces no, pero cuando estamos juntos vamos a comer al mismo restaurante. Aunque mi abuelita dice que mi papi solo está conmigo por "obligación" o lo que sea que signifique eso.

- Es extraño, mis papás siempre han estado juntos.

- Sí... ¡Da igual! Ya que mi mami y mi papi no están juntos, mi mami puede tener novio.

- ¿De verdad? -Rubin se sentó a mi lado en el piso- ¿y teniendo esposo se puede tener otro novio?

- No, mi abuelita dice que eso se llama: divorcio. Cuando los adultos están "divorcejeados" pueden hacer lo que se les de la gana, ¡eso me lo dijo todo mi abuela!

- ¿Divorcejeados? ¿Tú crees que mis padres se pueden divorcejear?

- No lo sé -fue mi única respuesta- ¿y cómo se llamará tu hermano?

- Escuché a mi mami decir que se llamará Patrick, aunque papá espera que sea una niña.

- ¡¿Una hermana?! ¡Cambié de opinión! ¡Quiero una hermana! -él hizo una mueca y negó con la cabeza.

- Yo quiero un hermano, no una hermana.

- Pero con la hermana puedes jugar con muñecas y a la fiesta de té -Rubin sacó la lengua con asco.

- Eso es cosa de niñas -me reí y seguimos hablando hasta que la mamá de Rubin vino y se tuvo que ir con sus papás.

- ¡Adiós, Selenna! -dijo antes de irse.

- ¡Adiós, Rubin! -contesté alegre y mi madre salió de la habitación de mi abuelita.

- ¿Quién es Rubin? -me preguntó mi mamá.

- Es mi amigo que acabo de conocer, él tendrá un hermanito o una hermanita, aún no lo sabe.

- Oh, eso es bueno. Ve a despedirte de abuelita y nos vamos -fui corriendo con mi abuela hasta su cama y me despedídd ella. Salí de nuevo y me fui de la mano con mi mamá.

- Mami... -dije llamando su atención.

- ¿Qué pasa?

- Quiero una hermanita, ¿me la puedes dar para mí cumpleaños? -mi mami se sonrojó y miró hacia otro lado.

- No sé si eso será posible...

- ¿Por qué no?

- Es tema de adultos -fruncí mi ceño.

- Siempre dices eso... ¿Qué tal para navidad? ¡Y me olvido de la bicicleta! -no me respondió y suspiré- está bien, ¿tendrás una cita con Edgar? ¡Por lo menos responde eso!

- No tengo motivo para responder todas esas preguntas que haces, cielo.

- ¡Sí tienes razón! ¡Yo soy tu hija!

- Y yo soy tu mamá, y cuando digo que no responderé todas las preguntas es porque no lo haré. Ahora vamos a casa de tu tía Shelly, hoy te cuidará.

- ¿Es por tu cita con Edgar?

- Selenna... -dijo desesperándose un poco.

- ¿Acaso no saldrás con Edgar? -me detuve al darme cuenta- ¿no es con Edgar, mamá? ¡Tienes una cita con alguien más! Eso se llama "infracción" me lo dijo abuelita.

- ¿Infrac...? ¿Quieres decir infide...? -mi mamá bufó- es suficiente del tema, Selenna. No voy contestarte nada.

- ¡Pero, mamá!

- Sin peros, Selenna.

Días más tarde...
Mi mami ahora sale muchas veces, me dejaba con mi tía Shelly, pero ahora que mi abuelita salió del hospital, ella es quien está conmigo.

¡No puedo creer que mi mamá esté sea novia de alguien más que no sea Edgar! ¡Se supone que es el pretendiente escogido! Debo contactar de inmediato a Edgar para contarle, no he podido estos últimos días porque mami ya no me lleva al trabajo y me deja con mi tía Shelly o mi abuelita, aunque veré la forma de contarle...

Hoy estoy saliendo de mi escuela y espero a que mi abuela me recoja, pero no ha llegado aún.

- Miren quién está aquí... -dijo esa voz irritable que me hizo apretar mis colmillos.

- ¿Quieres otro golpe, Nathan? -pregunté y él dio un paso hacia atrás, sin embargo aclaró su garganta y se mantuvo recto.

- Mejor dicho, tú recibirás un golpe si me molestas, Selenna.

- Quiero ver que lo intentes.

- ¡Selenna! -escuché la voz de mi mami que se acercaba a nosotros- perdón por llegar tarde, abuelita tuvo algo que hacer y por eso vine a traerte con Edgar y... -mi mamá vio a Nathan y frunció su ceño con disgusto- vamos a casa, cariño.

- ¿Edgar vino? -dije con entusiasmo.

- Sí, ahora vamos -salimos de la escuela y nos subimos al auto de Edgar.

- ¿Qué tal, chica? -me saludó Edgar sonriendo de lado.

- ¡Hola! -fue entonces cuando recordé que debía contarle a Edgar lo de mi mami- Edgar, si te digo algo... ¿No te enojarás con mi mami?

- Am... No lo creo, ¿qué pasó? -mi mami entró al auto y se sentó en el lugar del acompañante.

- ¡Mami está saliendo con alguien y no me dice quién es! ¡Te está engañando! -mi mami y Edgar se miraron el uno al otro para luego reír a carcajadas- ¿de qué se ríen? ¡Eso es malo! ¡La abuela me lo dijo!

- Lo lamento, Selenna -dijo Edgar calmando su risa- tu mamá no te lo ha dicho, ¿verdad?

- ¿Ah...?

- Estamos saliendo -continuó mi mami y yo abrí mi boca ofendida.

- ¡¿Y por qué soy la última en enterarme?!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top