Cap. 20 Como una... ¿Cucaracha?

Edgar
El día de hoy ha estado el ambiente muy incómodo, al igual que cuando estuvimos en mi auto ayer. Tenía la mirada casi perdida y siempre que le hablaba, no me miraba. De verdad estaba decepcionada.

En este momento, solo revisaba mi teléfono o al menos... Fingía hacerlo. Mi atención realmente estaba en Colette y seguía totalmente igual a como ya había mencionado. Sin embargo, una notificación me llegó y decía sobre Bibi y su nuevo prometido. Alcé mi ceja y tan solo por curiosidad toqué la notificación para ver de qué trataba. Leí rápido y sentí enojarme en poco tiempo.

- Adivina... -le dije a Colette llamando su atención- hoy se casan nuestros ex.

- ¿Qué? -dijo Colette- ¿es hoy? Pensé que ya lo habían hecho.

- Yo también lo creía...

- ¿Todo esto... Lo afecta?

- ¿Qué quieres decir?

- Le pregunto si le afecta esto... Sobre su antigua esposa y así...

- ¿A ti te afecta? -Colette suspiró.

- Yo creo que sí, un poco sí... Pensar que él se casa y reinicia su vida es un tanto difícil. Me hace sentir... Que debí haber sido mejor o no lo sé -miró hacia arriba y después gruñó- que tal vez no vuelva a comenzar mi vida nuevamente como él lo hace ahora.

- Sientes que debiste hacer más por tu matrimonio, ¿no es así? -asintió- pienso lo mismo que tú, mucho más de hecho, incluso estoy molesto con Bibi, con su prometido y más que todo conmigo mismo. Pero hay que pensar el lado positivo.

- No continuamos una relación que no llegaba a nada y eso es bueno -negué con mi cabeza- ¿no es eso?

- Obvio que no, el lado positivo es que podemos ir a arruinar su boda -ella soltó una risa nerviosa.

- Está bromeando, ¿verdad? Dígame que está bromeando y que no planea ir a la boda de Bibi y Sandy...

- Eh... No. No bromeo en nada. Hoy mismo debemos ir a arruinar su boda.

- ¿Debemos? Oh, no... No me incluya en esta locura.

- ¿No es realmente lo que quieres? ¿Vengarte de una buena vez y demostrar que no deseas que siga adelante con su vida?

- La verdad no. A veces desconfío mucho de su cordura, señor Thomas -suspiré y volví a mi celular y ella volvió a su tablet y a su mirada perdida.

- Tengo que ir con Byron hoy para charlar sobre su contrato -dije de repente y ella me miró con sorpresa.

- Es extraño... No me avisó nada.

- Es porque es de su contrato y eso es un tema delicado para ambos. Debes venir conmigo -me miró con sospecha. 

- ¿Por qué motivo? Es el contrato de Byron, no el mío.

- Porque quiero que te estés a mi lado por si llega un mensaje de mi madre o si necesito algo, tú siempre tienes que estar ahí y lo sabes.

- Sí, pero...

- Pero nada, vamos a mi auto -no discutió más y nos fuimos.

Obviamente le mentí para ir a la boda de Sandy y Bibi. Tengo la leve impresión que ella lo sospecha, pero no se negó así que supongo que también quiere ir.

El lugar donde sería lo conocía muy bien, era el mismo en donde Bibi y yo nos casamos y supongo que ella fue quien lo escogió. Colette conocía el lugar, ella también había asistido a nuestra boda, por eso no quería salir del auto en cuanto me estacioné.

- ¡Sabía que usted me mentía! ¡Sabía que vendríamos a la boda de Bibi y Sandy! -dijo ella dentro del auto y yo la miraba desde afuera por la ventana.

- Pero no peleaste tanto por venir.

- ¡Porque confié en usted, maldito imbécil!

- Esas palabras, Colette... No me están gustando. Baja del auto ahora mismo.

- ¡No!

- Solo estaremos presentes, no vamos a arruinar nada.

- No le creo. No voy a caer en su sucio juego -eso lo dijo entrecerrando sus ojos y suspiré.

- Bien, quédate ahí. Miedosa...

- ¡Es mejor decir: aquí huyó un cobarde, qué decir: aquí murió un valiente! -en cuanto le di la espalda, me detuve al ver que Bibi se acercaba a mí viéndome de pies a cabeza.

- ¿Edgar? ¿Qué haces aquí? -dijo con molestia.

- Hola, Bibi -dije sonriendo- vaya, tanto tiempo que no te veo con tu vestido de bodas -ella rodó los ojos.

- No estás invitado. ¿Te puedes ir?

- ¡Pero vine con Colette! Ella está en el auto también... Es mi acompañante, ¿sabes?

- ¿Colette está aquí? -preguntó emocionada- ella sí puede entrar. Le mandé una invitación, pero nunca me contestó si iba a llegar.

- Oye, eso fue un poco cruel para ella... -me miró confundida.

- ¿Por qué? Es mi amiga, yo quería que me amiga asistiera a mi boda.

- ¿Me estás hablando en serio? -ella asintió- así que no lo sabes... ¡Colette! -fui de nuevo al auto y toqué el vidrio para que Colette me viera- ¡baja la ventanilla! -me sacó el dedo de en medio- por favor... Es importante... -suspiró y me hizo caso ante mi súplica.

- ¿Qué quiere?

- ¿Te enviaron una invitación a esta boda? -bajó la mirada.

- Sí... Me imaginé que fue Sandy queriendo burlarse...

- ¡No! La envió Bibi. Ella dijo que quería invitar a su amiga, porque resulta que no sabe nada sobre Selenna.

- ¿Pero qué...? ¡¿Diablos?! -abrió la puerta del auto y bajó de inmediato para ir con Bibi- dime la verdad y solamente la verdad: ¿conoces quién es Selenna?

- ¿Selenna? Es tu hija, ¿no es así?

- Sí, pero hay más... ¿No sabes lo que será ella de ti en cuanto te cases con Sandy?

- Am... No sé muy bien a lo que te refieres -Colette apretó sus colmillos.

- ¿Dónde está...?

- ¿De quién me dices ahora?

- ¿Dónde está el estúpido de Sandy? -entonces, Sandy apareció, pero se detuvo cuando vio a Colette- Sandy... Eres un...

- Ahora sí la molestaste -dije con burla viendo a Sandy.

- ¡¿Cómo te atreviste a no contarle de Selenna?! -casi corre hasta él, pero la detuve sosteniéndola por la cintura- ¡Es mi hija! ¡Engañaste a mi amiga! ¡Eres un descarado!

- Sandy, ¿de qué está hablando? -le preguntó Bibi al mencionado.

- Am... Bueno... -decía nervioso- de nada, de nada...

- ¡¿Cómo que de nada?! -exclamó Colette aún tratando de quitarme para que la soltara- escucha, entiendo que yo no te importe en lo más mínimo porque a mí tampoco me importas ni un poco. Pero Selenna... ¡Selenna! ¡Ella también es tu hija, maldito cobarde!

- ¡¿Tu hija?! -exclamó Bibi- ¡¿cómo que es también tu hija?!

- Así es, Bibi... En cuanto te cases con él, mi hija será pariente tuyo... ¡Será tu hijastra!

- ¿Por qué demonios nunca me lo dijiste? -Bibi se dirigió a Sandy- ¿tienes una hija? ¿Cuando planeabas decirlo?

- Lo mismo me pregunto yo... ¡Me recuerdas tanto porqué nos divorciamos cada que nos vemos!

- ¡¿También se casaron?! En serio, ahora no sé cuantas cosas me ocultas... -así estuvieron discutiendo un largo rato, hasta que Bibi dijo que necesitaba tiempo. Tal pareció que Colette no estaba para nada feliz con esa desición, eso me confundió, no lo voy a negar. Antes de irnos, Colette le suplicó, le rogó y casi se pone de rodillas para que Bibi la disculpara. Pero Bibi no estaba para nada molesta con ella, creo que de hecho le agradeció de cierta forma que haya llegado.

¿Qué haría sin mí Colette?

Íbamos en mi auto y Colette no paraba de repetir: ¿Qué he hecho?

- ¿Soy yo o tú estás enojada conmigo? -ella gruñó con lo que dije.

- ¡Acabamos con un matrimonio!

- No acabamos con un matrimonio, acabamos con lo que iba a ser un matrimonio.

- ¡Eres de lo peor!

- Yo no fui el que le gritó sus verdades a Sandy.

- Sí, pero... Pero... -suspiró- no entiendo...

- ¿Qué es lo que no entiendes?

- No, nada...

- Ahora dímelo que me dio curiosidad.

- No.

- Dímelo.

- No...

- Ahora.

- ¡Qué no!

- ¡Qué sí!

- Eres tan infantil.

- Me lo dicen a menudo, ahora escupe lo que ibas a decir.

- No es no.

- ¿Qué es lo que no entiendes, Colette?

- No le contestaré de aquí en adelante.

- ¿Y yo soy el infantil? -no me respondió- dímelo -seguí sin respuesta- dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, no me detendré hasta que lo digas, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dijo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo, dilo...

- ¡¿Puedes cerrar la boca?! ¡Lo que no entiendo es el porqué te amo! -frené de golpe el automóvil y la miré con sorpresa. Ella bajó la mirada sonrojada y salió del auto para entrar a una cafetería que había por ahí. Me estacioné y fui detrás de ella. Había escogido un lugar en la mesa número 3 y estaba con su cara puesta sobre la misma. Me senté a su lado y no dije nada por unos segundos.

- Vaya... Me amas... -murmuré con cierto asombro.

- Cállate...

- No trato de molestarte, es solo que me sorprende... Que me ames... -levantó su cabeza para verme confundida- tú eres... Increíble, Colette... Nunca me dejas en vano y cada día que paso sin ti, siento que me haces falta.

- Solo lo dices para que me sienta mejor... Es obvio que no sientes lo mismo por mí. Tú has salido con Emz y con muchas más chicas, nunca te fijarías en mí y no lo has hecho, yo acepto mis realidades cuando lo necesito.

- ¿Piensas que no soy capaz de amarte? -se encogió de hombros mientras asentía- ¿y si te digo que hace poco me enteré que siento lo mismo que tú sientes?

- No quiero que me ames por lástima, puedo vivir con un amor imposible, ¿quién no lo ha hecho?

- Tonta... -me acerqué más a ella- yo no te amo por lástima, yo te amo porque tú eres linda, eres amable y me soportas todo. Tú sarcasmo me fascina, cuando sonríes con Selenna y más cosas de ti me han enamorado. Sé que tal vez estás enojada conmigo por lo que pasó ayer con Selenna...

- No estoy molesta por eso... Nunca me enfado contigo, a veces solo finjo que me enojo, pero la verdad es que ya no puedo desde que me enamoré de ti.

- Eso es... Tierno.

- Y es que tú, eres como una... Una... No te ofendas, ¿ok?

- De acuerdo -contesté.

- Eres como una muy adorable cucaracha.

- ¿Qué?

- Sí, eso eres, una muy adorable cucaracha. Que apareció en tu cocina de pronto y que por más que trates de matarla no se muere y sigue ahí parada la muy imbécil.

- Auch...

- Pero pasa el tiempo y de la nada... Te empiezas a encariñar con la cucaracha. Y suena tonto, sin embargo pasa más tiempo y ya no la ves como cucaracha, sino como algo más... Más... Lindo.

- Me dolió ese ejemplo.

- Te dije que no te ofendieras... -me reí y ella se mordió su labio.

- Sabes, cuando me dejaste como un tarado la primera vez que estuvimos a punto de besarnos...

- ¿Y ahora lo dices?

- Déjame terminar. Cuando estuvimos a punto de besarnos... No pude dejar de pensar: ¿Qué se sentirá besar a Colette?  Tal vez desde ahí empecé a darme cuenta de mis sentimientos por ti -se sonrojó aún más y aclaró su garganta.

- Yo desde ese momento me di cuenta que me había enamorado de ti... Y me hice la pregunta: ¿Qué se sentirá besar a Edgar?

- ¿Así? ¿Y quieres descubrirlo? -con timidez asintió- si yo te amo y tú me amas, no creo que haya problema... -me pegué más a su rostro y se quedó inmóvil. Besé despacio sus labios y por unos segundos no me quise separar de ella, me correspondió el beso tomándome del cuello y le sostuve sus mejillas con ambas manos.

- Eres un imbécil, Edgar... -murmuró cuando nos separamos unos segundos- arruinaste una boda y me besas como si nada -ambos reímos.

- Tú me ayudaste mucho en eso... -la besé de nuevo, y de pronto nos separamos cuando sentimos la presencia de alguien más.

- Hola, caballero. Hola, señorita. Mi nombre es Barley, seré su mesero el día de hoy. ¿Qué desean ordenar? -dijo un robot dejando el menú en la mesa.

- Oh, am... -dijo Colette- ya veremos, ¿nos puede dejar un momento a solas?

- Básicamente te dijo que no arruines nuestro momento, idiota -dije con mi ceño fruncido.

- ¡Edgar! -rió nerviosa- perdone a mi acompañante, decidiremos pronto.

- Como deseen -y se retiró.

- No seas grosero con el mesero, ¿no ves que puedes...? -antes de recibir otro regaño la besé una vez más.

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