Edgar
Llegamos en mi auto al estudio de Lola y ahí nos recibió ella con los brazos abiertos.

- ¡Bienvenido, Edgar! -exclamó al vernos- tú debes ser la querida asistente de Edgar, he escuchado mucho de ti, muchas cosas lindas, Colette.

- ¿De mí? -preguntó Colette confundida.

- Sí, mira Colette... Tú estás al lado de un gran cantante, esa es la verdad y todos saben de que Edgar no podría hacer nada sin ti a tu lado, ¿no es cierto, Edgar? -ambas me miraron.

- Sí, supongo que sí -contesté con simpleza encogiendo mis hombros.

- Bueno... No lo había pensado... -Colette miró el piso sonrojada por los alagos de Lola. Tal parece que no está acostumbrada a que le digan que es importante o que tiene un papel importante.

- Ahora vamos, aquí te entrevistaré -me indicó Lola y nos sentamos frente a todas las cámaras. Colette se paró al lado de una de las cámaras y preparó su tablet. Usualmente, cuando no sé qué contestar, ella escribe lo que tengo que decir en la tablet y lo leo, luego contesto.

- ¿Cuándo empezamos? -pregunté y ella sonrió de mostrando todos sus colmillos.

- Justo ahora -hizo hacia atrás su cabello- hola a todos, fanáticos que me adoran y sé que no me cambiarían por nada -dijo a una de las cámaras y rió con fuerza- hoy tenemos una exclusiva con el cantante Edgar Thomas, uno muy influyente de la música. Hace poco hablamos con tu exesposa Bibi, nos contó cosas que ninguno de tus fans se esperaría.

- Algunas personas exageran -dije y miré de reojo a Colette. Ella se mordía la uña del dedo pulgar, siempre hace lo mismo cuando tengo una entrevista, se pone miy nerviosa y no sé porqué- por ejemplo Bibi dijo cosas muy exageradas. Solo terminamos la relación porque no nos comprendimos.

- Ya... Los escándalos de la fama, yo sé lo que se siente, como ya debes de saber fui una gran estrella de Hollywood... Hasta que me reemplazaron y desecharon como basura -dijo con odio lo último- pero lo bueno es que no me quedé como alguien simple y seguí con mi carrera -nuevamente rió- aunque debemos admitir... Bibi dijo que tú no le prestabas atención y que salías con mujeres aparte de ella. ¿Eso es cierto?

- ¿Ah? -miré hacia todos lados tratando de no ser evidente, pero la culpa me carcome y no puedo deterlo. De seguro Colette lo notó porque de inmediato escribió en su tablet y le dio la vuelta para que leyera. Y decía:

Ponga la frente bien en alto, señor Thomas.

Esas palabras, de alguna forma, me dio aliento. Por lo que aclaré la garganta.

- Admito que no dí lo mejor en mi relación -dije aclarando la garganta- pero me prometo a mí mismo y a todos mis fans, que no... -regresé mi rostro y miré a Colette con una sonrisa- que no lo volveré a repetir... -Colette puso sus pulgares en alto con aprobación.

- Esas declaraciones son muy fuertes, ¿me estás diciendo que las acusaciones de Bibi eran ciertas? -me preguntó Lola.

- No tanto, yo de verdad la amaba. Pero sí tenía motivos para dejarme, ella tuvo la razón al pedirme el divorcio...

- Comprendo. Ahora, Bibi también mencionó que estaba comprometida, ¿tú qué me dices? ¿Seguirás con tu vida con alguien más?

- Por el momento... No tengo a nadie, además, sigo algo herido por todo lo sucedido.

La entrevista continuó de maravilla, aunque la mayoría fue de la vida pasada de Lola y de cómo la desecharon, pero creo que lo que nos dijo hace un principio sobre de Colette y que yo dependo mucho de ella... Es cierto.

Tal vez la promesa de que le hice a Selenna no es tan mala como creí...

Terminó la entrevista y salimos del set, no sé si Colette más emocionada que yo o yo que ella.

- ¿Ya vio que no sería tan complicado como creyó? -me dijo con entusiasmo.

- No lo habría logrado sin ti a mi lado, ¿ahora ves porqué te obligué a que vinieras? -ella asintió- gracias Colette... -pareció que mis palabras la sorprendieron- ¿qué pasa? -pregunté por esa cara de sorpresa.

- Lo que pasa... Es que muy pocas veces me dice gracias, señor Thomas.

- Debería hacerlo más seguido -ambos reímos un poco- la entrevista fue increíble, ahora vamos a festejar eso.

- ¿Qué?

- A festejar, vamos a un lugar que conozco, sé que te encantará.

- Pero, señor Thomas, yo no puedo, tengo una hija que...

- Está con alguien que la puede cuidar, ¿no es así? De igual forma la noche es joven todavía.

- Es que... No lo sé...

- Oh, vamos Colette -le tomé la mano y la guié hasta mi auto- no me dejes solo en esto. Eres joven aún, sal un rato y diviértete -se mordió el labio aún con duda- yo quiero estar contigo, no pienso obligarte si no quieres.

Pareció que al principio iba a decir que no, pero luego...

- Como usted diga está bien, señor Thomas -sonreí y ella pareció sorprendida hasta de lo que dijo, sin embargo, subió al auto y yo conducí al lugar que le había dicho.

Era un restaurante que yo visitaba mucho con mi familia antes de que nos distanciáramos por mi carrera; la música era muy entretenida y algunas personas bailaban cerca del escenario. El lugar es un poco caro, pero no me molestaba, aunque Colette parecía asombrarse con todo lo que veía, incluso el tipo que nos atendió en la entrada sorprendió a Colette.

Nos sentamos y empezamos a ordenar algo, aunque Colette no decidía rápido, por lo que la miré confuso.

- ¿Qué te sucede? -le pregunté bajando el menú de ella.

- Es que todo esto es demasiado dinero, no creo traer suficiente como para pagarlo...

- ¿Y quién te dijo que tú pagarías? Yo te invité de todas formas.

- Eso es un gesto muy amable de su parte, señor...

- Nunca te lo dije -interrumpí- no me gusta que me digas "señor Thomas" me haces sentir viejo, me hace sentir mejor que me digas solo Edgar.

- ¿Muy bien? -dijo con sospecha. Al final, pedimos nuestra comida y luego algo de beber, pero ella no solo le bastó con una copa, sino que siguió tomando y tomando. Me dio gracia eso, pero no me molestó en absoluto.

- ¿Seguirás bebiendo? -le pregunté con burla.

- ¡No me juzgues! -exclamó a lo que reí- aún sigo despechada por lo de mi ex.

- Se nota...

- ¿Sabes que parece esto...? -dijo acercándose.

- Mm... No lo sé.

- ¡Una cita! Estoy jodida, estoy saliendo con mi jefe... -empezó a reír- me despedirás mañana mismo, ¿verdad?

- No, nunca lo haría, aunque llegaras ebria al trabajo como estás ahora... No soy capaz de despedirte.

- Gracias, Edgar... -volvió a sentarse y suspiró- la última vez que estuve así contigo, fue cuando contaste un asco de chiste...

- Casi lo recuerdo, no sé lo que decía el chiste realmente.

- Ni siquiera lo repetiré... Fue un asssscooooo -empezó a reír fuertemente y los músicos empezaron a tocar una canción bastante movida.

- ¿Quieres ir a bailar conmigo, Colette? -le ofrecí extendiendo mi mano.

- Sí, ¿por qué no?

- Accediste muy rápido, estás demasiado borracha -dije y asintió.

- Creo que... Creo que... -empezó a sollozar- ¡que me siento terrible! -la miré extrañado.

- ¿Por qué? -siguió sollozando y las lágrimas no tardaron.

- Me hace sentir terrible el hecho de lo que me dijo mi exnovio... Lo conozco desde la universidad, al igual que mi exesposo, tengo tanta suerte... -dijo con ironía.

- Selenna me contó lo que te dijo tu exnovio -abrió los ojos exageradamente- yo no creo que seas asfixiante...

- Voy a matar a esa niña cuando llegue a casa... -susurró.

- Ella no tiene la culpa de haber oído lo que dijo el tipo ese...

- Ya lo sé... -suspiró- es solo que... Me siento ahora aún peor por lo que le estoy haciendo a Selenna... Ella no tiene un padre responsable y no tiene a nadie más que a mí y mi madre... Que por cierto, mi madre sigue en el hospital...

- Tienes muchos problemas... -volvió a asentir mientras tomaba otro trago de su copa- pero eres una madre excelente, que trabaja y lucha por su hija y mamá, eres increíble.

- Gracias por sus alagos, Edgar -se limpió los ojos y respiró profundo- ¿bailamos o qué? -me extendió ahora ella su mano y se la recibí sonriendo de lado.

La música del salón era movida, por lo que nuestros pasos también lo eran. Nos reímos mucho y los dos lo difrutamos. De pronto, empezó una canción lenta, así que tomé a Colette de la cintura haciendo que se tense, pero ella me siguió el juego colocando sus brazos en mis hombros.

- Es un aprovechado... -dijo a lo que reí entre dientes- lo hace porque sabe que estoy ebria y que no recordaré nada mañana.

- Para serte sincero... Espero que lo recuerdes mañana -sonrió de oreja a oreja y continuamos bailando hasta que la música se detuvo y decidí que ya era hora de que regresaramos a casa. La llevé en el auto cargada porque se quedó dormida en pleno camino de salida.

La llevé a su casa y despertó en el auto, pero el alcohol aún no se le había bajado. Llegamos a la puerta de su entrada y buscó entre sus cosas las llaves, se le calleron unas cuanta veces y por eso maldijo esas cuantas veces. Cuando por fin pudo abrir, me miró para despedirse.

- Adiós, Edgar... -sus palabras parecían desanimadas y no la culpo, también la pasé genial a su lado.

- Adiós, Colette... -revisé la hora en mi celular y eran aún las 10 de la noche, no era tan tarde como creía- me divertí contigo.

- Y yo contigo -rió- me divertí muchísimo contigo, Edgar -miré una luz prendida en la casa de al lado y dos niñas viéndonos. Solo pude reconocer a una, y esa era Selenna que estaba con otra niña pelirroja.

- ¡Besa a mi mami, tonto! -exclamó Selenna desde la ventana.

- ¿No deberías estar dormida? -le regresé el grito.

- ¿Selenna está despierta? -preguntó Colette y miró hacia la misma dirección que yo- ¡Selenna! ¡Tu hora de dormir es exactamente a las 7:00 pm! ¡Si sigues despierta en 5 minutos juro que te iré a traer ahora mismo! -de inmediato las niñas cerraron la ventana- así me gusta...

- ¡No te vayas sin besar a mi mami! -gritó por último.

- ¡Selenna! -me reí por la escena que estaban haciendo y a la vez me sorprendió que ningún vecino se enfadara.

-Hey, Colette... -llamé su atención- me tengo que ir, nos vemos mañana... -me fui acercando más a ella, en reacción ella dio un paso hacia atrás. Iba pegando más mi cuerpo al suyo y cuando acerqué lo suficiente a sus labios, ella puso su mano en mis labios y me hizo hacia atrás.

- Buenas noches, Edgar.

- Buenas noches... -dije desanimado y ella entró a su casa.