Capítulo 11: Noticias inesperadas
Estaba más que claro que no terminaría en una sugerencia. Samantha esperaba a que en ese momento le diera un sí o un no, probablemente un "tal vez" no la dejaría satisfecha y tampoco tenía corazón como para negarle la idea. Mucho más fácil hubiera sido si mi padre lo hubiera propuesto porque en ese caso no habría titubeado en decirle no. La simple idea de traer a alguien que, prácticamente, recién estoy conociendo y tener que tirarla a los lobos tan rápido, me quitó el apetito esa noche.
¡Y es literal! Ya le conté que parte de mi familia es tan monstruo como yo, a excepción de Jimmy que tan solo consta con el espíritu monstruoso. Dudo demasiado que acepte la invitación de mi madrastra, la espantará la mera idea de estar rodeada bajo un mismo techo con seres que pueden transformarse en dragones en cualquier momento. Poniéndome en sus zapatos tendría miedo, ¿quién estaría a gusto en su lugar? Lo peor es que Samantha quiere que hoy mismo la invite, lo cual prometí a pesar de no estar seguro si convenia realizarlo hoy. A Samantha se le veía incluso más emocionada que su hijo, al contrario de mi padre que no hizo gesto ni comentario alguno sobre ello. Se notó interesado al principio, pero duró lo mismo que todos estos años.
Qué más da, no puede salir tan mal. Mientras Alisson sepa disimular lo mucho que ella sabe sobre nosotros, saldrá bien.
***
Me desperté apenas la alarma sonó. Por alguna razón mi cama estaba posicionada de forma diferente a como la recordaba y mi habitación decorada como si se tratara de un niño pequeño, sin embargo, me importó tan poco el cambio que no le puse mayor atención a los detalles.
Yendo de camino al baño me percaté de que las habitaciones estaban donde mismo pero nuevamente haciéndose presente la sensación de que la decoración era distinta.
Estaba por entrar al baño cuando unos sollozos provenientes de una habitación me detuvieron. Miré a mi espalda dejándome guiar por los sollozos para encontrar de donde provenían. Allí dormían Samantha y mi padre. La puerta de su cuarto estaba entreabierta, pudiéndose ver un brillante rayo de luz que salía de ahí e impedía ver más allá. Me acerqué creyendo de que así podría ver de quien eran esos lamentos. Me acerqué lento procurando ser silencioso con cada paso que daba. En un momento, desde un ángulo en el que el rayo de luz no podía cegarme, pude contemplar la escena repetirse otra vez.
Era mi padre el que estaba lamentándose algo inentendible a mis oídos. Por más que lo intentaba, sus lamentos continuaban siendo incomprensibles. Mi padre estaba sentado a los pies de la cama con las manos cubriendo su rostro. Esa sensación de que había alguien más en la habitación volvió a invadirme como siempre y me atemorizaba descubrir de quien se trataba.
Retrocedí, sabía lo que ocurriría si seguía espectando tal escena. Por alguna razón mi memoria tenía guardado lo que seguiría como si se tratara de una película que he visto cientos de veces. Seguí retrocediendo con la esperanza de alejarme de ese escenario e impedir que continuara reproduciéndose. En unos pasos más atrás fue cuando alguien a mi espalda me tapó la boca con su mano y me apretó contra si dejándome inmovilizado.
—Shh, no digas nada. Sé que lo sabes pero no digas nada.
Dijo una voz suave y delicada que no reconocí.
Esta persona me arrastraba aún más atrás de lo que yo había retrocedido y en cada paso que dábamos el escenario iba desapareciendo hasta transformándose en uno nuevo que no comprendía qué era.
En un momento nos detuvimos. Mi alrededor era irreconocible y el sujeto me seguía apretando con fuerza entre sus brazos dificultándome cualquier tipo de movimiento, lo cual no comprendía por qué si no constaba con la fuerza necesaria para moverme. Esta persona debía de saber que no estaba en condiciones de luchar. Es por eso que me entregué a esa persona sabiendo que si peleaba sería totalmente en vano.
Sin previo aviso me soltó y dio un empujón que me hizo a caer de cara al piso. Para mi asombro no sentí dolor, solo cansancio. A penas mi cuerpo dio contra el piso me sentí débil, como si la poca energía que tuviese se esfumara por completo en esa caída.
—Date la vuelta si es que puedes, a que no te gustaría ver quién soy.
Lo hice. Reuní todas las fuerzas que me quedaban y un valor que saqué de no sé dónde para girarme y ver de quién provenían esas palabras. Fue tal el esfuerzo que a mis manos les comenzaron a salir escamas.
Logré voltear todo mi cuerpo y ver quién estaba junto a mí. Su rostro no era claro de ver, estaba un tanto borroso obstaculizándome reconocer quien era. Sin embargo, no tardó en volverse más y más claro ante mis ojos. Su rostro iba de a poco volviéndose más nítido hasta el punto de que mis ojos supieron quién era. Era una mujer. Era Anna.
Disfrutaba con verme sufrir, le encantaba verme sufrir y quería más. Estaba hambrienta de venganza y venía a por más.
La pesadilla hizo que me despertara abruptamente en medio de la noche. Sudaba y estaba luchando por controlar mi agitada respiración para volver a la calma. Cerré los ojos y comencé a concéntrame en inhalar y exhalar consiguiendo calmarme en cada bocanada que expulsaba. A penas mi corazón dejó de latir con tanta intensidad, revisé mis brazos pensando que estarían cubiertos de escamas tal y como ocurrió en el sueño. Por fortuna estaban con normalidad.
Eran las 4:27am y por más vueltas que daba en la cama, no conciliaba el sueño. Pensé en leer del diario, pero deseché la idea cuando recordé de que Alisson aún lo tenía en su poder.
Después de haber contado mil ovejas, creo que me dormí. Recalco el creo porque para mí se sintió como un abrir y cerrar de ojos junto con esa sensación de no haber descanso del todo. Fue una de las pocas veces en la que una intensa ira me despertó apenas escuché el sonido de la alarma, otra vez. Nunca había sido tan molesto escucharla, en mi cabeza su sonido se sentía como si estuviera amplificado por mil. Por suerte no terminé por romper el celular con la furia que la apagué.
Fue difícil mantenerme despierto, los ojos se me cerraban solos y mi cerebro me daba falsas imágenes de ya haberme levantado. Como detesto que me suceda eso. Lo único que logró sacarme del bucle fue la voz de Samantha despertando a su odioso hijo. Ya iba en racha usando primero la ducha y sin tener que acompañarlo hasta su escuela, por lo que hoy no sería la excepción. Las caminatas con él son simplemente agobiantes y aburridas, sin sumarle el sin sentido que es tener que desviarme de mi camino para acompañar a un niño de 15 años hacia su escuela casi como si fuera niño de primaria. A veces me da la sensación de que Samantha protege en exceso a su hijo y lo peor es no saber si es lo normal en una relación de madre e hijo. Mi padre se podría decir que me da casi todas las libertades del mundo, él es bastante indiferente a lo que yo hago y lo mismo aplica al revés, poco me importa y sé las cosas que hace. Solo Samantha de vez en cuando me limita a ciertas cosas y reconozco que son sensatas, aun así es menos aprensiva conmigo en comparación con Jimmy.
Otra victoria más añadida a mi racha. Gané la ducha antes de que siquiera Jimmy pensara en hacer caso a su madre. Me duché, vestí y apresurado ordené mis cosas para ir a tomar desayuno. Al bajar las escaleras escuché las voces de mi padre y Samantha hablando en la cocina. Se escuchaba como una conversación bastante trivial y calmada. Por un momento dudé en ir a tomar desayuno solo para que Samantha no tocara de nuevo el tema de invitar a Alisson, seguía sin agradarme la idea y estoy seguro de que a ella tampoco le gustará. Sin embargo, acepté que es un mal que tendría que enfrentar tarde o temprano.
Samantha estaba sentada acompañando a mi padre a tomarse su café de siempre. Otra de sus cosas que no entiendo, su obsesión por un bebestible tan amargo. En definitiva, nada tenemos en común.
—Buenos días, Cris —saludó mi madrastra muy animada levantándose de su asiento—. ¿Qué quieres que te sirva de comer?
—No te preocupes, yo me puedo servir algo.
—Deja mimarte un poco hoy. No envejeceré más rápido por hacerte un simple desayuno.
Sabía que no habría manera de hacerla cambiar de opinión, de todas formas su ofrecimiento era buena idea para mí, lo único que no me agradaba era tener que sentarme en la mesa junto a mi padre. Al menos Samantha seguiría presente en la cocina para seguir conversándole al ogro de mi padre.
Me senté en la misma silla que estaba Samantha hace unos segundos. Mi padre me dio los buenos días seguido de una mirada rápida, la cual no supe muy bien cómo interpretar, para luego desviar la mirada y seguir con su café. Pensé que se levantaría de la mesa apenas noté que ese había sido el último sorbo de su café. Fue sorpréndete ver que siguió aquí con su mirada fija en cada movimiento que hacía Samantha evitando el contacto visual conmigo. Si Samantha seguía así de silenciosa, el ambiente seguiría así de incómodo.
—¿Cómo ha estado la escuela, Cris? —preguntó mi padre quitando la mirada de la silueta de Samantha.
Rara vez me pregunta cosas sobre la escuela, a excepción de cuando me meto en algún lío o es para hablar de calificaciones. Estoy bastante seguro de que ninguna de las dos opciones podía ser en este caso, a no ser que el profesor Gael empezara con sus chismes como su sermón innecesario de la última vez.
—Ehh bien, al parecer me fue decente en un trabajo de filosofía.
—Que bueno —estoy seguro de que no tiene idea a qué trabajo me refería, muy poco hablamos como para que sepa, si no se lo cuenta Samantha poco él sabría de mi—. He notado que te has saltado las horas de estudio que habíamos acordado y... —Samantha interrumpió poniendo unas tostadas en la mesa y le dedicó una rápida mirada a mi padre que para su mala suerte pude notar. Había algo raro en ellos dos y no estaba descifrando el qué—... ya que te ha ido bien en la escuela —retomó la conversación mi padre con una voz más calmada en comparación a antes—, ¿qué piensas sobre ir de camping uno de estos días? Sería solo tú y yo porque Samantha y Jimmy se irán de viaje a visitar al tío de Jimmy.
¿Mi padre dispuesto a realizar una actividad con su hijo? Esto tenía que ser idea de Samantha, imposible que saliera de él mismo la motivación para hacer algo conmigo. Él jamás, nunca habría pensado en alguna actividad para hacer entre nosotros. Otras veces que Samantha y Jimmy han viajado a ver a sus familiares y nosotros nos hemos tenido que quedar, las que para mi suerte han sido pocas, son días en que apenas nos vemos las caras para comer juntos. Ahora resulta que por arte de magia quiere que salgamos a acampar. Lo poseyó la Madre Teresa o Samantha lo está obligando a que haga algo conmigo.
—¿Por qué Samantha y Jimmy irán de viaje? —pregunté por curiosidad y en parte para evadir responder a mi padre.
—Mi hermano ha estado bastante enfermo estos días—respondió Samantha—, aunque sé que no es nada preocupante. Todavía no tenemos una fecha exacta de viaje pero de seguro será dentro de los próximos días.
—Tiempo que nosotros podemos aprovechar para irnos de camping, sería algo interesante de hacer—¿interesante? ¿Le entusiasmaba ir conmigo? —. Hace años que no voy a acampar.
—Pero ¿por qué tenemos que quedarnos aquí en vez de acompañarlos como solemos hacer? —para ser sincero poco convencido me tenía la propuesta de mi padre y quería evitar dar una respuesta a ello. Nada tenemos en común como para irnos ambos a acampar en donde tendremos que si o si vernos las caras y ese ambiente de incomodidad y tensión reinará entre nosotros. Me estresaba de solo pensar en ello.
—¿Tanto te disgusta la idea de salir con tu padre? —su tono de voz calmado se había esfumado con esa pregunta.
—Solo me extraña que tú la propongas —hablé igual de serio que él poniendo énfasis en el "tú".
—No soy tan malo como crees, Cristopher.
—¿En serio? Privarme de mis raíces es un acto totalmente adorable de tu parte.
—No voy a entrar en ese tema otra vez.
—Bien.
Menos yo iba a tocar el tema, tantos años intentándolo que ya aprendí que nada sacaba con hacer que mi padre hablara, si quería respuestas sobre lo que soy tendría que buscarlo por mis propios medios. Ya lo tenía más que claro.
Comencé a devorar lo que me quedaba de desayuno, las cosas ya se habían vuelto tensa entre nosotros y dudaba de que él hiciera algo para cambiarlo. Mis ganas por salir de aquí se intensificaron hasta transformarse en una necesidad. Para mi mala suerte, que al parecer hoy sería inacabable, Jimmy se dignó a aparecer revelándome casi de forma instantánea cuál sería el siguiente diálogo de Samantha.
—Cris, ¿podrías esperar a Jimmy para que se vayan juntos?
Ahí estaba, otra de las cosas que quería evitar el día de hoy. Por supuesto que no le pondría excusa, estaba mi papá presente como para obligarme a hacer lo que pedía Samantha si me negaba de manera sutil. Estaba entre la espada y la pared nuevamente por lo que solo asentí.
Jimmy tardó unos pocos minutos en tomar su desayuno, parecía apurado siendo que íbamos bien en tiempo. A penas acabó nos despedimos y salimos de la casa. Por alguna razón Jimmy estaba callado y lo prefería así. Tan solo su voz de puberto ya era irritante para mis oídos.
Por otro lado, estaba en un debate interno en si era buena idea ir a acampar con mi padre o no. Las ilusiones de pasar momentos de padre e hijo se habían esfumado hace bastante tiempo como para creármelas ahora. Pasar momentos sin que peleemos era un escenario casi imposible de imaginar.
—¿Cómo lo haremos para averiguar sobre la escama? —Jimmy rompió el hielo con el tema que más olvidado tenía en este momento.
—Jimmy, ¿estás muy seguro de lo que escuchaste? No quiero perder el tiempo con algún malentendido por tu parte.
—¡Ya te dije que sí! —exclamó desesperado—. Creí que ya te había convencido.
—Está bien, está bien, cálmate. O sea, no sería algo extraño de que mi padre esté ocultando cosas sobre... nosotros—dudé en utilizar esa palabra, no sé hasta qué punto estoy involucrado con Jimmy—. Hasta creo que mi sueño de hoy estuvo un tanto relacionado con este problema. No lo había pensado hasta ahora —dije eso último en voz baja para mí.
—Tus sueños suelen ser raros al parecer. Aún recuerdo el de hace semanas atrás, cuando asegurabas que yo no estaba en casa. Sonabas como un loco esa vez, un loco seguro de lo que decía.
—Te juro que ese maldito sueño se sintió muy real.
—¿Y si se trató de un sueño astral? —dijo emocionado— Quizás tus sueños intentan decirte algo.
¿Eso existe? Suena a algo demasiado místico para mi gusto.
—¿Existen cosas como esas? La verdad es que no creo que los sueños tengan algún significado, es tan simple como que reflejan estrés o situaciones relacionadas con la vida real.
—Quizás eso sea con los humanos comunes y corrientes. Digamos que tú no entras en esa clasificación del todo. Una vez leí algo sobre...
Iba a ponerle atención a sus palabras, estaba siendo una de las contables veces que algo interesante sale de su boca. Sin embargo, se escuchó un grito a nuestras espaldas mencionando mi nombre y detuvo la conversación. Reconocí de inmediato que esa voz provenía de Carl. Al mirar hacia atrás pude ver que venía corriendo hacia nosotros y con una apariencia de que llevaba rato corriendo para alcanzarnos. A penas llegó a nuestro lado pude apreciar con mayor claridad lo cansado que estaba. Tomó aire intentando regular su respiración y procedió a saludarnos.
—Por un momento —su cansancio lo interrumpía casi en cada palabra— creí que no llegaría. Extraño mi celular, su alarma no me traicionaba.
Caminamos juntos unos metros más mientras Carl nos contaba su travesía de la mañana y lo mucho que corrió para no llegar tarde. Al rato nos separamos de Jimmy, se negó a que lo acompañara como Samantha le hubiera gustado que lo hiciera. Insistí solo una vez más hasta rendirme y dejar que Jimmy se fuera por su camino. Me quitó una molestia de encima.
El resto del camino a la escuela contaba de unos cuantos minutos que Carl aprovechó para terminar de contar su trágica historia. Las primeras personas que reconocimos en la entrada de la escuela fue a John y Billy que parecían estar teniendo una conversación divertida. Era poco común ver a Billy por nuestra escuela a esta hora, él no estudia aquí y ni siquiera cerca de este sector. De seguro hoy no iría a clases, nada extraño proviniendo de un chico tan problemático como él, yo quedaba reducido a niño ejemplar a su lado. Aun así, muchas veces me he dejado influenciar por él porque reconozco que se puede pasar fantástico con sus salidas y nunca me he arrepentido de ello ni siquiera cuando mi padre me ha descubierto. A veces es difícil saltarse clases cuando tu padre es policía y en más de una ocasión sus compañeros me han reconocido. Es como ser un prófugo.
Sin siquiera ponernos de acuerdo, Carl y yo nos acercamos para saludar.
—Buenas, Cris y Carl —dijo Billy saludando amistosamente.
—¡Hey! Desaparecido, ¿estuvo bueno tu fin de semana? No respondiste ninguno de mis mensajes ayer —recriminó John.
—¡Oh! Ya lo había olvidado—comenzó a reír Billy—. No nos vemos desde el día de la fiesta, pero algo me he enterado de que la pasaste muy bien—seguían sus carcajadas sobre algo que no entendía aún— ¿Dónde la llevaste?
¿Qué hablaban? Odio que me salgan con cosas que no entiendo y me hablen como si lo supiera. Es como si hablaran en clave.
Miré a Carl buscando repuestas. Supuse que mi cara hablaría por sí misma.
—Si supiera de qué están hablando sería más fácil para mí y para ustedes —dije comenzando a enojarme por no entender.
—Está bien, sigue fingiendo —rio Billy.
—Niño olvidadizo, te pondré en contexto —se dignó a explicar John—. Las cámaras de la prehistoria, es decir mis vecinas, me delataron con la fiesta a penas mis padres llegaron del viaje. Tal parece que la música estuvo muy fuerte ese día y colmó la paciencia de esas señoras. Yo sabía que hay reales cámaras en la casa pero tenía entendido que solo se prendían cuando la casa está vacía, por seguridad más que nada. Lamentablemente esas estúpidas cámaras me terminaron por delatar. Estoy castigado hasta que febrero tenga 30 días en su calendario.
Cámaras en la casa de John. Era un dato horrible. No tuve en cuenta eso antes, no tenía la más remota idea de que hay cámaras en su casa. Me siento un estúpido por no haberlo visto venir antes, por supuesto que tal mansión tendría cámaras, ¿qué esperaba?
Los nervios me invadieron con tan solo imaginarme la posibilidad de que esas cámaras sean las que me delaten. Justo cuando ya daba la situación por terminada aparece esto.
Oculté las manos en mis bolsillos esperando que nadie notara lo tembloroso que estaba.
—¿Y en dónde entro yo? —pregunté dándole poca importancia a su castigo y a su vez intentando que mis nervios no hablaran por mí. Cualquier asunto relacionado con la fiesta de esa noche lograba ponerme impaciente y a la vez nervioso ya que solo un recuerdo venía a mi mente.
—¡Ah! Cierto que el punto eras tú —retomó John—. De curioso fui a ver lo que se grabó de esa noche porque poco recuerdo yo mismo para ser sincero. En una de esas podía apreciar el trasero de Kendall en full hd.
—Una de las cámaras —interrumpió Billy al notar que John no iba al grano— captó el momento en que saliste con Alisson de la casa. Casi iban de la manito y todo.
—¿Yo? ¿Salir con Alisson esa noche? —pregunté atónito. Es verdad que no sabía cómo terminé en el jardín de mi casa al día siguiente pero estaba seguro de que fue gracias a Alisson. Me fui solo, estoy seguro porque aún borracho me sé el camino a casa, en cambio ella no sabe mi dirección. Además, de ser así, Alisson me lo hubiera dicho.
—Ya, termina tu actuación, ya te vimos —reprochó John.
—Sí, te la tenías bien guardada —continuó Billy.
Por un lado me sentía aliviado de que solo fuera eso, pero por otro lado preocupado sobre las cámaras y desconfiado de lo que ocurrió esa noche. Tenía que ser una broma de parte de John porque Alisson me contó lo que sabía sobre ese día.
—Es una broma, ¿no? —pregunté desconcertado.
Ellos comenzaron a reírse y a darme ligeros empujones a excepción de Carl que se mantuvo fuera de la situación.
—Que molestos que son, parecen novias celosas. Déjenlo tranquilo —nos separó Carl justo cuando estaba dispuesto a devolver a esos dos los empujones con más fuerza.
—¿Tú le crees su actuación Carl? —dijo Billy riéndose—. Vean el video que envió John por favor, así verán que mi estudiante ya está aprendiendo.
Billy se despidió y se fue sin aclarar hacía donde iba. Dudo que la escuela sea su destino a esta hora.
Nos pasamos unos minutos de la hora de entrada por lo que tuvimos que suplicarle un poco a la profesora para que nos dejara entrar a Carl y a mí. Al entrar a la sala la primera persona a la que mi vista se dirigió fue hacia Alisson, ya que se sentaba en los primeros puestos junto con Anna era fácil divisarla. Le dediqué una mirada que duró una fracción de segundos pero que fue lo suficiente para que entendiera que había algo que aclarar.
Me senté al lado de Carl en uno de los puestos de atrás y lo primero que hizo Carl fue hacerme preguntas sobre lo sucedido. Seguía atónito de que fuera Alisson quien me llevó a casa esa noche. Saldría de dudas viendo el famoso vídeo que envió John. Sabía que uno de esos tantos mensajes de ayer era el vídeo en cuestión.
Revisé mi celular mientras en susurros le aclaraba a Carl que sabía tan poco como él acerca de esa noche. Mientras buscaba los mensajes recibí unos cuantos más de Alisson a los que ignoré.
Abrí el chat de Billy.
Hermanooo, a qué motel te la llevaste?
Dame una review de la noche
Y uno que tristemente no consiguió nada más que una penosa borrachera esa noche
En el chat de John debía de estar.
Vídeo
Como te encuentro Cris, que mierda que eres que lo negabas
Cosas buenas que encuentro luego de estar castigado
Luego te cuento, pero en resumen las cámaras de la época de los dinosaurios (mis vecinas) me delataron. Estoy castigado hasta nuevo aviso aunque dudo que eso me detenga del todo, u know me
Abro el vídeo enviado. Carl lo nota y se pega a mi lado para ver el dichoso vídeo.
La grabación era de bastante buena calidad como para ser grabado de noche, se podía distinguir sin dificultad desde la puerta principal hasta un poco más del patio del frente de la casa donde la luz de la entrada lograba iluminar. Hasta ahora no había señal ni de Alisson ni de mí. Ya por el segundo 10 del vídeo se puede ver como la puerta principal se abre y salen dos personas de ahí. El cabello rubio delata de inmediato que la primera persona en salir es Alisson, al darse vuelta para jalar a alguien que estaba del otro lado de la puerta queda claro que era Alisson quien estaba allí. A la persona que jala es a mí, a pesar de que no se me viera la cara cualquier persona que me haya visto esa noche reconocería mi vestimenta en el vídeo. Acto seguido, se cierra la puerta y pongo mi brazo por encima del hombro de Alisson y nos vamos caminando hasta que la cámara no es capaz de divisarnos. Se termina el vídeo al instante que desaparecimos del plano.
—Así que si te fuiste con ella, mentiroso —reprochó Carl en voz baja pero sin sonar molesto al respecto.
Alisson me mintió, no me dijo todo lo que sabía sobre esa noche. ¿Por qué no me lo diría? Será que gracias a ella llegué a mi casa aquel día. Pero ¿cuál es la necesidad de mentirme acerca de ello?
De todas formas debía ser cuidadoso con este tema. Quizás el decir que no recordaba se prestaría para preguntarme más sobre aquella noche o investigar. Ahora que sé que hay cámaras no se le sería muy difícil a John hacer unas búsquedas para descubrirlo, de lo que muy probable termine descubriendo algo más. Mientras que si finjo que todo este tiempo mentí sobre ello, quedaría en un chiste entre amigos y nada más.
—Quería evitar interrogatorios de las novias que no sabía que tenía —mentí obteniendo como respuesta una pequeña carcajada de Carl.
—Realmente son muy celosos. Lo único que me sorprende es que no me contaras.
—Es que no hay mucho que contar —respondí y procedí a decirle un tanto de verdad ya que mentirle a mi mejor amigo me hacía sentir mal—. Como ya divulgaron los chismosos de nuestros amigos, en la fiesta me besé con Alisson—hice una pausa luego de ver que el dramático de mi amigo fingió sorpresa al respecto—. Después de eso digamos que tomé un poco y—aquí viene la parte en la que invento, me dije a mi mismo—nos fuimos ambos de la fiesta. Aunque no me creas solo me acompañó hasta mi casa, no pasó mucho más porque no estaba con mis cinco sentidos y ella lo notó.
—Podríamos decir que lo arruinaste.
Dejémoslo en eso.
Pusimos atención a la clase que ni siquiera sabía de qué era. Mi atención duró unos minutos hasta que recordé haber ignorado los mensajes de Alisson. Tomé mi celular y los busqué.
Qué pasó? A qué se debe esa cara de culo?
Eso debía responderse en persona y así fue. Me aguanté hasta que terminara la clase para decirle a qué se debía mi cara de hoy. Estaba empezando a dudar en la persona que deposité mi confianza luego de que me ocultara algo tan simple como esto. ¿Será que confíe en ella muy rápido, más de lo que debería?
¡Maldita sea! Aun así es la única persona a la que puedo comentarle mi preocupación acerca de esas benditas cámaras en la casa de John. Nada me asegura de que no se grabara el incidente de esa noche en la terraza.
El timbre sonó señalando el final de la clase y lo primero que hice fue ir hacia Alisson para decirle que hablemos. Uno que otro inmaduro de nuestra clase se dedicó a tirar comentarios tontos a penas me vieron cerca de Alisson. El incidente de la otra vez aún no lo superan y dudo mucho que lo hagan. ¿Será karma? Estoy seguro de que haría lo mismo si hubiera visto tal escena aquel día.
Alisson le dijo unas palabras a Anna antes de salir y nos fuimos en busca de un lugar tranquilo para hablar en lo que tuviéramos de receso.
—¿Entonces? ¿A qué se debe tanta confidencialidad? —preguntó Alisson con sus aires de superioridad. No sabría explicarlo pero su sola presencia es de chica creída.
Para ser honesto, estaba un tanto molesto y no tenía ganas de explicárselo. Estoy seguro de que mi cara hablaba por si sola por lo que tan solo le mostré el vídeo.
Sin entenderlo del todo, miró la pantalla de mi celular a penas la puse frente a sus ojos. Se veía un tanto desconfiada acerca de ello e incluso me preguntó lo que era pero la ignoré, sabía que en breves entendería de que se trataba. Estaba en lo cierto, a penas ella apareció en el plano de la grabación su sonrisa se esfumó y pude notar mayor concentración de su parte en lo que le estaba mostrando.
¿Me equivoqué al depositar mi confianza en ella?
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