14. Camembert

Detrás de la sonrisa

Capítulo 14: Camembert

Hay situaciones que apestan más que el queso.

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Adrien observaba cómo Marinette, Alya y Nino estaban sentados en su cama, rodeados de los libros que Nathalie le había entregado. Se sentía nervioso y por alguna razón, no quería saber lo que habían encontrado, aunque todos parecían emocionados y sorprendidos, sobre todo Marinette, pues podía ver como sus ojitos azules brillaban como si hubiera descubierto la fórmula de la felicidad... Eso era bueno, ¿no?

El sonido de la puerta lo distrajo y se acercó a abrir. Era Nathalie que llevaba un carrito lleno de cosas para comer, por lo que mantuvo la puerta abierta para que pudiera ingresar. La mujer observó al grupo leyendo sus libros con algo de sorpresa y luego miró a Adrien.

—¿Puedo hablar contigo un momento?

—Claro —le dijo y luego se dirigió a sus amigos—. Chicos, les dejo algo para que coman —los animó, señalando la bandeja y fue Nino el primero en levantarse para probar algo. Adrien se dirigió a la puerta, la sostuvo para que Nathalie saliera y luego la cerró tras él—¿Sucede algo?

—¿Crees que está bien que tus amigos sepan tanto? —le preguntó, preocupada.

—Nathalie, ellos ya saben la verdad y no tienen ningún problema con lo que soy... —le informó con una sonrisa, encantado de que esa fuera su realidad—... además ellos ya han tenido alguna relación con los Miraculous: Alya tiene el Ladyblog y fue una heroína, así que quizás ella pueda descubrir algo que no vieron antes, comparando sus investigaciones con las tuyas. Nino fue dos veces akumatizado y crearon 2 sentimonstruos de él, además también fue un héroe. Y Marinette... —se calló.

—¿Marinette? —Adrien observó su reacción y aunque confiaba mucho en Nathalie, no podía contarle semejante secreto.

—Marinette fue una portadora provisoria, aunque sé que renunció al puesto porque no sentía que servía para el papel —le contó—, ya sabes, ella es miedosa y demasiado enredada.

—Entiendo...

—¿Por qué te sorprendiste?

—No, por nada...

—Nathalie... —insistió, al ver la preocupación en el rostro de la mujer.

—Bueno, tu padre sospechaba que Marinette podía ser Ladybug —le explicó.

—Marinette... ¿Ladybug? —la sorpresa que mostró fue tan genuina, que hasta a él le sorprendió su reacción— ¿Por qué mi padre creía eso?

—Es que no la has visto enfrentar a tu padre... —le respondió, como si recordara lo que le contaba—... Parece otra persona, muy similar a Ladybug, además en todas las veces que intento akumatizarla, nunca lo logró, así que sus sospechas se hicieron más grandes —Adrien escuchaba en silencio, como si pensara en cada cosa que le estaba diciendo.

—¿Mi padre rechazaba mi amistad con Marinette porque creía que ella era Ladybug? —Nathalie afirmó, acomodándose las gafas.

—Él era consciente de que Ladybug desconfiaba de él, así que la insistencia de la joven de estar cerca de ti o de velar por que siempre compartieras con tus compañeros, le hacían sospechar que solo se acercaba a ti para llegar a él y a sus miraculous.

—No puedo creerlo —exclamó, llevándose las manos a la cabeza, completamente perplejo.

—Es que te aceptó tan rápido... —al ver el rostro de Adrien, agregó rápidamente—. Mira, ella me cae bien y me alegra que te haya podido sacar de tu encierro, que te haya animado de nuevo, pero aun así tenía mis dudas. Ahora que me las has negado, me deja más tranquila —le dijo con una sonrisa, que desapareció enseguida al ver que no provocó cambios en el muchacho que, al contrario, se veía perturbado— ¿Adrien?

Éste sacudió la cabeza y le sonrió.

—Todo está bien —respondió—. Solo me quedé pensando en lo que me dijiste... la desconfianza que mi padre le tenía a Marinette porque pensaba que ella era Ladybug... Siempre pensé que era por el tema de las clases sociales...

—A él no le preocupaba que ella quisiera escalar o aprovecharse de la cercanía a los Agreste. Tu padre sabía que tenía talento —le recordó—, además de tener un portafolio con celebridades que cualquiera quisiera a su edad. Incluso podría ser ya muy famosa si no hubiera desairado a Audrey,

—Entiendo —Adrien puso su mejor sonrisa y se disculpó con su tutora para ingresar a su habitación.

Al entrar, cerró la puerta tras de sí y suspiró. Plagg apareció frente a él inmediatamente, pues había escuchado todo lo que Nathalie le había dicho y estaba preocupado de lo que su portador pudiera decir o hacer.

—Muchacho... —susurró.

—¿Saben? —dijo, parándose frente a los tres—. Siempre pensé que mi padre no me permitía estar con Marinette por cuestiones sociales o porque creía que ella quería usarme para hacerse de un nombre en el mundo de la moda... pero no era así —bajó la mirada y se miró ambas manos—. Era tan claro, ¿por qué no se me ocurrió?... Él no la quería cerca para no arruinar su plan, no por mí. Sospechaba de Marinette porque creía que podía ser Ladybug y no quería que se acercara a mí, porque sabía que Ladybug desconfiaba de él.

—Adrien —Marinette se puso de pie, acercándose.

—¿Marinette es Ladybug? —le susurró Nino a Alya y ésta le tapó la boca.

—Qué curiosa situación —dijo, mirando finalmente a su pareja—. Ambos sospechaban del otro y yo en el medio sin ver nada.

—Adrien —volvió a decir Marinette, que sentía algo raro en la mirada que Adrien le daba. No entendía bien por qué la garganta se le empezó a cerrar y los ojos a picarle, hasta que lo comprendió...

Los ojos verdes del chico estaban completamente llenos de dudas.

Alya veía la escena de ambos y no lo soportó, cerró el libro con algo de fuerza y se paró.

—A ver, Agreste —le dijo, tomándolo del hombro para separarlo de Marinette—. ¿Acaso estás desconfiando de Marinette?

—Ya no sé qué pensar —respondió.

—Bueno, con eso me lo acabas de decir todo —protestó la de lentes mirando de reojo al chico, antes de enfocarse en su amiga—. Marinette, ¿en serio creías que Gabriel podía ser Monarch? ¿Por qué nunca me lo dijiste cuando estábamos investigando?

Adrien observó a Alya con los ojos entrecerrados, pensando que seguro ella había sido Scarabella, la que sabía la identidad de Ladybug. De pronto, salió de sus pensamientos cuando escuchó la voz de Marinette.

—Fue antes de que fueras Rena Rouge —respondió con la mirada baja—, el día que llegó Lila al colegio. Sospeché porque Adrien tenía el grimorio en su poder.

—¿El grimorio que yo conozco? —preguntó Alya.

—El mismo —afirmó—. Mira, lo que pasó fue que... —elevó la mirada hacia su amiga y todos vieron que tenía los ojos llenos de lágrimas—... Lila botó el libro a la basura y cuando lo tomé para ver qué era, Tikki me dijo que debía llevárselo al guardián. Fue ahí que conocí al maestro Fu, la persona que nos escogió. Él me dijo que ese libro se perdió con los dos miraculous que faltaban y que quien tenía ese libro tenía que ser Hawk Moth. Todas las pistas estaban ahí, Alya, el Grimorio en poder de los Agreste, las mariposas negras en su marca, las joyas que se parecían a los Miraculous, un hombre con una pérdida grande.

—¿Y por qué no seguiste la pista? —exclamó sorprendida de que siempre tuviera la verdad tan cerca— ¡Hubieras derrotado al villano hace tiempo!

—Porque en ese entonces era tonta e ingenua—respondió, tratando de secar sus mejillas—. Como Gabriel Agreste se akumatizó y yo no sabía que los akumas se mantenían, aunque Hawk Moth no estuviese transformado, caímos en su trampa. Al final, decidí desechar la idea, pues no quería que Adrien se viera en problemas. El maestro Fu tuvo que sacarle fotos al grimorio para poder traducirlo y luego lo devolví. Adrien volvió al colegio y todo siguió su curso.

Adrien se sorprendió al escuchar eso último, pues no se lo esperaba.

—Marinette —dijo, completamente arrepentido.

—Mira, Adrien —Alya le bloqueó el paso hacia Marinette—. La chica que está a mis espaldas ha hecho muchas cosas por ti, para mantenerte en el colegio, para que te sientas apreciado y querido por todos, incluso muchas veces te ha defendido de cosas que nosotros no veíamos porque pensábamos que eran exageraciones de ella. Yo puedo entender que estés mal porque todo lo que has descubierto ha sido como una avalancha de cosas, pero no puedo permitir que la lastimes desconfiando de ella. Marinette no solo es importante para ti sino también para todos nosotros porque con su forma de ser nos ha tocado a muchos, así que, por favor, no dudes de que todo lo que hace por ti, lo hace porque te quiere, porque lo ha hecho siempre y sin esperar nada de ti.

—Alya... yo... —él sabía que lo que Alya le decía era verdad, ¡Claro que lo sabía! pero no le salían las palabras...

—Vámonos Alya —la voz quebrada de Marinette lo desconcertó—. No me siento bien, quiero irme a casa.

—Vamos —respondió, tomando sus mochilas con rapidez, para luego tomar la mano de su amiga.

Adrien frenó a Marinette, tomándole la mano libre. Ambos se miraron, presos de todo lo que sentían, pero ella se soltó.

—Creo que nos conviene tomar distancia por hoy, antes de que diga algo que lamente después —dijo, saliendo de la habitación, con Alya siguiéndole los pasos.

Adrien llevó sus manos a sus cabellos y se los jaló con rabia. Sí que era bueno para arruinarlo todo.

—La situación apesta, ¿no? —dijo Nino, observando a su amigo.

—Sí, y está vez no es el queso camembert de Plagg.

—¡Oye! —protestó el Kwami— Que tú no seas capaz de ver el veneno que tu padre derramó sobre todo lo que te podía hacer feliz, para justamente mantenerte deprimido, voluble y manipulable, no es culpa de mi queso.

—Tranquilo, amigo —Nino se acercó y le dio una palmada en la espalda—. Le voy a pedir permiso a mi madre para que me deje quedarme aquí. Tenemos mucho de qué hablar.

—¿Tenemos?

—¿No viste a Alya? —le preguntó, señalando la puerta—. Su mirada era de "ahora puedes hablar sin morderte la lengua".

—¿En qué momento? —consultó, completamente confundido.

—Es que no se necesita hablar para comunicarse, ¿acaso no lo notaste con Marinette? —lo cuestionó—. Ella pudo leer todas tus dudas en tu mirada y por eso se sintió tan miserable.

—Es que me consta que ella dudó de mi padre —le explicó, tratando de justificarse—, entonces...

—Si las intenciones de Marinette fueran las que la bruja insinuó, ella te hubiera dicho que la bufanda azul que tienes, la hizo ella y no tu padre —soltó—. Entonces, se podría haber generado algún conflicto entre tu padre y tú, que podría haber aprovechado para investigar. —lo señaló—. O la vez que tenías que irte de París, ¿recuerdas? Ella estaba como loca, diciéndonos que no querías irte, incluso estuvo trabajando en un plan para que te quedaras en casa. Ella bien pudo no decir ni hacer nada y aprovechar esa oportunidad para moverse en la mansión para investigar, sin que tú o Nathalie la descubrieran, porque tu padre se habría quedado solo.

—¿De verdad? ¿Todo lo que me dices, es verdad? —le dijo, tomándolo por los hombros.

—Ay, mi querido Adrien. Alya no exageraba cuando dijo que Marinette hizo muchas cosas por ti de las que no eras consciente. Imagínate que hacían reuniones para que ella pudiera confesarte sus sentimientos y era muy chistoso cómo ella misma se boicoteaba. También recuerdo cómo se alegró de que salieras con Kagami, incluso fue capaz de dejar de lado los sentimientos que tenía por ti, para apoyarte y llevarse bien con ella.

—Marinette debe odiarme —exclamó, llevando las manos a su cabeza.

—Ella no podría hacerlo... ¿Recuerdas aquella vez del aniversario de tu madre? —le comentó—. ¿Cuándo te enviamos mensajes que tu primo borró?

—Sí, sí —afirmó, pues recordaba muy bien aquella ocasión, ya que aún se lamentaba de no haber podido escuchar las palabras de aliento de sus amigos.

—Bueno, lo hicimos porque fue idea de Marinette.

—¿Qué?

—Ella nos reunió a todos, Adrien, a todos... —señaló su palma izquierda con el dedo índice—... incluso a Chloé y a Lila, para que hiciéramos algo para demostrarte que, ahora que nos tenías a nosotros, no estabas solo. Hasta supe que ella confesó su amor por ti en su parte del video.

Adrien dejó caer las manos con tal brusquedad que todo su cuerpo se movió y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Viejo, muchos de nosotros alguna vez soñamos con el amor de Marinette y tú lo conseguiste, y creo que, por todo lo que te ha tocado vivir, te lo mereces más que nadie.

—¿Tú crees?

—Fuiste creado para ser amado y ella nació para amar —le dijo, dándole un leve puñetazo en la mejilla, a modo de juego—. Son dos seres destinados a encontrarse... Mira, hasta les dieron dos miraculous que solo funcionan si van a la par y en armonía.

Nino observó la tristeza de su amigo y lo abrazó, mientras seguía hablando en su intento por consolarlo

—Ya, tranquilo... Mañana en el colegio lo arreglamos todo, ¿De acuerdo?

—Sí — respondió Adrien, quien no sabía que necesitaba tanto un abrazo hasta que Nino se lo dio. Ahora, más tranquilo, solo esperaba poder arreglar las cosas con Marinette.

—Y tengo más chismes... —dijo Nino, antes de separarse, haciéndolo reír.

—Ya, cuéntame —le dijo, tratando de secar su rostro—. Soy todo oídos.

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Oh no, Adrien quedó a la merced de los chismes de Nino,

¿Qué pasará ahora? ¿Podrá Marinette afrontar las dudas que Adrien tiene sobre ella?

¡Nos leemos pronto!

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Esperamos firmemente, poder terminar de publicar este fic antes de que inicie la nueva temporada xD

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Aquatic~

28 de septiembre 2022

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