Ella nunca se consideró una chica normal, es más. Muchos la tachaban de rara, extraña o incluso escalofriante.
Las cosas que a cualquiera le aterrorizaban, asustastaban o temían eran cosas que ella consideraba totalmente normales, curiosas o incluso divertidas.
Muy pocos habían escuchado su voz, no acostumbraba a entablar conversaciones con seres diferentes a ella.
Aquél día, él tuvo la oportunidad de escucharla, ella le advirtió algo que en ese momento no comprendió.
-¡No entres a aquella puerta!- Fue lo que ella le gritó entre la multitud que los miraba aturdidos. Pero aquella advertencia ¿Qué era? Es decir, no había ninguna puerta cerca, ella podría estar hablando de cualquier portal... Del aula de clases, el de su casa, la del departamento e incluso la del baño. Ella podría estar haciéndole una broma, pero el no creía eso. Todos la conocían bien, bueno, decían conocerla lo suficiente para saber que si ella predecía algo, era porque tenía algo escalofriante detrás.
¿Qué puerta seria aquella?
Desde ese momento Nick trató de evitar todas las puertas posibles, en especial aquellas donde no se encontraban personas deambulando alrededor. Todo un día no se atrevió a pasar debajo de algún marco, incluso no entro a su departamento hasta más de media noche.

Al día siguiente, cuando Nick vagaba por las calles volvió a toparsela, se pregunto si lo que ella había dicho era real. Había pasado exactamente a través de cuatro puertas y nada había pasado. Tomó todo el aire que sus pulmones pudieron aspirar y se aproximó a ella. De la forma más tranquila que pudo le cuestionó.

-¿De qué puerta debo cuidarme?-

Las palabras habían salido atropelladas, no podía evitar hablar sin filtros cuando estaba asustado.

-¡¿Por qué eres tan extraña?!-

Ese fue el ultimo grito que produjo, pues lo que ella diría después lo dejaría sin habla.

-Eso lo sabrás, lo único que te diré es que.... Los demonios existen y si quieres sobrevivir debes evitar esa puerta. Hay seres malignos sedientos y hambrientos de carne y sangre humana, sangre en grandes cantidades y para ello buscan almas que estén destinadas a sufrir. Almas que esten malditas.

El quedo paralizado, su respiración se volvió irregular y su corazón latía tan rápido y fuerte que dolía. No podía entender que es lo que ella quería decir, y mucho menos porque no le decía cual era tal puerta.

Ella se limito a sonreir, sonreír de la manera mas retorcida que alguien podía hacer, sus comisuras alzadas lejos de parecer lindas parecían terroríficas, demandaban atención y con ello terror. Él quedó petrificado a ver tal ser, ella no era espantosa, ni mucho menos fea. Era mas bien linda, pero no irradiaba nada bueno, su cuerpo destilaba algo completamente raro y escalofriante. Algo que te hacía querer saber más de ella, y eso es algo que él no debió tomar en cuenta. No debió querer saber más de ella.

Ella giró sobre sus talones y comenzó a caminar, él la siguió hombro con hombro. Quería saber que misterios traía, tenía que saber los misterios que tenía. La siguió en silencio mientras deambulaban por las calles de aquella desertica población, caminaban y caminaban, él la seguía y no la perdía de vista, no se imaginó que de un momento a otro desaparecería frente a sus ojos ¿Donde se había metido aquella misteriosa chica? Se preguntó, pasó su vista por todos los rincones posibles de aquel lugar en el cuál se encontraba, el lugar al cuál había llegado gracias a ella.
Vacío y solitario estaba, ni un automóvil, ni un pajarito cantando, ni una persona caminando, solo él y una casa ¿Ella habría entrado ahí? ¿Ahí es donde se encontraba? Se planteó varias preguntas parecidas a esa mientras decidía entre irse de aquél lugar o investigar sobre el paradero de aquella chica.
Cuando giró sobre sus talones para irse de ahí, lo escuchó. Sí, escucho un sonido desgarrador, un grito de alguien siendo torturado o masacrado, el chillido de una chica.
¿Y si era ella?
Giró la vista a sus espaldas y volvió a escucharlo, venía de ahí dentro,
De esa casa misteriosa y terrorífica.
Su mente divaga entre ver  dentro o huir y pedir ayuda. Pero, ¿Y si ella estaba en un gran peligro? ¿Y si Él es quien tiene que salvarla?
A regañadientes caminó hasta aquella casa con la pintura manchada y desgastada, con telarañas por doquier y con, bueno, con una chica dentro.
Cuando estaba por abrir la puerta recordó aquella advertencia, ¿Y si esta era la puerta? ¡No podía abrirla! Su corazón se acelero al cien y amenazaba con abrir un agujero en su pecho y salir corriendo de ahí. Cuando iba a retirarse del lugar otro chillido se escucho y erizó todos los vellos de aquél chico.

-¡Nick, Ayúdame!- ahí fue cuando se dió cuenta de que él debía hacer algo para rescatarla. Se armó de gran valor, tomó el pomo de la puerta y abrió.
Lo primero que vió lo dejó sin habla,su sangre se heló, sabía que aquel acontecimiento marcaría su vida para siempre, desde ahora seria su vida "Antes de abrir la puerta y después de abrir la puerta" .

La chica cuyo nombre se desconocía se encontraba sentada sobre sus rodillas, con sus largas uñas teñidas de carmesí rajada su propio cuerpo mientas sonreía malévola mente. Alzó la mirada hasta Nick y soltó la peor carcajada que pudo, se levantó de ese lugar mientras sus entrañas y todos los jugos gástricos se esparcian por doquier. No parecía percatarse de que algo le estuviese pasando a su cuerpo, solo estaba pendiente de él y sus movimientos. Nick no podía mover sus piernas fuera del lugar que estaba atrapado por el pánico y el temor.
¡No era capaz de moverse!
La chica hizo algo que una persona normal no haría, su cabeza giro 360 grados y volvió a sonreír al ver la reacción de este chico.
Caminó hasta él y cuando estuvo lo suficiente mente cerca lo tomo por los hombros y le susurro al oído.
-Te dije que no abrieras la puerta-

-¡No podía dejar esto así!- Soltó él sorprendido por que su voz no saliera temblorosa.
Ella sonrió e hizo lo que él tanto temía, lo mordió en la curva del cuello llevándose entre sus dientes una gran parte de su piel. Él solto un grito terrible mientras trataba de resistirse, lo que le fue en vano ya que ella poseía una gran fuerza.
Cuando estaba rendido a causa del forcejeó y la pérdida de sangre que había tenido, cayó al suelo tendido, ella se apresuro a rasgar la piel de su estomago para alimentarse de sus sangre mientras el aún seguía con vida, mientras él le suplicaba que lo dejase.
Cuando sus fuerzas se acabaron, con el último soplo de su corazón apretó el botón de emergencias de su teléfono para llamar a la policía.
Antes de lo que se imaginan, rastrearon su teléfono móvil y la pequeña cabaña fue rodeada por patrullas, bomberos, agentes y todo tipo de refuerzos. Al entrar a dicho lugar no encontraron nada...Nada más que un pequeño bebé salpicado por gotas de sangre. Sangre que no provenía de ningún lugar cercano. ¿Como habían desaparecido ambos cuerpos sin dejar rastro alguno? , ¿Aquél bebé de genero masculino de donde había salido? TODO, ¡TODO ERA REALMENTE EXTRAÑO! Desde aquél día nadie más supo de Nick ni de la chica, sus cuerpos no habían sido encontrados y mucho menos fueron tomados en cuenta.
Todos se ce traron en aquél misterioso bebé.
Cuando los años pasaron aquél bebé dejó de ser "El escalofriante niño encontrado" a ser "El terrofico chico que deambula solo y al que todos le temen"
Aquella chica fue sustituida por un varón, aquél chico seria su remplazo.

¿A caso todo esto era una cadena condenada a seguir el resto de los siglos? ¿Los demonios que ella mencionó antes eran estos bebés que aparecían constantemente salpicados de sanger, los cuales eran destinados a ser tachados de Raros?

Nadie lo sabe.

Iniciaron ciertas leyendas sobre esos bebés, donde se dice que los demonios fueron enviados a la tierra en forma de pequeñas criaturas inocentes, para ser criadas entre seres mortales comunes. Y al crecer ser rechazados para guardar cierto rencor, de ello conquistar al sexo opuesto para consumir sus cuerpos y almas. De ese ritual llevado a cabo cada 18 años nace otro pequeño demonio, el cuál sustituye a esas dos "almas perdidas" por la desgracia.