◇? Solucion ¿♤

Narrador/a:

Los dos latinos llegaban al lugar en donde supuestamente se hospedaban los otros tres latinos que el argentino buscaba, aunque sólo era uno de los tres pero aprovechaba a ver y saludar a los otros dos. Nos referimos a los países tricolores con banderas similares, Venezuela, Colombia y Ecuador cuyos países habían acompañado al argentino en su aventura.
Aunque el verdadero objetivo del argentino era Venezuela, pero de todas formas los tres hermanos le eran importantes.
Los recuerdos buenos venían a su mente, quería reír en ese momento pero solo sonrió, para no quedar como un completo idiota enfrente de Costa Rica, aparte... no quería hablar de lo sucedido esa vez, pero puede que Colombia le haya contado la parte que él vivió en el centro comercial.

Mientras Argentina pensaba, era guiado por la costarricense atraves de los pasillos hasta llegar a la habitación 41, en donde estaban los sudamericanos, se quedó viendo el número por unos momentos pero alzó sus hombros sin darle mucha importancia.Costa Rica sacó una llave y abrió la puerta, y pasó ella primero por insistencia de Argentina.
Todo marchaba relativamente bien pero empezó a marchar relativamente mal cuando ambos países escucharon ruidos "extraños" (digamos que eran extraños) viniendo del baño de la habitación.

Los dos latinos se miraron entre si y se acercaron de forma sigilosa - ya que la puerta del baño estaba semi abierta - haciendo que los ruidos empiecen a ser más audibles y distinguidos... que mala suerte para aquellos dos países haber entrado a la habitación en ese momento.

- M-Más fuerte C-Colombia~!, ¡A-ah!-

- ¿Seguro, Vene?~-.

- S-Si!-.

El argentino y la costarricense se sonrojaron a más no poder, se miraron por unos momentos y la costarricense se acerco para abrir la puerta pero esta fue abierta antes y dos países empezaron a disparar un liquido blanco no tan espeso, manchando a la costarricense, el argentino se salvó, ya que se quedó contra la pared y pero también se quedó recalculando la situación.

- ¡Así te quería agarrar, malpensada!-. Río el colombiano.

- No te creía capaz de esa mentalidad, Costa Rica-. Sonrió el venezolano.

- ¿Son idiotas los dos?-. Pregunto la costarricense mirando su ropa mojada.

- Es leche antes de que pienses que es otra cosa-. Dijo el colombiano mirando a su contraria.

Argentina se quedó mirando la escena para luego al frente de reojo.

- Esta gente está loca ¿no creen?-. Murmuró mirando hacia la cuarta pared del lugar, pero en eso, los otros dos países se percataron de la presencia del argentino.

- Mamahuevo, ¿y tú de dónde saliste?-. Pregunto sonriendo al argentino quién dejó de mirar a una de las paredes y miró al venezolano.

- Y bueno, vine por el techo, porque unos ovnis me secuestraron y como vieron que estaba medio pelotudo, porque me puse a cantar el Roast yourself de Windows Girk, me terminaron dejando acá-. Explico el argentino en modo serio.

- ¿En serio?-. Preguntó un curioso ecuatoriano que se asomaba por el clóset, con una cámara en su mano.

- Entré con Costa Rica-. Dijo el argentino.

- Y... ¿a qué se debe esta visita, Argentina?-. Pregunto el colombiano.

- Y... quise venir a verlos, vi a Costa Rica en su trabajo de verano por lo que me había perdido en ese barrio raro y quise aprovechar para verlos-. Sonrió.

- Entiendo, ¿y que nos cuentas? Hace mucho que no nos vemos chamo-. Dijo el venezolano yéndose a una de las camas y se tiró en la misma de espalda.

- Bueno, tengo problemas nuevamente-.

- Problemas?... Veo que no tienes tu máscara, tampoco vino México contigo y no hace falta mencionar la ausencia de ropa en tu parte superior-.

- Es una complicada historia, mi máscara se partió a la mitad, tuve una visión extraña... vino Uruguay y parece que sabía como hacer que esto-. Señalo a su ojo agrietado- deje de causarme problemas, pero me descontrole en el momento y lo único que hice fue irme, llegué a ese lugar no se como... y encontré a Costa Rica y así terminé aqui-.

- No explicaste el porqué estás sin remera-. Dijo el venezolano, acostado bien de pana.

- Y, en eso de que me escapé, tiré mi ropa, al menos decí que no me quité los pantalones-.

- No lo hubieras hecho de todas maneras, no estás tan... tonto-. Dijo Colombia.

- Tonto no... loco más o menos-. Rió bajo.

- ¿Y qué planeas hacer ahora, Arge?-. Preguntó Ecuador.

- La verdad...-. Suspiró- No lo sé, no me siento seguro en volver, no quiero preocupar a México y hacer que sufra por mi ¿sabes?...-. Se sentó en el suelo, poniendo su mano en su cuello con cansancio- Aunque, siento que estoy haciendo lo mismo que la otra vez... actuó mal, me escapó y me pierdo, falta que me persigan tres países y me atrapen-.

El argentino pensó las cosas por un momento, ¿de verdad estaba haciendo mal?

- Soy un cobarde boludo...-. Dijo mientras se peinaba su cabello para atrás.

- Sabes que no tienes la culpa de todo esto, es normal, por decirlo así, querer escapar de este problema-. Dijo la costarricense con la intención de ayudarlo.

- Pero no puedo vivir queriendo escapar de lo inexistente-. Miró a la mujer, que lo contemplaba preocupada.

- Deberías ver un psicólogo parce-.

- ¿y qué diría? Lo que tengo no tiene cura-.

- Pero, al menos, en tus... "sueños"... ¿no hay alguna persona o algo que conozcas que haya iniciado todo tu problema? Tal vez si olvidas ese algo, o discutes con ese alguien que te perturba, puedas dejar de tener ese tipo de sueños-. Pregunto el venezolano.

Argentina abrió los ojos mientras sus pupilas se dilataban, una persona, el argentino empezó a escuchar un ruido de sordera haciendo que cierre sus ojos con fuerza y se agarre su cabeza por el dolor que le generaba ese fino ruido.
Abrió levemente sus ojos y observó unos ojos blancos sin pupilas con unas franjas rojas, ¡era el mismo sujeto del sueño que tuvo en su hotel!
El miedo empezaba a recorrer la sangre del argentino, los escalofríos subían de sus piernas hasta su cabeza, haciendo que el ruido se intensifique, estaba congelado en su lugar, estaba aturdido por lo que estaba mirando, su pecho subía y baja, sentía que se quedaba sin oxígeno de forma rápida... ¿será este el fin del cantante enmascarado?

Una sacudida saco al argentino de esa pesadilla viviente, "¿qué ocurrió?" Fue lo primero que el argentino pensó antes de parpadear varias veces viendo hacia la luz del foco de la habitación, el venezolano lo tenía en frente, él lo estaba sacudiendo mientras que los otros tres países se quedaban a sus lados, sus rostros mostraban miedo y preocupación, y más la de Costa Rica quien tenía lagrimas amenazando salir de sus ojos.

- ¿q-que paso?...-. Preguntó, notando que le era algo difícil respirar.

- ¡Marico no!-. Exclamó el venezolano, hundiendo su cara en el pecho del argentino abrazandolo con fuerza.

- P-Parce, pensamos que ya te estabas yendo al otro mundo-. Dijo el colombiano, sus palabras eran algo insensibles pero era para calmar el ambiente.

- P-Pero... ¿cómo? ¿Q-Que hice?-. Preguntó mientras acariciaba la espalda del venezolano, sintiendo que lloraba en silencio sobre su pecho.

- Te habías caído al suelo de repente, y nos alertamos, intentábamos despertarte y empezamos a notar que te estaba empezando a dejar de latir tu corazón y que tu respiración se estaba cortando-. Explicó el ecuatoriano.

Mierda, ¿qué pasaba con él? Ya sabía que en algún momento se lo llevaría Nisman pero no sabia que iba a ser tan pronto.
Deberia empezar a escribir su testamento mientras podía (boe exagerado era xd) pero era demasiado joven, además de que era básicamente sano en todas las formas por así decirlo.
Sus visiones empeoraban con el tiempo, hasta el punto de casi matarlo... ¿que se suponía que haga? Ningún especialista podría curarle ese mal que cargaba desde que perdió su ojo izquierdo.

El argentino se levantó mientras alzaba al venezolano consigo, para luego dejarlo a un lado de pie, su mirada cambió a una seria aunque por dentro moría de preocupación y miedo.

- Iré a tomar aire fresco... necesito... refrescar mi mente-. Dijo sin dar más detalles, se dio vuelta y se fue de la habitación, empezando a caminar por el pasillo del lugar hasta llegar afuera. Se apoyó contra un muro y llevó su mirada al cielo, mientras respiraba profundo, intentando sentirse vivo y no al borde del abismo.
Se refregó su rostro intentando buscar una solución, o alguna pista, apretó sus dientes y lo único que pudo hacer fue dar un golpe a la pared, algunas lagrimas escapaban de sus ya cristalinos ojos, estaba estresado y angustiado.

Qué infeliz, su vida era de aquellas a las que uno dice que desearía estar en su lugar por la fama y la fortuna, pero todos tienen problemas, ya sea pobre o rico, famoso o no. Él buscaba paz para él pero siempre vivió con nubes negras sobre su cabeza, ¿que tan bueno debía ser para recibir otra cosa buena a cambio? Tal vez esperaba demasiado, o era bastante egoísta como para pensar eso... Casi nunca esperaba algo a cambio, pero lo que más pedía era parar esa pesadilla viviente e intentaba hacer cosas buenas para que lograra conseguirlo pero no conseguía nada.

Pero, ¿y si su solución estaba tan cerca que ni el más observador notaría? Pensó un momento en su soledad... y se percató de lo que nunca había pensado, de lo que nunca había visto en ese vacío lugar en el que siempre había aparecido.

Tengo que volver a ese lugar... aunque me cueste mi lastimado y resquebrajado corazón—. Tragó en seco, y se fue hacia una tienda de ropa, estaba dispuesto a todo para sacarse sus traumas de su cabeza.

Caminó con su mirada clavada al frente, sin percatarse de varias personas que se le quedaban mirando por el hecho de no usar remera.
Entro a una tienda cualquiera, agarró unas ropas de su talle y las pagó, para luego meterse en un vestidor y ponerse una musculosa blanca, una campera y un barbijo, para luego irse del lugar.

Trató de ubicarse un poco en donde estaba, suspiro y sin dar más vueltas al carrusel, paró un taxi y cuando le preguntó a dónde quería ir, el argentino tragó en seco, ya no había vuelta atrás.

— To the nearest airport (Al aeropuerto más cercano)—. Dijo aún con un pesar en su pecho, se dispuso a mirar por la ventanilla mientras el auto avanzaba, se sentía como Riley de Intensamente cuando se va en el autobús.
















[. . .]

— Porque 'toy solito, no hay nadie aquí a mi lado—.

— ¿Y yo que?—. Miro algo molesto al tricolor.

— What's up with Mexico? (¿Que le pasa a México?)—.

— Le agarro la depre, porque Arge no vuelve desde que se puso como loco por lo que le dije que había una solución para su ojo—. Miró al canadiense.

So... that is (así que... es eso)—. Volvió su mirada al mexicano.

— E eles encontraram Argentina? (¿Y encontraron a Argentina?)—.

— No, lo estuvimos buscando por casi toda la ciudad pero nada—. Respondió el uruguayo.

Los tres países se quedaron conversando con respecto al caso de Argentina, mientras que México recorría con su dedo el borde de un vaso con algo de tequila dentro, ignoraba la charla de los otros solo porque no quería pensar en ello, ¿acaso él hizo algo mal tambien?
Hundió su rostro en su brazo, tenía que encontrar una solución a esto, se levantó y en silencio se fue a su habitación mientras los demás discutían, cerró la puerta con sigilo y se sentó en el borde de la cama, contemplando el suelo en un inquietante silencio.
Se quedó así durante unos momentos hasta que su celular que se encontraba en la mesa de luz se prendió, dejando ver una llamada entrante, sus ojos brillaron al ver de quién se trataba, agarró con rapidez el celular y contestó la llamada.

— Um... Hola Mex—. Dijo la voz del argentino del otro lado.

— ¡Arge! ¿D-Donde estás, solcito? ¿Estas bien? ¿T-Te paso algo?—. El mexicano habló con nerviosidad y un poco temeroso.

— Tranquilo Mex, estoy bien... solo en una situación algo complicada a decir verdad—. Explico con dificultad.

— ¿A que te refieres?—.

— Tengo... una posible cura a lo mío, pero esta en otro lugar que no es acá... no sé si me explique bien—.

— P-Pero, ¿qué dices? ¿Te vas a ir? ¿A dónde? ¿Y-Y porque no me dijiste?... acaso, te soy una... carga?—. Pregunto con una presión en su pecho.

— México... la carga acá soy yo. No quería decirte nada antes de esta idea que tuve porque supe que ibas a querer participar aunque te dijera que no más de tres veces—. Explicó— Quiero hacer esto por mi cuenta, no quiero arruinarlo otra vez. Tu entiendes lo que esto significa para ... ¿verdad?—.

— Mi Sol de mayo... claro que lo entiendo pero no quiero dejarte hacerlo, al menos no solo...—.

— Tranquilo, yo estaré bien, no te preocupes—. Sonrió.

— Esto es un adiós?...—.

— Un adiós es para siempre... esto solo es momentáneo, mi amor—.

El mexicano río ante lo dicho por el argentino, ambos se despidieron con un "nos vemos", esas palabras no esperaba decirlas nunca hacia él. Pero sabía que lo vería de nuevo, mejor y por fin... feliz y tranquilo.























































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Buenos días, tardes o noches chicos.
Perdonen la tardanza, pero surgió un pequeño inconveniente en mi forma habitual de ser, y creo que es normal debido a la cuarentena, ¿quién más se siente infelizmente infeliz? Yo me siento así, porque ya no aguanto las clases virtuales amigo, son una   b o s t a
Además pusieron eso del meet, y eso fue la gota que revalso el vaso.
Pero bueno, cosas que pasan, al menos aquí tienen su capitulo uWu

Les hago una pregunta, ¿qué personajes o paises quieren que añada? Yo estaba pensando en poner a Perú, en lo que Argentina va en busca de su "medicina".

(aún tengo mis dudas de cómo hacer esta cura para Arge, porque ya tenía la idea pero cuando la escribí en un borrador era medio rara así que aquí también les pido ayuda)

Pero bueno, eso es todo lo que quería decir. Ustedes también colaboren nenes, es medio difícil pensar en esto cuando estás pensando en otras quince cosas más.

Nos vemos chicos, cuídensen, tomen agua y helado, y si van a salir usen barbijo y lleven a mano un rociador con alcohol en gel 😎👌

Hasta luego! 💕❤💖

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