- ¿Qué haces aquí Marinette? - dijo Adrien de forma frívola.

Marinette se sintió herida, pero en lugar de surgir las lágrimas, como usualmente hubiera hecho, se encendió en furia.

- ¿Qué hago aquí? - preguntó la chica con enojo - ¿Qué haces tu aquí? No has ido toda la semana a clases, creí que estabas enfermo y ahora resulta que simplemente me estabas esquivando. ¿Qué te sucede? -

El chico le dio la espalda sin decir nada, se sentía ofendido, después de lo que había pasado, era él el que debía sentirse enojado y aún así ella era quien estaba levantándole la voz en su propia casa, pero la chica tenía tanto que decir para quedarse callada en ese momento o darse cuenta de lo inapropiada que estaba siendo.

- Escucha - le dijo en tono recriminador - sé que mi actitud tal vez no fue la más adecuada pero, ¿qué esperabas? Tú siempre estabas coqueteandome como Chat Noir pero como Adrien apenas y me dirigías la palabra. ¿No crees que era algo normal que me sintiera perdida? ¿Acaso tanto te decepcionó descubrir que yo era Ladybug? -

El rubio seguía en silencio, se limitaba a escuchar los reclamos que seguían saliendo de la boca de su compañera, cuando Marinette terminó de hablar su respiración era agitada y tuvo la impresión de haber hablado más de la cuenta, después de todo había ido ahí para hablar con él y terminó reclamándole cosas que ni al caso. Adrien se limitó a escuchar en silencio, sin voltear y una vez su compañera dejó de hablar espero un momento antes de suspirar y voltear la mirada para verla, el silencio era incomodo y la tensión podía sentirse en el aire, aún con el traje Marinette había perdido todo el valor y las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

- ¿Terminaste? - preguntó el chico con aquel mismo tono frívolo, si Marinette no hubiera estado tan ocupada tratando de controlarse, tal vez hubiera notado que el chico tenía la voz cortada y un nudo en la garganta, pero no, no había forma que lo notara con lo alterada que estaba.

- No piensas decir nada - dijo la ojiazul, estaba tan cerca de llorar que le era difícil hablar, pero el chico frente a ella solo sonrió. Eso fue todo, ella estalló en lagrimas, pero se dió la espalda a tiempo para que el no lo viera y con voz casi inaudible dijo - No debí haber venido -

- ¿Eres injusta sabes? - continuó el chico, sonaba calmado pero temblaba, aunque Marinette no lo veía - ¿Cómo podría saber que eras tú? Siempre fuiste... diferente, siempre nerviosa; nunca tuve la oportunidad de conocerte realmente, siempre actuabas muy nerviosa a mi lado; como Ladybug siempre actuabas distante, hablando de como era mas importante nuestro rol de súper héroes, pero aún así no te ví patrullar en toda la semana, espere a que aparecieras y no lo hiciste, nunca te diste el tiempo de conocerme ni como Adrien, ni como Chat Noir. ¿Y dices que es mi culpa? Yo siempre he pensado que eres una persona dulce, talentosa, increíble, tanto como Marinette, como Ladybug. No me decepcioné de descubrir que quien eres. No lo hice. Tú si -

La chica del traje de mariquita se dio la vuelta, ya no le importaba ocultar sus lagrimas, ya no le importaba nada, ni siquiera sabía que decir.

- ¿Qué estas tratando de decirme? - dijo, tartamudeaba y sus lágrimas corrían por sus mejillas.

El rubio no se movió, solo bajó la mirada y habló con firmeza

- Creo que será mejor que te vayas, no tenemos nada de que hablar. Podemos seguir patrullando, es nuestro deber pero... esto... es todo. Solo eso. Por París seguiremos trabajando juntos pero es todo. Como tú siempre dices, es más importante nuestro deber como protectores de la ciudad. Creó que es mejor que te vayas. -

La chica no dejó que el terminara de hablar, ella ya había salido de la ventana antes que él terminara la oración y el joven se quedó solo.

- Eso fue cruel - dijo el kwami negro, llamado Plagg, que salia de su camisa - No puedo creer que acabas rechazar a la chica que te gusta -

- Ella lo iba a hacer -dijo Adrien recargándose en el escritorio, las lagrimas empezaban a brotar de sus ojos y caían sobre sus apuntes - Yo solo quise hacerlo antes de que ella lo hiciera -

Plagg se posó sobre su cabeza, él no entendía los sentimientos humanos pero podía notar lo destrozado que se encontraba su portador y aunque nunca lo admitiera, le agradaba el muchacho y le dolía verlo así.

- ¿No te arrepentirás de esto? -

- Así es mejor Plagg, ella... Lo que dije... Es verdad... Ella nunca quiso mostrarme su identidad y ahora yo me arrepiento de que haya descubierto la mía.

El chico se dejó caer al suelo mientras dejaba salir las lágrimas que había estado guardando toda la semana. Se sentía deshecho, destrozado, su corazón latía con tanta fuerza que lastimaba y su respiración estaba tan agitada que le costaba trabajo respirar. Le costó mucho trabajo controlarse y cuando lo logró, su pecho dolía, sus manos temblaban y sus ojos ardían y estaban totalmente hinchados.

- ¿Qué piensas hacer ahora? - preguntó Plagg amablemente.

- Lo que dije que haría - le respondió su portador secando sus últimas lágrimas - Volveré a la escuela y a hacer los patrullajes aunque ella no aparezca. Ya fue suficiente de estarme escondiendo. -

Dicho esto el joven se puso de pie, sacudiendo su ropa, estaba decidido a seguir adelante con su vida, sin importar lo mucho que su corazón roto le doliera, él no se iba a dar por vencido.

Bueno, se que a muchos no les va a agradar pero aquí termina este fic. Sí, es un final triste pero espero que les guste. Estoy pensando en hacer una continuación de esta historia con algo de Liladrien o Volpinoir pero aún no tengo todos los detalles, por mientras los invitó a pasar a mi otro fic de Miraculous: Un ángel caído.

Si quieren una continuación de este fic, les invitó a dejar en los comentarios que les gustaría leer. Quejas o sugerencias. Igual tardaría pues quiero terminar mis fics pendientes y estoy trabajando en otros 2 próximos proyectos, uno de ellos de Miraculous PV.

Gracias por leer mi fic, por su apoyo, sus votos y sus comentarios.

Nos leemos pronto.