Capítulo 1

Joy Miller

Mi casa siempre ha sido muy solitaria.

No tengo buenos recuerdos aquí. Siempre me la pasaba afuera, distrayéndome con mi hermana Heather o en casa de Jayden, mi vecino que vive al lado.

Antes de los seis años mi casa era un refugio soñado, el lugar donde más disfrutaba mis días viendo Los Simpson o fingiendo ser una jugadora de vóley en el patio, también fingiendo ser médica; todo con mi papá que era mi gran inspiración.

Y bueno, pasó lo inevitable para hombres como él: se hartó de la vida familiar y se marchó contento de al menos haber criado lo suficiente a Heather.

Pero eso ya no me afecta hoy en día. Es un pobre infeliz seguro y le debe ir como la mierda. Por lo único que no lo culpo es por haber dejado a mi madre. Ella siempre fue insoportable.

La poca felicidad que recuerdo aquí es cuando papá estaba, que para ser médico venía con bastante frecuencia. En cambio, mi madre apenas sí aparecía y así siguió siendo durante esos años de abandono por parte de mi padre.

Ese es un drama familiar muy grande. No tiendo a mencionarlo, pero hoy me levanté cruzada y durmiendo mal. Creo que tuve pesadillas. ¿Qué más da?

—Buen día, mi cielo —me saluda mi tía Noria mientras me da un beso en la mejilla. No tuve que haber bajado tan rápido las escaleras, me acabo de marear y el beso me dejó peor.

—Hola, Nona. ¿Qué preparaste para comer?

—Huevo revuelto, tostadas con manteca y distintas mermeladas y un café no muy caliente con jugo exprimido. Y con música de The Strokes para mi pequeña prodigio.

Una sonrisa tonta cruza mi rostro cuando ella toca el control varias veces quedando completamente descoordinada con su pose. Cuando ya se empieza a escuchar suavemente el tema popular de "The adults are talking" me devuelve la sonrisa y me da un beso en la frente.

Ella es así de amorosa los primeros días de clase. Cree que es muy importante hacerme sentir querida y motivarme. Siempre tuvo ese instinto materno, algo que me alegra las mañanas cuando pienso en el esfuerzo que hace.

Escucho un golpe en la puerta y noto que se trata de Jayden. Solo con él logro verme mejor y más cuando me abraza con toda esa fuerza haciéndome volar por el aire. Nos llevamos casi veinte centímetro de diferencia y bastante de peso por su gran musculatura.

No tan "grande", pero lo suficiente para notársele todo marcado.

—Te extrañé, peque. Todo un verano sin ti.

—Está mi tía, Jay —murmuro y él inmediatamente me suelta.

—Mierda... Lo siento, me emocioné.

Niego con la cabeza y lo dejo pasar. Él saluda con mayor respeto a mi tía y ella solo asiente al verlo. No le cae muy bien Jay... Eh, han tenido sus problemas por el hecho de que ella sospechó de nuestra relación.

Jay básicamente es mi vecino, pero también comparto un vínculo difícil de definir. Es como mi novio, pero nadie sabe que lo somos, porque, bueno, es ilegal o algo así. No lo sé, me da mucho lo mismo las leyes.

Solo escondo nuestra relación porque él me lo ha pedido. Está muy propuesto a desarrollarse como alguien muy querido y a mí me encanta que tenga una meta tan hermosa.

Me motiva mucho a ser una mejor persona... Bueno, no tanto. Hago mi pequeño esfuerzo, pero no me veo capaz de compararme con él y su gran bondad. Yo solo hago lo mínimo, tengo mala junta y varios problemas.

No le echo la culpa. Uno ve a Jayden, con su actitud para sociabilizar y demostrar amor, y piensa que puede resolver a cualquier persona... Pero no, todos seguiremos teniendo nuestros defectos incluso si un ser de luz se acerca y nos intenta dar una mano. No es su culpa.

Creo que una persona no puede cambiar tus males. Está en uno cambiarlos. Y es por eso que él insiste en que tengo una gran madurez.

Me alegra cuando me felicita por mi madurez porque me hace ver que nuestra diferencia de edad no se le hace tan abismal como a otros.

—¿La filosofía te sirve en la clase de Jayden, Jojo?

—Sabe que es una alumna excelente más allá de sus desbalances filosóficos.

—Él lo dijo, no yo.

—Ustedes dos son bastante pícaros para las mentiras.

Yo solo me río y él opta por bajarle importancia con una mano. Incluso se gana a mi tía luego de todo lo que ha sucedido. Demuestra un esfuerzo grandísimo por conversar con ella y sacarle una sonrisa, algo que me dan unas increíbles ganas de besarlo, incluso si sé sus consecuencias.

Pero solo es un impulso. Nunca lo haría.

Mientras ellos hablan, yo me hago un delineado en el espejo que queda justo cuando uno baja las escaleras —es un horrible lugar cuando llegas de una fiesta y solo quieres irte a dormir—. Noria me reclama por delinearme, pero Jayden vuelve a sacarle charla sobre los alumnos de hoy en día. "Son geniales, te añaden a todo" dice y ella responde "solo a ti y porque eres joven, ya quisieras estar en el lugar del señor budista". Señor budista tiene nombre.

Cuando termino de acomodar toda mi apariencia y mirarme unas diez veces al espejo, Jayden me hace un gesto de que va a alcanzarme a la escuela. Como siempre. Pero Noria me frena.

—Jojo, te olvidabas tus pastillas.

Ah, cierto, las pastillas que me definen como la enfermita.

—Sí, gracias... Eh, ya cargué el almuerzo.

—No me mientas.

El almuerzo más sobrecargado lo tengo yo. Lo tomo entre mis manos y lo guardo en la mochila con mi peor cara. Mi grupito suele mirarme raro cuando me ven con esta lonchera. Me junto con gente desagradable.

—Ey, Joy, está todo bien, tú comes como una adolescente con anemia come.

—Es un gran consuelo, Nona.

—No, escucha... Ignóralas. Ellas solo envidian las cosas sabrosas que tienes. Se mueren de hambre.

—¿Quiénes son "ellas"? Todos me miran raro. Y basta, no me enorgullece saber que se mueren de hambre.

Ella hace esa expresión de pena y yo me siento como la chica más desubicada del mundo. A veces mis emociones se descontrolan y la trato mal, a pesar de que ella siempre ha sido muy buena conmigo. Por eso mismo me despido sin mirar atrás y bajando la cabeza.

Jayden me observa unos segundos y luego me acaricia la cabeza. "Lo llevas bien, peque" dice con lentitud y luego enciende el motor.

Sé que él le contó algo de lo que no debía a Noria, pero no los culpo. Ambos se preocupan mucho por mí. Temen que vuelva a recaer.

Todos temen que recaiga.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top