05
Rapunzel sintió unas extremas ganas de llorar al ver el rostro de sus amigos luego de la información dada. Sus rostros cansados, decepcionados, simplemente se sintió extremadamente culpable.
Aquella billetera no había servido de nada, no había revelado nada, sólo dió unas cuantas preguntas más, como si no tuvieran suficientes ya.
Un broche idéntico al anterior, era lo único dentro del objeto. Parecía casi que una burla a ellos. No, era una burla a ellos, eso era lo que más les hacía rabiar, el no poder dar la talla para el caso.
—Juro que parece villano de comic— Mérida pasó sus manos por la cara, con una expresión cansina.
—Entonces hemos estado haciendo todo mal, ¿no sería más fácil investigar los laboratorios a ver si se les escapó un experimento?— Jack sonrió con burla, haciendo que Mérida le corresponda con una bastante débil.
Frost era el único que mantenía a todos optimistas -o lo intentaba- hasta el momento. Entendía que Mérida pasaba por un momento más que difícil, que Rapunzel se culpaba del desanimó y que Hiccup y Tadashi empezarían a sobre exigirse después de esto. Respecto a Elsa, ella para él era un misterio, podía notar que estaba furiosa al no tener respuestas, pero nada más allá. No era el miedo a ser el siguiente como Mérida, no era el querer dar la talla como Rapunzel, no era la desesperación de salvar vidas de Tadashi e Hiccup lo que había detrás, podía sentir que había algo más.
Queen notó las miradas furtivas del albino, por lo que se mantuvo serena y neutral durante todo el rato, apenas y apretando de más el lápiz con el que anotaba garabatos, porque los datos nuevos no existían ya. En parte estaba molesta por no haberlo encontrado YA, otra parte de ella estaba molesta consigo misma por haberse distraído aquella noche con Haddock.
La llamada los había tomado por sorpresa, igual que a todos. El oficial Bjorgman había sonado alterado al otro lado de la línea, se podía escuchar el murmullo de los molestos periodistas tratando de sacar información.
Hasta ese momento había estado tan tranquila, tan relajada, tan cómoda con él, que esa simple llamada la descolocó por completo. No la esperaba y se regañaba por lo haberlo echo, por no haberlo anticipado, era obvio que esperaría su momento de más relajo para volver a atacar a alguien. Se sentía tan estúpida.
—Investigaremos más, llegaremos al fondo de esto y atraparemos al Coleccionista— Haddock sonaba decidido, no quería que hubiera otra muerte más, necesitaba que aquél asesino estuviera tras las rejas de una u otra forma, o acabaría loco.
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La casa estaba extremadamente oscura, solitaria, no había ni un solo sonido al exterior. Estaba pintada de blanco, la mayoría de los muebles eran colores fríos, pero ninguno lograba llenar por completo la enorme estancia, por lo que daba un inmenso aire a soledad.
Así lo prefería ella, desde la muerte de su hermana, se había dedicado a quitar cada misera foto, cada mísero adorno, mueble colorido que le acordara a ella. No tuvo corazón para botar, vender o regalar nada, por lo que todo se encontraba almacenado en el polvoroso ático y su habitación no había sido tocada por nadie más.
La foto en su escritorio le recordaba por qué se había vuelto la mejor detective, por qué había escogido exactamente este caso. Quería venganza, quería tener al asesino de su hermana en sus propias manos, quería hacerle tantas cosas impensables e inimaginables para alguien cien por ciento cuerdo.
Y le daba miedo, esa parte tan monstruosa, sanguinaria y sádica de ella le daba todo el miedo del mundo.
La gente decía que había Sido un accidente, ella lo creyó en principio, pero nada tenía sentido. Las cámaras de la calle captaron el momento del choque, deberían haber visto el dueño del carro, mas las ventanas estaban polarizadas, no había ni una maldita matrícula, iba hacia el carro de ellas a toda velocidad. Eran demasiadas consecuencias como para ser sólo un accidente.
Comenzó a investigar, a obsesionarse con la muerte de su hermana y obtener venganza contra aquella persona que había cometido aquél crimen tan atroz. Sentía la necesidad de hacerle el mayor daño posible a aquella persona sin nombre, rostro o género por haberle robado al mundo aquella persona que alguna vez había sido Anna, aquél faro irradiante de luz que encantaba a todo aquél que la conocía.
Sus padres la llamaron loca y no volvieron a llamarle.
Tal vez si se estaba volviendo loca, habían pasado cinco años desde ese suceso.
Dejó la cartera tirada por ahí, subiendo las escaleras para darse un larga ducha de agua helada.
Extrañamente le encantaba esa temperatura, tal vez era porque ella era igual, tan fría como aquella agua.
Odiaba los climas calurosos, el agua caliente, cosas que a las personas en general le gustan o le generan relajo, contrario a los climas tan fríos que ella amaba, que hacían temblar tu cuerpo y colocaba tus labios morados, botando humo por la boca de lo frío que está el aire.
Si, muy probablemente estaba loca.
Ya conocemos un poquito de cada personaje, menos uno (adivinen) 😈
Qué personaje creen que sería la próxima y pelirroja víctima?
Adam-Giselle-Ariel-Peter y Wendy
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