04
Todas las luces de la casa estaban apagadas, por lo que la casa se veía oscura por fuera, a excepción de lo que era la sala, por las cortinas podía filtrarse una tenue iluminación azulada. Al entrar escuchó reclamos desde la sala, se asomó, encontrando a su hermano y su novia jugando videojuegos. Hiro se quejaba con la pantalla, mientras su novia reía de forma descarada, brulandose de su derrota.
—Admitelo, eres un perdedor— comentó ella, con aire victorioso.
—Otra ronda.
—Te volveré a ganar— canturreó ella, mientras Hiro reiniciaba el combate.
Sonrió para sí mismo. Su hermano era su apollo de toda la vida, era el único con el que podía abrirse por completo, el único que lo entendería al cien por cien. Le gustaba verlo feliz, verlo crecer y seguir adelante. Habían perdido a sus padres hacía ya doce años, cuándo tenía dieciocho y su hermano quince, no tenían mas familia, por lo que le tocó tomar las riendas de su vida y hacer el rol de un ejemplo para su hermano, para que a él no le faltara nada y triunfara. Desde siempre, se había sentido atraído por la medicina, pero apenas y empezaba a estudiar en la universidad cuando sus padres murieron, así que empezó a trabajar en un pequeño local de comida rápida, a la par que estudiaba, algo que lo dejaba completamente exhausto y sin energía para absolutamente nada. Hiro estaba bastante dolido por la muerte de sus padres, mas, una vez entendió la situación, se esforzó al máximo para conseguir una beca universitaria y así no molestar a Tadashi con los gastos. Ahora tenía un trabajo estable como médico forense, Hiro como científico especializado en la robótica. Por lo que sí, ambos estaban orgullosos del otro.
—¡Tadashi! No te oímos llegar— saludó su hermano, con una sonrisa en el rostro.
—¿Qué tan mal te fue?— preguntó la chica, alzando una ceja con una sonrisa sarcástica.
—He visto peores— aseguró —. Los dejo solos, yo estoy cansado. ¿Vas a quedarte esta noche, Tip?
—Sep. Mis cosas ya están arriba.
Asintió, despidiéndose con un gesto de la mano. Subiendo las escaleras escuchó el grito de "buenas noches" por parte de su hermano.
Tip Tucci es la novia de su hermano Hiro. Una muchacha mayormente solitaria, sarcástica, competitiva, aunque también con una gran energía y, mayormente, un gran corazón. Es una chica de piel morena, cabello rizado, corto de color castaño oscuro y unos bonitos ojos verdes olivo. No tenía mucho interés en la ciencia como tal, en realidad estaba en la academia policíaca, pues le gustaba sentirse útil y ayudar a las personas. Es una muy buena chica.
Tadashi se tiró en su cama apenas entró en la habitación. Se quitó los zapatos con los pies y cerró los ojos a la par que daba leves caricias sobre su cabeza. Estaba agotado y no quería hacer nada más que dormir, cuando se unió al caso no pensó que dudaría tanto, que pasaría varias noches sin dormir y como consecuencia estar cansado la mayor parte del tiempo.
Guardaba un profundo odio hacia quién sea el Coleccionista de Corazones por ello, porque no sólo se encontraba cansado por su culpa, sino que también había cobrado varias vida con él, vidas inocentes que no deberían haber muerto por nada en el mundo.
La verdad era que, igual que todos, esperaba ansiosamente el día de su encarcelamiento y disfrutaría verlo pudrirse hasta su último día.
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Suspiró pesadamente luego de enviar aquél último mensaje hacia Jack deseándole buenas noches, dejó su teléfono a un lado de la cama antes de acurrucarse entre las sábanas. Se mordió los labios con un aire culpable, le molestaba no haberlos acompañado a la escena de crimen, o a las otras y, muy probablemente, las que estaban por venir.
Era una mujer de treinta años, hecha y derecha, pero no podía soportar ver si quiera una aguja en alguien sin asustarse un poco. Odiaba la sangre con toda su alma, las heridas y las cosas filosas, se sentía extremadamente avergonzada por ello.
Jack, su asistente, era bastante más joven que ella e iba a esos lugares sin el mayor de los problemas. Mérida tenía una edad similar a la de Jack y asistía a Tadashi en la morgue cada vez que él lo necesitaba. En cierto modo se sentía inútil.
Era bastante irónico el echo de que, a pesar a su extrema fobia a la muerte y todo lo relacionado, se hubiera interesado en la investigación. No tuvo nada que ver con Sherlock Holmes o algún libro de Agatha Christie, podría decirse que había probado esto de las investigaciones al cumplir sus dieciocho, cuando ya no podía seguir viviendo en el orfanato. Desde siempre tuvo el deseo de encontrar a sus verdaderos padres y tuvo la oportunidad a esa edad, le encantó la sensación de euforia cada vez que resolvía una pequeña pista y avanzaba más, hasta dar con el resultado de que sus padres estaban muertos. Nunca los conoció, así que la noticia no la desanimó, sin embargo había encontrado una pasión en el trabajo de investigación por lo que hizo todo a su alcance para convertirse en detective. Nunca trabajó físicamente como Hiccup o Tadashi, siempre lo hacía desde su oficina y, aunque ellos afirmaban que sin ella no lograrían avanzar nunca, no podía evitar sentirse mal por dejarles la mayor parte del trabajo pesado.
Se acomodó de lado en la cama, mirando fijamente el lado vacío de la cama. Su esposo siempre trabajaba hasta tarde en sus turnos de policía, por lo que estaba acostumbrada a acostarse sin él algunas noches, así como él con ella cada vez que ella llegaba tarde, mas eso no sacaba el echo de que le gustaría estar a su lado durante más tiempo.
Volvió a acomodarse, viendo para el techo. Todo estaba extremadamente oscuro y silencioso, lo cual era como un suave arrullo que lentamente terminó por dejarla dormida.
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