Capitulo único

Detalles
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¿Por qué ahora se daba cuenta de cosas, que antes a simple vista no parecían importar?

Quizás, porque se había vuelto más detallista, en cuanto a reparar en la pequeña figura de corta melena castaña. Sí, era eso. Llegó al punto de estudiarla a diario con su mirada aguamarina, escaneando cada acción que la chica pudiera tener... Entonces, reparó en los pequeños cambios que en Matsuri había cada vez que él estaba cerca y en aquel momento entendió lo qué le pasaba.




― ¿¡Có-cómo?! ― Ahí estaba ella, con las mejillas de un intenso color granate, el cuerpo arqueado en total estupor y con los ojos, grandes e inocentes de un intenso ónix, mirándole a él. Sintiéndose atrapada en medio de un gran huracán, cuando tan solo estaba sentada en una silla frente al chico pelirrojo.

― Ya lo dije Matsuri. No me hagas repetirlo ― Los ojos aguamarina notaron el cómo ella bajo la mirada un poco cohibida de contestar. Gaara, dándose cuenta del tono que uso. Suspiró débilmente, sonó duro con la chica cuando en realidad quería ser todo lo contrario. Pero, era un novato en ese terreno, un chiquillo más que no sabía formular las preguntas adecuadas. ― ¿Te... te gusta alguien? ― Con torpeza, más que todo, le volvió a preguntar. Está vez de manera sutil las pálidas mejillas de él, adquirieron un tenue rubor.

Matsuri elevó sus ojos oscuros hasta él y luego los llevó hasta la punta de sus zapatos, mientras que por inercia, jugaba con un pliegue de la falda del uniforme. Gaara lo notó, estaba nerviosa, había aprendido que ella, sin darse cuenta, intentaba esconder sus nervios moviendo algo con constancia con sus manos.

La castaña sentía que la garganta se le secaba y el corazón saldría volando por su boca. ¿Gaara se habría dado cuenta? ¡Imposible! Él no podría posar sus ojos en alguien como ella, tan común y simple a la vista.

Quizás, ¿podría haber un abismo de esperanza de ser correspondida? No, claro que no. Debía dejar de alimentar sus fantasías de niña. Ella tan sólo era la amiga, nada más.

― ¿Por qué preguntas Gaara-kun? ― Él arrugó con debilidad el ceño, ella le estaba evadiendo la pregunta con otra pregunta.

― Matsuri, no evadas la pregunta. Contesta ― Se cruzó de brazos, permitiéndose relajar la expresión de sus facciones, incitándola a responder. Aunque su rostro mostraba serenidad, sentía gran curiosidad en saber.

Pasado algunos segundos, la menor decidió romper el silencio que se formaba entre los dos.

― Sí me gusta alguien, Gaara-kun ―Frente a frente los orbes oscuros y aguamarinas se toparon. — Es una persona increíble, admirable y sobre todo, excepcional. Su manera de ser es tan única y encantadora. Cuando estoy frente a él, quiero superarme a mí misma, ser mejor... Es una motivación constante en mi vida. Al principio admiración hacia él, luego no me di cuenta cuándo, pero mis ojos ya no lo veían de la misma manera que antes― Sonrió con nostalgia la chica― Me di cuenta que no era la única que le miraba de esa manera, habían más chicas detras de él y me sentí celosa ― Matsuri se rió con torpeza, pero sus ojos reflejaba tristeza, cristalinos amenazaban con llorar― Algo egoísta ¿sabes, Gaara-kun? No puedo molestarme porque haya alguien más en su vida, cuando antes nadie se animaba a hablarle, pero, tengo miedo... Miedo de que ya no quiera estar más conmigo sí le digo la verdad. Además, qué me asegura que mis sentimientos sean correspondidos... Nada, Gaara-kun. Nada ― Dejó de hablar, percatándose de que lagrimas habían dejado un recorrido en su mejilla hasta bajar por su barbilla― Que tonta, estoy llorando por algo tan simple―Musitó tratando de sonreír.

Unas manos le tomaron del rostro, alzándolo. Gaara acariciaba levemente con la punta de sus dedos los contornos del rostro de la castaña, una caricia sutil, pero que igual sorprendió a la chica. Gaara, le miraba directamente a los ojos, con una distancia casi mínima entre los dos.

―No quise acerté llorar Matsuri, discúlpame―Desvió los ojos, sintiéndose culpable del estado de la chica. Después de todo, fue él quien insistió con el tema, es él, el chico que ocupa el corazón de Matsuri― ¿Qué te hace pensar que no te correspondería?― Fue justó ahí, cuando Matsuri abrió sus ojos al máximo. ¡Gaara se había dado cuenta!

Él le sonreía con sutilidad, le había costado trabajo, atención y sobre todo paciencia, para comprender y entender el porqué de los cambios en la conducta de Matsuri ante él... Y cuando la venda cayó de sus ojos, mostrándole todo con mayor claridad. Se percató que a él también le ocurría algo con ella. El corazón acelerado, las manos sudorosas y las charlas amenas que venían cuando Matsuri estaba cerca.

― ¿Tú lo sa... ―Antes de formular por completo la pregunta. Unos labios callaron las palabras en su boca. Gaara le besaba. ¡Sabuko no Gaara la besaba a ella! Matsuri se sentía a desfallecer. Con torpeza posó sus manos sobre su cuello, profundizando así el contacto con los labios ajenos.

Un gesto nacido de su corazón... Una acción que tomó por sorpresa a ambos. Pero aun así, lo que estremeció las emociones primerizas de los dos.

―Me gustas Matsuri― Susurró el chico apartándose de ella. Sinceridad en su voz y completa seguridad en ella.

― Tú también me gustas, Gaara-kun, me gustas―Le abrazó con fuerza posando su cabeza en el pecho de él. El corazón del chico, latía con fuerza, un canario en su interior revoloteando con fuerza.

Los pequeños detalles en su día a día comenzaban a tomar un nuevo significado desde ese momento.


Un regalo para alguien muy especial, que comparto con ustedes.

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