Lo que se ve no se pregunta


Izumi tocó el timbre de la puerta y esperó pacientemente a que abrieran, eran cerca de las diez de la mañana y llevaba una bolsa grande cortesía de Joe. Anteanoche Koushiro le menciono sus planes de visitar a Tai y Matt, pues tenía una gran necesidad de hablar con el primero. Así pues el galeno no desperdició la oportunidad para pedirle de favor que les llevara algunas cosas.

Volvió a presionar el timbre y para el pelirrojo, fue y no una sorpresa ver a Tai del otro lado.

—¿Cómo van? —preguntó Koushiro un poco inseguro debido al aspecto un tanto demacrado de Taichi. Joe le explicó a grandes rasgos su situación, pero viendo ahora de frente al Yagami la verdad parecía que ese: "Es un simple resfriado" en realidad se hubiera convertido en una enfermedad terminal.

—Seguimos vivos —respondió Taichi con un suspiro cansado abriendo la puerta para dejarlo pasar.

—Joe me envió esto para Sora y esto para Yoshino —dijo al tiempo en que entregaba las dos bolsas con medicamentos y una larga lista de indicaciones para el cuidado de ambos.

Tai recibió ambas y resopló como si el mundo se le estuviera yendo encima.

Izumi sonrió de lado, no quería ni saber cómo se las habían apañado esos dos para cuidar del bebé sin Sora. Después de todo prácticamente estaban hablando de un niño demasiado pequeño que extrañaría a su madre, tenía comidas recurrentes y seguramente no paraba de llorar por la más mínima incomodidad.

—Matt, Iz acaba de traer el medicamento —anunció Taichi dejándose caer en el primer sofá que se le atravesó después de asegurar las bolsas en la cocina.

Koushiro esta vez sonrió con ternura al ver como Matt salía de la habitación principal con el niño en brazos y sosteniéndole el biberón.

—Gracias Izumi, lamento que hayas tenido que venir hacerla de recadero... pero como puedes ver ninguno está en condiciones de salir —puntualizó Matt dejando en evidencia lo cansados que estaban. La verdad un zombi tendría mejor aspecto.

—¿Cómo esta Sora? —cuestionó Koushiro sin retirar la vista de Yamato conteniendo las ganas de pedirle que le dejara cargar un rato al bebé.

—Pues dentro de lo que cabe, mejorando —respondió Matt dejándose caer junto a Tai en el sofá con el niño en brazos. — Ayer si nos dio un buen susto cuando la fiebre le subió de golpe —agregó con un suspiro que no pasó desapercibido por los dos presentes.

—Y este señorito también tuvo molestias que no le dejaron dormir —acusó Tai tomando a Yoshino entre sus brazos para dejar que Matt descansara.

Yamato cedió al bebé suavemente, pensando que era una suerte que su hijo disfrutara ser cagado por Taichi porque de lo contrario a esta hora seria hombre muerto.

Izumi ladeo la cabeza escuchando y observando la escena frente a él, una sonrisa impregnada con cierta tristeza adorno sus facciones ante lo que presenciaba.

Matt había recargado el brazo sobre el respaldo del sofá para después dejarlo caer, casi por instinto, sobre los hombros de Tai quien se encontraba demasiado entretenido alimentando a Yoshino para percatarse de la imagen que daban.

—Joe ha estado telefoneando toda la noche. Seguro que no durmió mucho el pobre —continuó hablando Tai. —Además se supone que la semana que viene se quedará de interno. Espero que no haya quedado muy agotado —mencionó sin retirar la vista del bebé, luego se giró para mirar de frente a Matt. —Debemos compensárselo Yama.

Matt asintió con la cabeza y dio un suave apretón al agarre sobre el hombro de Tai, haciéndolo sonreír satisfecho de la respuesta. Taichi regresó su atención al pequeño que acunaba sin percatarse que Yamato estaba quedándose dormido.

—Joe se ve algo somnoliento, pero sabes que estamos contentos de ayudar. Y lo digo por todos —afirmó Koushiro un tanto conmovido. Taichi y Yamato se veían muy bien juntos. Para él no era novedad, lo que si fue quizás hasta un tanto amargo, fue saber que Matt sería padre.

Mentiría si dijera que cuando supo que Sora era la madre no le dieron ganas de golpear al rubio.

A leguas se notaba el amor que Taichi le profesaba y pensó que Matt albergaba un sentimiento igual, empero... al parecer se había equivocado.

Y ahora... ahora los tenía delante de él aparentando ser un matrimonio que abnegadamente cuida con esmero a su primogénito.

—No sabes cuánto lo agradecemos. —Tai bostezó, meneo la cabeza y se recompuso acomodando mejor a Yoshino entre sus brazos, quien prácticamente ya estaba dormido. —La verdad es que solo hemos medio dormido un par de horas en estos días...

—Sí te creo, Joe dijo que... —y Koushiro se vio hablando solo, Taichi acababa de recargar su cabeza contra el cuerpo de Matt y ahora también dormía profundamente.

Izumi se levantó e intentó quitarle al niño de los brazos a Tai, cosa imposible porque el bebé se removió y por acto reflejo Tai lo apretó más contra él. Así pues a Koushiro solo le quedo acomodar lo mejor que pudo los almohadones alrededor de Tai para evitar que al resbalar su mano soltara al niño.

—Se ven como la estampa de una propaganda de la familia perfecta. —rio Koushiro suavecito. —Si Sora no se da cuenta de este cariño, entonces no creo que sea digna de ser llamada la digidestinada del amor —murmuró Izumi antes de encaminarse a la cocina. Prepararía la comida mientras dejaba que esos padres primerizos descansaran un poco.

Continuará...

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