5.


—Pareces un ángel.

Rengoku elevó su ceja.

—¿De qué hablas?
—Cuando dormías y te vi, parecías un ángel.
—Dices cosas muy raras, Uzui.
—Y quisiera cometer pegado.
—¿Qué?
—Yo sí te coge...

Pero el albino fue acallado por una gran rama que cayó del cielo. Al parecer un ángel de verdad quería cuidar de Rengoku.

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