94 - Un rapidín

Felix

— Si me miras así dejaré de explicarte y te llevaré al cuarto y sabes cómo termina eso — me advirtió Hyunjin al ver que no le estaba prestando atención a su explicación.

Soy culpable, pero es difícil centrar mi cabeza cuando tengo a un hombre tan atractivo como él a mi lado, su cabello desordenado le da un estilo más juvenil y ni hablar de su ropa de ejercicio que marca todo lo que me como en la noche.

— Yo no tengo ningún problema vamos yo me dejó... — Hyunjin me interrumpió haciéndome sentar de nuevo en mi silla.

— Félix en serio no ayudas cuando estás así, necesitas entender esto el Sr. Shin nunca deja sus exámenes en bandeja de plata ¿Quieres reprobar su materia? — cuestionó.

Ahí volví a mi realidad, estoy aquí en la casa de mi novio tratando de entender varios temas que se me complica en unas de mis clases más importantes. Sigo sin creer que Hyunjin se ofreciera ayudarme cuando últimamente está tan ocupado con lo del juicio de Eunchae que para mi mala suerte es el mismo día que el juicio del padre de Seungmin así que no podré estar con él.

— Un rapidín — pedí de forma juguetona a lo que mi acompañante negó de inmediato.

Lo acepto estoy caliente, pero estaría loco si no lo estuviera, cualquiera que estuviera de novio a un tipo sacado de revista que además es inteligente tendría los mismos pensamientos de yo.

— Deja de pensar en eso, escucha lo que te estoy explicando — me regaño.

Me levanté de mi silla y me senté en sus piernas.

— Explícame así mejor -  dije de forma juguetona haciéndome el que leía mi cuaderno. Me gusta sentir el toque de su cuerpo con el mío.

— ¿Está bien? — pregunté con nerviosismo mientras miraba a mi ex profesor analizar las respuestas que había dado en un examen que este realizó para mí.

Estaba tratando de usar todas mis neuronas, en verdad quiero sacar una nota alta en este parcial, odio bajar mi promedio, pero hay clases que en verdad parecen una tortura. Me moví en las piernas de Hyunjin tratando de ver mejor su rostro, pero este colocó su mano en mi cintura deteniéndome.

— ¿Pesó mucho? — pregunté.

Llevamos como una hora en esta posición entendería si quiere que me levanté.

— No es eso — respondió.

Trate de levantarme de sus piernas para mirarlo a los ojos, pero este me acerco más él.

— Si quieres abrazarme deja y me acomodo quiero verte la cara — dije sintiéndome frustrado.

Hyunjin dejo mi examen en la mesa y sonreí al ver que no me había equivocado en ninguna respuesta.

— Quiero que te muevas — susurro en mi oído.

Me sonrojé al darme cuenta de que había algo que comenzaba a crecer debajo de mí.

— Pensé que no querías... — murmuré comenzando a moverme.

Sus manos se introdujeron en mi camisa acariciado a su antojo mientras besaba mi cuello.

— Siempre quiero — admitió mientras sus besos en mi piel se volvían más feroces y mis movimientos más rápidos.

El no era el único con problema en sus pantalones, este comenzó a jadear en mi oído haciéndome sentir aún más caliente, pero de repente todo se enfrió y me separé rápidamente de mi novio tratando de acomodar mi ropa y de tapar mi problemita.

— Ya regresamos, compramos muchos juguetes tienen que jugar conmigo ahora — exclamó Eunchae feliz mientras se acercaba a nosotros.

Hyunjin bajo los papeles a su regazo ocultado algo que una niña como Eunchae no debe ver.

— Claro que jugaremos contigo princesa — dijo Hyunjin.

Eunchae comenzó a saltar de felicidad mientras colocaba sus juguetes en la mesa de forma organizada, se detuvo un momento y me miró con detenimiento.

— ¿Te duele? — pregunto antes de tocar mi cuello, me sonrojé al darme cuenta de que hablaba — A mí me suelen picar muchos los mosquitos también, mi abuela dice que es porque tengo la sangre dulce, pero no te preocupes si te aplicas bastante repelente te dejarán de picarte — trato de animarme la pequeña.

Hyunjin no pudo evitar reírse ante las palabras de la pequeña, lo miré mal.

— Ese mosquito está encantado con Félix — exclamó Hyunjin con burla.

Tenía mucha flojera de manejar hacia los dormitorios así que decidí quedarme hoy también a dormir con Hyunjin, después de todo me encanta pasar un rato con Eunchae y mi novio.

Me coloqué el pijama de Hyunjin el cual me quedaba un poco grande. Hyunjin estaba resolviendo unas cosas en su oficina así que decidí ir en busca de Eunchae para ver alguna película, pero para mi sorpresa no estaba en su habitación, ni en la sala, ni en la cocina, estaba en el jardín mirando el cielo, me senté a su lado preocupado de verla tan pensativa.

— ¿Estás bien cariño? — pregunté.

Ella suspiró y subió sus hombros.

— Extraño a mamá, sé que hizo cosas malas al igual que papá, pero la extraño — admitió mientras rodeaba su cuerpo con sus propios brazos.

Quería abrazarla, pero sé que eso solo lo provocaría que tuviera un ataque de pánico y eso lo que menos quiero.

— Cariño no sientas mal por extrañarla, que ella cometiera errores no significa que tengas que odiarla — le expliqué.

Aunque yo realmente si detesto a esa mujer porque posicionó a su esposo violador primero que su hija que solo estaba siendo lastimada por alguien que se suponía que tenía que protegerla.

— ¿Cómo es tu mamá? — me preguntó la pequeña.

Esta vez fui yo el que suspiré, realmente yo tampoco tengo una relación buena con mi madre.

— Es muy bella, talentosa e inteligente, pero no me llevo muy bien con ella, es complicada nuestra relación — expuse brevemente.

No tengo claro en qué momento exacto mi madre cambio conmigo, pero puedo decir que nunca he sido su prioridad.

— ¿Por qué no te llevas bien con tu mamá? — pregunto.

Mire mis manos y limpie el sudor de mis manos en mi pantalón. Iba a responder a la pregunta de Eunchae, pero Hyunjin nos interrumpió.

— Princesa deberías ir a dormir ya es muy tarde y el frío te hace daño — dijo Hyunjin con preocupación.

La pequeña asintió y abrazo aquel hombre antes de salir corriendo a su cuarto.

— ¿Todo bien en el trabajo? — pregunté mientras me sentaba en una de las sillas que había en el jardín.

Hyunjin se sentó en la silla que estaba a mi lado.

— Pequeñas discusiones por errores de otros, pero está todo bien ¿Y tú? — pregunto mirándome con curiosidad.

Me levanté de la silla y me senté en su regazo, él me abrazo de inmediato con ternura.

— Así mucho mejor — expuse con tranquilidad abrazando su pecho.

Hablar de mi madre siempre me ponía melancólico y sé que él lo noto.

— Sabes que puedes hablar conmigo y decirme lo que quieras — me recordó.

Asentí mientras metía mis manos en su camisa para buscar calor.

— A veces me gustaría que mi madre me apoyará, pero nunca consigo su aprobación... ella nunca me juzgo por mi orientación, pero tampoco la acepto en su totalidad, en el fondo sé que se decepcionó porque su primer hijo le destrozó su sueño de tener nietos — las palabras y sentimientos salían de mí tratando de encontrar apoyo — Se ponía celosa de la atención que mi padre me daba, odiaba que mi padre me diera todo lo que quisiera, no estuvo el día de mi graduación del instituto porque para ella era más importante llevar a mis hermanos a un campamento, no sabes lo horrible que se sintió eso, ella sabía lo que yo sentía por Chan y aun así se alegró cuando esté comenzó a salir con Yeji sabiendo que estaba había traicionado mi confianza, ella fue la que les organizo la boda y trato de amenazarme para que fuera y ahora simplemente me culpa porque ese día las cosas no terminaron bien, le he escrito y la he llamado y no contesta, trato de hacerme el fuerte, pero duele — mis ojos se comenzaban a cristalizar.

Odiaba sentirme así, vacío como si algo me faltará, como si ella me faltará.

— Desde pequeños buscamos la aprobación de nuestros padres, es normal hacer eso, pero no es sano que te sientas mal por no llenar los estándares de esa mujer porque eres su hijo no un muñeco que ella puede manejar a su antojo — expresó.

Las lágrimas comenzaron a correr de mis ojos sin poder evitarlo, se sentía bien sacar estos sentimientos, pero está seria la última vez que lloraría por ella. Es mi madre y eso nunca va a cambiar, pero me cansé de intentar buscar su cariño y su amor.

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