88 - Me gusta más tener el control

Seungmin

Llegué a la casa y me cambié de ropa tan rápido como pude aunque a quien engaño me demore bastante tratando de elegir algo bonito, todo está perfectamente, la sala está organizada de tal forma que es imposible ignorar que alguien está cumpliendo año, compré varios regalos que me da miedo que no le gusten. En el jardín Sorn y los demás trabajadores organizaron una carpa de tela de seda que adornaba en círculo el interior de una cena romántica al aire libre, había cojines y sábanas para acostarnos a ver las estrellas o tomar vino un rato.

— No puedo aguantar más está ansiedad — dije al ver una pequeña caja de chocolate que parecía no ser parte de la decoración.

Seguro a Sorn se le olvidó colocarla en el jardín, la abrí y me pareció super rara la decoración decía cosas en un idioma que no identificaba, al final me importo muy poco eso la estética comencé a comer uno y luego otro tratando de no pensar en posible dolor que me dará más tarde porque no tolero muy bien los dulces.

No sé cómo lo hice, pero cuando me di cuenta ya me había comido una caja completa de chocolate, le escribí a Sorn preguntándole por Changbin, ya que ella tenía la ubicación actual de mi auto. Me dejó en visto por un par de minutos antes de llamarme.

— En unos minutos llega se detuvo en una tienda cerca de la casa... por cierto ¿Por alla no deje una caja de chocolate? — pregunto la chica en el otro lado de la línea telefónica.

Mire la caja vacía y disfrute de lo que quedaba en mis dedos.

— Me los comí, mañana te compro otro o te paso el dinero por... — Sorn me interrumpió.

— ¿Te los comiste todos? — pregunto ella exaltada a lo que yo respondí con un sí — Seung... los chocolates tenía droga — confesó la chica con la voz temblorosa.

Con todas las pastillas que tomo, no creo que un poco de marihuana afecte.

— Te estafaron porque yo no me siento en un viaje astral, así que tranquila — dije sin mucha importancia.

Bote la caja en la que venía los chocolates y lave mis manos.

— No es para un viaje astral... era para divertirme con mi novio, tiene afrodisíacos y cosas así — dijo está en tono bajo.

¿Si me meto el dedo vomitaré estos y se solucionará todo? Mierda Seungmin las cosas no funcionan así.

— Sorn ¿Justo hoy? ¿Ahora que hago? No puedo estar en plan calenturiento el día del cumpleaños de Changbin — exclamé desesperado caminando de un lado para otro.

¿Por qué siempre tiene que pasar algo? Cruzó dedo para que esas cosas no funcionen, no quiero que Changbin se enoje y piense mal de mí, no quiero que crea que solo pienso en el sexo, osea si pienso en el sexo y digo imposible no pensarlo cuando duermo con un hombre como él.

Colgué la llamada cuando escuché que la puerta se abría, Dios si estás ahí aleja el espiritu arrechista.

— Sorpresa — grité mientras trataba de disimular y prendía con el encendedor las velas — Feliz cumpleaños, pide un deseo — dije cuando el pudin estuvo cerca de él.

Este sopló las velas y me quitó el pudin de la mano para mirarlo con más atención.

— Esto es muy lindo, con razón hoy me dijiste que fuera a todos esos lugares... ¿Cómo lo supiste? — dijo este mientras se acercaba a mí con sonrisa perfecta.

No te voy a decir que estuve de chismoso buscando tus fotos con traje militar.

— Soy un adivino — dije con burla antes de acercarme a él y darle un pequeño beso — Pero hay más sorpresas, ven conmigo — dije arrastrándole al jardín.

Este miro todo por varios minutos antes de correr a mí y abrazarme por la cintura y besarme tiernamente.

Juro que quiero prestar atención a sus anécdotas infantiles de sus cumpleaños del pasado, pero siento cosquilleos en mi cuerpo que me hace sentirme torturado, siento que hace demasiada calor y que todo lo que Changbin hace sé ve cómo una escena provocadora.

Trate de ocultar mi erección con uno de los cojines, pero ya sentía que no podía más, me siento ahogado.

— ¿Estás bien? Te ves muy rojo — pregunto este preocupado mientras se acercaba a mí para comprobar mi temperatura.

Me alejé de inmediato tratando que no notará lo que estaba pasando conmigo.

— Súper bien, ve comiendo yo voy al baño un momento — dije tratando de caminar con mi pequeño problema en las piernas.

Sorn es tu culpa por querer andar de calenturiento con tu novio, no debiste dejar esa caja de chocolate en mi casa ahora ¿Qué hago? Entre al baño y traté de echarme agua en todos lados para calmar mi calentura.

Vamos Seungmin piensa en una abuelita arrugada... ¡mierda! No puedo, en mi cabeza solo está un sexy ex militar que me ha hecho perder la cabeza desde que lo conocí. Lo quiero a él tocándome, ayudándome con todo este calor que desprende mi cuerpo.

— Seungmin — entro Changbin al baño sin pedir permiso mirándome de arriba abajo sorprendido.

En esto momentos odio llevar pantalones tan ajustados y una camisa pegada al cuerpo.

— No es lo que parece lo prometo, comí por accidente unos chocolates afrodisíacos y esto pasó, deja y salgo a la calle un rato a caminar y sé que se me pasará y regresaré comeremos la deliciosa comida... — Changbin me interrumpió.

— ¿Crees que voy a dejar salir a mi novio así? No dejaría que nadie viera como tus mejillas se sonrojan y tus movimientos tratan de ocultar lo que está pasando, ven aquí — me pidió.

Joder que bien se escucha la palabra novio de su boca, sentí mi cuerpo temblar cuando me acerqué a él y este bajo sus manos a mi miembro.

— Ahh duele — gemí.

Él levantó mi rostro para que pudiera ver su rostro.

— Vamos a aliviar ese dolor — susurro antes de levantar mi cuerpo para qué enredará mis piernas alrededor de su cadera.

No lo dude ni un segundo pegue sus labios con los míos dejando que lengua descubriera lugares que parecía arder más que mi interior, estaba tan concentrado en su toque y sus besos que no me di cuenta de que volvimos al jardín.

— ¿Lo haremos aquí? — pregunté con diversión cuando esté me acostó con delicadeza sobre las mantas y cojines.

Este se quitó la camisa y agarró mi mano para guiarla a un bulto en sus pantalones.

— Hay que disfrutar la decoración, pero créeme que esto no se va a calmar solo con una vez así que si quieres lo hacemos por toda la casa — dijo con malicia.

Quiero esto lo quiero mucho, desabroché mis pantalones y los bajé junto con mis pantalones para quedar solo con mi camisa.

Nuestros labios se volvieron a unir, pero esta vez de una forma más intensa, mordí su labio tan fuerte que sentí el sabor de la sangre viajar por mi paladar, comenzó acariciar mis piernas y apretar mientras dejaba un camino de besos desde mi cuello hasta mi abdomen, este último lugar lo beso con más lujuria logrando torturar mi erección.

Comenzó a jugar con mi masculinidad de forma sutil a principio robándome un par de jadeos, pero luego coloco la palma de su mano en mi glande y le comenzó a dar pequeños masajes de forma circular que me hicieron estremecerme de placer, fue
imposible contener los sonidos que salen de mi boca.

— Vamos cariño, quiero escucharte — susurro en mi oído aumentando la presión y velocidad que ejercía en mi miembro.

Me retorcía, el cosquilleo en mi interior es inexplicable, cada toque o movimiento lo siento tan detalladamente que siento que me voy a volver loco.

Los sonidos solían de por sí solo, comenzó a masajear mis testículos para luego acercar su rostro y quitar su mano para comenzar a introducir mi pene en su boca, eso fue el punto que derramó el vaso, no podía detener mi voz o mis movimientos sentía que todo daba vuelta y que su lengua parecía inyectar una dosis de placer que jamás pensé sentir.

— Más... ¡Ah! — gemí cuando introdujo más profundo mi pene en su boca.

No me contuve por mucho tiempo me corrí en su boca y para mi sorpresa Changbin lo trago todo.

— Todo de ti es una delicia — me halago antes de besarme.

Podía sentir sabor de mi esencia y eso me hizo sentir más excitado y mareado. Quiero más y no me voy a conformar con esto, cambie la posición de nuestros cuerpos, estaba encima de él y no dude en liberar de inmediato aquel paquete que estaba como una roca esperando a ser domada.

— No sé si es la droga... pero esto que tiene entre las piernas es sobrehumano — susurré acariciado la longitud que estaba deseado probar.

Lamí con inocencia la base de esta tratando de que mi saliva facilitará mis movimientos y posible penetración en unos minutos, nuestros ojos se encontraron y por primera vez en mi vida sentí que alguien me deseaba solo a mí por la manera en la que apretaba sus puños tratando de controlar sus impulsos y lo duro de su erección evidenciaba que yo era lo que realmente lo calentaba.

Trate de atrapar lo que más pude en mi boca, pero mi mandíbula dolía así que me ayude con mis manos, sonriendo al ver que este jadeaba de placer... quería seguir hasta que se corriera para probarlo como él me probó, pero sentía mi cuerpo arder y mi parte baja dilatarse por las sustancias que corrían por mi organismo.

— Tu boca... es muy caliente — confeso con tono ronco que demostraba estar disfrutando esto.

Me alejé de su miembro y me senté en su regazo rozando con descaro mi trasero con su miembro.

— Hay algo mucho más caliente — susurré con malicia mientras me movía sobre su miembro.

Este me agarró con fuerza de la cintura controlando los movimientos que ahora eran más rápidos.

— Haces que pierda el control — admitió.

Sin dejar de moverme al compás de lo que sus manos deseaban, me acerqué a su rostro gimiendo sin descaro en su oído, esto lo volvió loco porque apretó con fuerza mis nalgas haciéndome gritar del dolor y el placer.

— Hay que buscar algo para prepararte — dijo frustrado.

Yo negué de inmediato, me gusta así, rudo, me gusta el dolor y el placer cuando se trata de sexo.

— Quiero que seas rudo conmigo, no te contengas — le pedí casi en súplica.

Este cambio de forma ágil nuestras posiciones, coloco mis piernas en sus hombros mientras acariciaba con delicadeza mi pecho y mis caderas hasta llegar a mi trasero el cual apretó de formar traviesa.

— ¿Estás seguro de esto? Digo estás drogado y no quiero hacer nada que no quieras — pregunto este con preocupación.

Lo jalé del cuello y lo acerqué a mí.

— Te quiero a ti solo a ti dentro de mí — supliqué antes de pegar sus labios con los míos.

Este separó con una de sus manos mi interior y con la otra comenzó a introducir su miembro, el dolor era impresionante su masculinidad es muy grande y el hecho de no haber estado con nadie durante mucho tiempo también aumenta la estreches de mi interior, pero algo dentro de mí se despertó cuando todo entro dentro de mí.

Mi lado masoquista quería más dolor aunque mis lágrimas salían de mis ojos haciendo preocupar a Changbin.

— ¿Estás bien? Si quieres me puedo... — lo interrumpí.

Me mordí el labio moví mis caderas deseando sus embestidas.

— Quiero más — ordené.

Este saco su miembro de mi interior y me dio un rápido beso antes de volver a entrar a mí.

— Me detendré si lo pides — dijo con cariño mientras besaba mi cuello y mejillas.

Sus movimientos eran lentos, pero profundos, mi interior ardía, pero él estaba tocado un punto en mí que me hacía gemir.

— Muévete más rápido — pedí.

Este me obedeció y se comenzó a mover rápido y profundo en mí, los dos estábamos sudando aun cuando la noche es fría, nuestros cuerpos producían sonidos vulgares al igual que nuestra boca, pero eso no nos importaba, estábamos disfrutando cada
centímetro de nuestro ser.

Cambie de posición y comencé a subir a bajar con agilidad logrando que él enloqueciera ante mi experiencia.

— Me gusta más tener el control — susurré en su oído mientras movía de forma circular mis caderas.

Este me pegó una nalgada haciéndome gemir.

— Me estás volviéndome loco — admitió mientras apretaba mi parte baja.

Comencé a bajar y subir con más rapidez cuando sentí que mi interior apretaba más su miembro, él tocaba mi punto sensible haciéndome temblar. Perdí el control y sentí que mi cuerpo se estremeció antes de dejar mis semillas en el pecho y rostro de mi novio, este hizo lo mismo, se corrió en mi interior.

— Eso fue... — terminé la frase por él mientras lamía un poco de mi semen que había quedado en su mejilla.

— Esto es apenas el comienzo — dije yo mientras me levantaba.

Me quité la camisa, quedándome completamente desnudo y haciéndole señas para que me siguiera a disfrutar en otro rincón de la casa.

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