44 - La ropa no tiene genero

A veces creamos novelas románticas en nuestras cabezas y creemos que son real, pero estamos muy equivocados.

Sentí algo muy especial cuando Hyunjin me besó y pensé que él lo había sentido también, pero adivinen, luego de eso solo actuó distante y me regresamos a la casa como si nada
hubiese pasado.

¿Acaso yo soy el único que se inventa historias en mi cabeza? Yo si creo, siempre me pasa lo mismo ¿Por qué no aprendo? Por qué soy pendejo.

— ¿Te puedo disfraz de muñeca? — pregunto Eunchae de repente.

Estaba tan concentrado en la pelea que tenía en mi cabeza que asentí.

— Ya dijiste que sí, colócate esto y esto — me pasó Eunchae ropa extrañamente de mi talla.

Esta niña tiene todo calculado, mire a todos lados con miedo, Hyunjin debe estar en su oficina trabajando y Giselle en la cocina seguro que ni se darán cuenta, me coloco esto y luego me lo quito y nadie se entera. Un plan perfecto.

— Vístete en mi baño mientras yo busco unos ganchos para tu cabello — dijo Eunchae con emoción.

Obedecí a la niña sin quejas, una niña de 11 años me domina y yo me dejo.

Entre al baño y me quité mi ropa para colocarme una falda de cuadros morada con una camisa blanca que tenía dibujado una corona en ella ¿Dónde consiguió Eunchae la ropa?
Estaba sorprendido al ver mi reflejo.

Me veía bien, supongo que ser un poco corpulento ayuda a resaltar con curvas con esta ropa y mis piernas no se ven nada mal.

— Eunchae ya... — no pude terminar mis palabras porque me di cuenta de que la pequeña no estaba sola en la habitación.

¿Qué hacía Hyunjin aquí? Sentía que mi cara está ardiendo, seguro se burlara de mí y soltará sus comentarios homofóbicos.

— Lo sabía, eres como una princesa solo usas la ropa equivocada — dijo la niña con emoción— Principe ¿Verdad que se ve bien? Hasta parece una modelo de revista — me halago la niña.

Trágame tierra y escupe en una historia con vampiros sexis que se vuelven homosexuales.

— Eunchae es un chico no debería vestirse así — exclamó Hyunjin.

¿Espera que? No delante de mí no lo vas a hacer no voy a permitir que siembres en Eunchae esos prejuicios.

— ¿Quién dice eso tú? La ropa no tiene género, Eunchae no le preste atención a él solo está celoso porque me queda bien la ropa — dije.

La niña se colocó a mi lado y comenzó a mover su cabeza en forma de negación.

— No le metas ideas equivocadas a la niña, que tú seas un anormal no quiere decir que todos lo tengamos que ser — exclamó con enojo.

Respira Félix, no te dejes llevar por tu rabia.

— No le digas así a Félix — me defendió Eunchae, estábamos tan sorprendidos por la actitud de la niña — No lo trates así, está mal hacer sentir mal a las otras personas — dijo la niña enojada.

Al menos la niña es más inteligente que ese tipo.

— Pero Eunchae... — lo interrumpí.

— La niña tiene la razón, esta ropa no me vuelve nada, es simplemente ropa tu eres el que le da un valor por los prejuicios de tu mente, pero hoy Eunchae y yo te vamos a enseñar algo, no me quitaré la ropa hasta que te disculpes — dije decidido.

Tengo que enseñarle a este tipo que no importa que usemos, somos seres humanos y merecemos respeto aunque él no esté de acuerdo.

— Príncipe malo, vamos Félix — dijo la niña.

Creo que eso le debió doler porque esa niña es su adoración, pero hoy ella le va a enseñar algo que él debería saber.

Respeto.

— Eunchae, cariño háblame no soporto que me ignores — dijo Hyunjin casi en súplica.

Era posible ver aquel hombre de rodillas por una niña de 11 años.

— Dile a Félix lo lindo que se ve así vestido y pídele perdón — ordeno la niña.

El hombre resignado se acercó a mí, yo estaba sentado peinando a las muñecas de Eunchae, lo miraba con burla porque este parecía que estuviera luchando con su orgullo.

— Te queda bien la falda... perdón por tratarte mal — parecía que le dolía decirme eso.

Eunchae negó y se levantó de su cama para coger unas llaves.

— No estás siendo sincero, te quedarás encerrado aquí hasta que te disculpes con sinceridad— dijo la niña decidida antes de dejarnos encerrados.

Esta niña sí que tiene carácter, le está enseñando más valores que los padres de este tipo.

— Adoro esa niña, deberías ser más como ella, tiene 11 años, pero no está llena de prejuicios mientras tú no te cansas de ser homofóbico y grosero con todos— señale con fastidio.

Me encantas, pero no puedo tapar el sol con dedo, tienes que cambiar eso antes de que te conviertas en tus padres.

— ¿Por qué soy yo él que está mal? — pregunto casi en un tono inocente.

Una parte de mí no quiere culparlo, vivir en ambiente conservador y prejuicio te hace creer que eso es lo correcto, pero él también está lo suficiente grande para asimilar que eso está mal.

— Mira esto no se trata de ti o de mí, muchas personas sufren por pensamientos como los tuyos, las mujeres son sexualizadas por su ropa hasta el punto de ser acosadas todos los días por alguien en la calle mientras otras personas nacen en el cuerpo equivocado lo cual es una idea difícil de asimilar porque son cambios no solo físicos ¿Te parece justo que venga alguien a decir que ellos están mal por vestirse así? Esto es simple ropa y yo soy un ser humano al igual que todas las personas, esta ropa no es para mujer ni para hombre es para el que se le dé la gana de colocársela ¿Es tan difícil entenderlo? — cuestione.

No es justo todos tenemos derecho a ser quien deseamos y me frustra ver qué ahora mismo debe haber alguien en el mundo buscando aceptación porque todos lo juzgan como desviado o anormal.

— Toda mi vida me enseñaron que eso era lo malo, que las mujeres tenían que vestirse de cierta forma y los hombres de otra, me cuesta entenderte por qué vienes a mi vida y me dices que todo lo que creía correcto está mal — se defendió.

Sé que difícil dejar esas ideas conservadoras, pero si sigues ahí solo vas a herir a los demás.

— No te digo que dejes de ser tú ni mucho menos que tengas que amar todo esto, pero al menos puedes respetar y tratar a las personas como se lo merecen, no somos desviados o anormales somos seres humanos y estamos cansados de ser marginados por gente como tú — dije.

— Lo siento, de verdad lo siento por tratarte de esa manera — su disculpa se escuchaban sinceras — Esto es difícil para mí, pero acepto que me equivoqué al tratarte así — acepto.

En ese momento la puerta se volvió abrir dejando ver a una Eunchae feliz que no dudo en abrazar a Hyunjin.

— Príncipe bueno — susurró la niña feliz — Le diré a Giselle que te prepare una comida
deliciosa — dijo la niña antes de salir corriendo.

Esta niña ha llegado para hacer lo que tanto quería yo, romper las barreras que construyeron los padres de Hyunjin.

— Iré con ella — dije mientras me levantaba de la cama.

Pero antes de salir del cuarto de Eunchae, Hyunjin me detuvo para decirme algo.

— Tu trasero se ve bonito con esa falda — se burló.

Le tiré una de las muñecas de Eunchae, es un imbécil por su culpa ahora siento que mi cara está a punto de estallar de la vergüenza.

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