Hyunjin
Su fiebre seguía alta así que decidí colocarle una de mis pijamas y darle su medicamento como indicó Seonghwa, ya esto me estaba preocupando así que me levanté de la cama dispuesto a ir por mi celular para llamar al bastardo que tiene el título de doctor.
— Por favor... no me dejes solo — suplicó en susurro.
Volví a la cama, la fiebre lo hace decir cosas que nunca diría en sano juicio. Su rostro sonrojado lo hace ver angelical y eso me fastidia.
Colocó sus brazos por encima de mi cadera ¿Por qué tienes miedo de quedarte solo? Toqué su frente comprobando que su piel aún estaba muy caliente.
La última vez que cuidé a alguien nada termino bien, aunque traté de olvidarla es difícil sacar de mi mente a Yuna, esa chica realmente fue mi debilidad, aunque era rebelde y mandona logró conquistar cada parte de mi corazón.
— Te pareces a ella, con tu actitud valiente y la forma en la que defiendes tus gustos, si la hubieses conocido sin duda le hubieses agradado — murmuré sin quitar los ojos del chico que estaba abrazándome.
La primera vez que ví Félix sentí por un momento que la veía a ella, no es por el físico porque en ese aspecto Yuna era como un arcoiris, muchos colores que te sorprende ante una simple mirada, mientras que Félix se esconde en una apariencia solitaria que choca con su personalidad.
A diferencia de mis otros estudiantes, aquel chico preguntaba y estaba interesado en aprender aunque se quejara mucho por mi forma de enseñar trataba de seguir mi clase.
Quién diría que tú esfuerzo daría frutos fuiste el único de tus compañeros que logró aprobar el examen final, nunca te he visto con un bruto aunque te he tratado de esa forma, eres muy inteligente, valiente y ante las injusticias te levantas. Eres un buen estudiante aunque ahora dudes de ello.
— Quiero ir a la playa — murmuró dormido.
Tal vez... si eres como dice Seonghwa, indefenso sin embargo quiero comprobarlo yo mismo.
Una mano en mi hombro me hizo abrir los ojos ¿En qué momento me quedé dormido? Nunca había dormido tan bien, Félix aún seguía abrazándome con fuerza lo cual no me molestaba.
— Señor Hwang su prometida está en la línea dice que ha intentado comunicarse con usted todo el día — me explicó Giselle mientras me pasaba el teléfono.
Tomé este y le indiqué a aquella mujer que se podía retirar, esta al parecer me miraba confundida, entendí porqué al ver que sin darme cuenta yo estaba abrazando la cintura del chico que dormía en mi pecho.
— ¿Está todo bien Momo? — pregunté de inmediato.
Desde que pasó todo el drama no había podido llamarla por miedo a que la mentira no fuera creíble.
— Relativamente, mis padres están muy enojados con los tuyos por la humillación pero al mismo tiempo quieren que vuelva contigo porque dicen que esto es solo una fase tuya, tenemos que hacer esto más creíble — explicó esta.
Su voz era casi un susurro, supongo que para evitar que sus padres sepan lo que está pasando.
— Intentaré hacer mejor las cosas — dije.
Por ella haría esto y más porque Momo estuvo para mí cuando Yuna se fue, ella no me reprochó ni me hizo preguntas solo estuvo ahí como mi amiga apoyandome como siempre lo ha hecho por eso ahora no me importa quedar como gay para apoyar sus sueños.
— Te quiero demasiado nunca lo olvides — susurró.
Sonreí, Momo para mí es como una hermana y nunca dejaría que alguien le impidiera hacer lo que le gusta. No permitiré que sus padres sigan menospreciandola y tratandola como si de un objeto se tratara.
— Yo más, estoy aquí para ti y créeme que nuestro plan va funcionar — dije antes colgar.
Tenía que dejar mis prejuicios e ideales, es hora que ayude a Momo como ella me ayudó en el pasado.
Seonghwa
Aquí estoy, ahogando mis preocupaciones en un bar en vez de ir a ver cómo sigue Félix ¿Por qué sigo confiando en ese imbécil? Creo que después de todo sigo creyendo que es una buena persona, espero no equivocarme.
— Hace tiempo no te veía por aquí ¿Todo bien? — preguntó aquel chico de cabello negro y
ojos azules.
Quién diría que nosotros nos volveríamos a encontrar, conseguir un trabajo en esta ciudad fue algo inesperado porque realmente no quería volver aquí, este lugar solo me trae amargos recuerdos pero no todo es malo, la paga en el hospital es más que buena y el reconocimiento que he ganado por mi trabajo me hace sentir orgulloso porque mi apellido no influyó.
— Genial, no tengo que estar mal para venir a tu maravilloso bar — exclamé.
Estaba de mal genio porque Félix se involucró con ese tipo, ganas no me faltan de decirle quién es realmente Hyunjin, ese tipo que tiene muchos diplomas y aparenta ser muy intelectual al final de cuentas es un imbécil.
— Espero que el halago a mi bar no sea mentira, ya suelta la sopa ¿Ahora quién fue? — preguntó el chico que se sentó a mi lado.
Quién diría que este bar lograría en tres años la popularidad que todo emprendedor desea, supongo que todo se debe al dueño, aquel chico con carácter, agradable y sobre todo atractivo lograba mantener a la gente contenta. Aunque esto es solo un hobbi comparado a lo que hace sobre un escenario es un exelente actor, ha logrado pequeñas apariciones en televisión pero sin dudas todas son de aplaudir.
— Hwang Hyunjin — respondí.
Ese tipo había logrado ganarse mi odio con lo que le hizo Yuna, esa chica no era la persona más buena del mundo pero tampoco se merecía ese trato, él sin dudarlo es igual que sus padres un manipulador.
— Problema muy grande, un tipo atractivo, inteligente y sobre todo adinerado, lástima que sea un homofobico — exclamó.
Y realmente es más cosas negativas.
— ¿Te gustan los tipos como él? — cuestioné.
A lo que él chico de ojos azules negó de inmediato.
— No lo niego tengo debilidad por los heteros y lo sabes, cuando conocí a Minho él era el típico chico que es el deseo imposible para muchas y fue genial ver cómo lograba sacar sus verdadero gustos pero en definitiva nunca me metería con alguien homofóbico, ese tipo de drama solo lo quiero vivir en un teatro — me aclaró.
Cómo olvidar la razón por la que conozco a Seungmin, aunque físicamente no se parece a
Jisung, comparten al mismo padre y al mismo amor la única diferencia es que Seungmin fue el perdedor.
Seungmin, aquel chico famoso por casi matar a su propio padre tratando de defender a su hermano quién diría que aquel suceso lo ayudaría a ser conocido en esta ciudad.
— Eso dices ahora pero quién sabe después, algún día te enamorarás de nuevo — dije.
Seungmin se acercó a mí y puso su mano en mi muslo, miré sus ojos y supe fácilmente lo que quería. Nadie me creería si dijera que este chico disfruta estar debajo mío.
7/20
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