5) Volviendo al origen
15/9/2007(En algún lugar del sur)
Mi vida, tal cual era, estaba cambiando, y la verdad qué agradecí poder descansar, o cuando mi terapeuta habló con mi jefe, puesto a que él no aceptaría si yo le decía personalmente, "Volveré a mi antiguo pueblo durante una temporada", la verdad, no era un tipo demasiado sociable, al menos con sus empleados, pero, ya ese ambiente me estaba resultando demasiado insoportable, y ya hace tiempo no salía de aquél ambiente a descansar. Las pesadillas siguieron la siguiente semana, pero con menor frecuencia, hasta el día en el que debía regresar a mi pueblo de origen, y a mi casa, qué estaba a 20 minutos del pueblo.
En aquél momento comencé a empacar mis cosas, e ir a aquél lugar, un lugar qué añoraba mucho, sabía qué no iba a ser tal cual a cuando era niño, pero, tenía la esperanza de ser más feliz allá qué ahora donde vivo. El viaje fue algo largo, duró horas enteras, donde tuve qué parar en el camino a comer algo y proseguí. También en aquél lugar empecé a presenciar vacas por los lados, además de lagos, árboles aislados, etc. Estaba escuchando música debido a lo largo qué era el camino, mientras observaba el hermoso paisaje qué poco a poco empezaba a surgir.
Horas más tarde empiezo a vislumbrar un hermoso pueblo a lo lejos del camino, se ve qué estaba llegando al lugar, un lugar con bellos paisajes, casas con grandes jardines, y en el centro del pueblo se encontraba la "Avenida Celeste", llamada así por la vista al cielo qué tenía, sin ningún tipo de contaminación ambiental, qué impida una agradable vista. Los vehículos solían estar en el centro, había carros, además de las bicicletas, o los caballos. Yo en cambio, era de los que habían llevado el coche, y lo había dejado en la cochera de mi pequeña residencia en aquél lugar.
"Este lugar probablemente me ayude a recuperarme" -Pensé.
Mi casa estaba a una distancia considerable del pueblo, aunque, caminando en unos 30 minutos parecía suficiente para llegar. En ese momento, tuve una perspectiva de mi casa, qué era de madera, pero no era cómo una cabaña hecha con troncos, si no qué estaba hecha con tablas barnizadas de madera, las paredes eran lisas y lustrosas, aunque haya sido de madera, se veía bastante lujosa, siendo pequeña y todo. Por dentro la casa era bastante bonita, bien cuidada, la luz del sol iluminaba totalmente el lugar, volviéndose reconfortante para la mirada de cualquier persona. En el pasillo había una escalera qué conducía a los cuartos, y aunque había algunos papeles tirados, tanto el suelo cómo las paredes estaban con lustre, qué reflejaba mi rostro en ellas.
Estaba algo cansado, así que decidí empezar a desempacar mis cosas, y ordenarlas. Estaba sacando caja por caja del vehículo, y colocándolas en el pasillo para comenzar a colocar los objetos.
Estuve horas desempacando mis cosas, era un arduo trabajo donde me estaba sintiendo muy agotado, así que decidí ir al pueblo para descansar un rato, eran las 17:30, así que me convenía entrar a un restaurante, bar o lo que fuese, a descansar un rato. En ese momento, salí de lo que era mi residencia actual, y decidí ir caminando hacia el pueblo, para de paso, ver el paisaje qué había en el camino.
El camino hacia el pueblo era un poco largo, si se recorría a pie, pero, prefería ver el paisaje mientras caminaba, aunque mayormente era sólo césped y vacas, había mucha tranquilidad en el camino. Al llegar al pueblo, comenzó a verse más gente, y empecé a sentir algo de entusiasmo, pues, era gente nueva, pero, me preguntaba, ¿Dónde estaba la gente con la qué compartí momentos cuando era niño?, cuando era niño vivía en un lugar del pueblo, no tan lejos cómo mi tía vivía, y por el pueblo tenía muchos vecinos, entre ellos Jorgito, aquél que era mi mejor amigo. Pero un tiempo después Jorgito se tuvo que ir a otro lugar, qué quedaba lejos, lo que había generado un vacío en mí.
Había un Resto-bar cerca del centro del pueblo, era pequeño, pero dentro tenía mucho, televisor, máquinas de videojuegos, etc. También había mucha gente, cigarros, botellas en las mesas, pero, había algunas sillas disponibles de igual forma, por lo que ocupé una junto a un borracho dormido qué había ahí, tenía el cabello grisáceo, barba un día, y aunque no tenía sobrepeso, tenía algo de panza. Yo estaba esperando a la camarera de aquél lugar, mientras soportaba el olor etílico qué salía del aliento del borracho a mi lado mientras este roncaba. En ese momento sale la camarera.
Será mejor qué lo ignores, despierto te puede llegar a hacer líos tremendos- Dijo- es un tipo qué viene a beber todos los días, y es algo gruñón cuando se pasa de copas - agregó. La camarera me sonreía, su mirada era bastante hipnótica, tenía ojos grandes, pelo color oscuro, e iba con una camisa a cuadros, qué al parecer, era el uniforme del lugar.
- Está bien - Respondí-
-No pasa nada- Dijo ella con mirada de entusiasmo, al parecer debía tenerla siempre, aunque parezca qué sus clientes suelan jugarle muchas, en especial al hombre qué estaba ebrio a mi lado.
-¿Qué deseas?-
-Deseo un exprimido con un especial-
-Está bien- Y empieza a anotar la orden, para pronto ir a prepararlo.
El hombre borracho de mi lado había dejado de roncar, aunque, mirándolo detalladamente no parecía haber muerto. En la televisión pasaban noticias sobre la economía, la inflación, el dólar, etc. Tranquilamente mi importaba un pepino seguir viéndolo, pues, siempre iban a pasar malas noticias, no esperanzaba a más.
En ese entonces la camarera llegó con mi pedido, y yo empecé a consumir.
En ese momento me doy la vuelta, había un grupo de chicos jugando a las máquinas de videojuegos, a un tal "Metal...", combatiendo contra un avión gigante, también había una pareja besándose de forma muy apasionada del otro lado. Y yo intentando acabar con el pedido. Por fuera las calles se veían tranquilas, y dentro bastante gente, haciendo ruidos de cubiertos, etc. Cuando terminé mi pedido, me percaté de que los niños no podían superar el videojuego, siempre perdían en la misma parte, pero lograban poner otra ficha antes de que su oportunidad acabase, y esta vez, no fue así. Ahí entré yo, poniendo mi moneda e iniciando en el punto donde ellos perdieron, combatiendo contra el avión.
-¿Ese hombre sabe jugar?-Preguntó uno a sus compañeros, y ellos empezaron a hacer comentarios de sorpresa.
-Ese hombre juega bien.
-¡Seguramente él jugaba de niño!- exclamó otro, y la verdad, era qué si, nací en los 80, había jugado a la NES, SNES, Sega, Gameboy, etc.
Yo por mi parte, no quería dar aires de superioridad en absoluto, de hecho, sólo me había inspirado un poco en regresar a los tiempos de antaño, en mi adolescencia. En ese momento logré superar al jefe, y pasar de misión.
-¡Lo logró!- Dijo uno de los chicos, asombrado- ¡Lo hizo! -Agregó gritando-
Estaban sorprendidos por mi jugada, así que yo les dejé la siguiente parte del juego a ellos para qué puedan continuarlo.
-Gracias- Dijo uno- Me llamo Tomás.
-Encantado de conocerte- Le respondí.
-Veo qué sabes jugar ¿eh?
-Sí, en mi adolescencia solía jugar bastante.
-Veo, entonces, nos veremos algún otro día, supongo- Contestó-
-Tal vez nos encontremos otra vez –Le dije, lo saludé y decidí pagar mi cuenta, para así marcharme de aquél lugar. En la calle estaba bastante tranquilo, la gente compraba cosas en las tiendas del pueblo, pasaban de un lado al otro, con un tránsito no tan denso, continuaban con sus tareas. Frente al bar se encontraba un parque, y decidí pasear un rato por ahí, ver qué cosas había. Era un lugar bastante relajante, con una fuente en el centro, muchos bancos para sentarse y descansar un rato. En otros lados había pájaros en los árboles, un carrusel abandonado en una esquina, un puesto de comida en uno de los caminos, unas rampas en otra esquina; era un lugar grande. Caminé por todos lados y terminé regresándo, algo aburrido ya de tanto observar.
El barrio donde crecí, estaba algo diferente, se notaba un poco más colorido a lo que era antes, la casa donde vivía antes, seguía ahí, y ahora vivían otras personas, no se quienes sean, pero, no me importa mucho, la verdad. El colegio donde estudié se encontraba un poco lejos del centro de Nueva esperanza (La ciudad), unos 30 minutos más, pero ya estaba cansado, así que decidí volver a casa. La sensación qué sentí en ese momento es algo difícil de explicar, ya que fue una vorágine de emociones qué iban desde la ansiedad, hasta la desesperación y la relajación. Intentaba mantenerme relajado, dejarme llevar, pensar qué por haber cambiado de pueblo el problema se ha solucionado, pero, algo de mí temía lo peor.
Ya en casa decidí en entrar, sentarme y ponerme a mirar la televisión, pues durante ese lapso la pagaba yo, así que no era algo de qué preocuparme. En la televisión anunciaban tormentas para dentro de unas noches, además hablaron sobre el aumento del dólar, y todas las típicas cosas negativas qué siempre dan. Yo pasaba de mirar la televisión, a la heladera, y de la heladera a la televisión, ya que me ansiaba estar en el mismo sitio, prefería caminar por mi casa, y de paso, veía si había algo para consumir, tal vez me habré traído un par de tentempiés, galletas, o algo qué pueda comer, pero, siempre había lo mismo. Me pregunto, ¿qué pensaba al abrir la heladera? ¿Acaso qué se llenaría sola?, no sé.
Por fuera se oía el suave canto de los grillos, "Cri cri", sonaba de forma relajante. Estoy consciente de que una vez quedó un grillo atrapado cuando vivía en Villa Cruz, en mi adolescencia, y no me dejaba dormir, así que ahí me veía, con un vaso intentando atraparlo, y éste escabulléndose. Yo estaba algo cansado, y éste era muy rápido, pero al final, logré capturarlo y sacarlo. Me alegra haber podido sacarlo de ahí, sano y salvo, así como también lo hace el poder estar aquí. Me fascina el lugar, y si se preguntan por mis pesadillas, ese día dormí de forma maravillosa, al parecer, era el estrés de la vida cotidiana el que me llevaba a estar con tantas pesadillas, y probablemente, haya sido un problema, qué ya no debería de preocuparme tanto. La verdad, la sensación de estar relajado invadió mi cuerpo, y logré tener un buen sueño.
En el sueño que tuve estaba en un restaurante, y este parecía por dentro un pueblo tecnológico, había muchas escaleras, estaba hermoso. En mi sueño, estaba en ese pueblo dentro del restaurante, y debía ir caminando por una zona, guiándome hasta una avenida, para entrar a una oficina y encontrar un tesoro ahí, todo bastante extraño. En el pueblo me había encontrado a Jorgito, y este fue quien me dijo que había un tesoro en esa oficina, pero, qué había unos guardias vigilando, y qué tenga cuidado. Cuando llegaba sorteé todos los obstáculos, y terminé obteniendo el tesoro. Estaba bastante bien con mi tesoro, pero, los guardias me encontraron y comenzaron a rodearme. Yo en ese momento parecía perdido, pero, de alguna forma adquirí poderes, y los sorprendí, escapando con mi tesoro.
Realmente soñé bien esa noche, y a la mañana siguiente desperté con todas mis energías.
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