Capítulo 79
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La miseria que el mundo dejó
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NORMALMENTE DEJÓ A CONSIDERACIÓN DEL LECTOR EL ESCUCHAR CIERTA MUSICA O NO, COMO RECOMENDACIÓN ESPECIAL LES DEJO LOS SIGUIENTES SOUNDTRACKS, LA EXPERIENCIA ES MÁS INTERESANTE SI LEEN MIENTRAS ESCUCHAN.
https://youtu.be/atUW5Pwy0jw
—Todo comenzó alrededor de las once, estaba en la cabaña para empleados cuando se nos dijo que podíamos regresar a la casa... creí que era seguro volver y por ello lo hice—la voz de West seguía recorriéndole la cabeza cuando alcanzó a visualizar la calle que daba a la mansión—.
Aquel que fue su campo de guerra y al mismo tiempo su hogar, ahora estaba hecho un desastre, las ambas puertas de los portones habían sido arrancadas, habían restos de sangre, cristales, basura y podredumbre aun en el suelo, fue el primero en bajar del auto sin saber como se las había arreglado para seguir respirando, una presión hacía que su cuerpo sudará, sentía su corazón estallando y sus manos moverse nerviosas, no espero por West, la dejó en el auto mientras se hizo camino a sí mismo por el infierno que reconocía por hogar.
Habían marcas de zapatos sobre las baldosas de la entrada, la puerta de la entrada también había sido partida en dos, entró dentro y reconoció la sangre seca, sabía que era de West y su sangre hirvió.
—Había un origami, una ave en tu estudio, tenía algo escrito en el cuello, era tu letra y me llamabas, me pedías que buscará al resto...allí donde el techo no rompía el cielo—le había contado con recelo West—.
—Tom...espera—le llamó en la entrada, había llegado tanto como el dolor y la pierna herida le habían dejado, llegando hasta la puerta para ver como Tom se detenía y entraba al estudio.
"Era tu letra y me llamabas"
—No, yo no escribí nada por el estilo—se torturo a si mismo, la sangre seguía en el suelo del estudio, había papeles por todos lados y aun lado atorado en el respaldo de una silla encontró aquella ave de papel—,
—Tom, tranquilízate—intentó calmarlo West, apoyándose de todas paredes que tenía al alcance—.
—Él único lugar que me cuadraba con la descripción era...—West quiso detenerse, por Dios que ella quiso parar al notar como el estado anímico del castaño cambiaba con cada palabra—.
—El gimnasio—él mismo se dio la respuesta y la miro con una severidad que hizo que West se recorriera sobre el asiento asustada—¿Qué más paso?—.
Los asientos eran de cuero y estaban helados y aun así ella podía sentir el calor emanando a borbotones del castaño.
—Ya no quiero seguir hablando—intentó parar—.
—¡Habla!—le escupió rabioso el castaño, fuera de sí mismo, su mano izquierda atrinchero con violencia las mejillas de West, obligándola a verlo, el hombre que conducía carraspeo nervioso pero no hizo nada al respecto—.
West no supo si llamarle terror
o miseria.
—Tom—escuchó a West llamarlo aferrada a la puerta del estudio, sin embargo él la estaba viendo muerta en el suelo—.
—No...—gimoteó y se cubrío los oídos con ambas manos temblorosas, el verlo era un sentimiento similar a ver un animal apunto de morir, nervioso hasta el hueso, irreconocible—aun tenía el ave en sus manos cuando las ganas de vomitar le arribaron, cayó al suelo de rodillas con el cuerpo sudoroso; sentía como su cerebro era presionado por una fuerza invisible—
West sabía que ponerse enfrente suyo no sería nada beneficioso, pero tampoco se había visto así misma huyendo de él.
Pero realmente al que tenía enfrente
¿era él?
"¡Ese maldito cerdo mató a mi Nikki!"
—Llegué al gimnasio, todo el piso estaba cubierto de flores, habían figuras de origami guindando del techo...todas de diferentes colores—carraspeó nerviosa West—una mesa estaba en el medio...sobre esta el kalimba que me regalaste—dudó en las siguientes palabras—y una carta—.
https://youtu.be/5PKvidd3Hdg
El castaño se puso de pie, sintiendo un ardor quemarle la garganta, con la vista nublada y pasos decididos camino escaleras arriba, donde West no podría alcanzarle, el rastro de sangre le contaba la historia por si sola, las perillas de las puertas estaban destrozadas, el cuarto de Paddy, el cuarto de Sam y el cuarto de Harry estaban hechos un desastre.
Lo último que se había empeñado en conservar de ellos estaba hecho trizas,
las sabanas de Sam estaban llenas de sangre, había cristales por todos lados,
no habría segunda oportunidad para ellos,
no habría una ultima vez para que Harry durmiera en esa cama y le dejará marcado entre costilla y costilla los recuerdos.
Ahora incluso los lugares limpios que intentó consagrar por sus hermanos estaban manchados de una batalla ajena.
Y no podía culpar a West por haber hecho lo que hizo,
al final, ella se mantuvo viva,
mientras el castaño era un inútil.
https://youtu.be/3pxLN_2H9Yw
—Llegué hasta la habitación de Sam, me encerré dentro e intenté aguantar allí...Me encontró y me llevó al estudio—el castaño entró al cuarto de Sam y su cuerpo se erizo al ver la laptop de Harrison reventada en una esquina, se dio cuenta entonces que habían partes de la historia que no contó, la descubrió mintiéndole—.
Su cuerpo le impedía ahora permanecer tranquilo,
Con la respiración agitada, él hubiera podido jurar que se escuchaba a sí mismo respirar, un pinchazo en el pecho, cerca de su corazón tuvo la fuerza necesaria para tumbarlo en el suelo, donde intentó recordarse como respirar. Todavía no se recuperaba cuando se puso de pie y caminó escaleras abajo.
—¡West!—la llamó con rabia acumulada—¡¿Donde estas?!—asomó la cabeza por el estudio y no la encontró—.
No podía ir lejos con el cuerpo dañado y sus hombres cuidando el perímetro,
sabía que estaba en la casa,
pero también sabía que esta se estaba escondiendo de él.
—¡West!—la llamó con más fuerza y la garganta se le rasgo—.
—Pobre perro desahuciado—escuchó una voz escaleras arriba—¿Sé te perdió tu dueña?—
—Samantha—alzó la cabeza y la vio juguetona y divertida en el segundo piso—no me tientes, bestia—le gruño con la respiración descontrolada—.
—¿Estas ahí Tom?—se burló un poco más bajando por las escaleras con la mirada del líder de la familia Holland cazadora sobre ella—¿estas loco de remate?—.
—Estas esperando a que llegué ese día para traicionarme—renegó—.
—No, hará falta algo así...a menos que me demuestres que mereces mi lealtad—habló sin miedo la pelirroja—Vas perdiendo Holland—.
Él ya lo sabía,
la conocía tan bien,
cuando aquella contienda no diera para más,
cuando aquella guerra los encerrará como gatos en una caja de pandora,
tanto como Samantha como Harrison tendrían que hacer su elección,
apostar por el jugador más fuerte,
aquel que les empapara los labios de victoria.
—Ven—rompió el silencio la pelirroja pero la tensión continuo—.
Camino pasando de largo al castaño, llevaba un bolígrafo de punta fina enredada en el cabello rojizo y se tambaleaba por los pasillos de camino al gimnasio como si estuviera apunto de ir a un baile.
El castaño observó la sangre en él pasillo y la pared derecha; ante sus ojos podía imaginar a West arrastrándose herida por todo el lugar. Le clavó un cuchillo en la espalda y en la pierna, le rompió el brazo, llenó su cuerpo de moretones.
—Que cara tienes, no hay duda de que ella haya huido de tí—Samantha le sonrió complacida, llegando hasta las puertas cristalinas del gimnasio—.
Tiro del bolígrafo sobre su cabello girándolo entre sus dedos para cuando su cabellera le cayó a los hombros, sus dedos tamborilearon la manija, dos capas de cortinas frondosas le impedían ver el interior—te dije que te tenía un regalo—canturreó Samantha y abrió la puerta, tendiéndole el bolígrafo a Holland—.
Había un manto de flores cubriendo el suelo, en el techo colgados de hilos casi invisibles a la vista estaban las aves de papel, la luz de la luna se colaba todavía; en el medio del gimnasio, atado de pies y de manos a un tubo de metal alcanzó a ver la silueta de Clark.
—Diviértete—le susurró con diversión la pelirroja en el oído, empujándolo para que este entrará en la habitación—.
Las flores comenzaban a marchitarse, a crujir y a desprender un olor desagradable con cada paso que daba.
—Pero si es maldito Holland en persona—Clark lo reconoció cuando este estaba cuatro pasos suyos, jadeante, tenía sus propias vendas hechas un desastre debajo de la ropa de hospital, seguramente Samantha lo había sacado a rastas del hospital—debo decir que no te has equivocado en darle un sobrenombre—alzó su cabeza para verlo e intentó sonreír con una mueca tanto como la cortada en su cara se lo permitió—esa chiquilla es un ángel—.
El cuerpo de Holland lo abandonó,
toda su piel se erizo al instante, sus manos temblaron y el sudor de estas por poco conseguían que el bolígrafo se deslizara de entre sus manos.
—Ella es un ángel—se forzó a responder Holland y empuño el bolígrafo con la punta de este directamente hacía Clark—pero yo no lo soy—dijo y antes de tener una respuesta tomó la cabeza del hombre y clavó el bolígrafo sobre el globo ocular derecho del mismo—.
Él hombre soltó un grito adolorido,
él Holland no se encontró dentro suyo,
destrozaría a cualquiera que se le atravesará en el camino ahora.
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Muchas gracias por leer, votar y comentar, las cosas se vienen fuertes, ahora, hay ciertos trastornos que padecen dos miembros Holland y los cuales explicaré más adelante, por ahora solamente tienen que saber que Tom propiamente no tiene reacciones suicidas, si no algo un poco más complejo.
Tenía pensado hacer un maratón ahora mismo, pero la verdad es que creo que así esta mejor.
¿Les gustaría que fuera descriptiva la venganza de Tom hacía Clark o no?
Por favor háganme saber.
También dejen sus preguntas en los comentarios, estaré leyendo y contestando sus duditas ahora que tengo un poco más de tiempo.
Con amor
Alex <3💀
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