Capítulo 65
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Lo que quedó de él
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—Cuéntame un cuento—la voz de Matilde la sorprendió a mitad de la noche, no había podido dormir, ni comer, ni pensar, como si su cuerpo y su cerebro hubiera sido puesto en cuarentena—.
—Ya es tarde, Mati—se estiro encarando a la pequeña, las sabanas caían de la cama sin querer por los movimientos de la joven—.
—Por favor—sonrió esperanzada la pequeña—.
—Esta bien, una historia corta y no hagas ruido—sentenció West colocando un brazo debajo de su cabeza, la cama era tan pequeña, apenas Matilde tuvo oportunidad se recorrió en la misma con las mejillas rojas por el frio y los ojos brillantes hambrientos de historias—.
Hambrienta de irrealidad,
corrompida por la imaginación.
—Estos eran Orfeo y Eurídice—dijo en voz baja West para que solo la niña pudiera escucharla y no despertar a aquellos que dormían pero no soñaban—Eurícide era una hermosa ninfa del bosque—.
—¿Una ninfa?—preguntó la menor con una mueca—¿Qué es una ninfa?—.
—Una hermosa hada, que conoció a Orfeo en Tracia, en bosque...—continuó relatando—Eurídice, se enamora de ella y se casan. Pese a vivir en la corte, Eurídice sigue visitando el bosque y a sus compañeras ninfas...—
—Sam, Sam por favor, vámonos, despierta, Sam—le chilló Jupe en la frente desesperado—si no te levantas te voy a odiar toda la vida—resoplo y sus manos se pasaron por la cara del pelinegro—.
Su cuerpo se mecía con desesperación, abrazado del pelinegro, sintiéndose tan simple y débil.
Jupe había tenido una vida sosa,
vivió decepcionado y harto de si mismo que de haber podido correr a una habitación diferente,
lejos de sí mismo,
lo abría hecho,
para aquel escapar era adormecer la herida,
la cubría de barro e intentaba hacerse la piel de cemento.
—Vas a estar bien, te lo prometo—dijo con fuerza—.
Él siempre había sido el más callado de la casa.
de dientes para dentro,
en cuanto menos hablara,
en cuanto más dejara que vieran de sí,
mejor.
—Dime algo, por favor, lo que quieras, maldíceme—le suplicó a Sam, pero los ojos de este ya se encontraban cerrados—¡me lo prometiste!—grito y no pudo saber si lloraba o nunca había dejado de llover—.
Él siempre había sido el más ruidoso de la casa,
de dientes para afuera,
su silencio acallaba pero sus acciones gritaban,
la pasión que se obligaba a arrancarse del pecho.
Por que son pocas cosas las que hacen sentir vivo.
—¿Se casaron?—preguntó Matilde, sacando su mano derecha para acariciar la mejilla helada de West—.
—Sí, eventualmente estuvieron juntos—respondió West, moviendo su rostro hasta que pudo pretender que mordía los dedos de la pequeña, la cual soltó una divertida—En una de esas visitas, Eurídice se encuentra con un cazador, que persigue un cervatillo...—.
—¡Hey! tú ¿Qué sabes tu de esto?—preguntó rabioso uno de los hombres que había atendido al pelinegro con desconcierto al castaño—.
—Él—se forzó a hablar, completamente afectado, negándole aquel hombre alto el derecho de llevarse a Sam—él le dijo que lo llevaría con su hermano—dijo entre lloros—di-jo que lo ayudaría—.
Eurídice se encuentra con un cazador, que persigue un cervatillo...
—Eurídice se niega a indicarle el camino por el que ha huido el cervatillo y el cazador se enfurece con ella, revela ser , el dios de los cazadores y pide un beso de Eurídice para sentirse menos agraviado—continúa relatando West, nunca fue fanáticas de los cuentos convencionales, no era capaz de digerir los finales felices—.
—¿Su hermano?—preguntó el hombre sentado en el suelo húmedo por la lluvia y parte de la sangre del Holland, él hombre sabe que Jupe esta en shock e intenta quitarle el cuerpo inmóvil del pelinegro de los brazos—.
—Tom, me dijo que se llamaba Thomas y le decían Tom—expresó apresurado—¡Ese maldito viejo lo traicionó, lo mato, mató a Sam!— señalo con la mirada al cuerpo inerte de aquel viejo de vestimentas elegantes y tras esto echo la cabeza al cielo con la esperanza de que sus plegarías fueran escuchadas—.
—¿Eurídice le traiciona?—pregunta cautivada la menor—.
—Digamos que ella se niega y huye de él. Aristeo la persigue y, en la persecución, Eurídice es mordida por una serpiente—.
—Tengo que llevármelo, hijo—dice aquel hombre y la cara de Jupe se descompone—necesito llevármelo—.
—En el palacio, Orfeo se preocupa por la tardanza de su esposa, manda a unos soldados que la busquen y ellos traen su cadáver de vuelta a casa—.
—Basta, él esta bien, s-solo necesita que lo cubran de la lluvia—su voz salió rota, levantó tanto del torso del pelinegro como pudo, abrazándolo para pegar su mejilla a su frente—Sam, despierta—suplicó—.
—En las orillas del río Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice—West abrigo en un abrazo a la pequeña y acostándose de lleno frente a ella, pego su frente con la de Matilde—Consternado, Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente, que todas las ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo en busca de Eurídice. Orfeo, inconsolable, no acepta la muerte de su esposa y decide hacer algo al respecto: irá a buscarla al infierno, el , para traerla de vuelta a la vida—.
—Te prometo que todo va a estar bien, él va a estar bien—aseguró al sujeto, intentando acercarse cuando los ojos de Jupe se enfurecieron—.
—¡No voy a dejar que te lo lleves! mierda, no—le dio una patada al suelo y cerró los ojos con fuerza esperando el golpe—.
—Orfeo llega al infierno y encuentra a Eurídice—cuenta West y se da cuenta que su voz se ha quedado ronca—llega hasta la reina del infierno, la esposa de , . Ella decide permitir a Eurídice que vuelva al mundo de los vivos, pero con una condición: si Orfeo se vuelve a mirar a su esposa antes de salir por completo del inframundo y llegar a la luz del día, Eurídice volverá al Hades, y para siempre—.
—Esta perdiendo sangre, lo vas a terminar matando tú—repuso el hombre, cansado de razonar con Jupe, que alzo la mirada para verlo—tienes que confiar en nosotros—.
Le pidió, pero Jupe se había roto en confianza,
cubierto de barro y cemento,
la luz no entró,
tampoco floreció,
como las flores que nunca se riegan,
nada cuarteo el cemento,
No al menos hasta que llegó Sam.
—Dejaré que se lo lleven si me llevan con ustedes—pidió Jupe con la cabeza caliente y el paladar esperanzado—.
—Orfeo acepta y se reúne con Eurídice, los dos afrontan su camino de salida del Hades, a través del lago Estigia y después un estrecho pasadizo que los lleva de nuevo a la tierra. Orfeo siente varias veces la tentación de girarse para comprobar si Eurídice le sigue o si Perséfone le ha engañado y quien va detrás de él es un demonio.—.
—¡Aquí!—dice el hombre y otro más se acerca a su lado para ayudarlo a levantar al pelinegro hasta colocarlo en una especie de tabla blanca—preparen las unidades de sangre—ordena claridad mientras Jupe se levanta del suelo esperanzado para correr tras del chico en la camilla—.
—Orfeo estaba tan esperanzado con volver a ver Eurídice, le había extrañado tanto que siente unas ganas inmensas por girarse y verle, sin embargo, resiste, y cuando él ya está fuera del Hades, se gira a mirar a su esposa—.
—¡Prepárense para lo peor!—Jupe los sigue hasta el final de la calle, pasan las vías del tren y en más de una ocasión este estuvo apuntó de resbalarse debido a la humedad del suelo y cuán disparejo y rocoso este era—¡Vayan por el cuerpo de Oliver!—.
Jupe observó en silencio como subieron a Sam a una camioneta doble cabina, todo terreno en color negro, sin asientos, otros dos hombres ya estaban esperando para arrancarle la camisa a Sam y atender sus heridas.
—¿Por que esperaron tanto?—preguntó uno de ellos con guantes y el cabello negro crespo enfocando su atención a la herida que llevaba Sam en el hombre—.
—Algún problema con el perímetro—le respondió el otro—.
—La policía viene en camino, vámonos—el hombre que había hablado con Jupe dio una orden, detrás del castaño había otra camioneta similar y dos hombres cargaban descuidados el cuerpo de Oliver, uno de ellos llevaba a la espalda la mochila de Sam—.
—¡Dame eso!—gritó Jupe, corriendo para quitarle la mochila del hombro, viendo como estos lanzaron el cuerpo sin vida de Oliver por el suelo de la camioneta, la alfombra se ensucio con parte de la sangre del hombre—es importante para él—dijo al notar la mirada matadora de ambos sobre él, calmando su llanto abrazo su mochila e intentó caminar a la otra camioneta donde se encontraba Sam—.
Jupe sabía que Sam no llevaba nada de valor en la mochila, dos cambios de ropa, algo de dinero, una foto vieja, un puñado de esperanza y las cenizas de Harry, defendería las ultimas dos a muerte por Sam de ser necesario.
—¿Lograron salir del infierno?—Matilde preguntó adormilada—.
No,
a ella todavía le faltaba un paso para salir del inframundo y llegar a la luz del sol, cuando Orfeo la miro, ella se desvaneció frente a sus desesperados ojos.
—Vámonos—un chico encapuchado con ropas negras cerró las puertas traseras, ahora Jupe no podía ver a Sam—.
—Oye, espera, falto yo—intentó pelear Jupe por abrir las puertas traseras que no se abrieron—¡Maldición abre!—.
—Perdóname hijo—escucho una voz y antes de que pudiera buscar al dueño de la misma sintió un golpe en la cabeza—.
—Sí, ella y Orfeo pudieron salir, tuvieron una extensa eternidad llena de efímeros momentos—mintió West y Matilde sonrió acomodándose en la cama, cerrando los ojos al fin—.
Solo, desolado, como si dejase en las sombras la mitad de si mismo, Orfeo vuelve a la superficie de la tierra. Ya nada podrá hacerlo sonreír. Su canto se hace triste para siempre, de una tristeza infinita, como si el poeta estuviera sólo esperando el momento de la muerte para volver a ver a su amada, las mujeres tracias lo siguieron y consiguieron atraparlo. Furiosas, le despedazaron las ropas y le rasgaron la carne. Su cabeza, sin embargo, erró por las aguas dejando todavía oír su voz, y donde se posó se erigió un santuario.
Hecho pedazos el cuerpo del poeta, su alma al fin libre pudo partir a los Infiernos. Y allí unido a Eurídice, deambula por las melancólicas praderas y bosquecillos del reino de , cantando al amor, más y más grande que la muerte.
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Muchas gracias por leer, votar y comentar, ayer ya no publique por que ganó Survive, espero que haya sido de su agrado el capítulo, por cierto, quiero agradecer a faedmj por tan maravillo gif y portada
https://youtu.be/sOn2DbXQTjY
MariaGalvez898 también me hizo llorar con este hermoso, espero les guste tanto como a mi <3
Muchas gracias de verdad ver todo el apoyo que tiene la historia pese a tanto, me hacen querer hacer mil y un historias más.
Con amor.
—Alex
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