Capítulo 51
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Enredo
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Nunca pude terminar nada
la escuela
el trabajo
yo misma
todo lo que mis manos tocaban se quedaba incompleto, inservible
una maquina de escribir vieja
el sonido de unos dedos tamborileando en un teclado,
la cabeza en el suelo y los pies en las nubes,
nunca terminé nada importante
la gente mayor a mí,
aquellos titanes del conocimiento me llamarían a susurros: "desperdicio"
y yo les gritaría calma
Pase buena parte de mi existencia preguntándome como se siente el arrullo de una estrella
se cree que es ese momento en que puedes ver al cielo y todo se dibuja
Cuando todos sus sentidos se desconectan y solo tienes ojos para la persona que tienes delante tuyo.
Te mantiene sonriendo aun que estés incompleto
—¡Ángel!—exclamó y hubiera jurado que de su cabeza castaña salían pajarillos de colores—Ángel, Ángel, Ángel—repitió pero nunca completo la frase—.
Cabeza en el suelo pies en las nubes
Se levantó de golpe y la silla detrás suyo cayó al suelo haciendo un escandalo, tras esto se encargo de rodear con sus brazos aquella mujer por la que moriría, la levantó y comenzó a dar vueltas con ella por gran parte del estudio.
Ella rio, por primera vez la vida no le arrebataba la risa, ella tanto como él lo rodeo con la misma intensidad con la que te aferras de las barras protectoras en los juegos mecánicos.
Él giraba
Ella reía
Se detuvo en seco, la dejo bajo con cuidado en el suelo pero no la soltó, muy por el contrario hundió la cabeza en su cuello y comenzó a llorar.
—Basta gruñón me harás llorar—advirtió Harrison con un tonó alegre acercándose para palmear la espalda de su mejor amigo—.
Este se giró en dirección al rubio y correspondió su abrazo, ahora Harrison lloraba también.
—Vas a ser papá—le dijo al hombro acariciando su espalda—.
—Voy a ser papá—soltó feliz, como si no pudiera dar crédito a lo que escuchaba el castaño sorbió su nariz y limpio sus ojos con las mangas de su saco—.
—Pequeña—dijo Harrison limpiando sus lagrimas el mismo para abrazar a la joven que tuvo que ponerse de puntillas para alcanzar al rubio—.
—Felicitaciones a los dos, disfruten cada momento, señor Holland lo llamó— y Tom se giro con los ojos rojos y el cabello despeinado—felicidades señor, estoy seguro que ha aprendido lo suficiente para ser un buen padre—dijo el galeno con las manos apoyadas en el escritorio, se incorporó, tomo el sobre entre sus manos y abrió su maletín para guardarlo dentro—dejaré que disfruten este momento a solas—sonrió dispuesto a irse—.
—Doctor—el castaño se apresuro en alcanzar al medico que aun seguía detrás de su escritorio cuando este lo llamo—¿Me puedo quedar con los resultados?—pidió como un niño—.
—Tom—soltó el doctor en un suspiró mirando a Tom con expresión cansada—lo mismo me pediste cuando le hice la prueba de embarazo a tu madre de Paddy y te dije que no—dijo severo y Tom se encorvó—la respuesta fue y sigue siendo no, este tipo de resultados se los queda el doctor, además que ni siquiera vas a entender que dice—.
—Pero...—repeló Tom— es mi hijo...déjeme conservarlo—suplicó—.
—Sí doctor, no sea malo o le poncho las llantas—amenazó West abrazando a Tom por la espalda asomando su cabeza solo para encarar aquel hombre que le recordaba a Santa Claus—.
—¿Es una amenaza?—le preguntó viendo a la chica ocultándose detrás de Holland sorprendido—.
—Estoy intentando ayudarlo—sonrió ella y Tom paso un brazo por sus hombros—.
—¿Pueden quedársela?—preguntó Harrison aun emocionado, acercándose a la escena—diga que sí antes de que estos dos le ponchen las llantas y hagan pucheros—colocó ambas manos sobre la cabeza de Holland y West que no apartaron la vista del doctor ni del sobre—.
—Aquí tienen par de chantajistas—se rindió al fin, dejando el sobre en el escritorio, Tom se apresuró a tomarlo pegándolo en su pecho antes de que el doctor se arrepintiera—.
—Gracias, gracias—dijo emocionado con West encima suyo intentando quitarle el sobre—dos meses ¿verdad? ¿tiene dos meses?—.
—Déjame ver—se quejó West—.
—Espera—dijo aun ocultando el sobre sin quitar la vista del doctor—.
—Dos meses y un poco más—respondió en su camino a la puerta—.
—¿Cuándo podremos verlo?—preguntó Holland como si tuviera más preguntas que respuestas—.
—¿A mí?—el doctor se giro coqueto y enarcó una sonrisa—¿Cuándo quieras guapo?—.
Tom se quedó atónito, con la boca entre abierta y los ojos entrecerrados—Al bebé, al ultrasonido del bebé—especifico—.
—Ah, en unos cuantos meses más, honestamente este no es mi campo, les recomiendo contratar una obstetra para que los pueda guiar a lo largo del embarazo—comentó— además que creo que la señorita ___ se sentirá más cómoda con una mujer que la oriente—.
Los ojos de los tres varones se dirigieron a West que asintió con la cabeza y bajo la mirada, en el fondo él agradecía que el doctor lo hubiera dicho, ella confiaba en aquel hombre completamente, sin embargo de poder evitar que este la viera como un obstetra le significaba un gran alivio.
—¿Usted nos puede apoyar en lo que conseguimos una obstetra?—preguntó Tom sin dejar al doctor salir—.
—Claro que sí, ustedes saben que estoy a una llamada de distancia—aseguró e intentó escapar—.
—¿Hay alguna cosa que ella tenga prohibido hacer...medicamentos que no pude tomar? — el medico paro en seco al escuchar la voz de Tom, girándose para ver al joven enternecido—ella toma medicamentos para la depresión y eso ¿le hace daño al bebé?—.
—No señor Holland, por lo pronto ____ puede seguir con su medicamento—dijo cauteloso esperando la reacción del castaño—que tengan bonita tarde—se giro nuevamente y cruzo el umbral de la puerta—.
—¿Qué vas a comer?—Tom soltó enfocando sus ojos en ____ antes de salir corriendo detrás del doctor no había conseguido llegar ni siquiera al recibidor—¡Espere!—lo llamó chocando de bruces con el pobre hombre—¿Qué come? digo ¿Qué hay que darle de comer?—.
—Señor Holland—lo llamó cansado girándose para encararlo, colocando sus manos en los brazos del castaño—no es un perrito, no hay que darle de comer nada en especial, solo cuide de ella y déjela comer tanto como quiera y pueda—.
—Pero...—replicó él—.
—Tranquilícese— el doctor sacudió a Holland y despues volvió su mirada a ____ West que veía la escena divertida con Harrison abrazándola de los hombros—Señorita West—la llamó y ella alzó la cabeza—¿Usted tiene preguntas?—.
—No—negó con la cabeza—.
—¿Ve?—volvió su mirada al castaño—solamente cuide de ella tal y como ha hecho hasta ahora—acomodó su maletín entre su brazo izquierdo y le dio una palmada a Tom en el hombro—Me despido, corro, huyo de este papá primerizo—dijo y salió apresurado por la puerta sin dejar que Tom reaccionara—.
Harrison se rio en su sitio al ver como Tom seguía viendo la puerta.
—¿Ustedes vieron como me hablo?—preguntó sorprendido girándose en dirección a Harrison y ____—.
—Algo bien—dijo Harrison y soltó su agarre para acercarse a Tom—hermano, estoy muy feliz por ustedes dos, pero...—arguyó el rubio—.
—¿Pero?— lo incito a seguir a Tom—.
—Tienes que ir a hablar con Azura en menos de media hora y tienes las ropas hechas un desastre en polvo y mugre—Harrison lo barrio con la mirada y Tom soltó un suspiro cansado—.
—No quiero ir Harrison—se quejó al instante el castaño, sacándose aquel percudido saco después de su danza en el empolvado teatro y de sentarse en el suelo del cementerio—le prometí a ____ que pasaría más tiempo con ella— dijo y camino en dirección a la chica hasta que se pudo colocar a su lado—.
—¡No, esta es la quinta vez que le cancelas!—se quejó el rubio—escucha, si no vas ella vendrá por ti—amenazó serio—.
Tom alargo un suspiro y puso los pies en la tierra, se tronó el cuello con un movimiento y adoptó su porte serio y elegante—ve por un traje para mí por favor, me cambiaré en el camino—pidió a Harrison y este asintió caminando a toda prisa a escaleras arriba, una vez que este se había ido, Tom se giró encarando a _____— perdón—dijo cabizbajo con las manos en los bolsillos— sé que te prometí que me quedaría contigo—.
No se movió de su sitió, se quedó en su sitio estático por el deber—oye...tranquilo, esta bien—esta vez West tomó la iniciativa, rodeo la cintura del castaño con sus brazos para abrazarlo—entiendo que el deber te llama—Tom no sacó las manos de sus bolsillos sin embargo se vio sorprendido cuando ella se separó tomando sus mejillas con ambas manos para dejar un beso sobre sus labios—gracias por todo...de verdad—.
Sonrío
floreció de entre los escombros
volvió a nacer
ganó la guerra
—Si tienes sueño no me esperes para dormir, descansa—pidió y dejo un beso sobre su frente, acercándose podían escuchar los pasos apresurados de Harrison—.
—No te preocupes, te espero— aseguró y Harrison los alcanzo—.
—Nos llevaremos a James y a los CCG—dijo el rubio pasándole la ropa al castaño que camino a la salida sin apartar la vista de ___—.
—¿Dónde esta Samantha?—preguntó Tom abriendo la puerta, alejándose—.
—Ni idea, no contesta mis llamadas—dijo y la puerta se cerró detrás—.
Media hora después con la cabeza metida en los libros del estudio pudo escuchar un golpe seco desde afuera y como la puerta se abría violentamente.
—¡Ustedes no pueden pasar así por que sí!—reconoció la voz de Rubén y desde su sitió en el estudio pudo ver como este cayó violentamente en el suelo—.
West se saltó el sillón con un movimiento y se escondió tras este.
—¿Dónde esta ___ West Ferrer?— preguntó el hombre que amenazaba a Rubén que seguía en el suelo con la nariz ensangrentada—.
—No es de su incumbencia—soltó Rubén dispuesto a defender a West hasta la muerte—.
Él hombre dio un paso y pateo al castaño en el estomago, la cabeza de West trabajó al instante,
sus sentidos peleaban a favor
con posibilidad a perder,
como el animal que sigue su supervivencia, se sacó el collar de diamante tintado que le había regalado Tom, buscó una pluma y arrancó una página del libro.
—Estas interfiriendo con cosas que no entiendes muchacho—habló el hombre, llevaba ropas negras y un chaleco antibalas—Dinos donde esta.
—Púdrete cerdo—Rubén intentaba ponerse de pie, el hombre de apariencia mayor y cabeza rapada lo volvió a patear y saco su arma para dirigirla a la cabeza del castaño—.
Detrás suyo más hombres esperaban atentos a sus ordenes.
amar es estar dispuesto a morir por aquellos que son importantes para ti
es aceptar la bala para poderlos ver en libertad.
—¡Basta!—me guardé el miedo y afloró el coraje, salí del estudio con decisión, el hombre alzo la vista y sonrió, tenía rasgos asiáticos y los dientes pequeños—¿Qué significa todo esto?—me puse entre él y Rubén—.
—Lamento haberla asustado—se disculpó el hombro y bajo su arma—.
—No estoy asustada—el di una mirada vacía antes de inclinarme para ver a Rubén—.
—___, vete de aquí, yo los distraigo—susurró— busca a Tom, huye por favor, no dejes que te hagan daño—hablaba desesperado con la sangre de su nariz cayendo sobre su sudadera negra y el suelo—.
—Tranquilo Ru—dije y lo ayudé a ponerse de pie—más le vale que esto sea bueno—dije sin girarme para encarar al hombre y a su grupo—.
—¿Disculpe?— pidió y esta vez me gire para caminar hasta él para quedar a un paso de distancia suyo—.
—Dije que espero que haya venido con una excusa valida para semejante agresión—mostré mi enojó y él hombre retrocedió en su sitio—¿Quién es usted?—.
—Soy oficial de policía y usted esta acusada por ser sospechosa del homicidio de Dolores, alias Lola—soltó sonriente, sus aliento apestaba a carne puerco y menta—llévensela—.
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Muchas gracias por leer, comentar y votar, hoy nos tocó un capítulo corto, recuerden tomar mucha agua y no cenar sandía <3
La invitación para que se unan sigue abierta, por lo pronto somos 8 miembros pero nos la pasamos muy bien
tomelamordemividaes Fernydeholland jslqholland MariaGalvez898 gracias por confiar
Nos vemos pronto para ver como la vida sigue pateando a Rubén, les amo
—Alex
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