Capítulo 4

La ansiedad era palpable en cada estancia del estudio, nuevamente sentada frente esa gran mesa redonda rodeada por Harrison, James y Fere, tan similar como la primera vez solo que en esa ocasión Tom ya no estaría más lo suficientemente dopado como para abrazarme y brindarme confianza, más allá de encararme se recargaba un tanto ansioso frente una mesilla donde descansaba una botella de cristal con whisky y varios vasos para él mismo, dejando que se marcaran parte de los músculos de su espalda tras se camisa.

-¿Qué es lo que está pasando?- preguntó Fere con mirando con cautela a todos los presentes en la sala, rompiendo el incómodo silencio de la sala para reemplazarlo por otro más tenso-digan algo...- pidió un tanto asustada-.

-Estando en Italia...- comenzó a decir Tom, girándose hasta tomar su muleta mientras que con su otra mano libre sostuvo su vaso de whisky medio vacío, caminando a zancadas hasta la mesa, lamió sus labios rápidamente, mientras que yo aun podia conservar su sabor mezclado con la sangre- nos dimos cuenta casi proclive que no nos enfrentamos a una sola persona o a un solo grupo si no a dos-.

-¡¿Que?! ¡¿Porque dices eso?!- Fere reaccionó más rápido que James y yo, pudiendo jurar que ninguno de los dos podia respirar con normalidad-.

-Uno tiene información acerca de lo ocurrido con Harry, mientras que el otro no sabe nada, anda a ciegas colocando buscaminas a la deriva- explicó Harrison, inclinándose hacia adelante para hablar con complicidad como si no quisiera que las paredes de libros le escuchasen- dos personas con diferente información-.

-¿E-eso quiere decir que hay dos traidores? -pregunté casi sin voz, sintiendo el frío invierno atravesar el cristal del gran ventanal hasta instalarse en mi piel- ¿Como vamos a diferenciarlos? ¿Como vamos a poder diferir quien hizo que? - ¿quien mato a Harry y quién mató a Lola?-.

-Nuevamente estamos en la línea de salida, no hay manera de saberlo...lo único que tenemos de ventaja es el conocimiento de su existencia y no nos podemos arriesgar a que ellos sepan que nosotros ya estamos enterados...- explico Hazza contrariado-.

-¿Que vamos a hacer al respecto?- preguntó Fere con la voz temblorosa, pero con el semblante bien fruncido y las manos ocultas por debajo de la mesa, conocía a la perfección esa envidiable faceta suya de ser valiente incluso cuando la misma valentía ya había huido a cuatrocientos metros de distancia y solo quedaba tragarse el miedo-.

-Nada, no podemos hacer nada más que esperar que cometan un error o dejen algún indicio claro del cual basarnos- afirmó Tom y el aire retomo la tensión-.

-Es-estamos en un hoyo de arena movediza y te-tenemos que esperar a que alguien más muera para saber de quien se trata ¿esa es una opción? ¡¿Quedarnos estáticos hasta que alguien salga herido para obtener una pista?!- alce la voz notablemente contrariada, incapaz de razonar mis palabras antes de escupirlas, sintiendo simplemente mi sangre hervir al compás de mi impotencia y mi furia-.

-Tanto en el juego como en la vida, la prudencia es un elemento fundamental...___- argumento Tom firme, ____, no ángel, solo ____, la frialdad con la que pronunció mi nombre heló por completo la sangre de mi cuerpo, neutralizandola, acallando por completo todo indicio de furia, suplatandola por un vacío nuevo-.

-¿Cómo pueden estar tan seguros que son solo dos? como yo lo veo puede ser toda la maldita ciudad ¿Cómo saben que esos dos no están trabajando con más?- se apresuró a decir Fere moviéndose con tanta brusquedad sobre la silla que en el acto se dio un golpe con una pata de la mesa sobre la espinilla-.

-Nos quedamos en lo mismo...no podemos deducir nada con lo que nos han dado- reitero Harrison recostando su cabeza sobre la silla con cansancio, tanto Tom como él no habían tenido tiempo de descansar desde su llegada y como iban las cosas parecía que no lo harían en mucho tiempo-.

Durante los siguientes tres minutos se extendieron infinitamente, en los que todos en la estancia buscaban poder salir de la caja de pandora en la que nos habíamos metido sin tener idea.

-No podemos hacer nada con la información acerca del mártir de Lola- se apresuró a sugerir James, justo cuando pensé que el ambiente no podría ser más tenso- tal vez allí esté la conexión entre ___ y Tom-.

Me era casi imposible imaginar o idealizar una conexión con Thomas, mis actividades diarias, mi depresión y mi estilo de vida no estaba para nada relacionado con el suyo, no coincidiamos en los lugares que frecuentabamos, nisiquiera en la manera de pensar, eramos tan opuestos que nos atraímos...pero nadie le hace tanto daño a alguien solo porque se ha besado con la persona que odia.

-No...he investigado todo de ambos, su familia y su pasado...nada los vincula, ni siquiera se conocían- argumento Harrison, abriendo su dañada computadora-.

-Pues investiga mejor- su voz salió firme y fría haciendo que todos diéramos un respingo al escucharla, todos menos Tom que se mantuvo firme en su sitio alzando la cabeza para verla inexpresivo-.

-Llegas tarde, Samantha- le recrimino Tom un tanto molesto, mirando el reloj de su muñeca, mientras que yo era incapaz de moverme en lo más mínimo, indiferente a todas las personas en la mesa y a la pelirroja que continuaba detrás de mí y cuyas botas ligeras pero bestiales le permitían moverse sigilosa por el viento-.

- Estuve en el hospital psiquiátrico de Lambeth- dijo ignorando por completo a Tom caminando con pesadumbre hasta tirarse sobre la silla al extremo de la mesa dejando caer el lado de Harrison un USB plateado cuya parte metálica guardaba un rojo oscuro reconocible para cualquiera- Franco Smith fue un paciente ejemplar-.

-¡Maldita sea Samantha! ¿No pudiste traerla sin sangre?- se quejo con molestia Hazza tomando el extremo de su sudadera gris para limpiar la parte roja de la USB, hasta que quedo completamente metalica, confirmando mis sospechas-.

- ¿Entonces dónde queda la diversión?- bufo desanimada, subiendo sus pies sobre la mesa captando mi atención-.

Pantalones negros, sudadera gris y chaqueta de cuero, todo completamente normal en su pesada manera de vestir sin había algo diferente en ella, algo que no podia deducir, lucia enferma...pálida, como si fuera a morir en cualquier momento y no le importase en lo más mínimo puesto que no habría nadie que lamentase su muerte.

-No me estoy enterando de algo ¿quien carajos es Franco Smith?- me sentía completamente fuera de lugar, como una expectante que sin ser capaz de entender cómo se llevaba todo el dolor, definitivamente no pertenecía al mundo de Holland-diganmelo- ordene firme al notar como Hazz y Tom se dedicaban miradas cómplices tratando de decidir quién de los dos era el indicado para darme la gran noticia-.

-Franco Smith no era más que un homicida...tuvo varios nombres...varios pasaportes, varias víctimas, vivió su juventud en Colombia, secuestraba a niños y mujeres de las calles...despues iba por la calle presumiendo que lo había hecho y argumentando que tenía los cadáveres en su rancho a las afueras de Bogotá, era más que claro que no estaba bien de la cabeza por lo que no le solían hacer caso- contó Tom tranquilo mirando su vaso de whisky cuyo hielo se movía a la par de los movimientos que el castaño hacía- estaba loco pero no era idiota, el asesinaba diario y eso tarde que temprano llama la atención, así que cuando supo que ya no podría más se fue de Colombia, directo a Veracruz, México, se hizo de una pequeña granja pegada a una fábrica de zapatos y allí siguió secuestrando y asesinando, primero les mataba y despues violaba los cadáveres hasta que el rigor mortis se aparecía, lo atraparon dos años despues, para llevarlo al psiquiatrico de Veracruz-.

-En su rancho en Bogotá se encontraron catorce cadáveres enterrados entre los huertos, mientras que dentro de la casa todo era un museo del horror, gozaba de volver los cráneos vasijas, la piel en abrigos y de pegar las mandíbulas y los dientes a la cabecera de la cama...decía que así siempre se levantaria con una sonrisa- agregó despegando su vista del ordenador solo para ser severamente recriminado por Tom, que había intentado omitir esos detalles con el fin de no llevarme al ataque de asma- en Veracruz solía cortar los cuerpos por pedazos y guardarlos en el refrigerador-.

-Harrison- Tom le llamó la atención con seriedad, indicando que tenía prohibido profundizar en detalles- el punto es que Franco iba a ser trasladado al psiquiátrico de México, Distrito Federal...pero...-.

-Pero...- por un instante la sala entera dio un suspiro pesadumbroso cargado de tensión ante la pausa de Tom y mi voz temblorosa-.

-Alguien solicitó su traslado a Londres...- no... no es posible-.

-Dolores Contreras Davalos- confirmó Samantha mesiendose sobre la silla con desinterés-.

-Por diecinueve años Lola se mantuvo en contacto con Franco, lo visitaba y él actuaba como si tuviera a Dios enfrente, lloraba, gritaba, se incaba y suplicaba por tener largas pláticas...esto no tendría nada de extraño en cuanto a sus capacidades mentales...de no ser que Lola era la única persona con la que hablaba, no hablo en la corte, no hablo con doctores, enfermeros u otros pacientes cuando tuvo la oportunidad de hacerlo... vaya ni siquiera hablaba solo... solo con ella- Tom hablaba con cautela intentando encontrarle algún sentido a la situación a la vez que me explicaba lo inexplicable-.

-Bueno...solo hablo en la vez, le dijo a una enfermera que él mataba por "ella" se lo pedía, despues intentó vaciarle la cuenca de los ojos a la pobre mujer- agregó Harrison sin inmutarse, tanto Samantha, como James, Tom y él estaban acostumbrados a codearse con la muerte, los detalles, las escenas o las historias no podían asustarles- vigilancia lista- festejo Harrison señalando levemente con su cabeza una pequeña cortina extensible blanca al otro extremo de la mesa desde donde se empezó a producir un video-.

Donde un chico pálido y de largo cabello castaño caminaba con una camisa de fuerza de un lado a otro en la habitacion completamente blanca, solo con una cama acolchada en mitad de la habitación y un retrete en la otra esquina.

-La última visita que Lola le hizo fue hace seis meses, normalmente se quedaba con el treinta o veinte minutos, esa vez solo se quedó cinco- tan rápido como Tom lo dijo la pude ver en la imagen, llevaba puesta una gabardina sobre su cabello negro, unos lentes para leer con gran aumento y un lápiz labial rosa fuerte-.

-No...ella, ella odiaba el labial rosa fuerte...y las gabardinas...ella...ella- por mucho que quisiera no podia negarme, la conocía bastante bien para reconocerla, era ella era Lola visitando a un asesino-.

-Puede ser su hijo- las palabras de Fere resonaron en mi cabeza, gire mi cabeza y parte de mi cuerpo entero solo para encontrar con que ella ya me estaba viendo sabiendo ya lo que estaba pensando-.

-¿Qu-que paso despues?- la pregunta salió temblorosa de mi garganta, no quería saber que había pasado despues, quería saber que tenía que ver Lola con el, que tenía que ver él conmigo-.

-Después de trece días exactos tras la muerte de Lola comenzó a hablar con todos y a portarse "bien", hasta el punto que le permitieron sus ratos sin la camisa de fuerza, 6:57:09 Harrison- ordenó la pelirroja y el rubio obedeció-.

Inmediatamente apareció la imagen de un Franco desesperado, empujando la cama de un lado a otro, subiéndose en ella para poder golpear el techo, antes de bajarse de la cama de una salto, mover la cama a otro sitio y volver a golpear el techo.

-¿Qué está haciendo? ¿Busca escapar?- preguntó Fere y mi piel se heló-.

-No, es imposible escapar de allí, tras las paredes de hay una capa acolchada, es imposible de romper- lo sabía por experiencia- el retrete, el no buscaba una salida, él buscaba las tuberías que conectaban desde el techo-.

-7:38:39- ordenó Samantha, el rubio obedecio-.

Perfectamente calculado, perfectamente exacto, la imagen saltó al instante, el momento exacto donde los pies de Franco quedaron tendidos en la nada recibiendo los espasmos de su cerebro quedándose sin aire por la sábana blanca atada a su cuello y a la tubería que lo aprisionaron hasta que el castaño dejo de moverse, a la par que se desbordaban de sus ojos pequeños ríos de sangre, conforme mi estómago se revolvía obligándome a bajar la cabeza y mirar al otro extremo de la mesa, donde Samantha se mantenía sonriendo.

-Se vació la cuenca de los ojos y se suicidó, conseguir el video de las cámaras de vigilancia fue fácil pero esto...me tomó más tiempo y no se como calificarlo- aseguró la pelirroja tomando la solapa de su chaqueta negra para sacar de la bolsa interior una pequeña agenda vieja de cuero café oscuro, cuyas hojas habían sido arrancadas con brusquedad y torpeza, dejando solo unas cuantas- es interesante el hecho de que en cada visita Lola firmaba con un nombre diferente, de personas que sí existen y falsificando a la perfección cada una de sus firmas- agrego antes de deslizar la libreta al centro de la mesa, quedando entre Tom y yo-.

El castaño se inclinó para sacar las partes arrancadas del libro de visitas que Samantha había tomado.

-¿___ puedes confirmar si esta es en realidad su letra?- me pregunto Thomas tendiendome la hoja amarillenta pero de letras claras-.

Letra cursiva, bien moldeada y confusa, demasiadas vueltas, sin duda era de Lola.

-Si, es de ella, reconocería estas letras en cualquier parte-.

-Harrison, quiero que investigues quienes son las personas por las que se hizo pasar Dolores- ordenó Tom pasandole las hojas amarillentas a Hazza, a su vez que todos a excepción de la pelirroja nos encontrábamos inclinados sobre la mesa, inspeccionando el resto de la libreta-.

-¿Es de Franco? ¿Es una especie de diario? porque está vacía- cuestiono James levemente desesperanzado-.

-Hay ligeros relieves, escribió algo aquí pero no logro saber que fue...parecen un montón de puntos-.

No conocía a Thomas, realmente si me preguntaban no había absolutamente nada en el mundo que nos relacionara...

-¡Es braile, yo puedo descifrarlo si es braile!- aseguro victoriosa Fere buscando con desesperación una pluma en su bolsillo antes de subir parte de su cuerpo sobre la mesa, sin darle más remedio a Tom que darle la libreta

La pelinegra comenzó a pasar con suavidad su dedo corazón y su dedo índice sobre las ligeras pero claras marcas, cerrando los ojos, entregándose por completo a descifrar el mensaje.

No conocía a Thomas

Su pluma roja se adueñó de un pedazo de hoja lo suficiente para comenzar a garabatear lo que veía.

Su mundo no conectaba con el mío.

- es...- pronuncio Fere totalmente concentrada-un nombre-.

En lo absoluto

Apenas terminó de escribir, cuando Fere soltó la pluma horrorizada, retrocediendo con tal brusquedad hasta el punto que por poco tropieza con su silla y cae al suelo

-Dios, mío...- susurró la pelinegra sin voz, completamente temblorosa conforme James intentaba sostener su cuerpo débil-.

Sobre la libreta, debajo de los relieves Fere había escrito más de lo que podía tomar

-Holland West- decía campante el viejo diario

No había nada que me relacionara con Thomas...o al menos eso creía.

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Muchas gracias a todas por leer, les pido infinitas disculpas por haber tardado tanto, mi móvil se ha dañado y es donde normalmente escribo y he tenido algunos problemas para arreglarlo pero espero que ya todo se ponga mejor de aquí en adelante, muchas gracias por su apoyo.

Las quiero ❤




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