Capítulo 32


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Calmo: El miedo oculto en la nieve en el jardín 

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Conforme más pasaba el tiempo más por sentado tenía cuanto la casa estaba acostumbrada al caos.

—Ayúdame a llevarla al sofá del estudio— me encontraba completamente nervioso, hacía unos minutos _____ estaba completamente bien y ahora estaba desmayada en mis brazos—.

Harrison acato mis ordenes igual de nervioso y apresurado tomándola el mismo en brazos, cargándola para moverse rápidamente atreves de la sala.

—Traiga alcohol por favor— escuche a Danielle pedir a nuestras espaldas con preocupación a la chica que le había llevado una botella de agua pequeña a Samantha—.

—Bájala con cuidado— había seguido a Harrison como un perro sigue a su dueño, ___ mantenía sus ojos cerrados y su cabeza estaba tendida en la nada—.

Harrison la acostó en el sofá cuyos cojines había lanzado al suelo para tomar espacio.

—Llamaré al doctor— dijo Harrison sacando su teléfono para caminar rápidamente al otro lado del estudio—. 

Mi cerebro trabajaba a mil por hora, buscaba heridas nuevas en su cuerpo que tuvieran que hacer atendidas, sin embargo no había nada nuevo, no se había lastimado, dejando de lado su piel pálida no parecía tener nada malo.

—Tranquilo hijo, ella va a estar bien— Danielle entró sacándose a Thomas de encima suyo que lloraba desconsoladamente queriendo alcanzar a su mamá antes de ser detenido por Félix que se puso de rodillas sosteniendo el infante para que no entrará antes de ver a su mamá entrar cojeando— ¿Me permiten ayudar?—.

—Por favor— me di cuenta hasta ese entonces de lo débil que sonaba mi voz, la rubia entró cerrando las puertas blancas del estudio tras suyo, llevaba una pequeña botella de alcohol etílico, una bolsa igual de pequeña de algodones y una botella de agua— ¿Sabes medicina?—. 

Me moví de mi sitió al lado de ___, dejándola que se sentará en la orilla del rojizo sillón, a la altura de la cintura de ____.

—Estudie enfermería familiar y comunitaria— dijo la mujer humedeciendo un pequeño algodón para pasarlo cerca de la nariz de la inconsciente ____— ¿Sabes si ella tiene algún problema de presión sanguínea?—.

—No-no, bueno, tiene asma y también tiene problemas alimenticios pero desde hace tiempo tiene una dieta especial hecha por un medico en colaboración con un nutriólogo— dije nervioso, parecía que ella no reaccionaría con los intentos de Danielle—.

—¿Estuvo siguiendo esa dieta al pie de la letra?— cuestionó nuevamente inclinándose sobre mi Ángel, moviendo sus manos para que aire le llegará a la cara—. 

—Sí, me pasan un reporte general cada semana, ella ha estado comiendo debidamente—.

Esta vez la cara de Danielle fue de preocupación, tomó una gran bocanada de aire antes de hablar nuevamente. 

—Será mejor que la llevemos al hospital— dijo y mi alma cayó al suelo—. 

—Harrison esta llamando a nuestro medico de cabecera— dije intentando calmarme, tan solo se había abrumado por todas las emociones, pero estaba seguro que estaría bien—. 

Harrison tomo varios minutos más que se sintieron como horas, caminaba en circulos por una parte de la habitación, llevaba el teléfono pegado al oído y se detenía ocasionalmente para pellizcar las orillas de los libros sobre el librero.

—¿Por que tarda tanto?— comencé a exasperarme, moviéndome nervioso, inclinado sobre el sofá—. 

—Señor Holland, tranquilícese— habló calmada Danielle, poniendo su mano sobre la mía que estaba en el respaldo del sillón— no tenga miedo—.

Miedo

Apenas lo dijo y comprendí el sentimiento, había sentido parte de mi vida eludiéndolo que cuando volvió a mi 

lo odie 

y lo ame

Tenía miedo de apartar la vista de su cuerpo inmóvil 

Tenía miedo de cerrar los ojos y abrirlos nuevamente para darme cuenta que ella ya no estaba al 

igual que paso con mi mamá y mis hermanos

con este miedo me sentía frágil

e indefenso

pero también me hacía sentir humano 

real

valioso

 y vivo

—Malas noticias, el doctor no contesta el teléfono— informo el rubio con temor y mis manos temblaron en su sitio, una sensación de calor frío me recorrió la espalda y me erizo la piel— su esposa dice que salió de la ciudad para atender una conferencia anual—. 

—La llevaré yo mismo al hospital— reaccione arrebatado, separándome con brusquedad para caminar con rapidez hasta mi escritorio, las suturas dieron un tirón en mi pierna en un pellizco de advertencia, el cual mi cuerpo, mi desesperación y mi miedo querían ignorar—. 

—Tom, no puedes, hay una tormenta de nieve allá fuera, las calles están cerradas— Harrison intentaba hacerme entrar en razón, tomé las llaves de mi Jeep negro y mi saco de mi silla— Tom entra en razón si la sacas así puede ser peor—.

—Escuche a Harrison, le puede hacer daño el cambio drástico de temperatura— ahora Danielle me intentaba hacer razonar, aun incluso cuando se puso de pie, dejándome colocar mi saco sobre el cuerpo de ____—.

—Encenderé la calefacción— aseguré aun con la cabeza caliente, colocando mis manos por debajo de las piernas y la espalda de la chica antes de levantarla— además tu dijiste que debíamos llevarla  al hospital—. 

—El aire que hay en un auto es menos que el que hay aquí, si te la llevas puede enfermar o desatar  una enfermedad peor— ahora Danielle hablaba apresurada, corriendo tanto como su pierna se lo permitió para pararse enfrente de la puerta impidiéndome el paso— por favor señor Thomas, si de verdad la amas no le hagas esto— nuevamente habló persuasiva, colocando su mano sobre la cabeza de ____—. 

—¿Qué puede llegar a pasar si no la atiende un medico?— pregunté en un susurró, intentando razonar—. 

—Nada, ella va estar bien, solo fue la emoción de la situación— dijo como si intentará calmar a un oso salvaje— de verdad— aseguró—.

Pero podía ver como mentía 

de la misma manera que mentía una madre

para no romper a su hijo.

—Mira llamaré a Miguel, él es doctor, le pediré que nos diga que hacer— se apresuró a decir el rubio tan rápido como la idea cruzo su cabeza—. 

Rendido volví a acostarla sobre el sillón Harrison volvió a hablar por su teléfono pero esta vez se quedó en su sitio, esperando a que hubiera respuesta del otro lado. 

—Hola, Mangel, soy yo Harrison— Harrison se movía igual de nervioso, intentando apresurar la llamada— escucha, ____ se desmayó y no despierta— apenas lo dijo y se vio obligado a separar el oído del altavoz— Rubén por favor cálmate, Rubén, hey, no, no fue nada de eso, él no le hizo nada malo— me senté sobre la mesita enfrente del sofá no sabía exactamente que estaba pasando pero podía escuchar como Rubén perdía la cabeza al otro lado de la linea—.

—Dile que cierre la boca y que te pase a Miguel— dije y Harrison se rasco la nuca nervioso—. 

—¿Pu-puedes pasarme a Miguel por favor? Después te hablaré y te diré todo...gracias— dijo y después el rubio rascándose las cienes comenzó a contarle todo lo que había pasado—.

Había un expediente medico de _____ en alguna parte de la casa que había guardado Mangel y Harrison corrió escaleras arriba en su búsqueda, para después volver  con la carpeta abierta entre las manos.

La conversación que tenían se basaba en "no...sí...espera" 

—Danielle ¿me puedes ayudar por favor?— pidió Harrison dándole el teléfono y la carpeta amarilla a la rubia antes de salir corriendo nuevamente por la puerta—.

Ahora mis nervios me seguían quemando la boca del estomago, incapaz de hacer mucho, mi campo siempre habían sido las peleas y las guerras, la medicina nunca fue mi fuerte, ni siquiera tenía idea de que hacer en caso de un desmayo, todo lo que podía hacer era sentarme allí completamente inútil, viendo como todos los demás reaccionaban cuando yo no podía.

—En un momento te digo— Danielle dijo y tiempo después llego Harrison con varias mantas y almohadas con un aparato para medir la presión arterial arriba de todas estas, la rubia ni lenta ni perezosa lo tomo con agilidad el pequeño aparato digital gris, envolviendo el brazo de _____ con la cinta— 170/120 o más... sí—.

Con la misma agilidad Danielle tomó dos almohadas de funda blanca y las colocó debajo de las piernas de ___, aun con el teléfono recargado en el hombro.

—No...sería posible algo así ¿no?— Danielle se veía asustada por mucho que intentará ocultarlo, podía percibir sus emociones desde mi sitio—. 

 No recordaba que era sentir miedo, pero estaba familiarizado con la sensación de crearlo, de verlos temblar.

—Se los diré para que puedan hacer los estudios para descartar dudas— dijo antes de devolverle el teléfono a Harrison, tomando ahora las mantas para cubrirla—.

—¿Qué fue lo que te dijo?— Harrison me ganó la pregunta—. 

Danielle se relamió los labios, resoplando con fuerza, mis manos se encontraban  sudorosas, incapaz de moverme, ni siquiera cuando Danielle rodeo el sofá y e hizo un esfuerzo enorme para inclinarse frente a mi. 

—Escuche señor Holland, intente no perder la calma, es muy difícil sacar un diagnostico así estando tan lejos, tal vez no sea nada— comenzó a hablar tan lento—. 

Asustada

cautelosa

como si le hablará a una bestia

un monstruo

como si suplicará por su vida

tal y como lo hacía mamá.

—¿Qué te dijo?— la sensación familiar me entumeció el cuerpo y mis brazos se sintieron aun más pesados y ajenos—. 

—La presión arterial de ____ esta elevada, basado en su historial medico pueden ser dos cosas— dijo y yo esperaba ver a papá pasar por la puerta dispuesto a golpearme hasta hacerme fallecer—. 

—Tranquilo hermano—  dijo Harrison viendo como mi respiración se encontraba entrecortada y salía a duras penas de mi cuerpo, como si mi cerebro hubiera olvidado como se respira o hubiera elegido dejar de hacerlo—  hermano—  volvió a decir colocándose a mis espaldas dándome pequeñas palmadas—.

—Puede que ____ este embarazada y tuvo una subida hormonal que le provoco el desmayo— . 

Yo que nunca quise condenar a nadie

—No es seguro, tal vez sea otra cosa, tenemos que hacerle una prueba de embarazo y cuidar de ella,  las consecuencias de la presión arterial no controlada en este rango pueden ser graves e incluyen derrame cerebral— mencionó Danielle—.

—¿Embarazada...?— pronuncie ingenuo, incapaz de moverme, atinando solamente a volver mi vista hacía ____ que seguía perdida en el mundo de los sueños o donde sea que aquellos que se desmayan van—. 

Yo que nunca quise condenar a nadie

terminaba matando todo lo que tocaba.

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No sé si vaya a dejar este capitulo o lo cambiaré más adelante, no me siento muy convencida, igual espero que disfruten. 

Con cariño. 

—Alex💀

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