Capítulo 22


Al final Tom y yo cesamos la risa y la guerra,  sin palabras ni fuerza, en un apacible silencio a través las escaleras, él con Matilde recostada en el hombro y yo con Thomas y sus chinos dorados ondeandome el cuello y el hombro.

—Con cuidado— mencione acostando a Thomas del lado derecho de la cama conforme Tom acostaba a Matilde sin hacer un solo ruido del otro lado de la cama— espera, deja le quitó los zapatos— pedí a lo que Tom sonrió asintiendo con la cabeza— que descansen mi par de piojos— murmure terminando por sacarle los zapatos al rubio, dejando un par de besos en la frente de cada uno antes de que Tom los arropara con la sábana blanquecina, sin borrar su sonrisa, notoriamente enternecido por la escena antes de indicarme con la cabeza que lo siguiera—.

Caminando ágilmente por la oscuridad, con su cuerpo bien definido, me costó más que a él salir sin tropezarme con todo.

—Gracias por ayudarme a subirlos— mencione una vez afuera, viéndolo acomodándose la camisa ligeramente arrugada—.

—No hay problema, no los podíamos dejar en el suelo de la estancia— aseguro esta vez pasando una mano sobre su cabello castaño donde algunos mechones comenzaban a caerle por la frente—. 

Tom Stanley Holland era mortífero 

—¿En qué piensas?— pregunto curioso ante mi lejanía, sin embargo no contaba con las palabras—.

blando 

 —Es...es extraño, despues de todo, despues de todos...el estar aquí, con Mati, Thomas... y tu, n-no entraba ni de cerca en mi lista de posibilidades— confesé— a estas alturas de la noche debería estarme desangrando dopada hasta hueso—.

La luz de la luna colándose sobre la ventana era insuficiente para ver al castaño con claridad, sin embargo podría jurar que me habia dedicado una de sus sonrisas tristes.

—Si es lo malo de la oscuridad, cuando por fin sales la luz te ciega y te quema los párpados —aseguro con ambas manos en el bolsillo del pantalón— pero si te soy honesto— dijo dando un vistazo al pasillo como si estuviera apunto de contarme un secreto, acercándose a mi lentamente hasta que pude sentir sus respiración en mi pómulo derecho—. 

Thomas era...

—No tengo problema con esta luz— me susurro en la pata del oído, separándose de mí con la misma lentitud con la que se acercó— Toma— dijo tomando mi mano entre la suya dejando algo sobre la palma y cerrando mi mano en el acto con el objeto pinchandome la palma—que descanses—dijo volviendo sus manos a sus bolsillos, caminando hacia su cuarto—.

—¿Qué es esto?— pregunté viendo la pequeña y antigua llave oxidada sobre mi palma—¿qué se supone que haga con esto?— cuestione alzando aun más la voz sin percatarme que podia despertar a los infantes—Tom—.

—Estoy seguro que sabrás que hacer con ella— respondió burlón y confiado ante mi incredulidad, antes de encontrar con facilidad la puerta que guiaba a su habitacion entrando y cerrando detrás de si—. 

Thomas era un fantasma

Dejándome en el pasillo con la llave oxidada pero aparentemente funcional 

confundida entre mis ganas de gritarle y correr tras de él.

Pese a no saber su funcionamiento o la razon por la que Tom me daría una llave tan vieja la conserve conmigo, conforme me cambia de ropa y me acostaba en la orilla de la cama al lado de Matilde. 

Debieron pasar al menos dos horas entre la almohada en los pensamientos hasta que finalmente y de costumbre admiti que no podría dormir esa noche, levantándome de la cama en un intento por no hacer ruido y con la llave escondida entre las vendas camine a tropezones hasta el pasillo, donde hubo la luz de afuera se colaba mas permitiendome emprender mi carrera hasta la planta baja de la casa. 

Cierto era que la casa de Tom me era infinitamente intimidante, amplia, colorida y solitaria, mi casa no era muy grande, tampoco mi familia lo era, sin embargo los recuerdos, las huellas que paso dejo en mi me eran finitamente dolorosas, en una casa tan grande como la de Tom ¿como es que podia seguir tomando tanto de sí mismo?  

La cocina estaba más cálida que de costumbre, alguien habia dejado la tetera sobre la hornilla y de ella emanaba  el olor de té caliente de canela y vainilla. 

—Vamos, se que deben tener somníferos por algún lado— me dije a mi misma conforme hurgaba en los cajones con especias, cubiertos y utensilios de cocina— maldición— me queje rendida despues de una búsqueda sin respuesta, apoyando mi frente sobre mis antebrazos—. 

Era patética, buscando siempre la manera más corta de huir, olvidando y sin saber exactamente de que corría.

—Sei in ritardo/ Llegas tarde— escuche delante mío y no pude evitar un respingo aterrando y entorpecido, alejándome de espaldas hasta que choque con el filillo de la barra—. 

Como si no supiera de quién se trataba. 

—¡Maldita sea Holland!— me queje sin embargo el castaño soltó una risa divertido—. 

Aun llevaba puesto su pantalón elegante negro sobre su camiseta de blanquecina con las mangas arremangadas hasta los codos y su corbata negra bien colocada. 

—Lo siento, honestamente pensé que lo sabías— comentó sonriente, girándose para tomar un par de tazas—. 

—¿Se supone que ya debo saber qué me darás un susto de muerte?— pregunte sin poder sacar la vista de su cuerpo conforme vertía el té en ambas tazas—. 

—No precisamente, solo que son las  de la madrugada— dijo esta vez tomando las tazas con ambas manos, caminando en un intento por no cojear hasta la ventanal que daba al jardín cubierto de nieve, antes de girarse para verme indicandome que me acercara— y este es el club para aquellos que no duermen— dijo cuando me acerque, pasando la mesa—. 

—Tom...—.

Susurre completamente enternecida, sobre el suelo el castaño había extendido varias mantas y cojines, en un óvalo pegado a la ventana al cual le agrego una serie de navidad de luz dorada rodeandolo. 

—Bienvenida— susurro sonriente, tendiendome mi taza de té, antes de apoyarse sobre su pierna sana hasta que pudo sentarse, recargando su cabeza y su espalda contra la mesa y la ventana—. 

—Te quedo muy bien— confesé dando un sorbo al té que bajo a través de mi garganta hasta calentarme—. 

—Gracias— respondió antes de posar su vista en el jardín, en el rosal de su madre, trayendola de vuelta una vez más—. 

—La extrañas mucho ¿verdad?— me arriesgue a preguntar, dejando la taza humeante sobre el suelo—. 

Tom no despego la vista melancólica y dolida del rosal.

—No lo sé— respondió asintiendo con los hombros para restarle importancia — ella...— titubeó al decir soltando un respiro antes de posar sus grandes ojos tristes en mi— ella no fue una buena madre del todo, sin embargo era todo lo que teníamos— confesó y el silencio se hizo presente—. 

Había olvidado hace tiempo atras a mi familia, solo era capaz de recordar sus acciones más marcadas.

—¿Puedo hacerte una pregunta?— dijo al notar mi silencio—. 

—Ya la hiciste— respondí y él rió negando la cabeza— adelante—. 

—¿Qué pasó? Después del accidente de tus padres ¿porque no hay un registro tuyo en ningún orfanato?— preguntó cauteloso y me vi a mi misma tragando saliva y apretando los puños para no soltarme a llorar—. 

—Esque nunca estuve en uno como tal— respondí con la piel erizandose ante el recuerdo— cuando mis padres murieron, dos días despues de que se hizo oficial, me llevaron a un orfanato a las afueras de la ciudad, estuve allí al menos cinco meses, entre todo y nada, no era una niña al que alguien pudiera adoptar y lo huérfana lo llevaba en todas las letras,  los demás niños me miraban siempre, extrañados y un tanto asqueados, claro que eso no me importo abnegada del mundo, me sentía muy sola y enojada, sentía que mis padres me habían abandonado y mantenía la esperanza de que algún día iban a entrar  "Hey, esa es nuestra chica, la queremos de vuelta"  le dirían a la directiva y me llevarían a casa con Jake— conte emocionada hasta las lágrimas ante el recuerdo que nunca sanó— pero adivina que—. 

—Nunca llegaron— teorizó con la tristeza raspandole la garganta—. 

—Nunca llegaron— confirme— despues de un tiempo llegaron por mi, alguien habia adquirido mi patria potestad—. 

—Lola— volvió a soltar  mas como pregunta qué afirmación—.

—Si, ese día yo me sentí felíz, era el primer rostro conocido que veía en meses ni siquiera me importaron las risas de los demás niños, porque en ese momento pensé que me llevaría a casa con mi familia y todo estaría bien, cierto fue, que me llevo a casa, abrió la puerta con el manojo de llaves de mamá, me empujó dentro, tiró las llaves al suelo y se fue, ese día busque como loca por toda la casa a mi familia, nunca los encontré y nunca llegaron, ni siquiera cuando pase un mes durmiendo en el sofá frente a la entrada—. 

—¿Que paso con Lola?— preguntó—.

—No lo sé, despues de esa ocasion no la volví a ver hasta que cumplí los trece— confesé en un intento por estirar mi memoria— tenía cinco, estaba triste, enojada y hambrienta, el agua y la luz  habían sido cortados meses atrás, las noches eran una pesadilla... eventualmente los dias tambien lo fueron, no podía conseguir trabajo, nadie le da trabajo a una niña deprimida de cinco años por lo que iba a los mercados públicos para llevarme a la boca lo que fuera que los demás tirasen al suelo, manzanas, guayabas, jitomates, lo que fuera, hasta que cumplí siete, lave varios autos, cargue las cosas que la gente rica no quería cargar, me mantuve viva, pese a que no quería estarlo, despues entre a trabajar con Lola y lo demas ya lo sabes—.

—Lo siento mi ángel— soltó entristecido, como si no tuviera a nadie a quien llorarle tambien, acercándose por si necesitaba abrazarlo, no dudara en hacerlo—. 

Y lo hice

porque lo necesitaba

a Tom,

a mis padres

y a mi hermano

—Ni siquiera me dejaron ir al funeral... n-no me dijeron donde los enterraron o si lo hicieron, me quitaron todo derecho— esta vez chille con ganas dejando que el latente y mortífero castaño me estrechara entre sus brazos y me dejara descansar la cabeza en su pecho—me los quitaron—.

Se habían ido,

no habían dicho a donde ni porque

simplemente se fueron 

y las dudas me mataban 

y las dudas me mantenían en esperanza 

de que algún día

serían respondidas

__________________________________________________________________________________________

Muchas gracias por leer, votar y comentar, se que he estado un poco inactiva pero es porque en mi país y en mi lugar de origen los exámenes de admisión a la universidad  ya están a la vuelta de la esquina y aquellas/llos que ya llevan aquí mucho tiempo sabrán que el año pasado yo no califique para ninguna de ellas, por lo que este año me estoy esforzando al doble lo que me deja poco tiempo para escribir.

Gracias por todo su apoyo y cariño ❤✨✨

Las adoro

-Alex💀

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top