Capítulo 18

24 de Diciembre
Monterrey, NL, México.
9:45 pm

Los podía ver dandome miradas furtivas de vez en cuando, murmurando ocasionalmente mi condición replantandose si debían dejar que sus hijos se me acercaran a mi.

Sentado en la sala, pellizcando la envoltura de un dulce delante mío, casi inconsciente - y por suerte- del alboroto de risas y gritos que se desataba a mi espalda. 

La familia de Isela era una de esas familias infinitas por el siemple hecho de que eran muchos hermanos y Isela era la octava de nueve hijos, que a su vez trajeron al mundo a más niños, los cuales corrían detrás de Andrea y hacían sus intentos para que Mark les prestara a July intentando sacarle una risotada a su vez. 

Mark tenía a toda su familia en Colombia, por lo que nunca íbamos a pasar la navidad con ellos, simplemente veníamos a casa de la abuela a cenar y a que se emborrachara un poco, despues regresabamos en cuanto a July se sintiera irritada por el ruido. 

Pase alrededor de una hora sentado en el sillón mirando la figurilla de una rottweiler de porcelana sobre la mesilla de cristal delante mío que estaba por quedarme dormido hasta que sentí el peso de alguien sentándose a mi lado.

-¿Quién es Tom?- soltó de golpe erizandome la piel hasta sentir el hormigueo alcanzando mi nuca y la planta de los pies-. 

-Nadie- solo nuestro hermano mayor - ese señor estaba borracho-.

-Te creería, de verdad que lo haría, de no haber visto cuánto te afecta escuchar el nombre y de no ver como Mamá y Papá se ponen nerviosos cada vez que les pregunto- dijo mirando el perro de porcelana sobre la mesa y descansando sus manos sobre sus muslos- Harry se ha ido, Sam-.

-Lo sé- susurre desganado tallando la palma de mis manos sobre mis pantalones para sacarme el sudor de ellas-. 

-¿Lo sabes?- preguntó- ¿Lo sabes de verdad?- repitió fingiendo sorpresa, girándose levemente para verme a la cara con sus manos derecha apoyada sobre su muslo- si lo sabes explicame por que siento que te perdí más a ti que a él- mencionó dolido haciendo que mis pulmones se encogieran sobre mi esternón-. 

-Paddy...- susurre pero realmente no tenía nada bueno que decirle-. 

-¿Que me estas ocultando Sam? ¿Q-quién es Nicola? ¿Quién era ese tipo?- aquellos que te amaron y no conociste- por favor dime- suplico un tanto exaltado y desesperado- ¿Quién es Tom?-. 

Aquellos te aman...son los primeros en irse.

La mitad de nuestra familia está muerta así que solo nos queda escondernos en una de papel.

Tal como había dicho Harry, era cuestión de tiempo para que Patrick empezará a notar las diferencias entre sus "hermanas", entre su "familia", más con el nombre de Mamá y Tom tan presente, seguir prolongando la mentira solo le haría más daño al saber la verdad.

-Patrick...- sin embargo- te juro que no se quien es son- eran- esas personas- eran todo para mi Patrick-. 

Mentir solo dañaría más a Patrick, sin embargo no era lo suficientemente valiente para sincerarme con él y en mi ser las palabras eran inexistentes para explicar el hecho de que su verdadera familia, sus verdaderos padres, se amaban de la manera más dañina posible, dejando las secuelas sobre la espalda de un hermano mayor, que desesperado y perdido, se  des anuo de él, mandandolo lejos, haya, junto sus otros dos rotos hermanos, para intentar terminar una vida que ni siquiera había comenzado.

-¡Vengan todos a cenar, esto está "uy" para chuparse los dedos!- gritó la abuela con su voz desgastada desde el comedor junto a la cocina, lo cual agradecí ya que no era capaz de soportar durante mucho tiempo las preguntas del pelirrojo- ¡Vengan ya o me lo como sola!- gritó la mujer mayor con cabello con su cabello rubio y corto esponjoso y su vestido de flores largo desde el pie de la sala, mirando como todos, tanto niños como adultos corrían hasta tomar su lugar en la mesa cuyas sillas siempre eran exactas y acordes al número de invitados-. 

-Lo extraño Sam, tanto como te extraño a ti- dijo como último poniéndose de pie, acomodándose el saco gris de su traje-. 

¿Tom usará trajes? 

-Se que me ocultas algo, tú, mamá y papá y algún día lo sabré y solo espero que sea de ti- respondió con seriedad, mirándome antes de desviar su vista al comedor donde Annie una de nuestras tantas primas lo llamo-.

Quedandome solo nuevamente sobre el sillón de la estancia, donde todas las luces permanecían apagadas para darle cabida al árbol de navidad cuyas luces de colores tintineaban alegres. 

Me sentía solo y ni aun con tanta soledad, podía dejar de añorar mi hogar desastroso.

-Sam- Isela me llamo suavemente, apoyando su mano sobre mi hombro desde el respaldo del sillón- es hora de cenar- respondió suave-.

A penas alce la cabeza para ver su rostro suplicante y gire mi vista hacia el comedor, pude ver como todos guardaban silencio para verme curiosos, unos cuantos comenzaron a murmurar, otros simplemente se relamian los labios divertidos. 

-Si- susurre aun que mi estómago estaba encogido sobre mi vientre, levantándome hasta rodear del sillón, donde Isela me tomo de la cintura con una sonrisa hasta que me pude sentar en mi sitio y ella en el suyo, al lado de Mark-. 

-¿Dónde está Elizabeth y Clara?- preguntó Aaron el hermano de Isela a una silla de distancia de mi-. 

Ellos tenían muy por sentado que nadie podia empezar a comer si faltaban lugares en la mesa y eso me revolvía aun más el estomago en mi sitio. 

-Aquí están- anuncio Annie, la esposa de Aaron, otro hermano de mamá, con la pintura de los labios roja corrida manchando sus dientes blancos y con ambos niños sujetos de la mano- vayan a su sitio mis amores- mencionó plantando un beso en la mejilla de Elizabeth que sonrío hasta correr y tomar su lugar-. 

-Quiero empezar agradeciendo la presencia de cada uno de ustedes, se que algunos viven al otro lado de la ciudad y unos cuantos ni siquiera viven a la ciudad y significa mucho para mi que hagan sus esfuerzos para pasar esta fecha tan importante conmigo, a pesar de que ya soy vieja y no puedo hacer mucho- comenzó a decir Natalie, la abuela, con una sonrisa tan amplia que denotaba aun más las arrugas de su piel bronceada-. 

-Espera mamí- interrumpió Aaron inclinándose para mirar a la sala- ¿quien falta?- preguntó y me vi cohibido a inclinarme, tomando el tenedor entre mis manos, apretando las puntas-. 

-No falta nadie Aaron, no interrumpas- recrimino Annie, la esposa de su hermano Gregor cuyos contorno de labios tomaba un color rojizo-. 

-No...si falta alguien, ahí- señalo Elias el asiento a mi lado haciendo que me fuera imposible respirar-. 

-Les estoy diciendo ¿alguien se habrá quedado en el patio?- replicó Aaron-. 

-Escuchen, ya, ha sido suficiente- exclamó Isela completamente tensa, mirando cómo ocultaba el tenedor debajo de la mesa, apretandolo contra mi palma hasta que me hice daño incapaz de dejar de temblar o dejar la cara-. 

-Isela calmate- alguien exclamó-.

-¡Hey no peleen! ¡Mejor investiguen quién falta!-. 

-¡No te pongas a gritar como si nosotros tuviéramos la culpa de quien falta a la cena de navidad!-.

-Mamá- escuche mencionar al borde de las lágrimas a Paddy, mirándolo levemente-. 

Él lo sabía tan bien como yo.

-¡Ya callense, por favor!- gritó Isela enfurruñada-. 

-¡Isela!-  gritaron incriminatorios del otro lado de la mesa, dando inicio a un silencio denso y pesado que hizo a la abuela apoyar la cara contra las manos con frustración.

-Harry- mencione sin voz y pude sentir de manera inmediata la vista de todos sobre mi- es la silla de Harry-dije con más fuerza meciéndome con ansiedad, soltando el tenedor sobre la mesa para esconder mis manos entre mis muslos-. 

-Está de viaje - balbuceo July agitando sus pies y sus manos-.

-Está de viaje- repetí, rendido recargandome sobre la silla, del otro lado de la mesa Mark acariciaba la espalda de Isela mientras en la sala reinaba el silencio pesadumbroso de quien apuñala a alguien y se queda por el puro placer de verlo morir-. 

-Lo siento mucho, fue mi error, y-yo- comenzó a disculparse la abuela Natalie con tristeza y con la cuenca de sus ojos húmedas-.

-Está bien Mamá- sentenció Isela con seriedad y la mujer tembló antes de taparse el rostro con las manos en un intento por calmarme- me puedes pasar un poco de pavo- pidió y dio por comenzada la cena, pasando de uno a uno los recipientes de comida hasta que hubo en el plato de todos al menos cuatro tipos  diferentes de todos-. 

-Oye Sammy- me llamó Aaron que desde que me paso el recipientes de espinacas no había dejado de mirarme- sabes...nuestra Katherine está estudiando psicología y tiene que, tratar a alguien para su proyecto final este año y no sé...estaba pensando que tú...serías una buena opción- dijo sonriente antes de meterse un pedazo de pavo a la boca-. 

-Aaron- esta vez le reclamó Mark apretando la mandíbula-. 

-No, no, esta bien- respondí dándole vuelta a la carne sobre mi plato- porque está bien juzgar a alguien cuando no has sentido su dolor- seguí y todos dejaron de comer para mirar- yo pierdo a mi hermano, lo veo irse, justo delante de mis ojos, veo a la gente morir delante de mis ojos pero al final solo soy un loco-. 

-Mi hijo no es el conejillo de indias de tu hija- me defendió Isela, a lo que la mira fijamente pidiéndole que se detuviera-. 

-No, mi respuesta es no- respondí soltando el tenedor sobre el plato cuya comida ni siquiera había tocado y girandome para encarar a Aaron- no quiero ser el experimento de la perra de tu hija, porque no mejor no le pides que analice a tu esposa que se acuesta con tu hermano Gregor incluso cuando están en la misma casa- escupí y Aaron me miro con molestia- ¿Qué?¿Todos lo sabían menos tú?- bufé con ironía bebiendo un poco de agua antes de levantarme de la silla- voy al baño- avise-. 

-¡Annie!- le escuché gritar desde mi espalda-. 

-¡Te juro que no es verdad! ¡Ese niño esta loco, perdio la cabeza!- se defendió-.

-No, no, no te equivoques, mi hijo podrá estar "loco" pero dice la verdad- se burló mamá y no pude evitar soltar una risa conforme subía las escaleras a la segunda  planta, escuchando como los gritos y llantos se intensificaban-. 

Encontré mi camino hasta el último baño de la casa mediano y cuyos azulejos azul cielo reflejaban un enorme eco, esta vez el muchacho del espejo me sonrió levemente, aunque detrás de la sonrisa débil aun sobre salieran las ojeras. 

-Haber como arreglo esto- susurre de nueva cuenta con los pies en el suelo, pese a que mamá me había apoyado era consciente de que tendría que pagar los platos rotos por mis acciones arrebatas, aunque por un momento no quería pensar en ello. 

Por un momento quería sentir el dolor pintado de nostalgia, sentándome sobre la tapa del inodoro coral, deslizando mi mano dentro de mi abrigo, sacando la foto para verla detenidamente. 

Y vaya que dolió

Sobre todo cuando al girarla pude ver su letra

 La letra amotinada y confusa de mi hermano Harry se había empeñado a escribir en la parte trasera de la foto

Un número

El cual vago por mi cabeza y mis manos temblorosas al menos veinte minutos 

Antes de que buscará de manera desesperada mi celular 

Con la vista borrosa por las lágrimas y los labios sangrantes tras morderlos con nerviosismo 

Marque el número con torpeza

 Llevando el movil a mi oído mientras aguantaba la respiración y el corazón se me agolpaba en el pecho

Escuche su voz.

-Bueno- dijo y no me creí capaz de temblar tanto- ¿Quién habla?- preguntó no pude optar más que por alejar la bocina de mi, soltando un alarido antes de volver a escuchar- ¿Quién anda ahí?-. 

-Thomas- lo llamé intentando conservar la calma-. 

Reconocerían su voz en cualquier lugar, aun si han pasado mil años. 

-Sam- susurró -.

Y vaya que dolio

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Muchas gracias por leer y comentar ❤❤❤✨

 Las quiero mucho ❤❤❤✨

-Alex 💀

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