Capítulo 17

"Úsame hasta que no haya nada que dejar"

24 de Diciembre
Monterrey, NL, México.
6:35 pm

-Sam- la escuche llamarme desde la puerta, sentado en mi escritorio mientras fingía que estudiaba y me distraía- ¿Vas a comer?

Ella sabía bien por la manera encorvada que tomaba sobre la silla y mis ojos cansados, que solo estaba fingiendo para no hacerla sentir peor. 

-No...no creo, me acabo de comer el emparedado que me haz hecho en la mañana, así que no tengo mucha hambre...- mentí, cierto era que en cada vez que intentaba comer mi estomago me desobedecia y mi garganta se cerraba, sin fuerzas de explicarle ello mantenía toda la comida que me daba en bolsas de plástico debajo de la cama las cuales sacaba solo cuando nadie veía para tirarlas a los contenedores de basura-.  

-Ahora me baño y me preparo para ir con la abuela- asegure moviéndome sobre la silla, atreviendome a mirarla con una de las mejores sonrisas para demostrarle que "está bien"-. 

Por la manera en que sus cejas se ciñeron con tristeza...no me creyó. 

-Eso sería muy lindo de tu parte- susurro engañandome con otra sonrisa mientras se mantenía en el marco de la puerta, donde sus dedos tambolirearon sobre el borde de madera blanquecina pensativa sobre cuál sería la mejor elección de sus palabras-. 

-Por su puesto- le dije volviendo la vista a mi escritorio, cuyas hojas  había garabateado ocasionalmente y torpemente sin tener realmente la más mínima idea de que hacía fingiendo que me podia concentrar en los ejercicios de algebra- solo...solo guardo todo esto y me doy un baño- me apresure a decir sintiendo al nerviosismo al ver que no dejaba de mirarme-. 

Como el maldito cobarde que era, temiendo de todo aquel que me mirase por periodos de tiempo prolongados. 

-En...en un segundo, y-yo- mis manos se movieron con impotencia sobre el escritorio, temblorosas incapaz de tomar los lápices sin dejarlos resbalar- podrías...por favor- "trauma" dijo la psicóloga- por favor- suplique temblando de la impotencia, fijando la vista en el tablero  y aplastando las hojas contra el escritorio con las manos- podrías dejar de verme así por favor- suplique y ella soltó un suspiro cansado-. 

Si hay algo peor que haber perdido un hijo es sin duda cargar con otro hijo lleno de traumas, que finge mejorar, pero solo empeora. 

-Claro...yo... iré a preparar a Andrea y a July, si me necesitas estaré en el cuarto de las niñas- informó indecisa en si debía irse  o llamar al psiquiatra, apoyando la mano levemente en la perilla, dando un vistazo nervioso al pasillo antes de decidirse hablar ante mi silencio- solo una cosa... ¿Ya has tomado tus medicinas?-. 

Loco de mierda.

-Sí- respondí con simpleza recorriendome junto con la silla para verla, aprisionando mis manos entre mis piernas a la espera de que esto parara los temblores-.  

-Esta bien, me parece perfecto- dijo un tanto apresura, conforme, asintiendo con la cabeza antes de rascarse la frente para irse antes de regresar sobre si misma de nueva cuenta- Sammy...- me llamo pero ya conocía esa faceta suya- te quiero mucho ¿lo sabes verdad mi niño?-.  

-Yo tambien te quiero mucho mamá- le mentí para calmar sus deseos de cubrir esa figura maternal en mi que nunca lleno y ahora más que nunca sin Harry allí para cubrirme, buscaba llenar- mucho- susurre con una pequeña sonrisa a lo que ella respondió complacida entrando de lleno a la habitacion abrazandome por los hombros y dejando un beso sobre mi cabeza, acariciando mi cabello antes de irse, girando ocasionalmente para verme-. 

Lo cierto era que nunca podría ver a Isela como mi madre, había veces que incluso desconocía a mi madre biológica como una al ver todo lo que permitia que papá le hiciera a Tom y cierto era que a pesar que Isela fuera un ejemplo claro de humano ejemplar, lo más que podía llegar a hacer era respetarla y admirarla, como mujer, no como madre. 

Y cierto era que tomaba las medicinas, aunque estas no ayudaban mucho y solo me recalcaban el hecho de que había perdido  la cabeza y ahora el mundo me miraba con lastima, con temor, como aquel niño inválido o enfermo de cáncer que no importa que tan pedante o grosero sea, tienes que tratar bien y ser amable por el simple hecho de que...está muriendo y si ese es mi caso a veces me gustaría que supieran que no necesito su lastima porque yo ya estoy muerto.

Y no hay cura para ello. 

-¡Mamá, Andrea no me quiere dar mi corbata!- le escuche decir a Paddy desde su habitación-.

-Maldición- susurre para mi mismo, meciendo mis piernas levemente, escuchando las pequeñas pisadas descalzas de Andrea dirigiéndose a mi habitacion-. 

-¡Sam!- gritó Andrea abriendo la puerta de golpe hasta que topó contra la pared despostillando, llevando mis nervios al borde, haciéndome dar un respingo tembloroso, a pesar de que la había escuchado venir- ¿Me ayudas a hacer mi corbata?- pidió acercándose a mí   mientras intentaba normalizar mi respiración hecho ovillo con las manos pegadas a los oídos-.  

-¿No cree que está exagerando un poco?- escuche a Mark a través de la puerta de aquel consultorio psiquiátrico de paredes blanco coral y pinturas abstractas-.

-¡Mark!- le recrimino Isela-.

-Señor...su hijo tuvo experiencia traumante, las cosas que vio, ustedes no tienen idea de cuanto se calló para no horrorizarlos, es normal que un trauma así, más en un momento de duelo-.

-¿Que debemos hacer para ayudarlo a superarlo?- preguntó Isela con angustia-. 

-Difícilmente se puede superar un trauma así,  pude tomar meses, años o incluso toda la vida, cierto es que Sam se cierra a sí mismo, ahora que a aceptado la muerte de Harry es incapaz de encontrarse en otra situación que pendido a la deriva de nada-. 

-Sam- Andrea me llamo- Sam ¿Me vas a ayudar?-. 

-Uno no supera un trauma, tiene que aprender a vivir con él- afirmó la psiquiatra pero lo único que puedo recordar de ella son sus labios partidos y pintados de un rosa claro, como los de Jupe-.

Jupe.

Cierto era no podía dejar de pensar en Jupe, como una maldición más que congregar a la lista, aparecía siempre allí sobre los huecos de mi cuerpo, en los lunares de mi espalda y los espasmos de mis piernas, en un extraño conflicto entre mis ganas de matarlo y de volverlo a ver. 

-Cierra la boca- le susurre al borde de un ataque de pánico pero Andrea que llevaba un vestido rosa pastel con grandes flores sobre la cintura  en color dorado parecía enmañada en ignorarme-.

-¿Que podemos hacer para ayudarlo?- preguntó Mark-.

-Eviten mirarlo fijamente durante mucho tiempo, eso le causa cierta regresión y puede saltar su paranoia-. 

-¡Andrea!- grito Paddy en su búsqueda desde la sala-

Callate 
CallATE
cALLAte

-Eviten los escándalos, gritos y sorpresas Sam está en un estado crítico que necesita toda la paz posible-.

-¡Sam!- gritó ansiosa Andre por no ser atrapada, acercándose hasta  tirar de la manga de mi camisa-. 

-Pero lo más importante, si está alterado: No lo toquen-.

-¡Cállate!- le grité con todas mis fuerzas, tomando un libro del escritorio, lanzándolo contra la pared sacandole de tajo un grito horrorizado por parte de Andrea que se tiró al suelo, recorriendose hasta topar con la pared- ¡¿Porque tienes que ser tan malditamente ruidosa?! ¡Solo cállate!- grite efusivamente tirando al suelo todo aquello que pudiese estar en el escritorio y  sintiendo el ardor arrasar mi garganta-. 

-Andrea- mencionó Paddy al llegar a la habitación tras seguir al escándalo, mirándome como aquella vez yo mire al asesino de mi hermano- ven, ven, todo estará bien- le aseguró a la niña que lloraba con las rodillas pegadas al pecho sobre el suelo entrando con cautela para tomar a Andrea en brazos, cargándola cual princesa para salir de la habitación en brazos no sin antes mirarme con resquemor-. 

-¿Porque Sam es tan malo?- le escuche llorar a Andrea incluso cuando ya estaba lejos-. 

-Tiene miedo- respondió Paddy-.

Cierto era

Que nunca deje de tenerlo. 

-Dios...- susurre rendido, tirándome sobre la cama completamente desganado-. 

A pesar de los esfuerzos y las promesas y mis intentos, cada día me sentaba peor que el anterior. 

Y estaba cansado de buscar en la calle a través de la ventana los rostros de aquellas personas que no volverían. 

Cansado y harto de llorar, me levanto sin siquiera mirar el desastre sobre el suelo, directo al baño hasta que me despojo de mis ropas y quedó completamente desnudo ante el espejo desde donde puedo ver mi figura debilucha y pálida, donde me atrevo a repasar el camino de besos y chupetones ahora casi invisibles que dejó Jupe. 

Que a pesar de que pase treinta minutos bajo la lluvia de la ducha, estos no se borraron, solo se hicieron más fuertes.

Cuando era Nochebuena en Londres no solíamos hacer nada especial o interesante, Mamá solía cocinar estofado de ternera y papas junto con Tom mientras que nosotros preparábamos la mesa y esperábamos a que Papá llegara sin ganas de golpear o flagelar al castaño, que se sentaba siempre a mi lado izquierdo, ayudandome a cortar la ternera y alcanzar los cubiertos al saber que yo podía ser bastante estúpido, despues y si teníamos suerte nos podíamos permitir el postre en la sala, mientras mirabamos una película en la sala y ocasionalmente Papá nos arropaba y nos acariciaba la cabeza y Tom tenía que fingir que no se tensaba de nervios al verlo poner las manos sobre nosotros. 

Y Tom tenía que aguantar la respiración y morderse los labios al sentir su tacto. 

Thomas... 

-Si tan solo supieras lo mal que la estoy pasando por aquí- le al muchacho casi irreconocible en el espejo empañado por el vapor y que cuyo cuerpo cubierto de gotas apresuradas por bajar, seguía buscando parte de mi hermano en él-vaya mierda- le repetí dedicándole una mirada asqueada antes de salir del baño ignorando el desastre y caminando hasta el armario, donde intenté vestirme lo más decente posible-. 

Una camiseta a rayas, junto con un pantalón café oscuro fue lo mejor que pude elegir, ya que, desde hacía tiempo toda mi ropa había dejado de quedarme, resbalandose fuera de mi cuerpo y enseñándole al mundo mis clavículas huesudas-. 

-Sam- dijo Isela del otro lado de la puerta, tocando con los nudillos antes de abrirla asomando su cabello lacio y dejando entrar el olor de su perfume- ya tenemos que irnos- dijo sería, claramente se había enterado de mi encuentro con Andrea y a pesar de que no estaba dispuesta a decir nada, me daba entender el grado de su desaprobación- te esperamos abajo- puntualizó, no sin antes mirar el desastre sobre el suelo, antes de girarse cansada hasta desaparecer por el pasillo-. 

-No llores maldito cobarde, no te atrevas a llorar por esto- me dije a mi mismo, mordiendome a los labios aunque nisiquiera sabía exactamente por quien lloraba, inclinándose para recoger los lápices y los libros del suelo-. 

Con la vista borrosa por las lágrimas, al principio pensé que lloraba por Mamá, luego por Thomas y Harry, pero al final supongo que llore un poco por todos. 

Uno a uno los libros fueron volviendo a tomar su lugar sobre el escritorio donde seguramente volverían a tomar polvo sin que los tocara. 

Abierto a la mitad, poca abajo y con la pasta dura, se encontraba el libro que le había  lanzado a Andrea y cual apenas tomarlo desprendió un par de papeles que cayeron hasta debajo del tocador. 

-Mierda- maldije para mis adentros, aprovechando mi momento de distracción para dejar de llorar, lanzando el libro contra la cama para tomar ambos extremos del mueble, haciendo mi mayor esfuerzo por empujarlo-. 

Después de un par de intentos el mueble cedió lo suficiente para dejarme ver la esquina del papel la cual pellizque a la espera de que saliera antes de romperse. 

-Vamos- suplique y parte de la esquina se rompió antes de salir haciéndome caer de bruces contra el suelo por el esfuerzo-. 

Aun arrugada y un tanto sucia tenía la foto que Harry me dio una noche antes de morir, casi previendo su destino, quedándose al lado de Tom que miraba feliz a Paddy recién nacido. 

-¡Sam!- Mark me llamó desde la escalera un tanto molesto- ¡vamos a llegar tarde!- él odiaba ser el último en llegar a la cena de nochebuena-. 

-¡Voy!- le grite queriendo romper la foto en mil pedazos-. 

Muy por el contrario la guarde en el fondo de mi abrigo. 

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Muchas gracias a todas por leer y comentar eso me deja claro que les esta gustando y me motiva a seguir escribiendo ❤❤❤✨

He considerado necesario y justo establecer un control para que ustedes sepan cuando se actualizaran ciertas historias y así no se queden esperando de más.

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