Possesed: ☠Timothy☠

La kunoichi pelirroja vestida con un mono negro entró en el laboratorio de la guarida.

—¿Donnie? ¡Donnie! Ts, no está— refunfuñó en voz alta.

—¡Si buscas a Donnie, ha salido a la superficie a rebuscar entre la basura!— Mikey la había oído desde la otra sala, ya que estaba pasando justo por la entrada.

—¿En la basura?— se extrañó. Esto último ya no lo oyó nadie.

Suspiró y se sentó donde pudo a esperar el regreso de Donatello.  Estaría recopilando cacharros para realizar algún invento de los suyos. Maldición, ahora que necesitaba verlo cuanto antes. Ese dichoso cristal empezó a brillar solo, y después sintió un dolor de cabeza tan terrible que tuvo que echarse a dormir toda la tarde. Ahora que ya estaba recuperada, quería saber lo que le había pasado. Seguro que su inteligente amigo podrá ayudarle.
Apoyó los codos en los muslos y agachó la cabeza para tocarse las sienes con ambas manos. Lo estaba volviendo a sentir en ese mismo instante. Era como un gran pellizco en su cerebro que lo hacía retorcer, aunque este no era tan doloroso como el anterior.

—Aag...

Podía sentir ahora una extraña sensación dentro de su cabeza, tal como otra mente colándose en la suya. Y entonces oyó dentro de si:

—No te resistas...

April pegó un grito por acto reflejo y entró en pánico. De pie, miraba atemorizada hacia todos lados con las manos en la cabeza mientras esa sensación de antes se incrementaba más y más, como un abrigo que la envolvería y no se podría quitar. El cristal colgado de su cuello, brillaba.

En el otro lado, con el volumen del televisor a tope y mascando ruidosas y crujientes patatas, Mikey no se percató de nada.

—¡No! ¡Noo!—gritaba una desesperada April.

—Ya...por completo...solo uno....

April se quedó quieta. Sus ojos se nublaron.
April ya no era ella.

Timothy, o mas bien el hombre mutágeno, encerrado en una urna de cristal pegada a la pared, fue el único testigo de lo ocurrido. Lógicamente, se alteró por lo que había tenido que ver, y empezó a mover la boca por nerviosismo como si se tratara de un pez.

—Blup, blup...

April giró el cuello hacia él, pero parecía no mirarle. Entonces recibió una extraña orden en su mente:

—Comprobemos hasta que punto te tengo...Mátalo...lo quiero muerto— al decir una frase completa, quizá era un signo de que la inteligencia del ente había aumentado.

—Lo quiero muerto—repitió la boca de la chica.

Alzó su brazo en dirección a Timothy con la palma abierta. Cuando la cerró, el cristal que lo mantenía encerrado se partió en mil pedazos y todos los miembros del mutante quedaron desperdigados por el suelo. Intentaba ponerse erguido, pero se le era imposible. Con una mano, April ejercía fuerza mental sobre él para aprisionarlo contra el suelo y con otra, usó telequinesia con un gran trozo de cristal, el cual segundos después impactó en el cerebro de Timothy, clavándose en él, radical, fugaz.
Sus globos oculares rotaron hacia arriba y su corazón ya no hacía movimiento alguno. Lo que un día fue un muchacho ingenuo y torpe, primero se convirtió en un asqueroso mutante, y ahora ya no era nada.

April sonrió. Sonrió porque el ser que estaba dentro de ella estaba feliz, y las emociones de él eran compartidas con ella. Y las de él gobernarían las suyas siempre.

¿Y qué era él exactamente? ¿Podría ser la entidad más malvada con las que las tortugas han de librar? Todo pinta que así es...

—Ahora...empieza...la fiesta...

💀