Capítulo veintiséis: Game of Survival.

Min Yoongi

La mañana del siguiente día llegó y por lo tanto un sentimiento de angustia y adrenalina se instaló en mi pecho. Sabía a la mierda a la que nos íbamos a enfrentar y sinceramente, no estaba preparado ni física ni mentalmente para lo que estaba a punto de vivir mañana.

Esperaba que nada saliera mal.

Hoseok se había encargado de recoger todas sus cosas y la de los chicos en sus respectivas mochilas, para que cuando regresaran de hacer guardia sólo se dedicaran a descansar un poco después de la noche tan pesada que tuvimos. Y mientras tanto yo, también fui por mis cosas ya que estaba decidido que regresaría con ellos.

Lo que más me sorprendió, fue el hecho de que cuando llegué a mi departamento y entré, Seulgi me ignoró olímpicamente para encerrarse en nuestra habitación y antes de que pudiera decir algo, todas mis pertenencias ya se encontraban fuera de esta.

¿Eso significaba que ella y yo ya no éramos nada?

No me quedé con la duda, así que caminé y entré a la habitación donde ella ya estaba guardando todas sus cosas también. Oyó que cerré la puerta y me miró de reojo, pero segundos después siguió guardando su ropa como si yo no estuviera ahí.

—Seulgi...—Susurré acercándome a ella, pero cuando estuve lo suficientemente cerca, ella estiró su mano hacia mi dirección para que dejara de acercarme.

—No te acerques, Min. Dejé tus cosas allá afuera, puedes retirarte de este departamento porque ya no vives aquí—Ella me volteó a ver y yo la miré sorprendido por la seriedad con la que me estaba hablando—, ¿Qué esperabas? ¿Qué fuera detrás de ti a rogarte para que cuides a tu hijo? No, no lo haré. Ahora que vamos a irnos del edificio, le pedí a Jin que si antes de llegar a la estación de trenes, nos podíamos detener en una farmacia y él aceptó. Me haré una prueba de embarazo para verificar que estoy en lo correcto y si sale positivo, yo lo cuidaré sola, no te preocupes.

—Pero Seulgi, yo...—Traté de hablar, pero ella negó suspirando.

—Yoongi, no hagas las cosas más difíciles—Dijo soltando lo que traía en la mano para voltearme a ver—. Quieres a Jimin, ¿no? Él es quien manda en tu corazón, no yo. Me di cuenta de que tu orientación sexual no es solamente heterosexual y por eso estás detrás de Jimin...te gusta, te ha gustado todo este tiempo, pero nuestra relación comenzó y ya no tuviste oportunidad de acercarte a él. Lo pensé bien y no puedo ser novia de un hombre que posiblemente me puede engañar con alguien de su mismo sexo, simplemente no puedo soportarlo—Ella se acercó a mí y tomó mi hombro mirándome con los ojos llenos de lágrimas—. No eres un hombre malo, de hecho, te admiro por lo que fuiste y por lo que eres ahora...pero quiero que esto termine aquí de una vez por todas. Sé que tal vez otra vida alberga en mi vientre, pero no será tu responsabilidad, sino solo la mía. Estamos haciéndonos daño y quiero dejar esto ahora que estamos a tiempo de que las cosas terminen bien.

—No puedo dejarte sola...Si quedaste embarazada, también es mi responsabilidad.

—No, Yoongi. Muchas personas ya te lo dijeron y yo ahora te lo vuelvo a repetir...Jimin es tu verdadera y única responsabilidad.

Ella se acercó a mí, acariciando mi pecho para después unir por última vez sus labios contra los míos, por lo que se lo correspondí al instante. Pero este no duró mucho, pues ella comenzó a llorar y por lo tanto se separó para poder quitarse rápidamente las lágrimas.

—Un par de chicas del grupo decidieron que estarán conmigo durante todo el trayecto hasta la estación de trenes, cuidándome. Llegaremos a Noruega y si de verdad existe el refugio del que Jin nos habló ayer, podré hacer mi vida de nuevo y estaré a salvo, tú no te preocupes...mis padres me enseñaron a ser independiente y eso haré—Ella acarició mi mejilla y sonrió—. Ahora vete, ellos te esperan.

Yo asentí pasando mi mano por su mejilla para después acercarme a ella y darle un abrazo que aceptó casi de inmediato. Acaricié su cabello un par de veces más por última vez antes de separarme y salir de la habitación con lágrimas en los ojos.

Tomé todas mis cosas y revisé rápidamente con la mirada que no se estuviera quedando nada mío en el departamento. Una vez que estuve seguro de que no era así, salí de ahí para comenzar a bajar las escaleras directo hacia el departamento de los chicos con cierta lentitud, para que ellos no vieran que estaba triste y con los ojos llorosos.

La puerta se encontraba entreabierta, por lo que fácil de abrir y cuando entré, lo primero que fueron las voces de los chicos en la sala, acomodando y guardando sus cosas sobrantes dentro de sus mochilas.

—¿Y la caja con el dinero de Jimin?—Preguntó Hoseok nervioso a alguno de los chicos. Cerré la puerta y los miré a todos sin que ellos se diesen cuenta, pues estaban tan sumidos en lo que estaban haciendo que yo parecía ser invisible para sus ojos.

—No lo sé, Yoongi la tenía—Dijo Jungkook cerrando su mochila y él fue el primero en verme, ya que levantó la mirada y me sonrió—, ¡Yoongi! ¿Dónde dejaste la caja con el dinero?

Todos voltearon a verme y dejé mi mochila a un lado para acercarme a ellos con la mirada confundida.

—El día en que vine, la dejé en la mesa del pasillo, donde están las figurillas...—Dije acariciando mi barbilla con confusión—. Esperen.

Regresé hacia el pasillo y rápidamente busqué entre todas las cosas que había sobre las mesitas hasta que logré encontrarla, la cual estaba debajo de un par de trapos. La tomé entre mis manos y regresé hacia donde estaban ellos y Hoseok suspiró aliviado, tomando la caja para después meterla en su mochila y cerrarla en cuanto la acomodó.

—¿Ya está todo listo? —Preguntó Taemin y todos asentimos—. Jungkook preparó la mochila de Jimin y también ya está lista...sólo falta que logremos sacarlo de la habitación.

—Jin vendrá en la tarde para darnos consejos de cómo hacerlo caminar sin que le hagamos daño—Dijo Jungkook sentándose en el sofá.

Pero justamente cuando él dejó de hablar, la puerta sonó repetidas veces y con fuerza, así que todos nos quedamos callados, mirándonos entre sí para ver quién iría. Finalmente, Taemin se acercó a la puerta y abrió asomando su cabeza con cierto sigilo, pero rápidamente regresó a su lugar y abrió por completo, dejando ver a Jin con una cara de horror puro.

—¿Qué sucede? —Pregunté tomándolo suavemente del hombro cuando llegó hasta donde nos encontrábamos. Se notaba muy nervioso y sus manos temblaban ligeramente, como si hubiera visto un fantasma o algo peor.

—Espero que ya estén listos. Hubo un repentino cambio de planes—Dijo rápidamente, como si estuviera a punto de entrar en una crisis por los nervios—, nos vamos hoy mismo en la tarde.

—¿Por qué? ¿Qué está pasando? —Preguntó Hoseok y Jin volteó a verlo—, ¿Por qué estás tan asustado?

—Fui a la azotea y los malditos infectados se multiplicaron. Son demasiados e incluso vi algo que parecen...perros. Muchos están cerca de aquí y noté que los infectados están más activos rondando por alrededor de todo el edificio, como si supieran que estamos aquí adentro. No puedo arriesgarlos más, debemos irnos y refugiarnos en otro lado para pasar la noche—Dijo mirándonos a todos—. Si no nos vamos ahora... nadie va a sobrevivir.

Sentí como el aire se me fue de los pulmones por un momento y mi cuerpo tembló del miedo y la angustia. Sabía que mis instintos no me fallaban para nada y ahora estaban completamente confirmadas mis sospechas.

—Yoongi, por favor acompáñame—Dijo Jin mientras miraba a los demás, yo asentí poniéndome a su lado—. Ustedes, vayan a avisar a cada una de las personas de los departamentos que los necesito abajo, en la recepción. Díganles que no hagan ruido por ningún motivo. Vamos, muévanse ahora.

Todos asentimos y cada uno se fue por su lado, mientras tanto, yo seguí a Jin hasta la habitación de Jimin. Una vez que estuvimos adentro, él carraspeó su garganta y Jimin abrió los ojos por el ruido, moviendo su cabeza de un lado a otro con lentitud buscando al responsable por despertarlo.

—Hola Jiminie, necesito que pongas atención—Dijo Jin sentándose a su lado. Él de inmediato trató de alejarse con una expresión sombría, pero él lo retuvo tomándolo de las muñecas—, ¡Jimin, por favor! —Exclamó haciendo que este dejara de moverse y forcejear por el cambio de voz que utilizó—. Te voy a levantar y harás lo posible por caminar unos cuantos pasos, ¿Está bien?

—¿Por qué? ¿Qué está pasando? —Preguntó Jimin con nervios, bajando sus manos para esconderlas debajo de las sábanas.

—Te lo voy a resumir, ¿Sí? Hay muchos infectados allá abajo y debemos desalojar este lugar antes de que nos noten, por eso quiero que te levantes ya que tendrás que ayudarnos a que camines, pues vamos a un lugar que está un poco lejos de aquí y no podemos cargarte hasta allá o perderemos fuerzas.

Me acerqué a ellos dos y toqué la frente de Jimin, dándome cuenta de que su piel estaba a una temperatura promedio, ya no estaba tan caliente como en la noche. Jin se dio cuenta y también tocó su abdomen y su cuello para después asentir, indicándome con la mirada de que la fiebre había bajado considerablemente.

—¿Puedes hacer el intento de levantarte? —Pregunté y Jimin me reconoció al instante ya que levantó la cara, buscándome. Él se quedó unos instantes en silencio, como preparándose mentalmente para lo que estaba a punto de hacer, pero luego asintió rindiéndose.

—Lo intentaré...—Murmuró Jimin soltando un suspiro.

—Ayúdame a levantarlo—Ordenó Jin mirándome y yo asentí. Entre él y yo lo tomamos de los brazos y de la espalda cuando trató de levantarse y lo jalamos hacia arriba lentamente, pero debido a sus heridas gimió del dolor, apretando sus párpados y los puños con mucha fuerza.

—Esperen, esperen...me duele.

—Vamos, un poco más Jimin...—Dije poniendo toda mi fuerza en mis brazos para no dejarlo caer.

Finalmente logró sentarse. Estaba respirando con rapidez y de sus ojos estaban brotando pequeñas lágrimas que se perdía ahí mismo. Me dolía verlo sufrir de esa manera, pero tenía que poner de su parte para que pudiéramos salir de aquí con vida.

—¿Estás listo? —Preguntó Jin cuando lo volvió a tomar de uno de sus codos y de su espalda. Yo lo imité y Jimin asintió, respirando profundo antes de volver a hacer el mismo esfuerzo físico de hace unos instantes.

Volvimos a jalarlo hacia nuestra dirección y Jimin soltó un pequeño grito acompañado de jadeos de dolor cuando trató de enderezarse; sabía que tenía algunas heridas en la espalda y por esa razón le estaba costando mucho mantener una postura firme, por lo que por un momento quise parar y dejar que Jimin se acostara de nuevo para ya no seguir lastimándolo, pero la mirada de Jin me dio cierta fuerza para no soltarlo y seguir tratando para que pudiera pararse.

Jimin tomó mis brazos con fuerza e incluso enterró sus uñas, pero no me inmuté, sólo quería que él pudiera enderezarse completamente para que comenzara a caminar. Tardó unos minutos, pero lo logró, pudo mantenerse de pie por su propia cuenta a pesar de seguir agarrándonos de los brazos, apoyándose levemente para no caer hacia atrás.

—¿Estás bien? —Preguntó Jin y Jimin asintió sorbiendo su nariz. Lentamente nos soltó para dar un paso hacia el frente y luego un par de pasos más, pero con mucha lentitud y suavidad. Comenzó a caminar un poco más rápido, sin embargo, a simple vista se veía que le temblaban las piernas y también apretaba los puños con fuerza, soltando repetidos jadeos de dolor con cada paso que daba.

—Creo que...estoy bien—Dijo casi sin voz volteando hacia nuestra dirección—, sólo dejen que me acostumbre unos minutos y caminaré un poco más rápido... todavía me duelen mucho las piernas y la cadera.

Quise acercarme, pero Jin me tomó del brazo y negó con la cabeza para que dejara que Jimin lo hiciera solo. Suspiré deteniéndome, mirando como Jimin daba pequeños pasos por toda la habitación con tanto pesar que sentí que en cualquier momento caería al suelo. Me estaba desesperando por el simple hecho de no ayudarle, aunque sabía perfectamente que en la tarde debía de al menos caminar para que pudiéramos salir de aquí con vida y sin complicaciones.

—Lo estás haciendo bien, Jiminie—Lo alentó Jin y Jimin sólo asintió tanteando una de las paredes para después recargarse sobre ella. Exhaló fuertemente, agarrándose uno de sus costados seguramente por el dolor—, ¿Te duele el costado?

—Un poco, creo que tengo una herida ahí, ¿Verdad? —Jimin pasó sus manos por su abdomen desnudo y después tanteó suavemente la venda que lo rodeaba—. Con razón me duele, sí tengo una herida.

Él suspiró y volvió a caminar, ahora hacia nuestra dirección. Observé como lentamente se acercó a donde nos encontrábamos, estirando sus manos en un intento de saber que había frente a él y luego posó su mano sobre mi pecho, aferrándose a mi playera en cuanto llegó.

—Lo has hecho bien, Jiminie—Dije con una sonrisa, pero él solo asintió suspirando con cansancio.

—Yoongi, ayúdalo a que se vista y si pueden, traten de bajar, ¿Está bien? —Dijo Jin caminando rápidamente hacia la puerta—. Debo de ir a ver que todos ya se encuentren en la recepción para comenzar a dar indicaciones de lo que haremos en la tarde, de todos modos, si no pueden bajar, yo subiré para decirles, ¿Sí?

—Claro, Jin. Gracias—Dije sonriendo y él me imitó, para después salir de la habitación y segundos después, oí como se cerró la puerta principal del departamento.

—Buscaré algo cómodo entre tu ropa, ¿Sí? —Dije separándome de Jimin—, tú trata de seguir caminando por la habitación en lo que escojo tu ropa.

Caminé hacia la mochila de Jimin y me agaché, abriéndola para sacar toda la ropa que se encontraba dentro, pero no veía algo que fuera cómodo para el cuerpo lastimado de Jimin, pues todo parecía ser tan ajustado que incluso a mí me dolía.

Después de unos minutos buscando entre la ropa, me decidí por el pantalón menos ajustado que vi y una playera holgada, así con su sudadera y su chamarra sería perfecto y no tendría frío ni tampoco lo lastimaría.

—Jimin, ven—Dije levantándome con el montoncito de ropa entre mis brazos y me acerqué a él para tomarlo de la muñeca con suavidad. Él caminó lentamente hasta quedar frente a mí y suspiré aguantándome las ganas de abrazarlo con fuerza.

—Te pondré la playera y luego el pantalón, ¿Sí? —Él asintió y yo dejé la ropa sobre la cama. Tomé la playera y la pasé por su cabeza con mucho cuidado de no lastimarlo—, levanta un poco los brazos—Él lo hizo, así que aproveché para meter por completo la playera para después acomodársela sobre su torso—, ¿No te lastimé?

—No... no te preocupes.

—Bien, sigamos poniéndote la ropa—Dije agarrando el pantalón entre mis manos—, quítate el short, trata de bajártelo lo más que puedas y yo te ayudo después, ¿Sí?

Él asintió nervioso y noté como su cara comenzaba a deformarse por el miedo. Tomó el elástico del short entre sus manos y suspiró, para después bajarlo lentamente hasta sus muslos. Vi que él ya no podía inclinarse más, pues su cara me lo demostró por el ceño fruncido, así que me agaché frente a él y se lo bajé lentamente para que no rozara con los raspones en sus rodillas y la venda que tenía cerca de una de ellas.

Cuando cayó hasta el suelo, Jimin se lo quitó con los pies y yo pasé el pantalón por estos. Cuando sus pies entraron, él se tomó de mis hombros y comencé a subir la tela con mucha suavidad hasta sus rodillas; Volteé a verlo unos segundos y se notaba un poco tranquilo, así que terminé de subírselo con mucho cuidado. Por un momento sentí como si él fuese porcelana muy frágil y si hacía una tontería, lo rompería en mil pedazos.

—¿Cómo se sientes? —Pregunté levantándome.

—Estoy bien, gracias...—Dijo respirando pesadamente, así que solo acaricié su mejilla para que se calmara.

Rápidamente busqué sus botas y sus calcetines para que se los pusiera, pero por obvias razones, yo terminé poniéndoselas. Por último, le ayudé a ponerse la sudadera y después la chamarra. Ya estaba listo, así que sólo cerré su mochila y me la puse en la espalda para que él no la cargara.

—¿Me acompañas a la sala a dejar tu mochila? —Pregunté y él asintió. Lo tomé del codo y comencé a caminar haciendo que él también lo hiciera, pero mucho más lento, por lo que tuve que bajar la velocidad de mis pies y seguirle el paso a su ritmo.

Abrí la puerta y dejé que él saliera primero, pero sin soltarlo. Lo guié hasta la sala donde dejé la mochila junto a las cosas de los demás y él suspiro de alivio cuando dejamos de caminar. Su cara se relajó y yo sonreí levemente.

Me sentía feliz de verlo de pie, luchando por su supervivencia por su cuenta.

—¿Vamos a bajar? —Preguntó alejándose un poco de mí.

—¿Te sientes listo para hacerlo? —Pregunté un poco desconfiado—, si te sientes demasiado cansado, no bajaremos. Debes guardar energía para al rato, quizá debamos correr y tendrás que hacerlo para que no nos atrasemos mucho.

—No hay problema, puedo bajar—Dijo decidido y después de unos segundos volví a tomarlo del brazo para comenzar a caminar hacia el pasillo del departamento. Quise volver a preguntarle cuando estuvimos frente a la puerta, pero se veía demasiado seguro de lo que había dicho, así que sólo abrí la puerta y le ayudé a caminar directo hacia las escaleras.

Los primeros escalones fueron una tortura para él. Jadeaba de dolor y se agarraba de mi brazo con mucha fuerza, al igual que de la pared de su lado izquierdo. Por suerte, no eran tantos escalones y pronto pudo bajar un poco más rápido, aunque con la misma cara de dolor de cuando inició.

—¿Cuántos...escalones faltan? —Preguntó casi sin voz.

—Sólo cuatro más, tranquilo. Tómate el tiempo que quieras, yo estaré aquí para apoyarte—Dije tomándolo de la espalda con mi mano libre y él asintió, aguantándose cuatro escalones más.

En cuanto pisó el suelo, su fuerza disminuyó considerablemente y un suspiro de alivio salió de sus labios. Comencé a caminar directo hacia la recepción y él me siguió, tomándome del brazo para que no lo soltara.

Oí un par de voces hablando bajo, casi como si fueran susurros. Pero perfectamente pude reconocerlas; Era la voz de Jin y de Taemin, quienes estaban dando breves explicaciones sobre cómo saldrían del edificio y en cuanto tiempo deberían de hacerlo, pero llegamos a la recepción y los dos pararon de hablar para voltearnos a ver con cierta sorpresa en sus rostros.

—Jiminie, es sorprendente que hayas decidido bajar—Todas la miradas se dirigieron a donde nos encontrábamos, pero luego me di cuenta de que no me vieron a mí, sino a Jimin, haciendo extraños ruidos de sorpresa e incluso de miedo, seguramente por su cara llena de moretones y raspones, que a simple vista no se veían muy agradables—, les explicaré rápidamente qué es lo que haremos; Vamos a salir por las escaleras de emergencia, es la única forma pues no hay electricidad para que las puertas del estacionamiento se abran y mucho menos podemos salir por aquí, sería un suicidio. Todos los que sepan disparar encabezarán el grupo y también cuidarán el final de este. Los niños, mujeres y Jimin estarán en medio, todos los demás deberán ayudar a que ningún infectado trate de tocarlos.

—Pero... ¿Jimin puede caminar bien? Lo notó extraño y desde hace unos minutos he notado que tiene que agarrarse de la pared para descansar—Dijo una chica que realmente no lograba recordar su nombre, pero se veía notablemente preocupada por Jimin.

—No pueden arriesgarlo de esa forma—Dijo Seulgi saliendo de entre la gente para mirarlo, pero segundos después me miró a mí—, ¿No hay otra forma? ¿Un auto o algo?

—Hay una camioneta en el estacionamiento, pero no cabríamos todos, menos de la mitad entrará ahí—Dijo otro chico que reconocí cuando estuvo haciendo guardia y preguntó por el estado de salud de Jimin—, a menos que...utilicen la camioneta solo para llevar a Jimin.

—¿Y ustedes? —Dijo Jimin casi en un hilo de voz—, no se preocupen por mí, podré caminar por mi cuenta.

—Ellos tienen razón, fue una idea estúpida de mi parte hacer que te pararas de la cama en ese estado...—Dijo Jin tallándose la cara con frustración—. Idearé un nuevo plan, denme unos segundos.

—No, maldición. —Dijo Jimin levantando la cara, a pesar de tener una facción de dolor—, no te detengas por mí. La vida de todas estas personas está en juego y me sentiré mal si algo les pasa por mi culpa. Hagan lo que tenga que hacer, yo...estaré bien.

—Está bien, entonces...—Jin suspiró mirando a Jimin una vez más antes de volver a hablar—. Saldremos por las escaleras de emergencia y vamos a tener que correr más de un kilómetro para estar lejos de cualquier amenaza. Hay muchos infectados que no logro explicarme de dónde salieron...pero no hay que alertarlos ni menos provocarlos, no sabemos qué tan peligroso son aún.

—¿Y dónde pasaremos la noche? —Preguntó una chica que no logré ver por la gente frente a mí.

—Sé hacia donde está la estación de trenes, así que, si nos alcanza la noche, descansaremos en algún local o casa cerca de ahí—Jin miró hacia sus manos entrelazadas y suspiró—. También debo advertirles que posiblemente haya infectados dentro de la estación y realmente no sé cuál sea la cantidad, por lo que ahí tenemos que ser el doble de rápidos para que Hoseok pueda hacer su trabajo y también protegerlo.

—¿De qué hablas? —Pregunté confundido y Jin le indicó con la mirada a Hoseok que se acercara a él. Una vez que lo hizo, suspiró mirando al techo y después a todos, seguramente formulando en su cabeza lo que iba a decir—, no comprendo nada, ¿Cómo harás que funcione esa cosa?

—Cuando nos distanciamos, estuve en un curso de ingeniería eléctrica y mecánica. Sé lo suficiente acerca de los nuevos trenes que hay en Corea y solamente hay una forma para hacer que ese tren se mueva por sí solo sin la necesidad de electricidad, tengo que desconectarlo de la electricidad, pero sólo podré hacerlo si encuentro los generadores de las vías y del tren, después debemos destruirlos. Este pasará a trabajar con combustible y ya dentro del tren Taemin y yo podremos manejarlo hasta Seúl.

—¿Y exactamente qué harás primero? —Preguntó Jungkook mordiéndose las uñas.

—Los generadores de las vías se encuentran en los túneles subterráneos, no muy lejos de la estación, pero el generador del tren se encuentra en la cabeza de este y será más difícil de destruir ya que deberé desarmar gran parte de la cabina de la locomotora para que comience a funcionar sólo con combustible.

—¿Cuánto tiempo tardarás haciendo eso? —Preguntó Jin y Hoseok suspiró acariciando su barbilla mientras pensaba.

—No lo sé...quizá media hora—Dijo suspirando y Jin asintió rindiéndose.

—Entonces vamos a tener que movernos muy rápido, no podremos detenernos para nada...y por lo que me acaban de decir, sé que llegaremos a la estación antes del atardecer, así que ya es hora—Dijo Jin tronándose los dedos mientras suspiraba con nerviosismo—, preparen todas sus cosas y nos vemos en el primer piso del edificio en veinte minutos, evacuaremos lo antes posible este lugar...nos espera nuestro nuevo destino.

Llevé mis manos a mi cabello en un intento fallido por peinarlo y quitarlo de mi cara; el sudor en mi frente hacía que mis cabellos se pegaran a ella y por ende, me tapaban un poco la vista.

Observé todo mí alrededor una vez que dejé de pelear con mi cabello, el aire estaba demasiado tenso y todo el grupo se encontraba en el antiguo departamento de los chicos, pues era el único que conducía hacia las escaleras de emergencia.

—¿Están listos? —Preguntó Jin acomodándose la mochila en su espalda y cerrándose la chamarra—, necesito que todos tengan a la mano sus armas y que estén alertas. La nieve está muy densa hoy y no sé si las escaleras estén congeladas, así que tomen sus precauciones y agárrense de los barandales.

Volteé a ver a Jimin, quien estaba acomodándose la mochila en su espalda con una mueca de incomodidad. Yo me había ofrecido a llevarla por él, pero se negó y literalmente, obligó a Jungkook a que le ayudara a colgársela en la espalda.

—No hay tantos infectados en el callejón, podemos matarlos sin que llamen la atención de los demás—Dijo Taemin asomando su cabeza por la ventana que hace un par de días había roto Jungkook con su brazo—, hay que salir ya, no perdamos tiempo.

Jin salió primero y comenzó a ayudar a salir a las mujeres y al par de niños que había en el grupo. Después salieron un par de chicos que estarían al frente del grupo y por último nosotros, que cuidaríamos sus espaldas.

—Ten cuidado con la ventana, Jimin—Dijo saliendo primero para poder ayudarlo. El aire helado azotó mi cara y mi nariz, por lo que rápidamente mi aliento se enfrío, haciendo pequeñas bolas de vapor que se perdían cada vez que respiraba.

Pasé mis brazos por sus manos y Jungkook, quien se encontraba todavía dentro, lo ayudó a cruzar el marco de la ventana con sumo cuidado. Sin embargo, Jimin comenzó a quejarse cuando Jin lo tomó de la cintura para ayudarme a que no cayera.

—Calma Jimin, ya casi...—Susurré tomándolo con más fuerza hasta que tocó el suelo—, ¿Te encuentras bien?

—Sí...—Susurró tomándome de mi brazo. Hoseok, Taemin y Jungkook fueron los últimos en salir y Jin dio la orden de comenzar a bajar las escaleras.

Y Jin tenía razón, el metal de las escaleras estaba congelado, así que todos comenzamos a bajar con mucho cuidado para no resbalarnos en el camino y terminar por tirar a todos o hacer un escándalo.

Tomé a Jimin de la cintura y de uno de sus brazos, ayudándolo a bajar y que no hiciera tanto esfuerzo físico. Pero parecía no bastar, ya que él cerró sus ojos con fuerza, conforme bajaba las escaleras debido al dolor.

—Deja te ayudo, Yoongi—Dijo Hoseok acercándose a nosotros para tomar a Jimin de la misma forma que yo. Y pareció funcionar, ya que Jimin se relajó un poco y así pudimos bajar las escaleras un poco más rápido.

—Alto—Ordenó Jin cuando terminamos de bajar. Sacó su pistola de su cinturón y apuntó a los seis infectados que se encontraba merodeando por ahí y cuando cargó su pistola, el ruido de esta hizo que todos voltearan al mismo tiempo para después comenzar a caminar lentamente hacia nosotros. Él suspiró y comenzó a dispararles, uno por uno. Gracias al silenciador que traía en el arma, fue fácil matarlos sin hacer tanto escándalo—, sigamos.

Una vez que todos comenzaron a caminar, Hoseok y yo ayudamos a Jimin a que lo hiciera también para que no nos quedáramos atrás y corriéramos algún riesgo. Rápidamente el callejón quedó atrás y salimos a la calle, donde la nieve había comenzado a caer con más fuerza y al mismo tiempo, el aire se había vuelto más fuerte haciendo que el panorama fuera casi borroso.

Jin y los que lideraban el grupo se separaron un poco para comenzar a apuntar a todos lados por si algo salía y después me di cuenta de que Jungkook y Taemin estaban haciendo lo mismo detrás de nosotros. Así me sentía más seguro...más bien, me hacía sentir tranquilo de que Jimin no corría ningún peligro siendo protegido por tantas personas.

—¡Deténganse! —Ordenó Jin casi en un susurro. Rápidamente me detuve tomando con más fuerza a Jimin y jalándolo hacia mí. Volteé a todos lados y pude observar que habíamos avanzado apenas una calle, pero la que seguía, estaba llena de autos abandonados y entre ellos, merodeaban cientos de infectados.

Jin volteó a vernos y con señas nos indicó que debíamos agacharnos para poder pasar sin que nos vieran. Gracias a los autos podríamos hacerlo, siempre y cuando fuésemos callados y rápidos.

—¿Qué sucede? —Dijo Jimin en un pequeño susurro.

—Vamos a tener que agacharnos, deberás aguantar un poco y no quejarte, será rápido, ¿Sí? —Dije de la misma manera y él asintió angustiado.

Jin fue el primero en agacharse y corrió de la misma forma, escabulléndose entre los autos para pasar desapercibido, pero varias veces tuvo que detenerse debido a que los infectados comenzaron a voltear hacia la dirección donde estaba él.

Después de unos minutos logró llegar al otro extremo de la calle y desde ahí, indicó que nosotros también lo teníamos que hacer y que él nos estaría advirtiendo.

Los primeros en moverse fueron los niños juntos con sus madres y por suerte fue fácil para ellos, pues por su estatura baja, fue fácil moverse sin ser vistos. Luego siguió Seulgi junto con otra chica, el que parecía ser su pareja y otro chico, pero tuvieron que detenerse cuando uno de los infectados comenzó a caminar hacia ellos, oliendo el aire y gruñendo levemente.

—Mierda, los va a descubrir...—Dijo Hoseok nervioso. Seulgi retrocedió unos pasos y el infectado llegó hasta su lugar, pero antes de que pudiera hacer algo, ella lo tomó del cuello de su camisa y le enterró su cuchillo en la cabeza con fuerza. El infectado cayó muerto y los cuatro suspiraron con alivio, para después seguir moviéndose entre los autos hasta llegar con los demás.

Y así comenzaron a salir hasta que llegó nuestro turnó y Jimin lo supo, ya que apretó los labios en cuanto sintió como entre Hoseok y yo lo ayudamos a que doblara su cuerpo para no ser visto.

Él soltó un gemido ahogado por el dolor y le indiqué con la mirada a Hoseok que tratáramos de ser más rápidos para que él dejara de sufrir. Pero Jin volvió a detenernos, haciendo que nos escondiéramos detrás de una camioneta.

Jimin apretó mi mano y también sus ojos, haciendo muecas de dolor y frunciendo su ceño para no soltarse a llorar.

Volteé a ver a Jin y él asintió para que comenzáramos a avanzar de nuevo. Sólo nos faltaban tres filas de autos más y llegaríamos a ellos.

—¡Alto! —Pude leer en los labios de Jin cuando cruzamos a la siguiente fila de autos. Volvimos a agacharnos y Jimin abrió sus ojos exageradamente mientras apretaba sus labios para no gritar.

Hoseok volteó a verme con los ojos llenos de lágrimas y yo me contuve, pues ver a Jimin de esa forma nos estaba afectando a los dos. Finalmente, Jin volvió a darnos la orden de seguir y llegamos junto a ellos.

—Calma Jimin...—Dije agarrándolo de la cintura de nuevo, ahora pasando su brazo derecho por mi nuca para que se apoyara sobre mí. Hoseok hizo lo mismo y así pudimos hacer que caminar con "normalidad".

Observé como faltaba solo Taemin y Jungkook. Y el primero en hacerlo fue Jungkook.

Rápidamente se escabulló entre los autos, mirando de reojo de ver en cuando cada que pasaba por las filas, hasta que logró llegar junto con nosotros en un tiempo récord. Y casi al mismo tiempo lo hizo Taemin, solamente se detuvo una vez cuando un par de infectados voltearon hacia su dirección, oliendo el aire.

—Sigamos, pero hay que ir más rápido—Ordenó Jin y todos asintieron, rehaciendo el extraño círculo que habíamos hecho cuando salimos del edificio. Comenzamos a caminar a la par de ellos, a pesar de que Jimin estaba temblando de dolor.

Estaba harto, no podíamos seguir así.

—Jin—Lo llamé y él rápidamente volteó—, Jimin está muy mal, debemos parar.

—No, maldición—Gruñó Jimin levantando la cara—, estaré bien, sigamos y deja de hacer que perdamos el tiempo.

Me quedé en silencio por lo que Jimin había dicho y Jin sólo suspiró volteándose de nuevo para seguir apuntando hacia el frente. Suspiré fastidiado, odiaba no poder mantener quieto a Jimin o al menos cargarlo de aquí hasta la estación de trenes, pues sabía que era imposible ya que todavía nos faltaba mucho por recorrer.

—Jin, ¿Cuánto tiempo haremos para llegar a la estación? —Preguntó Jungkook y Jin sólo suspiró.

—No lo sé...quizá una hora o más. Si seguimos topándonos con tantos infectados, será imposible que lleguemos en poco tiempo.

Y el maldito destino pareció oír a Jin, pues cerca de nosotros se oyó un fuerte gruñido que nos hizo detenernos a todos. Volteamos hacia todos lados, buscando de donde provenía ese gruñido...pero la maldita nieve parecía estar en nuestra contra.

—Mierda, mierda, mierda—Dijo Jin cargando su arma y, por ende, todos lo imitaron—, ¡Infectados!

La densa nieve frente a nosotros nos dejó ver a unas cuantas cabezas a los lejos, pero conforme se iban acercando, me di cuenta de que no eran unas cuantas, sino cientos que se acercaban a gran velocidad hacia nosotros.

—¡Corran y no se detengan! —Gritó Jin haciendo señas con sus manos para lo siguiéramos por una calle a nuestra derecha. Todos comenzaron a correr para seguirlos, así que tomé con fuerza a Jimin para comenzar a correr y no quedarnos muy atrás.

—¡Vamos Jimin, debes hacerlo! —Gritó Hoseok corriendo a la par mía. Jimin asintió y corrimos conforme Jimin estaba haciéndolo. Por suerte, nuestra fuerza hizo que no fuera tan complicado, ya que Jimin era muy delgado y no pesada mucho.

—¡Disparen! —Gritó Jin y pronto la oleada de disparos comenzaron a atacar a los infectados que se encontraban más cerca de nosotros. Cuando logramos unirnos de nuevo al grupo, no dejé de correr, a pesar de comenzar a cansarme.

Si caía, haría que Jimin y Hoseok también lo hicieran, así que aguanté un poco más, acomodando de nuevo a Jimin pues se me estaba resbalando.

—¡N-no pue-puedo más! —Gritó Jimin, por lo que volteé a verlo. Estaba llorando y de su boca estaba saliendo sangre, por lo que me asusté mucho.

—¡Jin, por favor ayuda! —Grité llamando su atención y rápidamente se dio cuenta del estado de Jimin.

—¡Cúbrannos, no dejen de disparar! —Gritó Jin haciendo que todos se detuvieran. Rápidamente tomó a Jimin de la cintura e hizo que lo soltáramos, comenzó a revisarlo rápidamente y luego nos miró—, toma, Yoongi.

Me entregó su arma y de su bolsillo de la chamarra sacó otra pistola para entregársela a Hoseok.

—Cargaré a Jimin, ustedes deberán cubrirme y también a los niños, ¿Oyeron bien? —Rápidamente asentimos y Jin pasó el brazo de Jimin por su nuca para después tomarlo de las piernas, cargándolo y apegándolo contra él para no soltarlo—, ¡Sigan corriendo, no dejen a los niños solos!

Todos comenzaron a correr a la par de Jin, disparando y golpeando a los infectados con las cosas que se encontraban en el suelo. Yo me detuve y apunté a un infectado que estuvo a punto de saltarle encima a Seulgi, dándole en el cuello y haciendo que cayera.

—¡Gracias Yoongi, te debo una! —Gritó Seulgi sacando su cuchillo de la cabeza de un infectado para seguir corriendo al lado de una chica, quien tenía de la mano a su pequeño hijo.

Seguí corriendo a la par de los demás, empujando y matando a los infectados que trataban de acercarse para comenzar a escupirnos su maldita sangre podrida.

—¡NO, AYUDA! —Volteé hacia el grito de dolor, notando como una de las madres de los niños, era mordida por un par de infectados que la habían atrapado. Pero lo que más me alarmó, fue que tenía de la mano a su hijo, quien lloraba desesperadamente para jalar a su madre—, ¡KYUHYUN, CORRE!

—¡Mierda, no! —Grité corriendo hacia ella, disparándole a uno de los infectados, sin embargo, llegó un tercero y le brincó encima, haciéndola caer al suelo junto con su hijo.

—¡Salva a mi hijo! —Gritó soltando al pequeño y por ende, corrí desesperadamente para cargar al niño entre mis brazos y alejarme de ahí.

—¡Mami, no, por favor! —Gritó KyuHyun tratando de bajarse de mis brazos, pero lo apreté contra mí para comenzar a correr—, ¡Ayúdenla!

—¡Váyanse ahora! —Gritó, peleando contra los infectados que se habían juntado sobre ella, mordiéndole el cuello y las partes donde su piel no era cubierta por su ropa—, ¡Te amo, KyuHyun!

Los gritos de la chica se oyeron durante unos segundos más con tanta desesperación que me hizo cerrar los ojos con fuerza por un momento. Fue devorada por todos los infectados que nos estuvieron siguiendo y que ahora se había quedado atrás.

KyuHyun me tomó del cuello escondiendo su cabeza en mi hombro por el miedo y yo comencé a correr para alcanzar al grupo que seguían peleando contra algunos infectados que todavía los seguían persiguiendo.

Decidí no bajar a KyuHyun, pues estaba llorando y lo menos que quería era que se cayera o que lo atraparan. Además, no pesaba, por lo que me fue muy fácil correr con él encima.

Finalmente, el último infectado cayó, pero aun así no dejamos de correr, pues Jin en ningún momento dijo que paráramos.

—¿Ahora hacia dónde vamos? —Dijo uno de los chicos, corriendo a la par de Jin.

—¡Cortaremos camino en la próxima avenida, pero quizá haya infectados! —Exclamó Jin sin dejar de ver hacia el frente—, ¡No duden en disparar para abrir paso!

Corrimos un par de calles más hasta que logramos ver la avenida, que, para nuestra mala suerte, ahí también habían infectados, pero no tantos como hace rato; así que los chicos del frente no tardaron en abrir fuego, haciendo que cayera uno por uno y abriendo el paso para correr.

—¿¡Qué mierda es eso!?—Gritó una chica señalando a una silueta que corría velozmente hacia nosotros entre la densa nieve y cuando esta dejó de ser un problema, me alarmé demasiado, viendo que era de esos malditos muertos que Jin había visto fuera del edificio.

Era como un maldito perro común, pero su piel estaba llena de heridas y sus ojos eran totalmente rojos, sangraba demasiado y de su hocico expulsaba sangre negra, como la de los demás infectados.

Rápidamente Jungkook y Taemin le dispararon, pero no se inmutó. Sólo cayó al suelo, pero a los segundos volvió a levantarse para comenzar a correr.

—¡Corran! —Gritó Jin entrando en desesperación. Tomé mi pistola con una sola mano y disparé, dándole en una pata que lo hizo caer al suelo. Seguimos a Jin, al mismo tiempo en que disparábamos, sin embargo, un segundo perro salió de un callejón, corriendo hacia nosotros con gran velocidad.

Uno de los chicos siguió disparándole junto a nosotros, pero el perro fue más rápido y le brincó encima, mordiéndole la cara y haciendo que gritara de desesperación y de dolor. Trató de quitárselo, pero el primer perro que pareció también le brincó encima, mordiéndolo y rasguñándolo con fuerza.

—¡No dejen de dispararles! —Gritó Jin y acatamos la orden, disparando hasta que el primer perro cayó muerto y segundos después, el otro.

Sin embargo, el chico ya no estaba vivo, tenía la cara desfigurada y estaba sangrando demasiado, así que ya no había otra opción. Antes de seguir corriendo, me acerqué rápidamente y le apunté a la cabeza para después apretar el gatillo.

Así ya no sufriría más.

Mi brazo izquierdo comenzó a cansarse con el peso de KyuHyun, sin embargo, no lo bajé, puesto que no quería arriesgarlo a más mierdas como esas.

—¡Nos falta poco! —Gritó Jin corriendo en línea recta por la avenida—, ¡El centro de la ciudad está a unos kilómetros de aquí!

Estaba cansándome y realmente ya me estaba quedando sin fuerzas, tanto en las piernas como en los brazos. Quería tirarme al suelo y dejar que los infectados me comieran. Pero mientras corría, pude percatarme de Jimin, quien estaba aferrado al cuello de Jin con una expresión de miedo.

Sólo por él no dejaría de correr. Llegaría a la estación de trenes junto con él y lo mantendría con vida. Era mi único propósito y no iba a dejar que este no se cumpliera.

No sé cuánto maldito tiempo llevábamos corriendo, pero ya no sentía las piernas y el aire poco a poco se me estaba yendo de los pulmones. El peso de KyuHyun parecía haber crecido el doble, pues mi brazo con el que lo sostenía temblaba ligeramente y tenía miedo de que en algún momento se me fuera a caer.

Me había quedado sin balas y Jungkook también. Los únicos que todavía tenían balas eran Taemin, Hoseok y el otro chico el cual no conocía su nombre, pero no eran suficientes para todos los infectados que nos estaban siguiendo y que con cada calle que pasábamos, se unían más a la inmensa horda de infectados.

Por suerte ya no habían aparecido más perros mutantes y eso había sido una gran ventaja para nosotros, pues teníamos pocas balas que necesitábamos para cuando llegáramos a la estación.

—¡A-ahí está la es-estación! —Gritó Jin, en un tono cansado. Tenía la cara llena de sudor y estaba levemente rojo por todo el esfuerzo que estaba haciendo.

Observé rápidamente el gran letrero de la estación de Gimcheon y que, por suerte, las puertas se encontraban abiertas.

—¡Escuchen bien todos! ¡D-debemos cerrar las pu-puertas para que ningún infectado entre, si hay más de ellos adentro, nos en-encargaremos después! —Ordenó Jin y me sorprendió el hecho de que aumentó la velocidad, corriendo unos cuantos pasos más que nosotros.

Llegamos a las puertas principales y rápidamente entraron todos, por lo que rápidamente bajé a KyuHyun y entre Jungkook, Taemin y yo, cerramos las puertas de metal creando un estruendoso ruido gracias a que los infectados que nos seguía se estrellaron violentamente contra las rejas, haciendo que casi perdiéramos el equilibrio. Sin embargo, todos en el grupo se dieron cuenta de que necesitábamos ayuda, así que se acercaron para empujar la puerta y que ningún infectado lograra entrar.

—¡Empujen con fuerza y yo pondré los seguros! —Grité separándome en cuanto logré encontrarlos, miré a todos y exclamé poniendo mis manos rápidamente sobre estos—, ¡Ahora!

Ellos empujaron con fuerza y rápidamente empujé los seguros, haciendo que estos entraran en sus respectivos lugares y que las puertas quedaran selladas.

—Ahí están los candados, pónganselos—Dijo Jungkook y Hoseok corrió hacia ellos para ponérselos en medio de las puertas, asegurando el reforzamiento de estas.

Gracias a las ventanas en el techo no había necesidad de sacar las linternas para iluminar el lugar. Pero lo que se me hacía extraño, era el hecho de estuviera totalmente vacío...y en completo silencio.

—¿Crees poder caminar, Jimin?—Preguntó Jin con cansancio y Jimin asintió, por lo que él lo bajó con sumo cuidado hasta que sus pies tocaron el suelo. Quise caminar hacia él, pero una pequeña manita me tomó de la muñeca, por lo que volteé hacia abajo deteniéndome. Ahí estaba KyuHyun, mirándome con miedo.

—No me dejes solo...por favor...—Susurró KyuHyun con la mirada llena de miedo y tristeza. Yo asentí compadeciéndome por él pues su madre había sido devorada por salvarle a la vida, así que lo tomé de la mano y comencé a caminar junto con los demás cuando se alejaron un poco.

Jin tomó a Jimin de la cintura mientras pasaba su brazo por su cuello y sólo así comenzó a caminar a su lado. Todos comenzamos a seguirlo por el largo pasillo de la estación, hasta que llegamos a las escaleras subterráneas...que se encontraba en completa oscuridad por la falta de electricidad.

—Saquen sus linternas y tengan cuidado donde pisan...no sabemos qué hay allá abajo—Rápidamente bajé mi mochila de mi espalda y la abrí para buscar mi linterna, cuando la encontré volví a colgarme la mochila y para tomar la mano de KyuHyun con más fuerza para que no se soltara de mí.

Comenzamos a bajar en completo silencio, encendiendo las linternas conforme íbamos bajando las escaleras. Y parecía que no había nada abajo, pues no se oía ni un solo ruido que pudiera alertarnos.

—Cuidado...—Dijo Jin alumbrando a un cuerpo en las escaleras, recargado en la pared y con la cara totalmente desfigurada por las mordeduras. Aún así lo rodeamos para estar lo más lejos posible de él y no correr riesgos.

Seguimos bajando las escaleras hasta que llegamos a los torniquetes de acceso que daban hacia los largos pasillos hacia los andenes de trenes. Sin embargo, un alarido hizo detenernos, pues no sabíamos de donde venía.

—Entren con cuidado...—Dijo Jin pasando por debajo de los torniquetes de acceso y luego le seguimos los demás con cuidado de no atorarse en los brazos de metal de estos.

Fueron pasando uno por uno hasta que logramos estar del otro lado y Jin dio la orden de seguir caminando por uno de los pasillos que llevaba hacia los andenes; pero se notaba el nerviosismo de Jin por el alarido de hace rato, así que se detuvo y por ende todos lo hicimos casi al mismo tiempo.

—Quiero a dos chicos aquí en frente y uno atrás que traigan balas todavía, en los andenes debe de haber infectados.

Rápidamente Hoseok y el otro chico se fueron hacia adelante y Taemin quedó detrás de mí, pues eran los únicos que traían balas y podía defendernos de los infectados.

Cuando llegamos a los andenes, pudimos apagar las linternas ya que no eran necesarias; El techo estaba descubierto y pasaba bien la luz, pero Jin tuvo toda la razón, sí había infectados. Era alrededor de veinte y habían de los dos lados de la estación e incluso abajo en las vías o "sentados" en el suelo sin mover ni un solo músculo...

Como el de las escaleras del principio. Oh mierda...

—Maldición...—Dije volteando rápidamente detrás de nosotros con la cara llena de miedo—, ¡Taemin, cuidado!

Solté a KyuHyun y aventé a Taemin a un lado, haciendo que el infectado me brincara encima, tratando de morderme la cara. Rápidamente lo tomé de los hombros y lo empujé hacia arriba, en un intento desesperado para que no mordiera, pero gracias a que tenía las manos en el suelo, podía impulsarse hacia abajo con más fuerza que la mía y haciendo que mis brazos no aguantaran tanto su peso.

—¡Ya nos notaron los demás infectados! ¡Disparen! —Gritó Jin desesperado.

—¡Ayuda! —Grité peleando con el infectado que estaba a punto de escupirme en la cara. Cerré mis ojos deteniéndolo con mis manos, pero esperando a que me escupiera. Sin embargo, alguien lo pateó y por lo tanto salió disparado hacia la pared, golpeándose con fuerza. Era Taemin, quien en cuanto me ayudó a levantarme, se acercó al infectado para comenzar a patearle la cabeza repetidas veces hasta que esta comenzó a sangrar y luego, quedar hecha mierda a un lado del cuerpo del infectado. Gracias a las patadas, su cabeza se desprendió de su cuerpo e hizo un enrome charco de sangre alrededor de él, haciéndolo ver asqueroso.

—Te debo una—Dije tomando suavemente del hombro a Taemin como agradecimiento. Él asintió y corrió hacia el frente para comenzar a disparar a los infectados que venían hacia nosotros.

—¡Retrocedan! —Gritó Jin mientras los demás seguían disparándole a los infectados más cercanos a nosotros. Sin embargo, de los andenes comenzaron a salir más, por lo que era casi imposible detenerlos.

—¡NO, SUÉLTENME! —Gritó el chico cuando se le acabaron las balas y dos infectados lo tomaron de la chamarra. La que parecía ser su novia lo tomó de las manos y lo jaló hacia ella, pero la fuerza de ellos no era tanta con la de los infectados.

Corrí hacia ellos y pateé a uno de los infectados haciendo que cayera al suelo, sin embargo, se levantó rápidamente para volver a tomar al chico con violencia y tratar de atacarlo.

Volteé hacia atrás, donde todos estaban peleando con los infectados. Y luego vi a KyuHyun, quien había tomado de la mano a Jimin llevándoselo de ahí para tratar de esconderse.

—¡Suéltenme! —Gritó el chico cuando dos infectados más se abalanzaron contra él, mordiéndole la nuca y arrancándole un gran pedazo de piel—, ¡Ah, mierda, déjenme!

—¡No, Yugyeom!—Gritó la chica jaloneándolo mientras lloraba. Yo traté de hacer lo mismo, pero él se soltó y dejó que los infectados comenzaran a morderlo en el suelo. La chica trató de correr hacia él, pero la tomé de la muñeca para que no lo hiciera—, ¡Suéltame, por favor!

Y fue mala idea cuando se soltó de mi agarre, pues uno de los infectados se levantó para brincarle encima y morderle la cara.

—¡Mierda, no! —Grité corriendo hacia ella, pero ya era demasiado tarde, el infectado se estaba dando un enorme festín con su cara.

—¡Ayúdennos! —El grito de KyuHyun me hizo sobresaltarme y volteé rápidamente hacia donde se encontraba. Tres infectados estaban siguiendo a Jimin y KyuHyun, quienes retrocedían por el pasillo para no ser mordidos. Jimin a pesar de estar doblándose del dolor, tenía fuertemente agarrado a KyuHyun e incluso estaba protegiéndolo con su propio cuerpo.

Saqué el cuchillo de mi pantalón y corrí hacia ellos con desesperación y angustia. Estaban demasiado cerca de ellos y yo me encontraba muy lejos de su alcance.

—¡Jimin!—Oí una tercera voz, era Seulgi, quien estaba más cerca de ellos peleando contra otro infectado. Ella rápidamente enterró su cuchillo en la cabeza del infectado y lo lanzó hacia las vías, para después comenzar a correr hacia él—¡Hey, volteen, por aquí!

—¡Seulgi!—Grité aterrorizado cuando tomó de sus camisas a dos infectados y estos se voltearon rápidamente, tratando de atacarla. Ella puso sus manos como defensa, pero la tomaron de las muñecas mordiéndola—¡MIERDA, NO!

—¡Hey, voltea! —Gritó Seulgi con dolor en su voz, peleando contra los dos infectados y llamando la atención del tercer infectado que sí le prestó atención. Los tres se abalanzaron contra ella, pero no cayó, peleó contra ellos con su cuchillo, enterrándoselos en la cara repetidas veces para que la soltasen.

Llegué junto a ella y tomé a uno de los infectados enterrándole mi cuchillo en la frente para matarlo. Lo lancé al suelo y antes de que el segundo infectado volviera a morder a Seulgi, le enterré el cuchillo en su sien, para después jalarlo hacia mí y repetir lo mismo en el centro de su frente.

Seulgi sólo se quedó con el tercer infectado y pudo matarlo, para después tirarlo al suelo sacándole el cuchillo de la frente.

—No, Seulgi...—Balbuceé con lágrimas en los ojos viendo sus manos llenas de mordidas. Ella también me miró de la misma forma, comenzando a llorar ya temblar de miedo.

—Dios, no...—Susurró mirándose las manos, las cuales le temblaban con violencia.

KyuHyun se acercó a mí junto con Jimin y abrazó mi pierna, llorando del miedo y escondiendo su cara. Acaricié su cabello y miré a Jimin, quien estaba pálido y moviendo la cara a todos lados buscando a alguien con quien quedarse.

—Estaré bien, yo...—Dijo Seulgi limpiando sus manos en su chamarra, pues estaban sangrando demasiado y no sabía cuánto tiempo podría durar así, ya que eran más de seis mordidas.

—Ya no hay más infectados de este lado—Dijo KyuHyun mirando hacia atrás—Solo hay en las vías.

Volteé hacia atrás, donde Jin y Taemin estaban matando a los de nuestro grupo que habían sido mordidos y Jungkook junto con Hoseok estaban terminando de matar a los que habían abajo en la vías.

—Falta un niño...—Susurré mirando a todos lados...y lo encontré. Había un infectado comiéndose algo en las vías, era el niño que seguramente cayó a ellas y ni siquiera alcanzó a gritar.

—¿Estás bien todos?—preguntó Jin sacando un enorme cuchillo de la cabeza de un infectado. Pero rápidamente notó a Seulgi y su cara se llenó de angustia—, oh no...

—No hay que perder tiempo, Hoseok debe desconectar las vías...—Dijo Seulgi llorando—, si hay infectados, trataré de detenerlos, vamos.

—Vamos, no perdamos más tiempo—Dijo Taemin bajando hacia las vías, acercándose rápidamente al infectado que se estaba comiendo al niño, matándolo con su cuchillo. Segundos después se agachó y enterró el cuchillo en la cabeza del niño para después voltearnos a ver.

Todos comenzaron a bajar y entre Jungkook y Jin ayudaron a bajar a Jimin. Por último bajé yo y ayudé a que KyuHyun a que no se lastimara, cargándolo y haciendo que este llegara junto con nosotros.

—Los generadores están ahí—Hoseok señaló a una enorme caja de metal en la pared del túnel. Rápidamente se acercó y buscó como abrirla, hasta que encontró un candado a un lado de esta—, ¿Tienen balas?

—Sólo dos—Dijo Taemin y Hoseok se acercó a él.

—Dásela a Jin y que él dispare al candado, es el que mejor tiene puntería—Taemin le dio la pistola a Jin y él se acercó hacia la caja, para después apuntar y apretar el gatillo hacia la cadena con el candado. Este cayó al suelo en cuanto la bala impactó y la puerta quedó entreabierta para que Hoseok pudiera hacer su trabajo.

Sacó un cuchillo de su pantalón y abrió por completo la puerta, sacando montones de cables que ni siquiera se podían contar a simple vista. Comenzó a revisar cada uno de los cables, soltándolos y metiendo las manos hasta el fondo de la caja para comenzar a desconectarlos.

—Aquí están—Dijo Hoseok tomando un par de cables blancos y tres rojos, pasando el filo del cuchillo sobre ellos hasta cortarlos. Los soltó y después volvió a meter las manos dentro de la caja, arrancando dos cables más y cerrando la puerta cuando terminó—, solo faltan los del tren y por lo que veo, dentro del túnel de allá debe estar uno, siempre hay uno estacionado en una tercera fila por si es necesario, pero...¿Quién me va a acompañar?

—Yo, te ayudaré a manejar el tren—Dijo Taemin caminando hacia Hoseok—, Jungkook podría acompañarnos y que Jin junto con Yoongi cuide a los demás, ¿Está bien?—Jungkook asintió y Jin también, así que ellos tres se fueron directo hacia el otro extremo del túnel, encendiendo sus linternas y segundos después, desapareciendo en otro túnel del lado derecho.

—Mierda...—Murmuró Seulgi agarrándose las manos con cara de dolor. Se veía demasiado pálida y el pedazo de tela que tenía en sus manos ya se había llenado completamente de sangre—. No creo que...dure mucho en estas condiciones.

—¿Te mordieron, Seulgi?—Preguntó Jimin, quien tenía de la mano a KyuHyun.

—Sí, Jimin...—Dijo con un hilo de voz y él sólo bajó la cabeza, para después taparse los ojos para no llorar.

Quizá Jimin llegó a odiar a Seulgi, pero ahora mismo todos estábamos conmocionados por tantas muertes en tan sólo un día.

—Deberíamos subir, si vienen con el tren no vamos a poder entrar a él—Dijo Jin brincando rápidamente fuera de las vías, para después extender sus manos y ayudar a KyuHyun a subir.

—Ven, Jimin—Dije tomándolo de la cintura para después impulsarlo hacia arriba y que Jin lo tomara con sus dos manos para subirlo. Volteé a ver a Seulgi para ayudarla a subir y ella se acercó a mí con dificultad. Lo tomé de la misma forma y Jin la ayudó a subir con cuidado de no lastimarle las manos, hasta que ella estuvo a su lado. Luego seguí yo, puse mis dos manos en el concreto y brinqué, impulsándome hacia arriba para poder subir junto con ellos.

—Seulgi, déjame vendarte las manos—Dijo Jin bajando su mochila de su espalda, sacando un par de vendas que habían dentro. Seulgi estiró sus manos y él comenzó a vendárselas lentamente, cubriendo en su totalidad todas las heridas para que dejara de sangrar tanto.

—Gracias Jin...—Dijo Seulgi con un hilo de voz.

—De nada y...lamento mucho esto—Jin acarició su cara y ella asintió casi sin fuerzas.

—Al menos sé que protegí a Jimin y KyuHyun...si no, los hubieran asesinado.

—¿Nos salvaste?—Preguntó Jimin levantando rápidamente la cara.

—Sí, tres infectados los iban a atacar, por eso me mordieron a mí...—Jimin comenzó a jugar con sus manos mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, luego, estiró sus manos y tanteó los hombros de Seulgi, para después acercarse y darle un abrazo escondiendo su cara en su cabello. Seulgi rápidamente aceptó el abrazo, cerrando sus ojos mientras acostaba su cabeza en el hombro de Jimin.

—Gracias...—Murmuró Jimin hacia Seulgi. Segundos después se soltaron y Jimin sonrió...por primera volvió a sonreír después de lo que sucedió aquella noche.

—¡Mira Yoongi, ya vienen!—Gritó KyuHyun con emoción en cuanto la cabeza de un tren apareció desde el túnel. Taemin venía manejándolo, mientras que Hoseok se estaba limpiando las manos con un trapo y Jungkook viéndonos con una sonrisa.

Cuando llegaron al lado de nosotros, Taemin detuvo el tren, para después abrir las puertas del primer vagón de este con una media sonrisa.

—Vámonos—Dijo Taemin haciendo un movimiento de cabeza, indicándonos que entráramos—, Seúl no está esperando y esta cosa funciona de maravilla...

Por fin descansaríamos de toda esta mierda unas cuantas horas.

Cuando todos subimos, las puertas se cerraron y con la ayuda de Jin, logré que Jimin pudiera sentarse con mucho cuidado en los sillones acolchonados para que pudiera descansar.

El tren se puso en marcha y antes de sentarme, vi por última vez hacia la ventana; los cuerpos de nuestros compañeros yacían tirados en el suelo, inmóviles y llenos de sangre.

Me sentí mal, pues la mayoría dio su vida para salvarnos y no había forma alguna para pagárselos...toda esta mierda era horrible y ya estaba muy cansado de que ver muertes a cada maldito segundo.

Pues, de veinticinco personas que conformaron el grupo alguna vez, ahorasólo quedábamos ocho y estábamos a punto de perder otra.    


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