Capítulo noventa y siete: J.J.K.T
Min Yoongi.
Salir a buscar a Gabriel había sido un completo error.
No supe el peligro al que nos estábamos enfrentando hasta que nos metimos a la boca del lobo; los disparos perdidos de cientos de pistolas y torretas, hacen que me encuentre en el suelo con las manos sobre mis oídos tratando de amortiguar el estruendoso ruido de éstos y también para no recibir ninguna de las balas por accidente.
Todos los guardias sobrevivientes de nuestro grupo —alrededor de treinta o menos —, se encuentran replegados en las paredes del edificio y en las pocas barricadas de metal improvisadas tratando de disparar a las torretas de los autos en la entrada del refugio, en un intento por no salir heridos o en el peor de los casos, muertos.
Lo peor, es que esto se está poniendo cada vez más peligroso, ya que desde que un lanza-granadas destruyó un muro del edificio, una enorme horda de infectados se metió también a la pelea, atacando al grupo enemigo y también al nuestro.
—¡Disparen, ahora! —Exclama Gabriel cuando los disparos del otro grupo bajan de intensidad, por lo que todos, sin excepción, comenzamos a disparar de regreso, logrando matar a unos cuantos enemigos que no alcanzaron a esconderse. Sin embargo, cuando estoy disparando, los cartuchos de mi pistola pronto se acaban, así que me repliego en el suelo para poder sacar más cartuchos y ponérselos.
Y mientras recargo, rápidamente observo hacia la dirección de Jimin, quien se encuentra concentrado en dispararle a todos los hombres que se mueven frente a nosotros tratando de esconderse. Pero también, de vez en cuando él se esconde para volver a recargar y seguir disparando a los enemigos.
Y por un momento, su mirada y la mía se conectan cuando Jimin se esconde para recargar. Siento cómo mis labios se curvan hacia arriba en forma de sonrisa cuando alcanzo a leer sus labios antes de que se voltee de nuevo y siga disparando.
"Te amo"
—¡Lancen las granadas! —Exclama Gabriel de un momento a otro, así que yo rápidamente me levanto de mi lugar para ir a esconderme a una de las paredes junto con Taehyung que llega segundos después, tal y como Gabriel lo ordenó cuando nos dijo su plan y nosotros el nuestro.
Ahora mismo, estaba comenzando a ejecutarse.
Pronto los sonoros ruidos de diez granadas hacen que me tape los oídos, y, aun así, logro oír los gritos de los hombres del grupo enemigo al ser quemados por las explosiones.
—¡El equipo Delta vaya hacia los estacionamientos, ahora! —Ordena Gabriel justamente cuando la última granada explota y un gran grupo de infectados que se dirigía hasta nosotros cae muerto por la explosión, así que la distracción nos abre una brecha de unos cuantos segundos para seguir con el plan.
Rápidamente, Taehyung quien es el líder del grupo Delta, comienza a llevarse a los diez hombres detrás de él en el momento en el que el grupo enemigo se encuentra distraído por las explosiones y los infectados que acaban de llegar.
De pronto, comienzo a ver que hay cada vez menos de ellos, pero no veo por ningún lado al líder de aquel grupo.
—¡Tu turno, Yoongi! —Grita Gabriel volteándome a ver, por lo que yo asiento moviendo mis manos para llevarme a mi grupo de guardias hacia el Ala B.
Mi tarea fue eliminar cada uno de los infectados del edificio B y también a los que se encontraban en el callejón y huir lo más rápido de este maldito lugar. Sólo contaba con veinte minutos para hacerlo y la mitad de mi grupo, se iba a separar para llevarse consigo las cajas con nuestras municiones y comida que ellos mismos prepararon antes de los ataques.
Pronto los once entramos al edificio dañado y lleno de escombros con sumo cuidado de no ser vistos por el enemigo, corriendo por todos los pasillos y de vez en cuando matando a los infectados que se encuentran rondando en ellos, que tristemente, llego a reconocer a la mayoría ya que son de nuestro refugio y ahora están muertos.
—Por allá —Dice uno de los guardias, apuntando con el dedo índice hacia una de las puertas del último pasillo antes de llegar al Ala B, por lo que todos nos detenemos frente a ésta esperando a que el guardia la abra. Pero cuando pienso que la abrirá, simplemente toca de una forma especial, y esta se abre mostrándome una cara conocida pero llena de miedo.
Es Félix junto con otro chico de su edad, quienes se encuentran cuidando las seis cajas de municiones y comida.
—Por fin llegan, no saben lo desesperante que es estar ahí dentro sin saber si siguen vivos o no —Dice Félix cargando una de las cajas, pero en cuanto su mirada se dirige hacia mí, una sonrisa de emoción se dibuja en la cara.
Pronto los demás guardias encargados de recoger las cajas entran por ellas, y Félix se acerca a mí.
—Pensé que estabas muerto...—Dice con cierto tono meloso en su voz —. Te extrañé y pensé que jamás volvería a verte.
—¿Sí? No me importa —Contesto tajante, tratando de que se quite de mi vista fingiendo que estoy mirando hacia el otro lado del pasillo, pero Félix simplemente ríe acercándose más a mí —. Niño, estamos a mitad de una pelea, ¿Puedes detenerte? Mi novio está allá afuera salvándote el culo y créeme que está enfurecido, así que no me hagas decirle que te dispare en la cabeza.
—Eres molesto, Mi Yoongi. Sólo estoy tratando de cortejarte, pronto estaremos lejos de aquí y comenzaremos una nueva vida... ¿Por qué no quieres estar conmigo? Soy más joven y más hábil, puedo hacer cosas mejores que tu novio.
—Dios, no puede ser posible que sigas haciendo esto...—Gruño alejándolo con mi mano vacía con cierta fuerza, por lo que mi acción capta la atención de los guardias que están cerca de nosotros—. Escúchame bien, pedazo de imbécil; esta misión hará que te salve el culo o que te mueras en el intento. No quiero que me distraigas, ahora mismo yo soy el líder y deberás acatar a todo lo que diga. Un paso en falso podría hacer que nos mate, y juro que, si me entero que fue por tu culpa, no tendré piedad de ti y te mataré, así como a todos los hombres de allá afuera que les disparé, ¿Entendiste bien? Estoy harto de tu miserable "coqueteo" cuando sabes perfectamente que mi novio es mejor que tú, y por nada del mundo lo dejaría. Y menos por un chiquillo con hormonas alborotadas.
Para cuando me quedo callado, Félix voltea hacia atrás, dándose cuenta de que todos los guardias ya están afuera viéndonos con asombro. Y de pronto, su cara se torna roja de vergüenza al ver cómo todos nos miran en silencio.
—Eres una mierda —Dice con la voz levemente quebrada por la vergüenza. Pero yo ni siquiera me inmuto, así que solo camino hacia adelante para tomar de nuevo el liderazgo y voltear a verlos a todos.
—El edificio no es muy grande y Gabriel me dijo que hay menos de treinta infectados ahí dentro. Recuerden mirar a todos lados y rematar a todos los infectados a los que les disparen. Recuerden que ese pasillo lo recorrerán niños y ancianos, y dejar uno vivo podría hacer que se les avienten encima. Desconozco cuántos infectados hay en el callejón, pero en cuanto esté limpio, cinco de ustedes se quedarán aquí esperando a que toda la gente se reúna y podamos irnos, ¿Está bien?
Todos asienten, por lo que yo comienzo a caminar con rapidez hacia el Ala B sin detenerme ni un sólo segundo, pues la discusión con Félix ya me había quitado demasiado tiempo y los segundos estaban corriendo demasiado rápido.
—Recuerden cubrir a los guardias que traen las cajas, son los más vulnerables —Ordeno en cuanto llegamos al cruce hacia el pasillo del edificio B, el cual se encuentra cerrado debido a que la puerta tiene una cadena bloqueándola junto con un tubo de metal —. A mi señal.
Rápidamente me acerco a la puerta, no sin antes sacar las llaves de mi bolsillo del pantalón que Gabriel me ha entregado para poder abrir el candado de la cadena. Cuando entran las llaves, las cadenas comienzan a hacer ruido contra el metal de la puerta, y los gemidos de los infectados empiezan a sonar del otro lado, inquietos por el movimiento. Me toma unos segundos quitar la cadena y el tubo, así que inhalo y exhalo un par de veces para después aventar las puertas con violencia y dejar el pasillo del Ala B abierto.
Por suerte todos los infectados están concentrados ahí, así que antes de que se me abalancen encima, me quito rápidamente para después gritar:
—¡Ahora! —Ordeno quitándome del camino, para que todos los disparos que han comenzado a impactar a los primeros infectados de la horda no me lleguen también a mí —. ¡Avancen y dejen en el centro a los que traen las cajas! —Exclamo comenzando a disparar también, y uniéndome al círculo de guardias que han creado para cubrir a todos los demás en medio de todos nosotros.
Pronto, me doy cuenta de que cada vez hay menos infectados en el pasillo, así que cuando ellos comienzan a avanzar, yo me quedo detrás de ellos para dispararle a todos los infectados en el piso y así, rematarlos.
Ninguno corre o es muy agresivo, por lo que la tarea de matarlos es más sencilla de lo que esperaba. Y cuando el último infectado cae, todos avanzamos hacia la puerta del callejón al final de éste.
—Hagamos lo mismo que hace rato, ¿Está bien? —Digo rápidamente, para después abrir la puerta del callejón y salir primero con mi pistola cargada y lista para disparar. Pero me encuentro con que no hay más de diez infectados en éste rondando por ahí con lentitud.
No me cuesta trabajo matarlos a todos, impresionado porque no hay tantos infectados como esperaba.
—Los demás deben de estar del otro lado por el ruido —Dice uno de los guardias bajando una caja, ya que seguramente es pesada —. Sigamos con el plan, yo me quedaré aquí, ¿Quién más se queda?
Otros cuatro guardias terminan por aceptar y quedarse ahí, así que yo asiento guardando mi arma en el soporte de mi pantalón para dar mis siguientes indicaciones.
—Estaremos aquí de regreso cuando unamos a los sobrevivientes que quedan y que los camiones que Taehyung debe de despejar estén aquí, ¿Está bien? No sé cuánto tardemos, así que...—Digo, pero rápidamente soy interrumpido por la voz de alguien no quería oír de nuevo.
—Yoongi, cállate —Dice Félix con una clara cara de preocupación.
—¿Qué? ¿Por qué? —Contesto tajante, al ver cómo sigue desobedeciéndome.
—En serio, cállate y escucha...—Dice de nuevo con preocupación hasta que todos quedamos en silencio. Trato de poner atención, y cuando logro oír lo que Félix advierte, mis ojos se agrandan con miedo.
No es muy claro lo que escucho, pero el nombre que emite la voz de aquel repugnante hombre me hacer sentir enfermo y asustado.
"Entréguenme a Jimin y a Gabriel...y nadie de ellos morirá."
Es la voz de aquel líder, y está usando algo para que los dos salgan de su escondite.
Oh no...
—Mierda, ¡Vámonos los demás de aquí, ahora! —Exclamo con clara impotencia en mi voz, comenzando a correr en dirección al patio con todos los demás detrás de mí.
No quiero creer lo que mis pensamientos advierten.
No puedo.
Entre tropezones y miradas confundidas de los demás al no entenderme, llego a la recepción que da al patio principal. Los vidrios de los ventanales están rotos, pero puedo observar perfectamente lo que hay afuera de éstos.
No hay ningún disparo de parte de los dos grupos, y todos los infectados que estaban atacando, ahora se encuentran tirados en el piso con disparos limpios entre sus cejas putrefactas. Los demás que siguen vivos y que están tratando de entrar, ya no pueden por la camioneta que se encuentra bloqueando los escombros.
Pero lo que me hace temblar del miedo, es la fila de hombres usados como rehenes, con las rodillas en el piso y las manos en su nuca.
Detrás de ellos, está el líder del grupo enemigo con más hombres a su lado, apuntándole a la cabeza de todos los que se encuentran en el suelo, y en medio de ellos está Taehyung, temblando del miedo y con la mirada agachada.
—¡Entréguenmelos y nadie va a morir! —Exclama de nuevo el líder, quien trae un megáfono en la mano para que todos logren oír. Pronto trato de caminar hacia ellos, pero uno de los guardias me detiene para que no lo haga ya que cuando volteo hacia la entrada, comienzan a entrar más del otro grupo con armas largas listos para disparar, así que mi pequeño pelotón se esconde entre los escombros para no ser vistos.
Dios, nos están ganando.
—¡Alto ya, Ron! —Exclama Gabriel por primera vez, y puedo observar cómo sale de su escondite con las manos arriba, pero sólo él —. Me quieres, aquí me tienes. Ya deja a mi refugio en paz de una buena vez, ¡Ellos no tienen la culpa de nada! Nuestros problemas no deben de meter a la gente que vive aquí, ¡Hay niños, ancianos y mujeres!
—¡Tú hiciste exactamente lo mismo hace unos meses! ¡Atacaste mi refugio y por eso tu esposa murió! ¡Es hora de que pagues por lo que hiciste! —Exclama de regreso "Ron", con clara furia en su voz y mirada.
—¡Fuimos amigos antes de que esta mierda acabara con el mundo! ¡No te ataqué porque quise, tus hombres son unos cerdos y unos animales que secuestraron a varias mujeres del grupo! ¿¡Cómo no querías que fuera por ellas!?
—¡Ya no somos nada, no me conoces! —Exclama de nuevo furioso, lanzando el megáfono al suelo para señalar a Gabriel con el dedo índice—. ¡Tú me robaste a mi gente, a MI CURA, mi hallazgo! ¡¿O qué, jamás se lo contaste a tu gente!? ¡Los traidores de mis científicos se llevaron lo que yo descubrí y mancharon mi nombre! —Vuelve a gritar, y la mirada que expresa Gabriel, me hace sentir traicionado.
¿El otro líder estaba diciendo la verdad?
—¡Yo no te robé nada, trabajábamos juntos y te lo quité porque estás enfermo! ¡Eres un loco por el poder y el virus te consumió, ahora eres un monstruo!
Y por primera vez desde que ellos comenzaron a pelear, Ron ríe. Ríe de una forma grotesca y enferma, que incluso a mí me asusta por cómo lo hace.
—¡Perfecto, Gabriel! ¿¡Quieres que sea un monstruo!? —Grita con una enorme sonrisa en el rostro. Su mirada ida me hace sentirme cada vez más inquieto y me siento impotente al no poder salir de aquí y ayudar —. ¡Ahora van a pagar todos por lo que hiciste! —Exclama de nuevo, para después tomar del cuello a uno de los guardias que se encuentra en la fila del piso. Finalmente él saca un cuchillo de su pantalón y lo posiciona sobre la piel del hombre que comienza a gritar por el miedo —. ¡Si tú que fuiste mi amigo me traicionaste, ahora tú y tu gente morirá para que nunca más los recuerden!
Y cuando menos me lo espero, Ron degolla al guardia con brutalidad, haciéndole una enorme herida en el cuello. Toda la sangre del hombre sale por la abertura, manchando el piso con rapidez y dejándome perplejo por lo que acaba de hacer. Y cuando lo suelta y deja que se ahogue con su propia sangre, toma al siguiente de la fila de la misma forma que al que acaba de matar.
Taehyung.
—¡Él no, suéltalo ya! —Exclama Gabriel corriendo hacia ellos con desesperación, pero rápidamente la líder suelta a Taehyung y saca su pistola, disparándole sin piedad cuatro veces a Gabriel en el pecho.
MI sangre se hiela al ver cómo cae al piso muerto, con los cuatro agujeros sangrando.
—¡Ya no tienen más a su líder! —Grita con una sonrisa enorme y enferma, cargada de furia y ganas de asesinar a todo lo que se mueva —. ¡Únanse a mí, o mueran! —Exclama de nuevo tomando de los cabellos a Taehyung, quien es el que se encuentra más cerca. Tae grita por el dolor y su mirada llena de lágrimas me hace salir de mi lugar a pesar de los gritos de advertencia de mi pelotón, pero no puedo dejar que mate a uno de mis amigos —, ¡AHORA SAL DE TU ESCONDITE, JIMINIE! ¡TÚ TAMBIÉN DEBES PAGAR POR LA MUERTE DE MI HERMANO! ¡SAL O MATO A TU AMIGO DE LA PEOR MANERA QUE TE IMAGINES!
Su grito retando a mi novio, hace que mis piernas tiemblen y que deje de razonar. Ahora todo está siendo guiado por mis instintos, y lo único que quiero hacer es matar al idiota de Ron. Y todo sucede en un momento; un par de disparos retumban en el aire, deteniéndome en mi lugar. Y lo que más me asombra, es que después de los disparos, Ron cae al piso con dos impactos de bala, uno en el pecho y el otro en la sien.
Jungkook sale de su escondite con los dientes apretados y la mirada furiosa, disparándole a todos los enemigos que se encuentran fuera de su escondite para salvar a su novio. Seguido de matar al líder, él descarga un cartucho completo en nueve enemigos más, matándolos también a ellos.
Pero de repente, los disparos enemigos vuelven de regreso al ver a su líder muerto.
—¡JUNGKOOK, NO! —Grito con horror y con lágrimas en los ojos, temblando de la impotencia al ver cómo su cuerpo cae hacia atrás por los impactos de bala. Estoy perplejo, y la escena frente a mí me hace caer de rodillas al piso; Un enemigo le ha disparado a Jungkook antes de que él pudiese esconderse.
Observo cómo un par de balas impactan contra su pecho y una más en su pierna izquierda, atravesándolo en el proceso y por el impacto, cae de espaldas al piso con violencia donde rápidamente es envuelto en un charco de sangre.
El sonido de su cuerpo cayendo en seco contra el concreto me hace apretar los dientes y quedarme inmóvil en mi lugar, incapaz de poder hacer algo por el estado de shock en el que me encuentro, pero el estruendoso grito desgarrador de Taehyung me hace reaccionar de nuevo.
—¡Jungkook! ¡Mi amor, no! —Grita Taehyung levantándose, para después correr al cadáver de su novio y lanzarse a él antes de que todos los enemigos comiencen a disparar de nuevo. El resto de los guardias que se encontraban en la fila, pronto caen el piso, por todos los disparos que reciben y mi corazón empieza a latir con muchísima fuerza por todo lo que está pasando.
—¡Ataquen! ¡ATAQUEN AHORA! —Grito, a pesar de que mi voz suena completamente rota. Rápidamente el resto del grupo sale a disparar, tomándolos a los enemigos por sorpresa. Rápidamente, saco una granada de mi pantalón, quitándole el seguro y lanzándola a los enemigos que no se percatan de mi presencia hasta que la granada cae al piso.
—¡Cúbranse!
Pero es demasiado tarde, la explosión alcanza a la mitad del grupo enemigo.
Y por fin, logro escuchar lo que tanto deseaba.
—¡Retirada! ¡Salgan todos de aquí!
Las sonoras explosiones, hacen que todos los del grupo enemigo salgan del patio principal, dejándolo sólo con todos los cadáveres y nosotros, los únicos sobrevivientes del lugar. Y una vez que me doy cuenta de que estamos "fuera de peligro" salgo de mi escondite para correr hacia Taehyung.
Pero Taehyung tampoco se mueve.
Rápidamente me hinco en el lugar donde está Jungkook y Taehyung.
—Tae...no...—susurro tratando de moverlo, pero un quejido de su parte hace que lo suelte y lo mire con terror. Pronto él se voltea, y me doy cuenta de que su espalda tiene un par de impacto de bala.
—T...traté de cu-cubrirlo...—Susurra mirándome con lágrimas en los ojos.
Pronto llega Jimin y se tira a mi lado, tratando de levantar a Taehyung del piso para ayudar a curar sus heridas, pero él simplemente no se deja, ya que se encuentra agarrando con fuerza la ropa de Jungkook.
—TaeTae, por favor deja que te ayude...—Solloza Jimin, y Taehyung niega.
—Vá-váyanse de a-aquí...es-estaré bien...me iré co-con el amor de mi v-vida... —Murmura de nuevo, acostando su cabeza en el pecho inerte de su novio, para después sollozar débilmente —. El labo...laboratorio fue ata-atacado. Yoongi...ve por la cu-cura...antes de que...ellos despierten...
La mirada de Jimin se une con la mía, y antes de que pueda decir algo más, Taehyung relaja su cuerpo y cierra sus ojos para siempre.
—¡TAE, POR FAVOR NO! —Grita Jimin zarandeando su cuerpo, que ahora ha soltado a Jungkook. Taehyung ya no responde, y las lágrimas de mis ojos se desbordan con rapidez.
Pero no sollozo, pues estoy en shock. No puedo creer que mis últimos dos amigos están muertos.
Y que solamente quedamos Jimin y yo.
—¡Tae, por favor despierta!
Sin embargo, los guardias comienzan a salir de sus escondites, al ver cómo los infectados de la entrada comienzan a entrar.
El grupo enemigo se ha ido, pero ahora han llegado las hordas.
—¡Jimin, vámonos! —Exclamo saliendo de mi trance, para después jalar a Jimin con fuerza y levantarlo de ahí. Jimin, con la cara llena de lágrimas me mira y me abraza, sollozando en mi pecho —. Debemos irnos de aquí, ellos ya se fueron...
Y me cuesta hacerlo, pero cuando todos los guardias gritan "¡Retirada!", tomo de la mano a Jimin para entrar al edificio que se está cayendo a pedazos e incendiándose, alejándonos de ahí para abandonar el refugio que alguna vez fue nuestro hogar.
Rápidamente volteo una última vez hacia atrás, dándome cuenta de que todos los infectados están comiéndose a los cadáveres en el piso, y entre ellos, se encuentra Jungkook y Taehyung. Y antes de que los muertos devoren sus cuerpos inertes, me quedo con el último recuerdo de ellos dos.
Parece que se encuentran dormidos en el suelo, abrazados.
Juntos.
Mi vista pronto se regresa hacia el frente, y mientras escucho cómo están dando órdenes los demás guardias, yo me detengo abruptamente al recordar lo que Taehyung me dijo por última vez.
—¿Por qué te detienes? —Pregunta Jimin sin soltar mi mano, pero yo lentamente lo hago. Él me mira con miedo y yo sonrío tomando su cara para calmarlo.
—Debo de ir por los científicos, prometí volver por ellos...—Digo mirándolo a los ojos, para después observar hacia uno de los ventanales rotos y darme cuenta de que está comenzando a oscurecer.
—Te acompaño —Dice Jimin, pero yo niego.
—Tienes que ir por Caleb y Drago, mi amor. Necesito que tú le expliques al niño que Tae y Kook no volverán —E inconscientemente, un par de lágrimas salen de mis ojos por el recuerdo —. Avísales a los guardias que iré por los científicos y la cura, ¿Sí?
—¿Y qué pasa si te atacan? —Pregunta Jimin con clara desesperación en su voz.
—Tú irás a buscarme, ¿Está bien? Estaré en los estacionamientos, ya sabes dónde —Digo, para después acercarme a él y unir mis labios con los suyos con lentitud —. Te amo, no tardaré mucho.
Jimin termina por asentir, soltándome. Y así, cada uno toma su camino, él hacia los guardias y yo de regreso al estacionamiento cada vez más lleno de humo por el incendio que se está comiendo todo.
Y mientras bajo las escaleras, los sollozos de mi boca comienzan a ser cada vez más fuertes por todos los recuerdos que azotan mi cabeza. Me siento con mucho miedo, y mis piernas cada vez tiemblan con más fuerza.
No quiero ni siquiera creer que mis últimos dos amigos están muertos.
Más de la mitad del refugio está muerto.
—Por Dios, no...—Murmuro, tapándome la boca con frustración.
Abajo, está todo hecho un desastre. Hay gente del grupo enemigo muerta y la puerta del laboratorio improvisado abierta, Y cuando me acerco, me doy cuenta de que una par de hombres con batas blancas están en el piso con impactos de bala.
—¡No, no puede ser! —Exclamo entrando al lugar, viendo que todo está saqueado y roto.
Estoy entrando en crisis por todo lo que veo, pero un pequeño quejido hace que voltee al piso y me dé cuenta de que el científico más joven está vivo todavía.
—Yoongi...estás aquí...—Murmura con dolor —. Nos atacaron...
—Mierda, ¿Cómo te ayudo? —Pregunto con claro dolor en mi voz, pero él niega con la cabeza para que no lo toque.
—No...moriré antes de que intentes sacarme de aquí —Balbucea, con lágrimas en los ojos y la voz completamente rota por los sollozos que está tratando de sacar de su boca llena de sangre —. Váyanse de aquí antes de que los muertos lleguen...la cura está en el maletín con las coordenadas del Centro de Control de Enfermedades de México. Son tres tubos con la cura, no dejes que nadie se las lleve y cuídalas con tu vida...—Y para cuando él termina de hablar, sus ojos se cierran lentamente, dejándome en claro que él ha muerto y que ahora mismo estoy yo solo con la cura.
Ahora es mi deber cuidarla a cualquier costo.
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