Capítulo noventa y cinco: Antibalas.
Min Yoongi.
Abrir mis ojos parece ser la cosa más difícil del mundo cuando trato de hacerlo innumerables veces, y a pesar de que me esfuerzo de sobremanera para lograrlo, mis párpados están más pesados de lo normal, frustrándome por completo, y más porque la camilla donde estoy acostado de vez en cuando se mueve, como si alguien la estuviese zarandeando para despertarme.
¿Qué está pasando?
De pronto, la camilla se mueve aún más fuerte, así que hago mi último intento por abrir mis ojos ya que comienza a ponerme nervioso tanto movimiento. Y esta vez funciona, por lo que poco a poco abro mis ojos con lentitud.
La luz me ciega por unos segundos, así que espero a que mis ojos se acostumbren un poco y cuando por fin están los dos abiertos, parpadeo un par de veces antes de voltear a los lados buscando caras conocidas. Pero con lo único que me encuentro, es con una habitación gris pequeña, mal iluminada y con mesas de metal con objetos de curación y sustancias extrañas que reconozco casi al instante. Por último, mis ojos se dirigen a las dos personas que se encuentran cerca de la única puerta, al parecer hablando de algo que los inquieta mucho —Debido a las expresiones de enojo y frustración en su cara —, pero que no puedo adivinar qué es ya que lo único que oigo es un extraño pitido que sale de mi cabeza.
Luego, me doy cuenta de que en sus manos hay un par de AK-47.
—Mmmh...—Trato de hablar para saber qué está pasando, pero lo único que sale de mi boca es un quejido que pronto alerta a los dos científicos. Estar despierto por fin, hace que los ruidos comiencen a ser cada vez más claros, y conforme recobro la consciencia, me asusta el hecho de que afuera se escuchan muchos disparos —. ¿Qué...pasa...? —Murmuro con dificultad como si estuviese arrastrando las palabras, por lo que el científico más joven se acerca a mí para revisar la máquina que está a mi lado y también mi temperatura.
Pero él se detiene cuando todo a nuestro alrededor retumba, haciendo que la camilla se vuelva a mover y haga que una de mis preguntas sea respondida.
Eso fue una explosión.
—Yoongi, nos están atacando —Dice rápidamente —. ¿Recuerdas que en la mañana escuchamos camiones? Son de un grupo enemigo, y ahora mismo acaban de tirar las puertas principales del refugio. Te sedamos porque sabíamos que escaparías para ayudar a Jimin...así que necesito que te tranquilices.
—¿Dónde está Jimin...? —Pregunto, y aunque quiero sonar exaltado, mi voz debilitada por el sedante me hace parecer muy cansado. Así que como mi voz no funciona, trato de pararme, dándole un manotazo —el más débil que he dado en mi vida — al científico para que suelte mi mano donde se encuentra la intravenosa y me deje parar. Pero rápidamente los dos me vuelven a dejar inmovilizado sobre la cama, por lo que gruño en respuesta al sentir mi cuerpo tan inútil —, déjenme ir a buscar a Jimin... ¡Ya!
—No podemos hacer eso, caerás inconsciente. No has comido como se debe, al menos deberás esperar para que a penas y logres levantarte —Dice uno de ellos mirándome a los ojos —. Jimin y tus amigos tienen un plan, luego vendrán por ti. Mientras tanto debemos esperar a que todo esto se calme o piensen que estamos muertos. Nos están buscando por esa cosa —Dice, señalando a tres tubos de ensayo sobre una de las mesas de metal —. Nos traicionaron y todos nuestros secretos ya salieron a la luz.
—¿Quién...nos traicionó? —Pregunto totalmente confundido y él suspira.
—El líder de todos los guardias, Siwon —Y en cuanto oigo ese maldito nombre, siento como la furia dentro de mí comienza a crecer. Pudo haber matado a Jimin. Pudo haberlo convencido para que se fueran amenazándolo. Lo pude haber perdido por ese hijo de puta —. No sabemos si ya lo mataron, pero él fue quien alertó a su grupo de la cura y ahora deben estar buscándola.
—Pero no sirve aún... ¿Para qué la quieren? —Vuelvo a preguntar.
—Te equivocas, muchacho —Dice ahora el científico más grande con una pequeña sonrisa —. Todo lo que has hecho funcionó, Yoongi. Los comienzos de la cura están reaccionando a la inmunidad de tu sangre, y aunque no podemos saber si con esto estará terminada o no, podremos llevar las muestras a México...Estamos a nada de salvar el mundo.
—Con más razón...necesito...salir...quiero ayudar —Digo cerrando los ojos de nuevo por el cansancio que siento —. Debemos ayudar...
—Nosotros no podemos salir, pero tú sí...—Dice, acercándose a una de las cajas en las mesas, para después meter la mano y rebuscar en ella —. Esto podría ayudar, así que deberás de llevar un par en tu bolsillo —Y para cuando terminar de hablar, él ya tiene en sus manos tres inyecciones con una sustancia amarilla dentro de ellas.
—¿Qué es eso? —Digo manteniendo mi vista fija en las inyecciones.
—Primero vamos a quitarte todos los tubos de encima y las agujas de tu cuerpo. Quiero que estés tranquilo, ¿Sí? —Ordena el científico más grande con tranquilidad, a pesar de que otra explosión hace que el pequeño cuarto retumbe bajo nosotros —. Lo que tengo en las manos son inyecciones de adrenalina, y en cuanto te quitemos todo esto te pondremos una...Tiene una duración de 20 minutos, así que deberás apurarte. Con dos inyecciones estarás como si nada después, pero te voy a poner una tercera en caso de emergencia o por si alguno de tus amigos la necesita.
—¿Y saben dónde está Jimin o los demás? —Pregunto, observando cómo ellos comienzan a hacer su trabajo para desconectarme.
—Lamentablemente no, deberás buscarlo —Contesta uno de ellos, comenzando a quitar cables de mi cuerpo —. Pero traemos armas que te ayudarán, al igual que ropa que te va a cubrir de la mayoría de los disparos. —Dice el menor, mostrándome un chaleco antibalas y el uniforme de lo que pareció ser de algún militar —. Ahora, relájate. Te vamos a dar indicaciones de lo que harás y de lo poco que nos dijo Jimin antes de irse.
—Nosotros vamos a estar aquí para cuando comiencen su plan, pero si no lo logran para antes de que la luz del sol se esconda, nosotros iremos por ustedes...—Pronto, el científico ya ha terminado de quitarme todo lo que me pusieron encima, finalizando por poner una gasa en mi mano derecha para que no sangre por la intravenosa. Pronto respiro profundo, mirando cómo preparan la inyección frente a mis ojos —. Descúbrele la pierna.
—No, espera...—Digo con un poco de nerviosismo, pero no puedo quejarme más, pues la aguja entra rápidamente en mi muslo de mi pierna que lo único que me deja hacer es soltar un quejido por el dolor.
Sin embargo, el efecto es instantáneo. Pronto siento como todo mi cuerpo reacciona y toda mi fuerza regresa a mí, haciendo que rápidamente me siente sobre la camilla y me sienta con energía —Y muchísima —. Mi respiración parece estar más agitada y escucho cómo mi corazón late en mis oídos con fuerza, dándome a entender que de ahora en adelante sólo tengo veinte minutos antes de que deba ponerme la otra inyección de la misma manera como el científico lo hizo en mi pierna.
—Cámbiate y toma lo que necesites de las mesas de allá. En la caja de cartón está tu ropa normal y al lado está la ropa que te dije antes —Dice ayudándome a bajar de la camilla —. Mucho cuidado allá afuera, se oyen demasiados disparos y aunque el chaleco seguramente te va a detener algunos disparos, no te confíes o podrías salir realmente herido.
—Por cierto, una última pregunta...—Digo tomando mi ropa interior para comenzar a ponérmela sin pudor alguno, pues sé que ellos ya me han visto desnudo para sus pruebas y yo tengo algo más importante que está allá afuera esperándome —. ¿Aún hay inmunidad en mi sangre?
—La hay todavía. Necesitábamos más tiempo para sacarla, pero ahora es muy riesgoso con tanto movimiento por las explosiones, podríamos haberte hecho daño, así que sí la hay. Aunque no te dejes llevar por eso, como ya es muy poca, lo más seguro es que una mordedura de infectado sí te haga el mismo efecto que los demás...Cuídate las espaldas.
Conforme subo las escaleras de emergencia, me preocupa el hecho de que éstas están llenas de humo y que no pueda ver nada más que el brillo del fuego en alguno de los pasillos y una que otra silueta de infectados que merodean sin notarme.
Pronto llego al último escalón del pasillo que estaba buscando, así que rápidamente me fijo de un lado a otro antes de salir para no ser sorprendido. Y una vez que me aseguro de que no hay nadie, comienzo a correr en busca de la habitación que compartíamos Jimin y yo. En cuanto llego a ella, ni siquiera forcejeo con la cerradura que ya la puerta está entreabierta y los nervios crecen dentro de mí al no encontrar a Jimin dentro.
Toda la habitación está hecha un desastre; Toda nuestra ropa está tirada en el piso al igual que los cajones, las puertas están abiertas, el espejo roto y tirado en el suelo y la cama deshecha junto con el colchón movido de su lugar. Sólo me da a entender que alguien ha venido a buscar algo a nuestra habitación, y seguramente en todas las habitaciones.
—Jimin...¿Dónde estás? —Susurro hincándome en el suelo, tomando una de las prendas blancas que le pertenece a mi novio y que ahora está llena de manchas de algún zapato que pasó sobre ella —. Te voy a encontrar...
Pronto me levanto de mi lugar, fijándome una última vez en nuestra habitación con nostalgia para después dar la media vuelta y caminar de regreso a la puerta. Toda mi mente está hecha un caos tratando de encontrar algún lugar que me lleve al paradero de Jimin, sin embargo, el grito de alguien que me detenga para poner atención ya que entre tanto ruido a penas y pude escucharlo.
—¡Ayuda, por favor! ¡No me toques, no!
Es la voz de una chica.
No espero ni un segundo más cuando ya estoy corriendo en busca de ella, abriendo todas las puertas de las habitaciones con furia al saber lo que le está haciendo.
No puedo dejar que otra persona sufra lo que mi novio sufrió.
Y por fin la encuentro en uno de mis arranques de desesperación al sentir que estoy llegando demasiado tarde. Es la última habitación del pasillo y por eso, la única que se encuentra con la puerta cerrada, pero gracias a que no trae seguro puedo entrar rápidamente a ella y darme cuenta de la atrocidad que está a punto de suceder; En la cama de la habitación hay una chica boca abajo, con los brazos en su espalda y con la mitad de su cuerpo en el aire y completamente desnuda. Y detrás de ella, está un hombre arrancándole la ropa con una enorme sonrisa cínica en la cara, tratando de abusar de ella.
Pero de repente, los ojos llenos de lágrimas de la chica se cruzan con los míos y su cara de desesperación y miedo cambian por completo en cuanto me ve.
—¡Ayúdame, por favor! —Grita la chica con desesperación, y no dudo ni un segundo más.
—¡Déjala en paz, hijo de puta! —Exclamo con furia cargando mi pistola para matarlo. Él rápidamente voltea a verme con enojo y sorpresa, y aunque trata de tomar la pistola de su pantalón a la mitad de sus muslos, la M16 en mis manos es más rápida; Todo su cuerpo es atravesado por decenas de disparos que descargo en él por la furia que recorre todo mi cuerpo y finalmente el hombre cae muerto a un lado de la chica, manchando todo a su paso con la sangre que sale de las heridas de bala incrustadas en su cuerpo.
—Tranquila, ya pasó...—Digo con tranquilidad buscando con un poco de incomodidad algo de ropa en el suelo lleno de cosas saqueadas mientras ella rápidamente se tapa con las sábanas de la cama ante la desnudez de su cintura para abajo—. Ponte esto y vámonos de aquí, ¿Sí? Sé que esto puede ser difícil, pero buscaremos la forma de salir de este refugio antes de que el grupo enemigo nos mate —Digo volteándola a ver, dándole un pantalón que parece ser de su talla —. ¿Te tocó o te...?
—N-no, llegaste a tiempo...—Solloza tomando el pantalón entre sus manos —. Gracias...
—No hay de qué agradecer...escuché los gritos y corrí hasta aquí. ¿Dónde está tu habitación? ¿Te trajo a la fuerza?
—Ésta...es mi habitación —Dice entre sollozos —. Me escondí en la recepción del refugio y él me encontró...corrí lo más que pude y lo único que se me ocurrió fue meterme a mi habitación, pero creo que fue mala idea... ¡Pudo haberme violado!
—Dios, maldita gente enferma —Digo aún con el enojo recorriéndome por completo —. Dejaré que busques tu ropa, así que estaré afuera. Si sucede algo gritas, ¿Sí? —Ella rápidamente asiente, y aunque noto que aún sigue temblando y llorando, prefiero dejar que se cambie a solas para no incomodarla más.
Cuando estoy afuera, me aseguro de que nadie venga por el pasillo. Y conforme comienzan a pasar los minutos me impaciento más porque Jimin debe de estar allá afuera peleando. ¿Dónde estará metido? ¿Estará bien?
Pero todos mis pensamientos son interrumpidos cuando la chica abre la puerta de su habitación. Y me sorprende el hecho de que trae una pistola en su mano y un cuchillo colgando de su pantalón.
—Tenemos que buscar a mi novio y a mis amigos primero, ¿Está bien? —Digo caminando junto a ella hacia las escaleras, pero sin bajar la guardia —. No sé en dónde estén, así que tendremos que revisar el edificio completo si es necesario.
—¿Estás buscando a Park Jimin? —Dice, por lo que yo asiento rápidamente —. El líder de ese grupo lo está buscando para matarlo, no sé qué pasó, pero hizo enojar demasiado a ese hombre.
—¿No sabes a dónde se lo llevaron? —Pregunto desesperado, y ella niega.
—No sé dónde esté, pero alcancé a oír que llevaron a algunos sobrevivientes al último piso para tenerlos como rehenes...Gabriel también está escondido y seguramente para eso los quieren, para que Gabriel salga.
Y antes de que siga hablando, comienzo a correr hacia las escaleras con ella detrás de mí. No sé si ellos estén ahí, pero mis esperanzas me dicen que debo de subir, y eso es lo que haré. Pero conforme pasan los segundos, por alguna extraña razón comienzo a sentirme cada vez más cansado con cada escalón que subo y ella parece notarlo ya que rápidamente me toma del brazo al ver que de un momento a otro me tambaleo.
—¿Estás bien? —Pregunta cuando yo me siento en los últimos escalones antes de llegar al último piso.
—Tengo que...inyectarme esto —Digo sacando un pequeño estuche de mi bolsillo del pantalón militar, y dentro de éste se encuentra la jeringa con adrenalina —. Esto me mantendrá de pie, así que...quiero que tú vayas y te asomes para ver cuántos son del grupo enemigo, ¿Sí? Prometo que será rápido.
—Está bien, lo haré...—Dice levantándose, para después subir los últimos escalones y desaparecer de mi vista.
Bien, aquí vamos. No seas un llorón, sólo es una jeringa, Yoongi.
Con todo el dolor del mundo, incrusto la jeringa en mi pierna derecha, y aunque el dolor hace que suelte un pequeño quejido, termino por introducir la sustancia que no tarda en hacerme efecto. Cuando saco la aguja de mi piel, oigo los pasos de la chica, así que yo me levanto de mi lugar volteándola a ver.
—Hay ocho hombres armados y doce rehenes —Susurra siguiéndome con sigilo —. ¿Tus amigos son asiáticos? Si es así, hay dos de ellos. No sé cómo sea tu novio, pero uno de ellos tiene el cabello negro largo y el otro castaño.
Jungkook y Taehyung.
—Son ellos —Digo sonriéndole —. Éste va a ser el plan...—Digo escondiéndome con ella en el otro lado de la pared —. La puerta al final del pasillo de allá es el antiguo laboratorio...pero ahora está lleno de infectados. Voy a sacarlos de ahí y quiero que tú te escondas en las escaleras. Cuando los infectados estén sueltos, irás por los rehenes y los vas a soltar, ¿Está bien?
—¿Y cómo lograrás que no te disparen? —Pregunta la chica con miedo.
—Con un milagro, quizá...—Digo suspirando —. ¿Cómo te llamas? Gritaré tu nombre en cuanto logre hacer que los infectados estén sobre ellos.
—Me llamo Agnes. ¿Y tú?
—Yoongi. Ahora, ve a esconderte.
Ella rápidamente asiente, bajando los escalones lo suficiente para no verse. Y una vez que ya no la veo, troto hacia la puerta del laboratorio, respirando profundo y repasando el plan en mi mente para que nada salga mal.
—Bien, aquí vamos...—Susurro, antes de levantar la pistola y pegarle a la cerradura con la culata de ésta. Pronto la cerradura cede ante el golpe y la puerta se abre levemente; No pasa mucho tiempo cuando los dedos putrefactos de los infectados comienzan a asomarse por la rendija de la puerta para abrirla, y me sorprendo al ver la cantidad de infectados que hay dentro.
Hay más de una docena. ¿Cómo lograron meterlos a todos?
Cuando todos logran verme, en silencio comienzo a hacerles señas para que me sigan a pesar de que siento cómo las piernas me tiemblan al estar tan cerca de los muertos. Por suerte, la distancia entre ellos y yo es suficiente para que yo corra hacia el otro lado del pasillo y me muestre ante los hombres que tienen de rehenes a mis amigos y a los del refugio.
—¡Idiotas, se les olvidó uno! —Grito, haciendo que todos los que se encuentran en el pasillo me miren. Y antes de volver a desaparecer por el otro pasillo, rápidamente les dedico una sonrisa a Jungkook y Taehyung.
—¡Atrápenlo, no dejen que se escape! —Grita uno de los hombres, así que yo regreso por el pasillo esquivando las manos de los infectados más cercanos a mí, para correr hacia las escaleras donde rápidamente me meto.
—¡Agnes, ahora! —Exclamo, por lo que rápidamente la melena dorada de la chica aparece en las escaleras hasta llegar a mí, quién al verme asiente cargando su pistola lista para disparar. Y para cuando los hombres doblan el pasillo, la mayoría de ellos caen entre las asquerosas manos de los infectados. Por suerte, los que lograron verme simplemente se regresan con su horda, tratando de tomar la carne de los cuatro hombres que han caído.
—¡Vamos! —Exclamo jalándola del brazo para después levantar mi arma y comenzar a disparar al frente, donde segundo después Agnes se me une. Los otros hombres al pelear con los infectados no les dan tiempo de tan siquiera disparar, pues los infectados a pesar de que ya han recibido varios disparos en el cuerpo no dejan de tratar de comérselos.
El último hombre por fin cae al suelo, y los infectados sobrevivientes que quedan en el suelo comiéndose a los cadáveres, son rematados por Agnes, por lo que puedo notar que tiene excelente puntería.
—Bien, vamos por los rehenes —Digo cruzando el pasillo sin pisar a todos los cuerpos en el suelo. Agnes también me sigue, y al doblar el pasillo la mirada de felicidad de mis amigos me hace correr hacia ellos y abrazarlos en el suelo —. Están vivos...
—Tú también lo estás, ¿Cómo saliste del laboratorio? —Pregunta Jungkook, y antes de contestar noto como Agnes está quitándoles las sogas de las manos a los rehenes. Así que yo también saco mi cuchillo para quitar las de Jungkook y Taehyung que los tienen inmovilizados.
—Se los contaré después, ¿Dónde está Jimin y Caleb? —Pregunto, ayudándoles a levantarse.
—Deben estar escondidos con Gabriel en los almacenes, cerca del Ala B. Todo el patio principal parece campo de batalla, y por lo escuché, vienen más pelotones del grupo enemigo. Jimin tiene un plan, pero sólo servirá si despejamos el Ala B, debemos de apurarnos.
—Pero...—Trato de decir, y él asiente interrumpiéndome.
—Sí, sabemos que está lleno de infectados...pero es la única manera. La puerta del estacionamiento del ala B está despejada y podemos salir por ahí corriendo, es la única opción que tenemos hasta ahora.
—Entonces debemos de apurarnos a buscarlos y sacar a todos los sobrevivientes —Digo rápidamente —. Agnes, tienes la tarea de llevar a todos ellos a un lugar seguro. De preferencia cerca del Ala B, ¿Entendiste? Haremos un plan y todos nos iremos de aquí antes de que anochezca.
—Cuenta con eso, ¡Ahora váyanse antes de que vengan más enemigos!
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