Capítulo doce: El miedo a los vivos.

Min Yoongi


Luego de unos minutos calmando a Jimin y que por fin lo he logrado subir a la camioneta, decido que lo mejor es que él y yo nos sentemos junto a Hoseok en el asiento de atrás para que no se sienta incómodo al lado de Jungkook, así que el menor es quien ha tomado mi lugar en el lado del copiloto. Y aunque Jungkook se la pasó tratando de disculparse por lo que había dicho, Jimin lo ignoró durante todo el camino hasta que llegamos a Seongju.

Pero al llegar a nuestro primer destino, me doy cuenta de que todo está desierto. No hay ni una sola alma vagando por ahí, o mínimo algún infectado queriéndose acercar. Es como si hubiésemos llegado a un pueblo fantasma. Taemin incluso baja la velocidad, cruzando las calles abandonadas con cautela esperando algo. Pero ¿Por qué no hay nadie? Se me hace extraño que toda la civilización haya escapado tan rápido sabiendo que todas las ciudades e incluso carreteras se encuentran atascadas de autos e infectados. 

—Esto es extraño, ¿No? —Pregunta Hoseok mirándome y después a la ventana —. No hay nada de nada, ni siquiera algún animal... ¿Crees que hayan muerto todos?

—Si estuvieran muertos todos, ¿No crees que los veríamos ahora mismo vagando por las calles o acercándose a la camioneta para tratar de comernos? —Pregunto irónico y Hoseok ríe suavemente en respuesta. 

—Sólo decía. Pero en serio, esto es muy raro... —Murmura, acomodándose de nuevo en su lugar para tomar su celular del bolsillo de su chamarra y darle play al juego que viene jugando desde hace un buen rato —. Ojalá fuera tan bueno disparando en la vida real como en este juego...— Murmura, por lo que yo sonrío y niego con la cabeza. Pero el sonido de una llamada entrante en su celular hace que él pause el juego y conteste rápidamente —. ¡Señor Kim, qué gusto oírlo de nuevo! —Exclama con una sonrisa, para después quitarse el celular de la oreja y ponerlo en altavoz.

Lo mismo digo, Hoseok, estaba preocupado porque tenía miedo de que no contestaras —Contesta el señor Kim al otro lado —. Bien, tengo noticias para todos ustedes. Lo que se supone que era un plan de rescate por parte de los militares, fracasó. La gran mayoría de Corea está infectada, y la otra parte restante está metida en buques del ejército o sobreviviendo en medio del caos. Por lo que he escuchado aquí, es que el virus está avanzando muy rápido...dicen que, si no lo detienen, para marzo del próximo año habrá ciudades con pérdida total.  

¿Has oído algo acerca de las ciudades de aquí? Me refiero a si hay muchos infectados concentrados en alguna ciudad —Pregunta Hoseok. 

Me dijeron que Seúl es a donde van, ¿Verdad? Deben tener cuidado, son de los lugares más infectados del país, si yo fuera ustedes, ni siquiera me acercaba...pero como sé que tienen una misión, deberán ser muy precavidos —Y mientras habla, no puedo evitar comerme las uñas por lo nervios. Todo se está yendo al carajo y no han pasado ni tres días —. ¿Les había dicho que la electricidad de todo Corea del Sur se irá? Si se resguardan en alguna casa, traten de cargar lo más posible las baterías de sus celulares hasta el día en que el último transformador se apague por completo.

¿Hay alguna forma más fácil de llegar a Seúl? —Pregunta Taemin sin dejar de quitar la mirada de en frente.

Hola Tae, qué gusto oírte y no, la única de avanzar es por la autopista Gyeonbu. No les conviene ir por las autopistas Jungang o Jungbu, por ahí hay algunos atajos, pero seguramente habrá muchos infectados esperándolos. Ahí había bases militares montadas, pero ya se imaginarán qué pasó.

Taemin suspira y asiente, para después seguir concentrado en el camino.

Con respecto a los infectados, hay cosas que a lo mejor les pueden servir. Lo que más los atrae es el ruido y la luz, por obvias razones, en cuanto el país se quede sin energía, por las noches deberán tener cuidado con la luz de sus celulares o con las velas, son como los moscos atraídos por ellas...también, eviten lastimarse, la sangre la pueden oler muy bien —Indica el señor Kim, por lo que no puedo dejar de sentirme nervioso —. Creo que es lo único que tengo que decir. Ah, y qué bueno que salieron de Daegu antes de que los militares o en el peor de los casos, los infectados no los hayan interceptado. Trataré de comunicarme con ustedes en cuanto pueda.

—Muchas gracias. Y, por cierto, ¿En dónde te resguardaste? —Pregunta Hoseok.

En un barco de la marina de Estados Unidos. En el mar no hay infección. Y, hablando de eso, qué bueno que lo mencionaste. Si quieren resguardarse, vayan al mar o a las montañas. El frío hace que el virus se debilite —El señor Kim suspira y segundos después sigue hablando —. Debo colgar, mi esposa me llama. Cuídense mucho, ¿Sí? Espero estar en contacto con ustedes muy pronto...

Él cuelga y Hoseok guarda su celular, olvidándose de su juego, seguramente para salvaguardar la batería de este. Yo suspiro tratando de calmar mis nervios mirando por la ventana, pero al ir avanzando, un escenario terrorífico frente a mí me hace acomodarme mejor en mi lugar para observar mejor.  

Ahora ya sabía dónde estaba toda la población de Seongju

A menos de diez metros de nosotros, hay montones de cadáveres apilados a cada lado de la avenida por donde estamos pasando, tapados torpemente con lonas de plástico blanco, pero estas se encuentran batidas de sangre seca.

Son miles de personas muertas, la mayoría recientemente calcinada.

—Mierda, ¡Cierren las ventanas! —Exclama Taemin subiendo la suya con rapidez. El olor a putrefacción no tarda en aparecer a pesar de que todo se encuentra cerrado, haciéndome tapar mi nariz rápidamente con mi playera en un intento por no vomitarme.

—¿Qué hay afuera? —Pregunta Jimin tapándose la nariz con cara de asco y de estar a punto de vomitar —. Dios, huele horrible...

—Hay miles de cuerpo apilados, creo que es toda la población de la ciudad, el ejército se movió rápido aquí —Dice Taemin con la voz afligida, acelerando de repente para pasar más rápido. 

Después de casi recorrer tres kilómetros, las montañitas de cadáveres no dejaron de aparecer, incluso, conforme avanzábamos, se iban haciendo más grandes con cada metro que íbamos recorriendo. 

Esto es una pesadilla.

—Oh no... —Murmura Jungkook, por lo que volteo hacia donde él está viendo, pero rápidamente desvío la mirada a otro lado. Entre las pilas de cadáveres, hay muchísimos niños, de diferentes edades y tamaños. Algunos se encuentran destapados por la lona, por lo que, se puede observar que tienen disparos en medio de su frente. De repente, oigo como Jungkook ha comenzado a sollozar, para después taparse los ojos con las manos y bajar la cabeza. Yo suspiro, bajando la mirada de la misma manera para no ver más de las atrocidades que el virus está haciendo —, estoy harto de toda esta mierda...

Luego de largos y tensos minutos donde seguían apareciendo cadáveres, me dedico a mirar mis pies el resto del camino, en completo silencio. También, noto que Jungkook sigue sollozando, y después oigo los de alguien más, por lo que volteo a mi lado derecho, dándome cuenta de que Hoseok también ha comenzado a llorar. 

Y finalmente miro a Jimin, quien tiene la cabeza alzada hacia el frente, pero de pronto, una lágrima silenciosa rueda por su mejilla, hasta chocar con su barbilla y desprenderse de su piel para desaparecer en su ropa. 

El gran letrero de la entrada de Gimcheon aparece en mi campo de vista. En mi reloj de mi muñeca ya marcan las nueve de la mañana y sé que hemos llegado un poco retrasados a nuestro segundo destino. Pero al ser tan temprano, aún tenemos mucho tiempo para buscar gasolina y provisiones nuevas.

Pero al avanzar hacia la ciudad, ya he visto pasar a tres helicópteros en menos de cinco minutos, por lo tanto, es un indicativo que hay civilización y también, muchos infectados. También, hace media hora, Taemin decidió cambiar de lugar con Hoseok para manejar, ya que él comentó que se siente muy cansado, por lo que en cuanto pasó al asiento de atrás, se durmió rápidamente. 

Por lo que nos había contado, ayer por la noche había tenido que escapar de su vecindario ya que había muchos infectados y no tenía a donde ir, hasta que el señor Kim lo llamó y aceptó sin decir que no y por eso ahora estaba con nosotros, pero lo malo es que no había dormido nada y decidimos que lo mejor era que sí lo hiciera o terminaríamos por chocar en algún poste.

Pero el sueño de Taemin se le terminó pegando a Jimin y este también se quedó dormido y con el movimiento de la camioneta acabó apoyando su cabeza sobre la de Taemin como si fueran amigos de toda la vida, lo que me causó un poco de gracia.

—Hoseok, ¿Tú tenías novia o algo? —Preguntó Jungkook rompiendo el silencio.

—No...bueno, tenía novio. Soy bisexual —Dice con cierta timidez en su voz —. Él y yo terminamos hace más de dos meses.

—¿Cómo se llama? —Vuelve a preguntar y Hoseok ríe.

—Se llama Mark...no sé dónde esté ahora, pero espero que esté bien —Vuelve a contestar, por lo que Jungkook asiente —. ¿Y tú, Jungkook? ¿Has tenido alguna novia?

—No...hasta el momento no. Me gustaba una chica de mi escuela, pero no me trataba muy bien, más bien, a nadie. Era muy... ¿Engreída? Sí, creo que esa es la palabra. Pero, la verdad es que no sé si podré tener novia ahora, con esto que está pasando, no sé si volveré a ver una chica de mi edad.

—¿Y qué pasaría si te encuentras un chico en medio del apocalipsis y no una chica? —Pregunta Hoseok con una risita burlona, y Jungkook traga saliva fuerte.

—No sé...jamás he sentido algo por un chico. Pero, creo que la sexualidad de alguien es libre de cambiar, y si una persona de tu mismo sexo te hace sentir amor, no le veo algo malo, al final de cuentas, el amor es algo muy bonito que todas las personas debemos experimentar alguna vez en la vida. 

Bien, posiblemente mi otro Yoongi lo hubiera callado para que dejara de ser tan cursi o terminaría vomitándose encima, pero la voz de Jungkook me hace permanecer tranquilo e incluso seguir escuchándolo con atención.

—Eso es bastante lindo, Jungkook. 

Luego, los dos se quedan callados y cada uno se concentra en lo suyo. Yo cierro los ojos buscando en mi bolsillo mis audífonos para conectarlos a mi celular, dejando que la música se comience a reproducir por sí sola una vez que los conecto. 

Si iba a ser aburrido esto, al menos que fuera con música.

Conforme tarareo la letra en mi mente, sólo siento el vaivén de la camioneta, por lo que siento que me comienzo a quedar dormido poco a poco. Sin embargo, una mano aprieta mi rodilla, por lo que abro los ojos de nuevo y volteo a quien lo está haciendo. Es Taemin tratando de llamar mi atención.

—Mira, ¿Qué hago? —Dice Hoseok, por lo que yo levanto la mirada hacia el frente y me doy cuenta de que hay un grupo de cinco personas haciéndonos señas a unos metros de nosotros —. ¿Los ignoro o me detengo?

—Eh...vamos, quizá necesitan ayuda —Contesto, por lo que Hoseok asiente y disminuye la velocidad hasta detenerse a un lado. Veo que todos ya están despiertos, por lo que me dedico a poner atención cuando Hoseok baja la ventanilla para poder hablar con la gente de afuera que se acerca con miedo. 

—Por favor, ayúdennos. La capital está infestada y apenas pudimos escapar. Si nos sacaran de aquí se los agradeceríamos mucho...

Cuando me doy cuenta, sí podríamos ayudarlos, pero sólo a tres de ellos por lo apretados que estaremos. 

—Yo...lo siento —Dice Hoseok apenado —. Quisiéramos ayudarlos, pero ya no hay espacio en la camioneta.

El hombre frunce su ceño y de la nada dos chicos detrás de él levantan las manos con dos escopetas, apuntándole a Hoseok. Luego otros dos de ellos sacan un par de pistolas, igual apuntando a los vidrios de la camioneta. 

—Se los diré de otra manera, no quería hacerlo, pero bueno. O se bajan o les dispararemos a las llantas y luego a ustedes, ¿Qué prefieren? —Ordena el hombre, sin dejar de apuntarnos con sus armas.

La pienso un momento, tratando de crear un plan en mi mente, pero después de analizarlo, sé que no tenemos oportunidad con nuestros cuchillos y una pistola, contra cinco armas de fuego posiblemente cargadas. 

—Mierda, bájense —Ordeno, tomando la mochila en mis pies para ponérmela en la espalda.

—No, sus cosas se quedan. —Ordena una chica riendo. Es mujer, pero me han dado unas ganas horribles de matarla a golpes ahí mismo.

—No, nosotros también tratamos de sobrevivir. Llévense la camioneta, pero las cosas se quedan con nosotros. Además, se ve que traen incluso más cosas que nosotros, por favor —Suplica Taemin. El hombre gruñe y asiente, dejando que bajemos todas las cosas, pero sin dejar de apuntarnos. Cada quien toma su mochila y yo camino del otro lado de la camioneta para que Jimin baje y tome mi mano.

—Oh, un ciego —Dice uno de los hombres con una escopeta, apuntándonos —. No vas a durar ni una semana, chico.

Jimin baja la cabeza, por lo que yo tomo su mano y me lo llevo, no sin mirar al hombre de la peor manera posible. Y él también me mira de la misma manera, pero termino por ignorarlo.

—Gracias por su cooperación, chicos. Se ve que aún hay personas buenas, suerte, inútiles —Finaliza el hombre, para después reírse y subir junto con su grupo. No tardan ni diez segundos en encender la camioneta y acelerar, hasta desaparecer tres calles adelante. Yo gruño molesto, pegándole a un poste al lado de mí.

—¡Puta madre! —Grita Jungkook con la cara roja de la furia.

—Vamos a buscar un auto o algo que nos sirva. No podemos estar expuestos de esta manera —Dice Hoseok aún en su trance de shock, pues su cara denota miedo y angustia.

Jimin toma mi mano en cuanto oye lo que dice Hoseok, así que aprieto su mano suavemente para comenzar a caminar estando alerta a todo mi alrededor. Y la mala suerte parece que nos ha encontrado, ya que un gruñido detrás de nosotros nos hace voltear. Pero luego suena otro y otro, hasta que decenas de infectados dan la vuelta de una calle, avanzando lo más rápido que pueden para llegar hasta nosotros.

—¡Corran, maldita sea! —Grita Taemin y tomo la mano de Jimin con fuerza, comenzando a correr. Y él entiende que, si no comenzamos a correr, vamos a morir aquí. Pues por el ruido, es demasiado evidente que hay muchos infectados cerca. 

Y, después de un buen rato sin sentir adrenalina corriendo por mis venas, esta se hace presente junto con el miedo. 

Algo que no se siente para nada bonito.  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top