Capítulo cuatro: La promesa.

Park Jimin

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero sé que ha sido muchísimo tiempo porque el estómago me ruge de hambre y las articulaciones me duelen horrores por estar en la misma posición dentro de mi armario. Porque en cuanto Chanyeol se fue, no he podido moverme de mi lugar, así que lo único que se me ocurrió hacer fue dormir durante mucho tiempo para no pensar en lo que mi primo me dijo sobre lo que ha estado pasando allá afuera, pues desde que me encerraron aquí, lo poco que he podido escuchar son decenas de helicópteros volando demasiado cerca y demasiados gritos. Tantos, como para obligarme a taparme los oídos.

Porque los gritos son de dolor, y desesperación. Y nadie allá afuera está ayudando a esa pobre gente.

—Necesito salir de aquí...no aguanto el hambre...—Murmuro tocando mi abdomen después de que este hace un ruido, exigiendo comida. Pero sé que Chanyeol me prohibió salir de aquí y no tengo otra opción porque... ¿Y si alguno de los infectados que se encuentra rondando la calle me escucha y me encuentra?

Dios, necesito crear un plan o moriré de hambre dentro de este maldito armario.

—Perdóname, Chanyeol...—Susurro después de pensarlo mucho tiempo, cerrando los ojos con fuerza y empujando la puerta de madera con sumo cuidado para que ésta no rechine. Y lo primero que hago al terminar de abrir la puerta, es sacar las dos piernas para estirarlas, causando que un gemido de alivio se escape inconscientemente de mis labios. Luego, termino por sacar el resto de mi cuerpo hasta que logro pararme con algo de dificultad gracias al dolor y pensar qué haré ahora.

Pero intentar salir de mi habitación y saber que no debo morir en el intento me tiene muy nervioso. ¿Cómo demonios le hago para saber si hay infectados o no?

Sin embargo, un ruido desconocido fuera de mi habitación me obliga a quedarme paralizado en mi lugar y sacarme de mis pensamientos tratando de idear algo para poder comer. Por un momento espero a que solo haya sido mi imaginación, pero cuando me acerco a la puerta y pego mi oreja en ella, me doy cuenta de algo que me obliga a voltearme y caminar de regreso hacia mi cama, tanteando rápidamente por todo el lugar hasta que logro sentirla.

Alguien o algo está subiendo las escaleras.

Finalmente me hinco en el suelo y me tiro al piso para esconderme debajo de la cama, sintiendo cómo las lágrimas en mis ojos me queman y el miedo me hace temblar. Seguido de esto, sólo me queda hacerme bolita en mi lugar y esperar mi destino cuando el sonido de la puerta abriéndose se hace presente, intimidándome por completo y obligándome a contener la respiración.

Y mi mente sólo me dice una cosa: la muerte es la única que me está esperando.

Los pasos se oyen alrededor de mí, como si me estuviesen buscando, por lo que lo único que se me ocurre es taparme la boca con mi mano y sollozar en silencio mientras cierro los ojos con mucha fuerza.

—¿Jimin...eres tú? —Escucho detrás de mí, por lo que yo me paralizo al instante y no me muevo de mi lugar —. Por favor, no me digas que ya estás muerto...—Vuelve a repetir esa misma persona, solo que esta vez me toca la espalda para corroborar que estoy vivo.

Y vaya que se da cuenta que sí lo estoy, pues mi estúpido cuerpo se sobresalta bruscamente cuando él me toca con su dedo.

—Jimin, sal de ahí...no te haré daño —Susurra tomándome de mi saco para jalarme de abajo de la cama, así que finalmente me volteo hacia la dirección de su voz y me arrastro para salir de mi escondite —, Ven, te ayudo...—Finalmente él me agarra del brazo y con la fuerza que él tiene me saca de ahí, para después pararme y agarrarme con fuerza de ambos brazos —. ¿Estás bien? ¿No te mordieron o rasguñaron?

—Y-yo...—Balbuceo tratando de adivinar a quién demonios tengo en frente porque no reconozco su voz en lo absoluto —. He estado encerrado aquí desde que comenzó esto...

—¿¡Desde hace dos días!? —Exclama tomándome con más fuerza —. Mierda, debes estar muy hambriento, ¿Quieres comer algo? Tu casa es de las pocas que no han sido saqueadas porque hay bastantes infectados en la calle. Tienes suerte de que haya encontrado yo y no uno de esos come-humanos —Dice un poco más rápido, por lo que me hace sentir mareado —. Toma, come esto...es una barrita energética.

No puedo decir que no, ya que él me la pone en mi mano y mi estómago ruge en respuesta, así que lo único que se me ocurre hacer es abrir la barrita y comérmela con gusto por el hambre que tengo en este momento.

—Lo siento mucho, señor, pero... ¿Quién es usted? —Pregunto después de acabarme la barrita, completamente confundido ante el bombardeo de información de su parte.

¿Come-humanos? ¿Qué está pasando verdaderamente?

—No me recuerdas, ¿Verdad? Seguro que no, hace tiempo que no vengo a este vecindario...—Dice con cierto tono de burla en su voz —. Me llamo Min Yoongi, soy el mejor amigo de Chanyeol, tu primo.

Y en el momento en que él dice su nombre, yo rápidamente me alejo de él, sintiendo indignación y enojo al tenerlo frente a mí. ¿Cómo mierda se le ocurre venir hasta mi casa cuando me insultó y se burló de una forma horrenda sobre mi condición?

—¿C-cómo es posible que t-te aparezcas aquí? Después de todo lo que me dijiste... —Pregunto completamente confundido, sintiéndome herido por su presencia.

—Yo tampoco creí que volvería por aquí, pero tu primo me habló para que viniera por ti. Supe que hace dos días tuvieron una fiesta y muchos salieron infectados, entre ellos tus padres y él, por eso cancelé mi viaje a la isla Jeju y vine hasta aquí. Bueno, también vine porque la infección comenzó a propagarse muy rápido y los aeropuertos están cerrados.

—Y... ¿Dónde está Chanyeol? —Pregunto con una extraña punzada en el corazón.

—Él...murió, Jimin —Vuelve a decir, pero con la voz completamente entrecortada. Y en cuanto termina de hablar, la respiración se me corta y las ganas de llorar vuelven, así que, sin poder evitarlo, comienzo a llorar en silencio, sintiendo cómo Yoongi palmea mi hombro suavemente como si quisiese reconfortarme.

Pero no puedo dejar de llorar y sentirme triste; la última vez que él estuvo conmigo me prometió no dejarme solo, y ahora está muerto.

—¿Y n-no sabes nada de mis papás? E-ellos también fueron al hospital central...—Murmuro entre balbuceos, esperando a que mi llanto no se intensifique más por el dolor que estoy sintiendo en estos momentos.

Pero el silencio profundo de Yoongi me hace caer al suelo de rodillas, con el alma despedazada y el corazón roto. Su silencio me indica que ellos también han muerto junto con mi primo, por lo que ahora estoy solo.

Taehyung y Namjoon tampoco están conmigo, y ahora toda mi familia está muerta.

—Jimin, necesito que seas fuerte —Dice muy cerca de mí, por lo que me da entender que está hincado frente a mí —. Chanyeol era mi mejor amigo y también me duele mucho, pero te necesito fuerte para que vengas conmigo. Le prometí que te iba a cuidar de todos esos monstruos, así que no flaquees ahora.

—Es que...mis papás...—Susurro tapándome la cara para evitar sollozar y berrear con fuerza —. Y mi primo...están muertos y lo único que pude hacer fue esconderme aquí como un cobarde. Si tan solo hubiese salido detrás de ellos, posiblemente hubiese muerto junto a mi familia.

—Y te agradezco que no te hayas salido de aquí porque debo cuidarte —Dice interrumpiéndome de improviso —. Chanyeol me dejó unos cuantos deseos antes de morir, así que debo cumplirlos en su honor, ¿Oíste? Sé que yo no te caigo bien, pero de ahora en adelante estaremos juntos...

—Mátame, por favor...—Susurro levantando la cara para dirigirla hacia donde se oye su voz —. Mátame y deja que me vaya con mi familia.

—No, no haré eso. ¿Estás loco?

—¡Mátame, ahora! —Exclamo soltando golpes sin fuerza al aire, mientras lloro. Ahora mismo mi cabeza es un lío, y todos los pensamientos de mi cabeza me atacan con fuerza al recordar las palabras de mi primo, de mi madre y de mi padre.

Incluso a mi papá lo extraño...

—¡¿Qué no entiendes?! ¡Mátame! —Exclamo de nuevo, sollozando con más fuerza valiéndome poco que los infectados puedan oírme. Pero la reacción de Yoongi me paraliza por completo y me hace dejar de llorar; él de pronto se abalanza contra mí para pasar sus brazos alrededor de mi espalda, por lo que mi cara queda hundida en su pecho para callarme.

—Cállate, por favor...no grites, los come-humanos vendrán por nosotros...—Susurra abrazándome con fuerza, impidiendo que pueda separarme.

Pero en este momento, es lo que necesito, un abrazo.

Esta vez no me separo, simplemente paso mis brazos temblorosos alrededor de su cintura para abrazarme a él y dejar que su calor me reconforte un poco. Y el olor que desprende su chaqueta me recuerda a mi primo, pues él olía de la misma manera.

—Saldremos de esta, ¿Sí? —Me dice después de unos segundos, separándose de mí lentamente —. Tenemos que sobrevivir para que podamos llegar a donde Chanyeol me dijo que te llevara.

—¿Y eso en dónde es? —Pregunto un poco más calmado, quitándome las lágrimas de los ojos.

—Chanyeol me dio una tarea muy importante...te llevaré a Noruega para la operación que te prometió. Por lo que tengo entendido, aún hay países sin infección y Noruega está entre esos, pero debemos irnos de aquí lo antes posible —Dice rápidamente, ayudándome a levantarme del suelo. Y la mención de la operación hace que se me levante un poco el ánimo...porque después de todo esto, ya se me había olvidado —. Necesito que te cambies el smoking que traes puesto para que te pongas algo más cómodo. Vamos a tener que correr en caso de emergencia y no puedo dejar que nos retrase la ropa incómoda.

—Yo nunca he corrido... —Contesto un poco avergonzado, comenzando a quitarme el saco y la corbata.

—Pues ahora tendrás que hacerlo —Dice, por lo que yo asiento acercándome a mi armario.

—Yoongi... ¿Podrías ayudarme a escoger algo que sea acogedor? Creo que afuera está haciendo mucho frío.

—Sí, yo...espera —Comenta cerca de mí, por lo que segundos después comienza a mover los ganchos dentro del armario hasta tomar algo de ahí —. Esto te ayudará a mantener el calor... ¿Vas a necesitar que te ayude a vestirte?

—Sé hacerlo solo, no te preocupes —Digo tratando de calmar su tono de nerviosismo antes la pregunta que me ha hecho —. Mejor, dime qué es lo que tengo que saber sobre los infectados.

—Bien, con base a mi experiencia y por las noticias, los infectados son seres enfermos por la gripa que llegó a Corea. La forma en la que te trasmiten el virus es por medio de las mordidas y los rasguños. Son sumamente agresivos y en grupos muy grandes pueden llegar a ser letales. Lo raro de todo esto es que no corren, solo caminan como si estuviesen ebrios, y también gimen y gruñen como si les doliera el cuerpo.

Y mientras habla, yo me cambio rápidamente para no perder más tiempo. Pero por alguna razón, puedo sentir el ambiente un poco tenso por parte de Yoongi.

—¿Hay algún problema? —Pregunto cuando lo oigo tragar saliva con fuerza.

—No, es que... ¿No tienes pudor alguno? Te has cambiado frente a mí sin pena.

—Tenemos lo mismo entre las piernas, ¿Qué te preocupa? —Contesto subiéndome el cierre de la chamarra —. ¿Me puedes pasar mis botas?

—Eh, sí...

Finalmente, Yoongi termina por dejarme las botas frente a mí, no sin antes avisarme que lo ha hecho, así que yo asiento como agradecimiento y me las pongo lo más rápido que puedo. Una vez listo, me levanto de la cama y dirijo mi cara hasta donde se supone que está Yoongi para indicarle que he terminado.

—Bien, necesitamos llevarnos comida, agua y algo de ropa —Contesta —. ¿Tienes alguna mochila?

—Sí, en el armario —Contesto señalando detrás de mí.

—Bien, tú siéntate. Yo meteré todo lo que pueda en la mochila, ¿Sí? —Dice, y yo asiento en respuesta —. No te muevas de aquí, iré por la comida de tu cocina.

—Oye, pero ten cuidado...—Digo con preocupación en mi voz.

—Lo tendré, no tardo.

Cuando ya no escucho sus pasos, simplemente dejo que él vaya por las cosas mientras yo lo espero paciente mientras juego con mis dedos. Sin embargo, conforme va pasando el tiempo, creo que ya se ha tardado demasiado y comienza a preocuparme.

¿Y si bajo...?

Luego de pensármelo un buen rato, termino por levantarme de mi lugar para salir en completo silencio de la habitación. Rápidamente, trazo el mapa en mi cabeza hasta encontrar las escaleras, donde empiezo a bajar poco a poco para no caerme, agarrándome con fuerza del barandal.

Pero cuando estoy por bajar el último escalón, una fuerte mano me agarra de la muñeca, así que yo me sobresalto de inmediato. Y antes de que pueda gritar, con la otra mano me tapan la boca y me estrellan con un poco de fuerza en la pared.

—¿¡Estás loco!? Te dije que me esperaras arriba —Susurra Yoongi con enojo en su voz —. No hables...sólo sígueme. Hay varios infectados en la entrada principal. —Advierte, tomándome de la mano para jalarme junto con él con sigilo, siendo guiado por él.

—Yoongi... —susurro asustado, por lo que él se detiene para escucharme.

—Cálmate...—Susurra de regreso —. Aún no nos han visto los infectados, ¿La puerta está cerrada con seguro? —Pregunta bastante alerta, por lo que yo asiento rápidamente.

—Bueno... ¿A dónde vamos? —Pregunto de la forma más suave que puedo para no alertar al infectado.

—Nos vamos de aquí por el patio trasero —Contesta agarrándome de la mano más fuerte —. Mi camioneta está afuera, así que iremos a ella para poder seguir con la siguiente parte del plan. Chanyeol me dijo que el dinero para tu operación está en su departamento, así que iremos hasta allá y luego nos largaremos de Corea.

—Pero... ¿Cómo vamos a volar hasta Noruega si los aeropuertos están cerrados? —Pregunto siguiéndolo, para después escuchar cómo él abre la puerta corrediza del patio con sumo cuidado.

—No sé, ya me las ingeniaré después...—Dice ya sin susurrar —. Si te digo que corras, lo haces. De ahora en adelante deberás aprender a sobrevivir con tus otros cuatro sentidos o te matarán...

—Lo entiendo...—Susurro cabizbajo, sintiéndome mal por lo que acaba de decir.

¿Y si conforme avanzamos, él me deja a la deriva por ser un inútil?

—Y otra cosa, Jimin. No quiero ser grosero, pero si nos pones en riesgo por algún error que cometas, te dejaré solo y a tu suerte, ¿Entendiste?

Y su comentario me cae como un balde de agua helada. Porque lo que pienso se hace realidad; ahora debo aprender a cuidarme solo, por primera vez nadie me estará guiando mis pasos como antes y si cometo un error, toda la culpa caerá sobre mí.

Así que en cuanto comenzamos a caminar de nuevo para escapar de ahí, mi mente me obliga a proponerme algo: Ya no debo ser más una carga para los demás...nunca más. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top