Capítulo cuarenta y nueve: Familia.

Min Yoongi. 

La noche parece pasar demasiado rápido, pues cuando abro mis ojos de nuevo, el sol ya se encuentra alumbrando dentro de la habitación con fuerza, a pesar de que aún siga siendo invierno, siga haciendo frío y mayormente éste esté cubierto por las nubes grises. Observo a mi lado lentamente mientras me estiro soltando un pequeño suspiro; Jimin está a un lado de mí, dándome la espalda y respirando con suavidad.

Aún se encuentra sin su playera, por lo que estiro mi mano y subo las cobijas que se encuentran sobre sus piernas, tapándolo hasta el cuello. Lo que menos quiero es que pesque algún resfriado o algo peor lo que pueda volver más vulnerable al virus.

Con mucho cuidado me levanto de la cama, sentándome sobre ella y comenzando a buscar mis calcetines junto con mis botas que dejé en la alfombra la noche anterior. Cuando las encuentro, me las pongo con cuidado de no hacer tanto movimiento; Una vez que termino de amarrarme las agujetas, camino hacia el baño con sigilo, donde me lavo los dientes, y recojo la ropa sucia de Jimin y la mía, echándola en un cesto de ropa a un costado de la puerta.

Y mientras paso el cepillo sobre mis dientes, escucho ruiditos en la cama; Son pequeños bostezos junto con débiles quejidos adormilados.

—¿Yoongi? —Pregunta Jimin fuera del baño, por lo que salgo cepillándome los dientes para hacerle saber que estoy aquí. Jimin voltea hacia mi dirección y sonríe mientras se talla los ojos con suavidad.

—Un se-sebundo —Digo con dificultad, ya que tengo la boca llena de pasta dental. Por lo que antes de que se me desborde de mis labios troto hasta el lavabo, para escupir y terminar de enjuagarme la boca con agua. Cuando estoy listo, salgo de la habitación mirando a Jimin de nuevo, quien ya se encuentra senado sobre la cama poniéndose su playera blanca con rapidez.

—Hace un poco de frío —Dice mirándome, y luego hacia la ventana —. Hay sol, pero, ¿Por qué no calienta, Yoongi?

—Así es en invierno, Jiminie. Hasta primavera el sol verdaderamente nos va a quemar vivos, por ahora lo único que verás será nieve —Bromeo, por lo que Jimin ríe mientras niega con la cabeza.

—Iré a lavarme los dientes, ahora vuelvo —Dice levantándose y caminando hacia mi dirección, para después pasar a un lado de mí estirándose y soltando pequeños quejidos al hacerlo. Mientras que él se encuentra en el baño, busco un par de chamarras abrigadoras en el armario.

Después de pelear con infectados, nuestras anteriores chamarras terminaron llenas de tierra, rasgadas y con algunas manchas de sangre; Por lo que cuando encuentro un par de éstas limpias dentro del armario, sonrío tomándolas para dejar una sobre la cama, y la otra, poniéndola rápidamente por el maldito frío que está haciendo.

—¿Esa es para mí? —Pregunta Jimin detrás de mí, por lo que volteo mientras asiento. Él hace lo mismo y toma la chamarra entre sus manos, para poder ponérsela rápidamente, hasta que lo veo cerrándosela completamente concentrado —. Cuando vivía con mis papás, mamá solía cerrarme la chamarra antes de salir, pero ahora ya puedo hacerlo solo —Me dice, mientras me mira con una sonrisa nostálgica en el rostro.

—Tu mamá debe de estar muy orgullosa de que hayas aprendido a hacerlo solo —Murmuro, acariciando su mejilla con ternura, por lo que él sonríe apoyándose sobre mi palma aceptando mi gesto —, deberíamos bajas, quizá los chicos ya se despertaron.

—Sí, quiero desayunar algo antes de irnos —Afirma, separándose de mí para caminar hacia la puerta y quitarle el seguro, seguido de que la abre y sale de la habitación, no sin antes mirar a los dos lados del pasillo por seguridad. Y lo sigo segundos después en silencio por el pasillo hasta llegar a las escuelas, las cuales mientras las voy bajando, me doy cuenta que abajo se oyen voces.

Son los chicos, quienes ya se encuentran despiertos y sentados en las sillas del comedor, desayunando un plato de huevos revueltos y galletas en sus platos, además de que tienen jugo de naranja y unas cuantas sodas.

—Buenos días, dormilones, ya iba a ir a despertarlos —Dice Hoseok con una sonrisa, al vernos parados en las escaleras —, ¿Ropa nueva?

—Sí, ayer encontramos ropa en el armario —Dice Jimin caminando primero hacia la mesa, para tomar uno de los lugares vacíos entre Namjoon y Taemin.

—¿Vas a desayunar o te quedarás ahí? —Dice Taehyung mirándome neutro, por lo que niego caminando hacia la mesa y poder tomar asiento en el último lugar vacío. A un lado de mí está Jin y Elena, por lo que los saludo antes de tomar un plato y comenzar a servirme.

—¿Quién hizo de desayunar? —Pregunto antes de meterme el primer bocado en la boca. En cuanto el huevo toca mi lengua, sonrío con felicidad y satisfacción. Qué buen desayuno, maldita sea.

—Yo lo hice junto con Namjoon —Dice Jungkook mirándome aún con seriedad, por lo asiento en forma de respuesta —. Aún hay gas en la cocina, por lo que fue fácil hacer los huevos. Por suerte había suficientes todavía.

—Les ha quedado muy bien, chicos —Digo una vez más antes de seguir comiendo todo lo que se encuentra en mi plato con algo de voracidad, pues mi estómago gruñe por lo hambriento que se encuentra.

—¿Vamos a seguir hasta Atlanta? —Pregunta Taemin en medio de nuestro silencio, por lo que Jin asiente antes de hablar. Observo sus movimientos; Se encuentra un poco más relajado, pero los moretones en su cara me preocupan todavía.

—Sí, según por lo que Jungkook dijo, el tanque de la camioneta está casi lleno, y Hoseok dice lo mismo. Podremos llegar hasta Atlanta si la gasolina no se acaba —Dice Jin, por lo que Taemin asiente, tomando jugo de su vaso.

—Por cierto —Interrumpe Namjoon —, ¿Escucharon ayer las explosiones? —Pregunta mirándonos, por lo que yo lo observo confundido —. Como a las tres de la mañana se escucho como si algo hubiese explotado. Fue muy lejos de aquí por lo que escuché, duraron alrededor de media hora. ¿Creen que ya están bombardeando Washington?

—Yo también los oí, pero el sueño fue más pesado así que ya no investigué de dónde venían —Dice Jungkook terminando de comer, para después levantarse de su lugar y caminar a la cocina con sus platos sucios.

—Supongo que ya están bombardeando. Lo mejor será que nos vayamos cuanto antes. Si Virginia está infectada, le va a tocar el mismo destino —Ordena Jin, terminándose su último bocado y parándose lentamente de su lugar.

—¿Te ayudo? —Pregunta Namjoon levantándose rápidamente, pero Jin niega con una sonrisa.

—No, así estoy bien. Creo que me estoy recuperando rápido —Dice tomando sus trastes sucios, para llevárselos hasta la cocina.

—Te estuviste quejando toda la noche, no creo que te sientas muy bien todavía —Dice Elena con una sonrisa, por lo que cuando Jin sale, le sonríe también mientras niega.

—¿Ya terminaron? Nos vamos en veinte minutos —Dice Namjoon, por lo que todos asienten levantándose, menos Jimin y yo —. Sé que es irrespetuoso dejarlos solos en la mesa, pero debemos subir las provisiones a la camioneta.

—No hay problema, Nam. Vayan, nosotros vamos a apurarnos —Dice Jimin con una sonrisa, por lo que él asiente desapareciendo por el marco de la sala.

Y para cuando levanto mi muñeca para ver la hora, me doy cuenta del por qué todos están tan apurados. Son las once de la mañana, y nosotros hace menos de media hora seguíamos dormidos sin saber que todos ya se encontraban abajo desayunando y preparándose para irse.

El último en subir a la camioneta es Namjoon, quien ahora es el que manejará de aquí hasta que lleguemos a nuestro próximo destino; a la ciudad de Richmond, Virginia.

—Para cuando caiga la tarde, seguramente ya estaremos cruzando la ciudad de Richmond. Ahí buscaremos una gasolinera y comeremos algo; Luego, no nos vamos a detener hasta llegar al estado de Georgia, ¿Está bien? —Dice Namjoon, al mismo tiempo en que enciende la camioneta y luego nos mira por el retrovisor. Yo me encuentro a su lado como copiloto, revisando el mapa de todas las carreteras de Estados Unidos.

—Será más rápido si nos vamos por la interestatal 95 hasta Richmond y de ahí seguir por la interestatal 85, nos ahorraríamos tiempo y gasolina —Explico, sin quitar la mirada del papel en mi manos y señalando la longitud de las carreteras con mi dedo índice —. Aunque no sé si tengamos que irnos por algún atajo, por si las carreteras se encuentran atascadas por los autos abandonados.

—Sí, Yoongi tiene razón; Washington es pequeño comparado con los demás estados. Es muy probable que nos encontremos más infectados, o embotellamientos en cada avenida o carretera que pasemos. Si Virginia está infectada, es probable que nos encontremos mutantes como los del bosque o incluso hordas gigantes —Intercede Taehyung con la misma voz neutra de antes.

Al menos ya no es tan cortante como antes, después de la plática que tuvimos Bueno, la que Jin nos obligó a tener . Pero el único que lo sigue haciendo, es Jungkook, quien no me dirige la palabra más que para hacer trabajos dentro del grupo.

—Adviértanle a Hoseok sobre lo de los posibles embotellamientos de autos —Dice Jimin, por lo que asiento tomando el Walkie Talkie entre mis manos para encenderlo y acercarlo hacia mi boca.

¿Hoseok? Habla Yoongi —Digo, mirando hacia el frente y viendo como Hoseok toma el Walkie Talkie en una de sus manos.

¿Qué sucede, Yoongi? Te escucho —Contesta del otro lado, por lo que observo sus movimientos sin dejar de hablar.

Hemos decidido tomar la interestatal 95 hasta llegar a Richmond; Sólo nos vamos a detener en alguna gasolinera, por lo que necesitamos que nos avises cuando veas una.

¿Y de ahí? ¿Qué interestatal tomaremos?

Seguiremos por la 85, que nos llevará directo hacia Atlanta. Si el mapa de Taehyung está actualizado, es posible que nos encontremos a los militares. A más tardar, para mañana ya estaremos cruzando Georgia.

Bien, entonces les aviso cuando vea una gasolinera. Gracias, chicos —Y después de eso, el silencio se hace presente, por lo que apago el Walkie Talkie para dejarlo sobre el porta-vasos y mirar hacia el frente.    

La camioneta se queda en silencio en cuanto Hoseok deja de hablar. Lo único que se oye ligeramente es el aire acondicionado que mantiene el interior de la camioneta caliente y resguardada del maldito frío que hace afuera. Y por un momento pienso en Hoseok y Taemin, pues, a pesar de que los dos son los que más van abrigados de pies a cabeza, podrían resfriarse por estar tanto tiempo fuera, pues las temperaturas parecían empeorar cada vez más con el paso del tiempo.

—¿Cómo te sientes, Jin? —Pregunta Namjoon minutos después de estar todos en silencio.

—Mejor, aunque los baches hacen que me duela el culo —Responde, por lo que todos dentro de la camioneta ríen por el tono en que él lo dice —. Me tomé las pastillas en la mañana, supongo que en unas horas surtirán efecto por fin, para que me deje de doler todo el maldito cuerpo de una vez por todas.

—Tu sanación va a tardar unos días, ten paciencia, Jinnie —Dice Jimin, por lo que inconscientemente sonrío mientras miro a la ventana.

—¿Jinnie? —Pregunta Jin con tono juguetón y tierno, por lo que Jimin ríe en respuesta.

—Todos merecen un apodo tierno, son mi familia y les tengo la confianza suficiente para llamarlos de esa manera. Así como ustedes me dicen "Jiminie", yo también les quiero dar un apodo a cada uno.

—Tienes razón, Jimin —Dice Namjoon, por lo que lo miro. Él está sonriendo sin quitar la mirada del frente —. Somos una familia ahora.    

Hubiese querido que las horas pasaran volando, sin embargo, después de cinco largas horas en carretera, mi trasero dolía horrores y además el aburrimiento me estaba matando, pues, en todo el camino, nadie habló.

Lo único bueno del viaje, fue que por fin llegamos a Richmond. Y tristemente, Virginia sí estaba infectada, pues en cuanto llegamos a la ciudad, cientos —o quizá miles — de infectados nos dieron la bienvenida con sus gruñidos y gemidos hambrientos esperando por algo de carne fresca; Gracias a que la gasolina todavía estaba rindiendo, pudimos seguir a Hoseok con facilidad, ya que por las hordas, él tuvo que acelerar seguramente casi hasta el fondo para no ser alcanzado por los putrefactos de afuera.

Chicos, según los señalamientos, hay una gasolinera a un kilómetro de aquí. ¿Ya nos quitamos a los infectados de encima? Si no, no vamos a poder detenernos —La voz de Hoseok hace que el ambiente se relaje un poco, pues aunque el aire no era incómodo, al menos por mi parte no había nada qué contar o qué decir. Y seguramente los chicos también estaban en la misma situación que yo.

Rápidamente tomo el Walkie Talkie entre mis manos y contesto, pues Namjoon no puede hacerlo ya que se encuentra muy concentrado en seguir a Hoseok.

Los infectados los perdimos desde hace unos cuantos minutos entre las calles. Que Namjoon te siga, sólo avísanos.

Lo haré.

Una vez que deja de hablar, apago el aparato entre mis manos y lo dejo en su lugar, para mirar a Namjoon y luego por el retrovisor. La mayoría viene dormido, a excepción de Jungkook y Elena, quienes vienen completamente perdidos mirando hacia la ventana.

—¿Cómo te sientes, Namjoon? —Pregunto mirándolo, por lo que él voltea para sonreírme unos mili-segundos —, ¿No estás cansado?

—Para nada, estoy bien. Me duele el trasero porque he pasado mucho tiempo sentado. ¿Tú te encuentras bien, no tienes sueño?

—Estoy igual que tú, el trasero me duele horrible. Y no, dormí mucho la noche anterior —Digo estirándome sobre el asiento, por lo que Namjoon ríe mientras niega.

—Eh, Yoongi. Antes de que todo esto sucediese, ¿A qué te dedicabas? —Pregunta, por lo que suspiro mirando hacia mis rodillas.

—Era el principal compositor de una compañía de música, allá en Seúl. Iba a debutar como rapero, pero no se pudo ya que mi álbum sería lanzado a finales de diciembre, y en esas fechas, ya estaba cuidándome de que nadie me mordiese —Sin poder evitarlo hago una mueca, así que Namjoon suspira encogiéndose de hombros.

—Así sucede, hombre. Planeas una cosa y termina siendo otra —Yo asiento mientras río suavemente.

—¿Y tú? ¿A qué te dedicabas? —Pregunto mirándolo unos segundos.

—Estaba trabajando en una empresa pequeña de comida, nada importante —Dice con una pequeña sonrisa, para después mirarme unos segundos y devolver su vista hacia el camino —. A pesar de eso, me iba muy bien. Taehyung estaba por terminar la universidad y yo estaba trabajando para pagar nuestro departamento. Vivíamos juntos, cerca de la casa de Jimin y de nuestros padres.

—¿Taehyung seguía en la universidad? ¿Qué edad tiene? —Pregunto mirando por el retrovisor a Taehyung, quien se encuentra dormido, y levemente roncando.

—Cumplió veintidós años en diciembre del año pasado. Este año iba a terminar la universidad, pero pues, el virus nos ganó.

—¿Y tú, cuántos años tienes?

—Tengo veintiséis, soy un poco viejo —Dice antes de soltar una pequeña sonrisa—. ¿Tú que edad tienes? 

—Tengo veinticuatro años. En marzo cumpliré veinticinco, aunque no estoy seguro en qué día de enero estamos, por lo que seguramente pasaré mi cumpleaños de largo. 

—Todos vamos a estar igual de desubicados.  Hoseok me dijo que en febrero cumplirá años y ni siquiera sabemos qué día es hoy, qué triste que pasaremos nuestro cumpleaños sin saberlo, ¿No? —Dice Namjoon, soltando un risita suave, así que lo imito mientras asiento con la cabeza — . Espero que algún día nos encontremos con algún sobreviviente que siga contando los días. 

—Lo mismo digo, Nam. Estoy seguro que entre tantos humanos malos que nos quieren matar por nuestras cosas, todavía hay alguien cuerdo que está igual que nosotros, tratando de sobrevivir por su cuenta. 

Y Namjoon asiente, para después quedarse callado y seguir concentrado siguiendo a Hoseok. Yo por mi parte volteo hacia la ventana, pues no sé qué más decir; El paisaje de las casas abandonadas es lo único que hay frente a nosotros, lugares en los que antes hubo personas, y ahora sólo hay basura, escombros y sangre seca regada por el suelo

Chicos, vamos a detenernos. Ya vi la gasolinera y no hay ningún infectado a la vista, bajen la velocidad —La voz de Hoseok se oye, por lo que regreso mi mirada hacia el frente. Hay una gasolinera a unos metros, y para cuando damos la vuelta hacia la derecha, ésta se encuentra vacía y sin nada a los alrededores que nos pueda hacer daño. 

Namjoon apaga el motor junto a las bombas de llenado, para después bajarse y acercarse a las mangueras. Rápidamente me bajo para ayudar; cuando estoy a su lado Namjoon gruñe con fastidio, por lo que lo miro sin saber qué pasa. 

—No hay mucha gasolina, por lo que veo—Dice mirándome —. Bien, vamos a vaciar todas las bombas para ver si todavía hay algo en ellas. ¡Hoseok! ¿Encontraste gasolina? 

—Sí, pero no mucha. De todos modos el tanque de la motocicleta no está tan vacío, sólo necesita un poco más para  aguantar hasta Atlanta. Ustedes encárguense de que la camioneta se llene —Dice Hoseok con una pequeña sonrisa, por lo que Namjoon asiente y éste se encarga de rellenar el tanque mientras que yo vigilo. 

Todo a nuestro alrededor está vacío, salvo la nieve que cae y el leve ruido que el viento hace al chocar contra las copas de los árboles. Por alguna razón, no veo ningún infectado cerca, lo que me hace estar más alerta. 

Si no había infectados caminando solos, significaba una sola cosa; La mayoría seguramente formaba parte de una horda.

—¿Cuánto tiempo vamos a tardar aquí? —Digo captando la atención de Namjoon, por lo que él voltea a verme. 

—Sólo lo que se tarde en rellenarse el tanque. No creo que sea mucho tiempo, después de todo, creo que la poca gasolina que hay aquí es suficiente, habrá necesidad de ir a otra bomba—Dice Namjoon, mirando hacia la puerta abierta del lado del piloto de la camioneta, y luego a mí con una sonrisa de lado. 

—¡Chicos! ¿Oyeron eso? —Pregunta Hoseok acercándose junto con Taemin. Los dos tienen una cara deformada por el miedo, por lo que yo los observo confundido, al igual que Namjoon—. Silencio, sólo escuchen. 

Y le hago caso, poniendo mi total atención a los sonidos de mi alrededor. Pero no oigo nada, sólo el viento y...

Oh no. Alaridos. 

—Son los infectados mutantes, no se oyen muy lejos de aquí —Dice Namjoon, mirando a todos lados, por lo que yo también lo hago. 

Y por un momento, logro ver algo con el rabillo del ojo; Rápidamente volteo hacia la derecha, unos cuantos infectados vienen caminando por la calle, oliendo el aire. Y segundos después voltean hacia nosotros, encontrándonos. 

—Mierda, vámonos ya —Dice Taemin rápidamente, mientras toma de la mano a Hoseok para jalarlo hacia la motocicleta. 

—Oh no, también vienen de la otra calle —Señala Namjoon  detrás de mí, sacando la manguera del tanque y cerrando la pequeña compuesta de éste. 

—Retomaremos el mismo camino hasta llegar a la interestatal 85, ¿Está bien? —Ordena Namjoon hacia Hoseok, por lo que él asiente y voltea hacia su motocicleta a unos cuantos metros de nosotros. 

Pero más de diez infectados salen por detrás de la tienda de la gasolinera, casi a menos de cinco metros de la motocicleta. 

Maldita sea, ¿De dónde están saliendo tantos?

—La horda debe de estar cerca, por eso hay tantos infectados, ¡Vámonos ya! —Exclama Taemin corriendo, por lo que Hoseok corre detrás de él para subirse a la motocicleta y segundos después, hacer rugir el motor.  

Rápidamente rodeo la camioneta para tomar mi lugar, pero otra horda, un poco más grande que las demás, aparece en mi campo de vista en la calle frente a mí. Trago saliva nervioso, antes de subirme a la camioneta con rapidez y cerrar la puerta con el seguro. 

Namjoon entra segundos después, metiendo las llaves en el switch y encendiendo el motor. 

—¿¡Qué está sucediendo!? —Pregunta Taehyung con voz adormilada, pero asustado. Rápidamente observo por el retrovisor a los chicos; Todos ya están despiertos, y mirando asustados por las ventanas.

—Pónganse los cinturones, ¡Ya! —Ordena Namjoon, poniendo todos los seguros de las puertas y hacer rugir el motor de la camioneta.  Rápidamente acato la orden de Namjoon, apretándome el cinturón de seguridad y viendo al mismo tiempo hacia el frente. 

¿De dónde están saliendo tantos infectados?

Sin embargo, mi pregunta es respondida, cuando veo a Hoseok regresar hacia nuestra dirección con rapidez, por lo que por un momento siento que se estrellará contra nosotros, pero solamente se posiciona a un lado de la ventana de Namjoon, así que éste la abre por medio de los botones. 

—Nos están rodeando. Traté de salir por la otra calle, pero hay otra horda que viene hacia acá, no creo poder pasar, ni aunque ustedes me abran camino entre ellos. 

—¿Qué hacemos, entonces? —Pregunta Namjoon con la voz nerviosa. Y yo también lo estoy, pues los infectados están cada vez más cerca. 

—Vamos a separarnos, es la única opción. La motocicleta entra por el callejón a un lado de la gasolinera, pero ustedes no. Taemin podrá dispararle a los infectados cercanos, mientras no sean demasiados. Ustedes puede salir por alguna de las calles —Rápidamente Hoseok posiciona sus manos sobre los manubrios de su motocicleta y suspira mirándome unos segundos —. Nos vemos allá en Atlanta, estaremos bien. 

Y antes de que alguno de los dos puedan hablar y detenerlo, Hoseok acelera, alejándose velozmente de nosotros para después entrar por un callejón y desaparecer por ahí. No hay otra opción que tomar un camino distinto, pues dos grandes hordas se han juntado en las dos calles principales, acercándose hacia nosotros con lentitud y al mismo tiempo, cerrando todas nuestras salidas de escape. 

—¡ACELERA! —Grita Jin desesperado al ver que Namjoon entró en un pequeño trance de nervios, sin embargo, él obedece, acelerando hasta el fondo y haciendo que las llantas rechinen sobre el pavimento. Y antes de que las hordas se cierren, la camioneta sale por el único espacio que queda, arrollando unos cuantos infectados frente a nosotros y por ende, ésta se mece a los lados con violencia gracias a los cuerpos debajo de las llantas. 

En menos de diez minutos, las calles ya se han llenado de infectados, por lo que Namjoon maniobra por el pavimento con brusquedad, tratando de esquivar a todos los infectados que se cruzan en nuestro camino. 

—¡Da vuelta en la siguiente calle! ¡Tenemos que perderlos! —Exclama Jungkook detrás, por lo que sólo aprieto mis labios por la adrenalina y el nerviosismo que ha comenzado a comerme vivo.  

Pero mi mente no deja de pensar en una sola cosa; Hoseok y Taemin están separados de nosotros, no sé en dónde demonios se encuentran, si ya se libraron de las hordas, o, si aún no se han encontrado a ningún mutante. 

Porque si fuese así, era imposible que salieran con vida. Y era lo que menos necesitaba en este momento, pensar en lo peor. Esperaba que estuviesen bien. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top